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sábado, 31 de mayo de 2008

El factor militar de Felipe Calderón

Carlos Presuel Salazar

Por 18 meses el factor militar ha sostenido al gobierno; sin embargo, los errores de Felipe Calderón han creado un ambiente de tensión y escepticismo en el interior del instituto armado. No hay deslealtad del Ejército, pero sí malestar por la extendida corrupción de los cuerpos estatales y municipales. Y es que en la percepción social se instala la idea de que el gobierno y el Ejército pierden la guerra contra el narcotráfico. Más aún, la opinión pública ha hecho suya la certeza de que la violencia ligada al crimen organizado se elevará en los próximos días a tal grado de poner en peligro la vida de la población civil. Para el Ejecutivo federal el riesgo mayor es que las Fuerzas Armadas caigan en una situación de escepticismo.

El problema radica en que Felipe Calderón no cuenta con estrategia de reemplazo. Si el Ejército se retira de las calles, colapsa el gobierno, pero si se mantiene, el conflicto y la violencia escalarán y se instalará, de hecho, la debacle del régimen.


Malestar en el Ejército

Es inconcebible el actual gobierno sin el respaldo de las Fuerzas Armadas, “…es impensable y no tiene más de quién echar mano que del Ejército…el Presidente debería de calcular muy bien que es el Ejército el que le está ayudando a gobernar; es el Ejército el que le está dando espacios; es el Ejército el que le está dando un poco de capital político y de capacidad de movimiento; y que, sin embargo, lo único que se está viendo simplemente son palabras” . ¿Tiene el Ejército el respaldo de los gobiernos civiles y del federal en la misma proporción en que éste se convierte en factor estructural de apoyo para el gobierno y para todo el régimen político? El problema es que al instituto armado el gobierno parece haberle cumplido sólo en el discurso.

A los riesgos naturales que supone el enfrentamiento directo, cuerpo a cuerpo, a nivel del suelo, de los militares contra los narcotraficantes, el Ejército suma la nada grata tarea de lidiar con estructuras al servicio del crimen organizado. El caso de Baja California es emblemático, pero no es el único. ¿Qué entidad puede estar hoy fuera de las redes del narcotráfico? Esta es la cuestión de fondo.

El factor militar ofrece certidumbre en momentos en que prácticamente ninguna institución abona a favor de la confianza en el gobierno. En más de un sentido, la conducción del gobierno genera desconfianza y temor en amplios sectores sociales y grupos económicos. La ausencia de liderazgo y el déficit de legitimidad política limitan el margen de acción del Ejecutivo.

A lo anterior se suman los efectos demoledores sobre la psicología social del fenómeno de la violencia ligada al narcotráfico y al crimen organizado. Un lamentable espectro de acontecimientos que sugiere que esa crisis ya se salió de control. Los grupos están sueltos y ajustan cuentas sin que ninguna autoridad fije límites o evite que se afecte la tranquilidad de las familias. Las plazas no se han recuperado, se pierden cada vez nuevos territorios. La realidad echa abajo el discurso gubernamental. En parte, esta es la razón por la que se registra una tendencia descendente en la popularidad y niveles de aceptación del primer mandatario.

La acción demoledora de los cárteles de la droga tiene en virtual estado de sitio a las entidades de la frontera Norte del país. La cuestión de fondo es que el único recurso del gobierno para hacer frente a esta crisis, que es el Ejército, deja ya de ser efectivo. El colapso puede venir por la ausencia de estrategia de reemplazo, a menos que esa estrategia descanse en la asistencia militar directa de Estados Unidos, en el marco de la Iniciativa “Mérida”.

El futuro inmediato no podía ser peor: con un Instituto Armado sometido al duro escrutinio de ONG´s y organismos internacionales de defensa de los derechos humanos; con gobiernos civiles incapaces de controlar la corrupción imperante en sus cuerpos de policía; con frentes abiertos como el de la reforma a Pemex; con complejas negociaciones para acordar nuevos términos de relación con el Congreso para desahogar sin mayores presiones el acto republicano del segundo informe presidencial.
Huelga decir que Felipe Calderón carece, objetivamente, de una estrategia que le permita dar congruencia y coherencia a la agenda del gobierno. En muchos sentidos, su administración sigue presa de la nota roja y del día a día.

La sociedad le tiene confianza a su instituto armado, pero la ausencia de estrategia de la actual administración para acompañar los operativos militares en las calles de otras acciones que reivindiquen la tarea del Ejército, lleva a instalar en la opinión pública la certeza de que Felipe Calderón erró en la estrategia militar y es el responsable directo del estado de cosas existente; es decir, es responsable del fracaso, algo que se traduciría ya en una tendencia negativa en los niveles de aceptación del presidente.

Lo de menos es que ahora el gobierno convoque a un Acuerdo Nacional en materia de Seguridad, lo verdaderamente grave es que esa convocatoria serviría para confirmar que el diseño unilateral de la estrategia por parte del presidente de la República no sirvió. ¿Por qué hasta ahora convocar a la sociedad? ¿A qué se debe que el gobierno federal esté pidiendo el respaldo de los gobiernos estatales? ¿Por qué todo esto no se hizo antes?

El problema del estilo personal de Felipe Calderón

Calderón asume la responsabilidad del Estado en medio de un déficit real de legitimidad política. Intenta remontarlo mediante una estrategia de militarizar la lucha contra el crimen organizado. Mediante una amplia cobertura mediática, en el inicio, esa manera de presentar al gobierno ante la opinión pública genera popularidad y aceptación social. Pero conforme avanza la gestión, la relación cambia y el efecto publicitario de la acción militar deja de estar presente.

A la par que se instrumenta la estrategia militar, Calderón centraliza las decisiones. Se acompaña de un gabinete sin estatura política: hombres que no crecen porque no tienen experiencia o porque el Ejecutivo no los deja. Para que Felipe Calderón brille, se rodea de colaboradores sin luz propia y los que la tienen son disciplinados. Ese ha sido el estilo personal de gobernar.

Durante 18 meses, Felipe Calderón acumula problemas; resuelve pocos expedientes abiertos, y queda atrapado en una suerte de caos nacional, en el que el de la seguridad es uno más de los frentes abiertos, pero sin duda el de mayor impacto. Así, “…el largo listado de acciones a emprender se extravía en la falta de claridad, orden y sentido de prioridad: cuando todo es igualmente importante. El resultado final es que nada lo es”.

Ese estilo personal coloca el tema del petróleo en el mismo nivel de prioridad que el del combate al narcotráfico. Calderón tiene además otros frentes abiertos: el del poderoso sindicato nacional de mineros bajo la dirigencia de facto de Napoleón Gómez Urrutia; el de la “revolución educativa” que de ser real trastocará su relación con el SNTE; el de la crisis alimentaria y la carestía de la vida; está también el escenario de recesión económica en Estados Unidos y la complicada agenda regional.

El estilo personal de Calderón no ayuda a darle claridad a la agenda del gobierno; su centralidad política lo lleva a un dinámico desgaste que plantea ya una estrepitosa caída en sus niveles de aceptación social y popularidad. Los datos originales del más reciente sondeo de opinión de Ulises Beltrán señalaban una caída de 28 puntos en sólo tres meses, al pasar de 34 a 6 por ciento. Un verdadero colapso. “…es perfectamente explicable que la gente en México esté alarmada con lo que está sucediendo en las calles, hechos de salvajismo que siente cada vez más cercanos a su cotidianeidad…” y que se traducen en una valoración descendente del gobierno federal y de Calderón.

En conclusión, algo no le funciona a Felipe Calderón. Su estilo personal de gobernar puede estar chocando con las formas y con el fondo de lo que representa una institución eminentemente republicana como lo es la Presidencia de la República.

Lo más grave del asunto es que ese estilo parece afectar ya su relación con las Fuerzas Armadas. “…el gobierno debe desechar de una vez por todas la idea muy arraigada en los civiles de que los soldados son desechables (…) En el Ejército hay disciplina, nacionalismo y liderazgo, todo lo que le hace falta al actual gobierno”

El vector Hildebrando

Jorge Lara Rivera

Todo, menos que tranquilizante, resultó el anuncio nocturno en cadena nacional del lunes. Esa presentación del programa presidencial de emergencia para hacer frente a la grave circunstancia creada por la escasez y carestía de alimentos en el mundo, lejos de calmar ansiedades despertó mi inquietud, sobre todo porque se produjo a poco más de un par de semanas de la miopía e insensibilidad sociales del director del Banco de México exhibidas con relación al encarecimiento de la “canasta básica” (fue cuando nos enteramos de todos los lujos –minicomponentes, computadoras, perfumes, etcétera– que contiene y él supone quieren comprar los que no tienen cabeza para pensar sino en cómo hacer para que rinda el gasto y alcance para comer) y a sólo días de la refutación por funcionarios (ir)responsables de Economía, Hacienda, SAGARPA y Comercio, a las sombrías prospecciones en la materia: “En México no habrá desabasto”. “Pese a las condiciones del mercado internacional, nuestra economía mantiene su fortaleza y no se verá afectada”. “La alimentación está garantizada”.

¡Cómo que medidas contra la escasez y el alza en los precios de alimentos! La proclamación de “Vivir mejor” fue como un déjá vu (el “esto ya lo he vivido antes”) que me remitió a los peores días de las crisis trimestrales del régimen de De la Madrid, a los dos años que duró el “Error de Diciembre” y al tufo a estafa con que se despidió el gobierno foxista con relación a la gasolina, las tortillas y el azúcar.

Pero, con todo, lo demás era lo de menos. Importaba entender cómo es que un gobierno impulsor de la ley Gordillo del ISSSTE y de las anunciadas iniciativas de reformas “estructurales” en materias Laboral, de Salud y Energética, que se entromete con descaro y mañosamente en la vida sindical (ver el modo faccioso con que desde el sexenio anterior se ha conducido la Secretaría del Trabajo en el caso de los mineros), y que está más preocupado por la aprobación de los dueños del capital extranjero, que por servir los intereses de sus propios electores y compatriotas, daba este viraje a su rumbo.

La explicación llegó inopinadamente, por sí sola, al día siguiente, con la puntada de Hacienda que nos salió con que de los 38 mil millones de dólares que ingresaron en lo que va del año a las arcas nacionales por concepto de excedentes petroleros y que debía repartirse a las entidades federativas, no había quedado nada; según Carstens no hay nada que repartir, pues la misma suma con pesos y centavos ha sido egresada ya, todo se ha erogado en gastos de mantenimiento a PEMEX y en adquirir unas tuberías.

(A propósito, hace sólo unos días, en un artículo (relativo al fariseísmo del pronunciamiento del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional respecto al aniversario del triunfo electoral de Ivonne Ortega Pacheco y el relevo de la dirigencia estatal del PRI) especifiqué que había razón en señalar falta de claridad sobre el destino de los recursos excedentes que recibía el Estado, misma que se debía a los laberintos creados mañosamente por Hacienda federal para el manoseo de aquéllos que le permite condicionar y presionar a los gobiernos estatales. El anuncio ilustra por sí solo sobre el particular, ¿cierto?)

¡Qué le parece la frescura de Hacienda! Las cuentas le han quedado al gobierno federal que ni mandadas a hacer. Y precisamente por ello todo esto es muy sospechoso: No quiero caer en la paranoia perredista del algoritmo en el PREP, pero desde luego que se puede maliciar acerca de lo ‘oportuno’ de ese anuncio; sobre todo si uno recuerda el ‘affaire’ Hildebrando (aquellos dos mil millones de pesos que obtuvo el cuñado de Felipe Calderón por concesiones del gobierno donde éste era funcionario, y que no pagó –ni un centavo– nada de impuestos porque, coincidentemente, la empresa gastó la misma cantidad en pesos y centavos. Ingeniería financiera es el término elegante empleado en otros países, por situaciones parecidas pero que constituyen delito, aunque otros hablen de fraude, evasión fiscal; en otros países y otras situaciones, desde luego). Así que –la gente, la gente, qué se la va a hacer– ya hay quienes dicen en los altos niveles que algunos funcionarios, previsores como son, están haciendo su ahorrito, preparando ya sus cochinitos.

Sí sólo fuera eso. La verdad es que hay que maliciar que en 2009 habrá elecciones. Que se renovará la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. Y que el régimen está obsesionado en sacar adelante sus reformas a como dé lugar. Que el hecho de tener que vérselas con el PRI y el PRD, porque con su bancada no le alcanza el número de votos, le hace abrigar la ilusión de obtener la mayoría en el Congreso y se propone tornar esa en realidad... La experiencia demuestra que cuando se reparte dinero es posible conseguir el apoyo del que lo recibe.

Sólo es cosa de sumar dos más dos: ergo, alguien quiere disponer de una fabulosa cantidad para comprar lealtades, adormecer conciencias, producir a manos llenas la impresión de estar a cargo, aunque sea de manera pasajera, guiando el voto para obtener la mayoría que tan desesperadamente necesita con tal de lograr lo que se ha propuesto, o sea, la desmantelación de los Derechos Sociales, la abolición de las garantías sociales que son conquistas históricas de nuestro pueblo; objetivo que encubre con eufemismos como “eficientar, modernizar, actualizar, hacer competitiva y atractiva nuestra economía a la inversión extranjera”, para condenar a los mexicanos a la exacción, el despojo, la ansiedad y la contaminación industrial, como los que viven tantos países manufactureros de Asia, los expoliados de África, los bienportados del Fondo Monetario Internacional como Argentina, y un Chile que recién empieza a saberlo, o ese paradigma macroeconómico que representa China, ese modelo ‘humanitario’ y ‘ecológico’ de estado.

Se trata de lo que “Molotov”, ese grupo de ‘jóvenes filósofos’, resume como: “dame, dame, dame/ todo el power/ para que te demos en la madre”.

La cosa está en si el pueblo mexicano, tan adicto a la televisión comercial (ya hay encuestas –chafonas, claro; pero igual sirven para crear una percepción– que indican con su 65 % a favor de la reforma de PEMEX que el lavado cerebral funciona) permitirá que le vean la cara otra vez. No abrigo demasiadas ilusiones, pues es corta la memoria de las masas; pero también nos consta que todavía quedan mexicanos dispuestos a enfrentarse a este nuevo y bien financiado embate de la oligarquía. Es un honor sumarme a ellos.

Felipe Calderón y el fantasma del relevo presidencial

Por Esto

* Los cargos: incumplimiento de sus responsabilidades
* Fracasos en seguridad pública, economía y desarrollo
* Lucha libre de gobernadores: PAN vs PRD vs PRI
* ¿Quién se quedó con los excedentes petroleros?

Con un gran número de facturas a cubrir, herencia de la administración de Fox,con quien estableció un pacto de sangre e impunidad, Felipe Calderón ha sido incapaz de gobernar...

Con un gran número de facturas a cubrir, herencia de la administración de Vicente Fox con quien estableció un pacto de sangre e impunidad, Felipe Calderón ha sido incapaz de gobernar, por lo que su relevó en la Presidencia de la República se ve como una opción cada vez más real. Los estrepitosos fracasos en materia política, económica, social y de seguridad pública obligan a los poderes legislativo y judicial a relevarlo del cargo que ha sido incapaz de asumir a plenitud, en el que ha manifestado una ineficiencia dramática, peligrosa y subordinada a los intereses políticos y económicos del capital estadounidense y del gobierno de ese país.

Tan sólo por insistir en sus inconstitucionales iniciativas de reforma energética, que llevarían a la entrega abierta y descarada del principal patrimonio nacional a las trasnacionales, don Felipe Calderón Hinojosa puede ser objeto de demanda de juicio político, por el incumplimiento del Artículo 87 de la Carta Magna, que lo obliga a “cumplir y hacer cumplir la Constitución”, desde el momento en que asume el cargo, como puntual y oportunamente lo apuntó el constitucionalista y maestro emérito de la UNAM, Raúl Carrancá y Rivas. Sus yerros en materia económica, política exterior, política interna, desarrollo social y combate a la pobreza, se sumarían a los argumentos para impulsar su remoción de la residencia oficial de Los Pinos.

En el ámbito económico insiste en continuar aplicando el mismo modelo que se ha seguido desde hace un cuarto de siglo con lo que continúa obteniendo los mismos resultados: la ampliación de la pobreza y la marginación. A finales del año pasado, el gobierno federal prometió un crecimiento económico del 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto si se aprobaba la reforma fiscal. Ahora, en los cinco meses que lleva este año el crecimiento económico que esperan los analistas económicos, los inversionistas y las autoridades del Banco de México son mucho menores y no corresponden en nada a las expectativas de principios de 2008.

A principios de este mes, durante la presentación del informe trimestral de inflación (enero-marzo), el gobernador del Banco Central, Guillermo Ortiz, advirtió que el crecimiento económico esperado será apenas de entre 2.44 y 2.9 por ciento del PIB. También la Secretaría de Hacienda, los organismos internacionales y los analistas nacionales e internacionales de la iniciativa privada revisaron a la baja sus expectativas debido tanto al entorno adverso a nivel mundial, derivado de la recesión en los Estados Unidos, que provocó una caída del 2.9 por ciento en las remesas que envían los mexicanos que trabajan en el extranjero y por el problemático entorno doméstico en México.

Además, la ola de violencia por la disputa en territorios de los cárteles se encuentra entre los principales obstáculos al crecimiento económico. La inseguridad pública en el país causa preocupación no sólo en los Estados Unidos y Canadá, sino también en los países europeos, por lo que la inversión extranjera directa se ha visto frenada. La Secretaría de Economía informó la semana pasada que la Inversión Extranjera Directa (IED) en México disminuyó un 36 por ciento en el primer trimestre frente al mismo lapso del año pasado. El país captó capitales por 4 mil 195 millones de dólares en ese periodo y se espera que en todo el año se atraigan 20 mil millones de dólares, cifra menor a la del 2007 pero que aún así es una expectativa que será difícil de cubrir por las condiciones que presenta la economía estadounidense.

Para los trabajadores mexicanos, muy lejanos a los cálculos económicos que hacen los especialistas de la iniciativa privada y del sector oficial, el entorno económico en este mandato es sumamente complicado. En lo que va de la presente administración han resentido una pérdida acumulada del poder adquisitivo de 23.69 por ciento.

En un estudio dado a conocer este mes, la Universidad Obrera de México revela que los salarios de los trabajadores decrecieron hasta en un 79.4 por ciento respecto a su poder adquisitivo real de 1994 al presente año, lo que ha colocado a la clase obrera en una situación de crisis porque mientras los salarios decrecieron un 263 por ciento, los productos como la tortilla crecieron mil 48, el pan blanco un 753 mil 3.1 por ciento y el huevo blanco un 380.1 por ciento.

Además de este embate, los trabajadores también están en peligro de ver cancelados muchos de sus derechos con la pretendida modificación de la Ley Federal del Trabajo, por lo que el pasado primero de mayo advirtieron al gobierno federal que sus iniciativas “no pasarán”, y anunciaron incluso que están dispuestos a llevar acciones de resistencia civil contra la privatización del petróleo y establecer un “frente común” contra la política antilaboral del actual gobierno federal.

A pesar de las señales adversas, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, insiste en la cantaleta de todos los funcionarios federales: “todo va bien”, y destaca que durante el primer trimestre del año la economía mexicana registró un crecimiento de tres por ciento, incremento que calificó de “muy positivo”, en tanto que Felipe Calderón remacha que su gobierno enfrenta con determinación y la fuerza que se requiere al crimen organizado. También siguió con su estrategia de afirmar una y otra vez que la aprobación de la reforma energética podría generar recursos para el país del orden de los 100 mil millones de pesos al año.

Calderón insiste en que de aprobarse las reformas estructurales que impulsa su Gobierno, podrían alcanzarse tasas de crecimiento superiores al 6 por ciento anual, las cuales por cierto no se verán en su administración.

Al ¡ya basta! le falta un ¡hasta aquí!

Y si en el ámbito económico la frustración es más que evidente, en el tema de la inseguridad pública el fracaso es ya inocultable al grado tal que las organizaciones sociales, la iniciativa privada y hasta el clero han demandado a Calderón poner un “hasta aquí” al riesgo que representan ya no sólo para la seguridad pública sino para la nacional la actividad de los cárteles de la droga. Los retrocesos en esta materia son más que evidentes, el crimen organizado se mantiene como una de las principales amenazas a la paz y seguridad del país y sus víctimas ya superan los 4 mil.

Este fracaso no ha podido ser ocultado ni por las declaraciones de los funcionarios de primer nivel ni por las “cortinas de humo” que se han corrido en torno al tema. Pero a pesar de todo, los principales responsables empezando por el propio Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño, Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora, siguen escenificando una farsa con declaraciones inverosímiles como “vamos ganando” y la “estrategia está dando resultados”.

Partidos en crisis

Lo que ha permitido a Felipe Calderón mantenerse en el cargo es sin duda la crisis por la que atraviesan los partidos políticos en México, lo que les ha impedido formar un frente común opositor en contra del michoacano. El caso más patético es el del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que está en serio riesgo de desmembrarse por la ambición de los caudillos de las principales tribus que lo conforman. Por un lado, “los chuchos” han acudido a todos los medios posibles para hacerse del control de la franquicia del principal partido opositor y no han dudado en hacer todo tipo de tropelías en la pasada elección para definir presidente y secretario general de su Comité Ejecutivo Nacional, como tampoco lo hicieron para acudir a las instancias electorales federales para defender un supuesto “triunfo” que no lograron en las urnas.

Su sistema de alianzas se ha visto que se ha ampliado a varios sectores gubernamentales a los que le ha servido generosamente, con la consigna de “frenar” el activismo político del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador que hoy por hoy es el principal líder de oposición, a pesar del impulso que le han querido dar a Marcelo Ebrard y al propio Lázaro Cárdenas Batel, que se perfilan como los precandidatos a la presidencia de la República.

Y en el otrora todopoderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de la segunda derrota electoral consecutiva en elecciones presidenciales y de la purga de “madracistas” en su dirigencia nacional, a pesar de su amplia presencia nacional se encuentra totalmente restringido y no ha logrado establecer un liderazgo nacional que lo pudiera llevar a la recuperación de la mayoría parlamentaria el próximo año y, posteriormente, de la Presidencia de la República.

Ello se debe en mucho a que se ha constituido en una suma de poderes locales, encabezados por los gobernadores que han desplazado en mucho el eje del poder del CEN del PRI, cuya dirigente Beatriz Paredes Rangel, ha sido relegada de las decisiones fundamentales del partido a nivel regional por los cacicazgos formados y a nivel nacional por el activismo de los coordinadores parlamentarios en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados.

A diferencia del PRD, el PRI no ha manifestado una real preocupación por la situación política, económica y social del país, y se ha contentado con las migajas que le proporciona convertirse en la fracción parlamentaria bisagra para que pasen por el Congreso las iniciativas de reforma enviadas por el Ejecutivo Federal. Y en el corto plazo no se vislumbran señales de que las cosas puedan cambiar en este partido cuyos dirigentes están más interesados en sus ambiciones políticas que en los intereses nacionales.

Los principales priístas en las entidades de la República están ahora ocupados en realizar acciones que los lleven a convertirse en candidatos a diputados federales y senadores de la República en las elecciones de 2009. Beatriz Paredes por su parte, más que en la construcción de una dirección partidista con altura de miras, sin duda está más ocupada en asegurarse un lugar en la próxima legislatura federal, lo que también pone en el tapete de los intereses de los gobernadores la posibilidad de llegar a la dirigencia nacional priísta, a fin de poder controlar en el 2011 la designación de la candidatura por la Presidencia de la República.

Mientras que en el Partido Acción Nacional (PAN) convertirse en partido en el gobierno no le ha sido fácil, como lo puede atestiguar la accidenta imposición de Germán Martínez como dirigente nacional del blanquiazul, luego de que los doctrinarios y seguidores de Vicente Fox fueron desplazados del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido.

El PAN en estos momentos ha perdido su sentido critico y su posición autónoma ante el poder presidencial, lo que lo ha debilitado y puesto al servicio de Felipe Calderón, cuyas acciones de gobierno e iniciativas legales y constitucionales que hace llegar al Congreso son respaldadas incondicionalmente, sin una mínima revisión y crítica, confundiendo el proyecto calderonista con la visión que debería de tener Acción Nacional en base a sus principios ideológicos.

Un partido en esas condiciones, lejos de servirle a su jefe máximo, el Presidente de la República, lo perjudica porque se debilita y así enfrentará unos duros comicios federales el próximo año. De seguir en esa posición, de nada le valdrá al PAN contar con nueve gobernadores, con la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República y con decenas de diputados locales y cientos de ayuntamientos, porque simple y sencillamente puede perder esas posiciones de elección popular en los comicios venideros.

jueves, 29 de mayo de 2008

Balde de agua fría

Revista Siempre

En medio de la autocelebración del gobierno panista, debió caer como balde de agua fría el resultado de encuestas recientes. Una, de BGC Ulises Beltrán y Asociados, según la cual en sólo dos meses la gente que le tiene “mucha confianza” a Felipe Calderón cayó de 35 a un triste 6 por ciento, en tanto que según la Encuesta sobre Opinión Pública Mundial, realizada en México por el diario Reforma, 83 por ciento de los mexicanos piensa que aquí se gobierna para “unos cuantos”.

Por supuesto, cabe la posibilidad de que tales cifras representen más un estado de ánimo momentáneo que una visión sociológica basada en certezas, pero eso no es, no puede ser consuelo para quienes gobiernan con las encuestas en la mano y el Jesús en la boca.

Los números adversos son más dolorosos cuando se está acostumbrado al manipuleo de las cifras. Por si alguien lo olvidó, la guerra sucia de 2006 comenzó con encuestas que mostraban una súbita e inexplicable caída en la popularidad de Andrés Manuel López Obrador y un impetuoso aunque igualmente inexplicable ascenso del candidato panista.

Dicho de otra manera, las encuestas sirven lo mismo para un barrido que para un fregado, y quien las paga suele emplearlas más bien para lo segundo. Pero cuando se trata de muestreos que otros encargaron la cosa cambia. Así ocurre ahora con las mediciones citadas.

La encuesta de BGC Ulises Beltrán deja a la Presidencia de la República en el sótano, pero no le va mejor a otras instituciones. Como era de esperarse en medio de la guerra civil que vive el país, la Procuraduría General de la República y los cuerpos policiacos están en la lona, pero peor, mucho peor, es la imagen que tienen los ciudadanos de sus políticos y aun más abajo se sitúa a los partidos políticos.

Alguien puede pensar que datos tan negativos como los que ofrecen BGC Ulises Beltrán u Opinión Pública Mundial tienen la intención de buscar clientela o que se pretende vender protección a los políticos ofreciéndoles encuestas más a modo —ya se sabe que de acuerdo con la metodología se obtiene el resultado—. Sin embargo, más allá de las intenciones de los encuestadores, muchos mexicanos perciben un fracaso rotundo en la gestión de Felipe Calderón, pese a lo cual milagrosamente se mantiene alta la confianza popular en el ejército. Lo cierto es que políticos e instituciones están muy lejos de ofrecer una buena imagen, no hay confianza en ellos y en los meses venideros no se advierte cómo ha de cambiar esa percepción. Eso nos debe preocupar a todos.

Un libro que nada contesta

Revista Siempre

Con un aprendizaje, claro, pero poco a poco vamos llegando al mundo tentador del Internet como origen de noticia política. Y a recibir material, cuya validez no podemos certificar sobre los grandes temas del día. Para los hijos de la generación Gutenberg, el mundo electrónico es desconocido y sospechoso: ¿de dónde viene tanta información?, ¿quién la certifica? Sin embargo, allí está llena de sugerencias y preguntas.

Así el otro día recibí una crítica sobre el nuevo libro de Salinas que está lleno de cuestiones sin contestar de gran importancia en la coyuntura actual de este pobre país. La más importante no es su actitud a toro pasado sobre los regímenes de Zedillo y Fox, ninguno de los cuales es defendible, pero a los que Salinas no atacó como el estadista que pretende ser hoy. Y es justamente el pleito Zedillo-Salinas una de las grandes cuestiones que queda por aclarar. Tras la sospechosa muerte de Colosio, ¿qué virtudes de Zedillo llevaron a Salinas a darle todo el apoyo del sistema? ¿Y qué traiciones cometió Zedillo que aún alimentan, años después, el encono salinista? Y en el caso de Fox, ¿no es éste desde un principio una creación salinista, incluyendo su intervención en la política interna de Guanajuato y el manoseo constitucional?

Pero lo más importante, en estos momentos, me parece ser la pregunta sobre la intervención de Salinas en Pemex, a partir de su pleito con La Quina que osó jugar la carta política de Cuauh­témoc Cárdenas, la venganza cruel y arbitraria del todopoderoso presidente y la acusación gravísima de un sistemático sabotaje al desarrrollo de la compañía nacional, así como las alianzas secretas de Salinas con el grupo tejano de los Bush, de donde era íntimo y a donde era invitado en acontecimientos tan familiares como los ochenta años de Bush el Viejo, cuando para probar lo macho que era saltó en paracaídas. Y por cierto que otro de los escasísimos invitados ese día fue Gorbachov, el traidor de traidores. ¿O debemos decir el democratizador de democratizadores?

La relación Salinas-Bush no es nada nuevo por supuesto, pero tiene en estos momentos una importancia fundamental para ayudar a entender lo que está sucediendo en la cuestión petrolera que no debe reducirse a una guerra sucia entre partidos. ¿Es que ya había un gran trato desde el arribo de Salinas a la Presidencia?

En un juego borgeano, nos preguntamos detrás del Salinas que es hoy en gran denunciador con su libro, ¿cuántos Salinas se esconden en un siniestro juego de infinitos y de oscuros espejos?

Monólogo en un teatro sin público

Revista Siempre

Tercera llamada: Carlos Salinas y su monólogo a escena en un teatro sin público. Más de lo mismo y sin nombres para la ambigüedad de la cobardía. Padre putativo de la privatización, del neoliberalismo, de Ernesto Zedillo, del neopopulismo, del autoritarismo presidencialista, mano negra de la partida secreta, Salinas, el de las mil máscaras que danzaron por las calles, aprovecha el escándalo político para ofrecer su aburrido guión.

Nada nuevo bajo el eclipse salinista, pero se aprovecha del caótico y hobbesiano escenario nacional de todos contra todos, para presentar su obra: del sexenio sangriento y corrupto a la década perdida: 1988-2006.

Remedo de Luis XV, caricatura de Luis XIV, pasa del “Estado fui yo”, al “Después de mí, el diluvio”. Bastan las páginas publicadas por Proceso (4/V/08) donde, como La Llorona, va en busca de sus hijos y abjura de ellos. Y sin maquillaje ni máscara, se presenta como el verdugo para cortar cabezas a diestra y siniestra, mordiéndose la lengua y dejándose la cola que metió en la partida secreta. Impuso a Zedillo en el trono ensangrentado, su hijo transexenal, cuando no acababan de enterrar a Colosio, su hijo asesinado desde los pasillos del poder presidencial... “¿Dónde está Colosio, Córdoba? No donde se cena, sino donde se es cenado”.

Confunde Salinas “alternativas” con opciones, como tiene otras confusiones al mirarse al espejo del zedillismo, con sus privatizaciones ni a tontas ni a locas, porque, con sus propias palabras, iniciaron “la ruina económica y social más grave desde la Revolución de 1910”, pero beneficiaron a sus amigos, a sus empresarios cómplices (hombres de presa) y a su “hermano incómodo”, cuya fortuna (inversiones en TV-Azteca) no está al margen del enriquecimiento ilícito. Su privatización... ¡sin amiguismos!, confiesa el perverso de Rogozinski, es el ejemplo que intenta seguir Calderón: la derecha salinista y la derecha calderonista.

El verdugo Salinas, hacha en manos, populista y con una política al estilo del neoliberalismo económico (que Gurría prometió para 18 años) dentro del fundamentalismo del mercado al servicio del TLC; ahora saqueando al Marx del 18 Brumario, se convierte en crítico para escupir por encima de su total calvicie, enredarse en su baba y justificar la entrega calderonista de Pemex.

Así, el neoliberal, el privatizador, el populista de Salinas corta las cabezas de Zedillo, de Fox, de López Obrador... y depredador de la nación, como todo los bribones, no deja de ser un presidente del montón que han desgraciado a la nación.

Calderón Traidor a la Patria

machetearte

El Dr. en Derecho Raúl Carrancá y Rivas dijo: “el intento de Felipe Calderón de "trampear" la Constitución modificando leyes secundarias para privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) lo hace sujeto de juicio político.

Los mexicanos están en su derecho de reclamarle a Felipe Calderón el cumplimiento de la Constitución , y también serían sujetos de juicio político aquellos legisladores que llegasen a aprobar dicha iniciativa.

El Dr, en Derecho Bernardo Batis, dijo: "ceder una posición estratégica como Pemex", en la forma que pretende el Ejecutivo federal, "es o una tontería o un acto de traición"

El Licenciado Jaime Cárdenas exconsejero del IFE dijo: "que los senadores del PRI Francisco Labastida, "responsable del Pemexgate", y del PAN Juan Bueno Torio, ex funcionario de la paraestatal, o el diputado priísta Emilio Gamboa, entre otros, deben excusarse de participar en los debates sobre el tema, "por su evidente conflicto de intereses". Sostuvo que la pretensión de Calderón Hinojosa de violar la Constitución a través de cambios en las leyes secundarias, rompe el pacto social y político que dio origen al Estado mexicano. Dijo haberse "espantado" ante la lectura de las iniciativas del Ejecutivo, destacó que la propuesta concede a un comité de transparencia y auditoría la facultad de legislar en materia de adquisiciones, contratos y obras, y al comité de remuneraciones la de fijar salarios, potestades ambas que son responsabilidad del Congreso; establece límites a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y otros órganos de control para que no fiscalicen las actividades de la paraestatal; crea consejeros al margen de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos; permite la adjudicación directa de contratos y otorga facultades a la empresa petrolera para contratar deuda externa, entre otros ejemplos de violaciones concretas a la Constitución

Reprobado

Revista Proceso

México, D.F., 28 de mayo (apro).- El gobierno de Felipe Calderón ha sido puesto en el banquillo de los acusados por todas las organizaciones internacionales de derechos humanos. No hay una sola que le dé su aprobación. Al contrario, critican su falta de política en la materia y su desinterés porque se aplique la justicia, principalmente contra los militares que han incurrido en abusos contra la ciudadanía en su función de persecutores de la delincuencia organizada.

La comparación que se está haciendo del gobierno de Calderón no es nada agradable, pues se asemeja a las peores administraciones que tuvo el PRI, en las cuales la constante era la tortura, la violación a las garantías individuales, casos de desapariciones forzadas, la persecución por cuestiones políticas y la esquizofrenia de defender los derechos humanos en los foros internacionales, mientras que a nivel nacional es todo lo contrario.

A principios de año, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos puso el dedo en la llaga al criticar la utilización de tropas militares para la persecución de los narcotraficantes. Louis Arbour, titular de ésta representación de las Naciones Unidas, consideró “inapropiado” darle esta función policiaca al Ejército y alertó del peligro para la población civil de abusos de los militares.

La muerte de civiles en los retenes militares de Sinaloa y Tamaulipas, así como los casos de violaciones a mujeres en Michoacán por soldados en un operativo contra el narcotráfico, dieron la razón a los representantes de la ONU.

Pero, en lugar de corregir, el gobierno de Calderón y el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, criticaron y presionaron para que Amerigo Incalcaterra, representante en México de dicha oficina de las Naciones Unidas, saliera del país.

Este hecho, jamás desmentido por la Secretaría de Relaciones Exteriores, deja un antecedente muy preocupante para el gobierno mexicano, pues confirma la insensibilidad y la intolerancia de Calderón para con el tema de los derechos humanos.

Amnistía Internacional, por su parte, en su Informe Anual 2008 recriminó al gobierno de Calderón su indolencia para detener la práctica de la tortura, la corrupción, la impunidad, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en México y, aún más, el regreso de delitos considerados de lesa humanidad, como la desaparición forzada de personas, como es el caso de los dos miembros del EPR, Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

La respuesta del gobierno calderonista ahora fue descalificar las observaciones de la agrupación internacional, con sede en Londres. El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño dijo que en México no hay “desaparecidos políticos” y el procurador General de la República, Eduardo Medina Mora puso en duda la veracidad de las observaciones hechas por Amnistía Internacional.

Human Rights Watch también ha hecho observaciones muy críticas sobre la situación de los derechos humanos en México, pero sobre todo a la actuación limitada y “decepcionante” de la CNDH que no ha ejercido todo su peso ni sus facultades para mejorar las condiciones.

Los juicios que a nivel internacional se han hecho a Felipe Calderón en materia de derechos humanos, no se habían formulado a los últimos presidentes.

Las organizaciones mexicanas de derechos humanos, como el Centro Agustín Pro Juárez y la Liga Mexicana de Derechos Humanos (Limedh) advierten que esta deficiencia del gobierno federal se debe a la falta de legitimidad con la que Calderón llegó a Los Pinos y la polarización social que provocó en su campaña electoral, en que utilizó la llamada “guerra sucia” de spots

Explican que, ante esta deficiencia, Calderón echó mano del Ejército para ganar legitimidad y, al mismo tiempo, combatir el narcotráfico. Pero que ante los nulos resultados obtenidos ha salido contraproducente el ejercicio de la fuerza militar, porque ni ha conseguido el reconocimiento social, ni tampoco ha logrado abatir al crimen organizado.

De ahí una de las causas de la grave crisis por la que atraviesan los derechos humanos en el país. Pero también está la ausencia de una política clara en la materia y el desinterés por aplicar la justicia en los casos en que soldados y policías han cometido graves faltas contra la población.

Por la actitud que ha mostrado el gobierno calderonista ante las críticas de las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, es previsible que no veamos cambios en las políticas oficiales ni en la forma en que las autoridades vienen desempeñándose.

La intolerancia y la soberbia del gobierno de Calderón quedarán así demostradas. Mientras tanto, no se descarta que se sigan presentando casos de impunidad, tortura, desapariciones forzadas y otras violaciones a los derechos humanos de parte de policías, soldados y funcionarios de los tres niveles de gobierno.

■ Clarividente de gran calado, desastre de gobernante

Carlos Fernández-Vega

Cierto clarividente de gran calado asegura que entre 2040 y 2050 la mexicana se convertiría, por obra y gracia de la verborrea gubernamental, en la “quinta economía más importante del mundo”. Cierto es que tal profeta ni siquiera puede con lo que le ha tocado en sus 18 meses de estancia en Los Pinos pero, pecata minuta, ello no le impide divulgar las revelaciones de su micrófono de cristal.

No hay que dedicar mucho tiempo ni neurona para adivinar de quién se trata y lo que, “haiga sido como haiga sido”, le develó su amplificador. El problema, como siempre, es que la realidad no se ajusta al discurso y mucho menos a la proyección, porque en los hechos la “sólida” economía mexicana, que para efectos del aparato propagandístico es “un navío de gran calado”, ha caído cinco escalones en los últimos siete años (del 9 al 14, según cifras de los organismos internacionales).

Por lo anterior, los mexicanos deberían invertir sus cada día más escasos recursos en la adquisición de un sillón lo más mullido y cómodo posible para esperar el advenimiento del progreso y el bienestar revelados por el micrófono de cristal y la citada profecía de la “continuidad”, toda vez que Calderón y sus neo científicos “no nos quitamos de la mente la idea, el objetivo de que para mediados de este siglo XXI México se convierta, como ya muchos pronostican, en la quinta economía más grande del mundo”.

Así que tranquilos, no os desesperéis, pues en el mejor de los casos y siempre que se cumpla la dudosa profecía, ya sólo restan entre 32 y 42 años para que el progreso os envuelva y el primer mundo os reconozca, siempre en línea con la oferta de no pocas religiones, en el sentido de que el presente es mero trámite y el futuro es lo que vale (léase el acceso al reino de los cielos).

Mientras llega tan glorioso momento y del micrófono de cristal emanan más y más revelaciones, la información del presente es tan parecida a la del pasado inmediato que, de plano, sorprende.

Allá por los calenturientos días primermundistas de otro profeta, a la par que dueño del micrófono de cristal, un organismo gubernamental denominado Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol, 1993) lanzaba la siguiente, terrible advertencia: “de no llevarse a cabo una política deliberada de redistribución del ingreso, el 10 por ciento de los hogares más pobres del país (los más pobres entre los pobres) tendrían que esperar 64 años para satisfacer sus necesidades esenciales, en caso de que México registrara una tasa sostenida de crecimiento de la economía de 3 por ciento anual por habitante; el siguiente 10 por ciento de los hogares tardaría 33 años; el siguiente 10 por ciento de los hogares pobres esperaría 21 años y el siguiente 10 por ciento 10 años.

“Tres hipótesis sobre el particular: para concretar la primera, que supone que para el año 2007 se mantendrá una distribución del ingreso entre los hogares mexicanos idéntica a la que prevaleció en 1985, el producto interno bruto (PIB) tendría que crecer a una tasa sostenida de 7.4 por ciento anualmente, en términos reales, entre 1986 y 2007; para alcanzar la segunda, que establece que en 2007 se alcanzaría una distribución del ingreso similar a la registrada en el Reino Unido en 1967, el PIB tendría que avanzar 4 por ciento cada año en igual periodo, y para llevar a la práctica la tercera, que estima una distribución del ingreso parecida a la que prevaleció en el pasado reciente en Checoslovaquia o Hungría (en tiempos del bloque soviético), el PIB debería crecer en el mismo lapso a un ritmo anual sostenido de 2 por ciento”.

Han transcurrido 15 años desde aquella advertencia; cuatro profetas han pasado por Los Pinos, compartido la profecía y gozado del micrófono de cristal, y en el mejor de los casos, sólo en el mejor, los mexicanos (de acuerdo con el diagnóstico del Pronasol) a estas alturas gozarían de una distribución del ingreso igual (aunque todo indica que peor) a la registrada antes de 1990 en los citados países del ex bloque socialista. Todo, consecuencia del exitosísimo resultado concreto de la política económica, a la que se aferran.

Eso fue en 1993. En 2008, por medio de La Jornada, nos enteramos del éxito permanente: “ubicado a la zaga del crecimiento económico entre los principales países en desarrollo, México tardará por lo menos 55 años (para el 2063, cuando menos), el lapso que cubren dos generaciones, para asomarse a los niveles de bienestar que gozan hoy los países industrializados. Esta es una de las conclusiones más contundentes de un informe internacional sobre el crecimiento y la inclusión social, auspiciado, entre otras instancias, por el Banco Mundial.

“Además del largo plazo considerado por el reporte para que el país logre colarse a las grandes ligas del desarrollo, existe una condición para que la previsión se cumpla en el tiempo señalado: que la economía mexicana crezca al menos 4 por ciento en promedio anual, una tasa que no han logrado los últimos tres gobiernos, incluidos los años que ha gobernado el Partido Acción Nacional... En el informe, publicado la semana pasada, se menciona que México, con un ingreso promedio por habitante de 9 mil 967 dólares en 2006, ha logrado una modesta tasa de crecimiento económico de 2.4 por ciento en promedio anual durante los últimos 10 años. Si el país lograra sostener un incremento al menos de 4 por ciento cada año de su PIB serían necesarios 55 años para que alcanzara el nivel de ingreso que tienen los países industrializados.

“Gran parte del aumento en la desigualdad se atribuye a la globalización. El resultado es un creciente escepticismo acerca de sus beneficios, tanto en los países en desarrollo como desarrollados”, indica el informe, elaborado durante dos años por una comisión de expertos, ex dirigentes y académicos, sobre todo de países en desarrollo. La Comisión de Crecimiento y Desarrollo fue auspiciada por el Banco Mundial, la Fundación Hewlett, y los gobiernos de Australia, Holanda y Reino Unido” (La Jornada, Roberto González Amador).

Las rebanadas del pastel

Entonces, si como gobernantes son un desastre, como profetas resultan mucho peor.

Germán enterró la contrarreforma de Calderón

Alvaro Cepeda Neri

Cuando ya Calderón (y su equipo del primer círculo: Mouriño, Nava, Cortázar, Ruiz Mateos, Alejandra Sota...y Margarita Zavala) se habían quitado de encima a Manuel Espino (éste sorprendido con copas de más, detenido y dejado en libertad sin pagar multa alguna por su socio Bours, allá en Hermosillo, Sonora) los del PAN aceptaron con porras la orden del inquilino de Los Pinos para que Germán Martínez Cázares, apenas desempacado en la secretaría de la Función Pública, fuera el relevo en la presidencia nacional del PAN, ya que reunía todos los requisitos: inteligente, ideólogo, conservador, “leído y escribido”, probado calderonista, entrón y etcétera.

Además: michoacano, dirigente de la Fundación (de inspiración en el derecho natural) de “Rafael Preciado Hernández”. Ex diputado federal “pluri”. Discípulo de Carlos Castillo Peraza y, dicen, muy enterado en temas doctrinales panistas y tanto que coordinó la última edición de los principios panistas. Se fue a España, a la Universidad Complutense, donde obtuvo el doctorado en derecho constitucional. Y adorna, además, su despacho de estudio, con diplomas, como el que lo acredita con maestría en ciencias políticas.
Fue representante ante el IFE y ya para ingresar al equipo calderonista, era secretario de estudios del Comité Ejecutivo del PAN, sin mucho trabajo porque Espino era y es cabeza dura.
Con esos títulos y cualidades, su designación en la dirigencia nacional de Acción Nacional, despertó esperanzas renovadoras entre los militantes tras el pragmatismo enfermizo de Espino. Cuentan que hizo gestiones para conocer a un conocidísimo y célebre escritor y éste como que no quedó muy convencido de las virtudes de Martínez Cázares. Diputado “pluri”, luego lo fue con todas las de la ley. Era, pues, el hombre y hasta uno de los candidatos a la sucesión... si el PAN repite por tercera vez. La verdad es que Germán (como ahora su adversario Mouriño) como que no ha dado el ancho.

Y si el perredista Carlos Navarrete se ufanaba de que la propuesta calderonista ya estaba muerta, en vísperas de las jornadas para discutir qué hacer con PEMEX, la intervención del presidente del PAN, en el acto inaugural, la hizo de sepulturero. La enterró. En lugar de llegar propositivo, se puso los guantes y tiró golpes a diestra y siniestra.

No descontó a nadie, porque como el mal boxeador, telegrafiaba, fintaba, corría por el ring, brincaba y corría ante la mirada de los asistentes que lo dejaron descalificar a medio mundo y echarle guayabazos a Calderón, alegando que los allí reunidos estaban molestos por la victoria pírrica de las elecciones presidenciales, donde Calderón triunfó pero no convenció. Germán perdió la oportunidad. Desolado, aguantó dos horas y se fue, sin saber que su papel era el de un político. Con Germán ya van dos calderonistas (más Mouriño) con Ramírez Acuña, que probaron no estar a la altura de las necesidades calderonistas.

Qué bonito ¿no?

María Teresa Jardí

Me repito. Pero cómo podríamos no repetirnos los que tenemos la suerte, en este caso merced a la generosidad del Director del POR ESTO!, de poder compartir con otros lo que salta a la vista de las noticias que se repiten también porque no se atacan los problemas de fondo que se pueden resumir en uno solo: se desarmó la estructura ética de todas las instituciones de la cada vez menos soberana república. Cómo no repetirnos cuando nada se hace para rearmar éticamente a las pocas imprescindibles instituciones para salvar a los Estados Unidos Mexicanos como nación libre y soberana en aras, incluso, de que a los mexicanos no se nos acabe de imponer como amo otro país, dictándonos cómo debemos vivir, lo que debemos comer y beber y dejándonos los trabajos de esclavos a los que podemos acceder.

Mientras el CISEN a modo en este momento de la usurpación panista que encabeza Calderón, como organismo de inteligencia brilla por su ausencia desde hace ya mucho tiempo.

Claramente desde que a Gutiérrez Barrios se le quitó el control de los asuntos de inteligencia para poner en manos de José Córdoba, al servicio de él mismo, de los intereses económicos y financieros de los Salinas y de los amigos empresarios del expresidente escritor de libros exculpatorios que sólo leen los que ya conocen su contenido.
Desde que el CISEN fue puesto en manos de José Córdoba para poder enriquecerse, unos cuantos hasta lo inaudito, a costillas de un pueblo empobrecido de la misma manera. Al grado de que Slim ya va a por la Caixa de Cataluña.

Mientras el CISEN dejó de ocuparse, sexenios ha, de las cuestiones de inteligencia, para espiar solamente, no quiero decir que antes no se espiaran también los polvos extramaritales tan útiles para el chantaje, durante el breve lapso de transición, en el que todavía la clase política, aún no del todo empresarial, conservaba algo de la vergüenza, luego ya ni para eso sirvió el CISEN reducido a la categoría de investigador privado de quinta, es decir, en la jerga de las novelas policiacas conocido como: “huele braguetas”, es decir, el que se conforma con trabajar para maridos cornudos. Mientras el CISEN se dedica a contactar legisladores, a modo, tarea del todo inútil, a modo lo son todos, los de todos los partidos, para acabar de rematar lo poco que le queda al país de soberano, en lugar de ocuparse de los narco-policías o policías-narcotraficantes, que son la misma cosa, de los AFIS de día Zetas por la noche, de la policía que no tenemos en México, la que cuando no ejecuta, es ejecutada por sus cuatachos también narcotraficantes, que sí tenemos en México, es decir, mientras el CISEN espía legisladores para lograr adeptos a la entrega del país que Calderón se ve obligado a hacer en aras de cumplir con las muchas deudas adquiridas durante la campaña y para ser reconocido como “presidente” a pesar de su clara usurpación del puesto que ni con el fraude legalizado ganó en las urnas. Mientras los narcopolicías se ejecutan entre ellos el organismo de inteligencia, que un indiano maneja, espía legisladores para ver el capital con el que cuenta el usurpador mexicano. Qué bonito ¿no? Costos, sin duda, de convertir a México en el paraíso del narcotráfico, de la trata de blancas, de la explotación infantil, de los pederastas y asesinos mil. Costos del entreguismo y del abuso gubernamental y partidario que en casi ningún otro lugar del mundo se tolera. El Banco Mundial de nuevo se equivoca.

México tardaría 55 años en alcanzar el desarrollo de los países de primer mundo si dejaran de robar los empresarios políticos y los políticos empresarios, que controlan el poder en México. Es decir, México, lo lograría, si dejara, hoy, de estar en manos de las familias mafiosas que controlan el país como su rancho particular creyendo, el fecalismo usurpador, que puede incluso rematar México al extranjero sin consecuencias. Qué bonito ¿no? a nivel nacional y desde el Banco Mundial la mentira como única certeza.

Con todas las ventajas y desventajas que eso implica

Ricardo Andrade Jardí

Mientras los funcionarios del desgobierno usurpador intentan desaparecer, para luego repartirse, los excedentes petroleros, el narcotráfico, al que según Fecal “le estamos ganando –menos mal-- la guerra”, sigue con su sangrienta cuota en la lucha por el poder, económico, el político ya no interesa a nadie pues el elenco circense que la norma institucional requiere para poder ser franquicia de la trasnacional “Democracia Corporation S.A.”, no requiere competencia, ni despierta ya el menor interés, en un sistema global que únicamente responde a los dictados del mercado libre, es decir, al dinero.

En tanto el campo mexicano condenado al abandono y el hambre, está próximo a enfrentarse a la competencia desleal de las trasnacionales que como siempre exportarán a México sus productos agrícolas con todas las facilidades mientras la Secretaría de Hacienda implementa las fórmulas que le permitan cobrarle más impuestos a los pobres y menos a los ricos, impuestos que terminarán pagando los propios campesinos, hoy abandonados a la suerte dictada por la globalización.

¡Explotación o muerte! Es el grito de los nuevos capitalistas de la tecnocracia contratados para administrar desde el desgobierno los intereses usureros de los internacionales consorcios y los mediocres, pero reconfortantes, privilegios de los oligarcas apátridas y sus patanes (intelectuales clasemedieros) orgánicos, que se sienten iluminados, para repetirnos cada diez minutos lo bueno que será que los extranjeros empresarios y empresarios mexicanos exploten y comercialicen el petróleo, con la garantía de que todos (ellos por supuesto) se enriquezcan y que todos (nosotros) asumamos el riesgo de la deuda privada y la paguemos como si fuera pública, pero sólo en el supuesto de que algo salga mal, como siempre sale, cuando se trata de los negocios de la oligarquía con los recursos o patrimonios públicos.

Y ahí están los “debatientes” haciéndole el favor a la usurpación, opinando por todos los contras de la reforma energética fecalista, los a favores no son más que un manojo de slogans mal justificados, aunque en la realidad bastaría que recordemos el atraco del rescate carretero, del rescate azucarero, bancario (FOBAPROA) y TELMEX, para que sólo la mención de la propuesta de reforma energética que pretende abrir la inversión privada de nuestros recursos energéticos fuera suficiente para promover los juicios políticos contra el usurpador y todo funcionario que lo acompañe en el intento inconstitucional de que la familia del españolete secretario usurpador de Gobernación, siga haciéndose millonaria a las costillas de la pobreza mexicana y del petróleo nuestro, tan codiciado.

El debate real debería ser otro, el debate debería estar encaminado a terminar con la impunidad y la corrupción que se promueve desde el desgobierno usurpador, a buscar otras formas de energía más sanas ambientalmente y que dejen de hacernos dependientes del mercado global y la especulación usurera, a lograr también que el petróleo sea extraído por PEMEX para satisfacer las demandas de las necesidades internas y no para la exportación… el debate debería darse nacional y públicamente, lejos del circo legislativo, para evitar el Plan México-Iniciativa Mérida, que obligará a nuestras policías (las que deberían desaparecer ya) y fuerzas armadas a someterse al control y las órdenes de la milicia gringa y a nuestros desgobiernos a los caprichos de los cretinos y asesinos presidentes de la Casa Blanca. Como siempre, Estados Unidos pondrá las armas y nosotros los muertos, es ahí donde tendríamos que estar debatiendo y no en la parafernalia telecrática de un debate que de nacional no tiene nada y de público aún menos, debatir qué futuro queremos, el de los sepulcros o el de nuestra independencia con todas las ventajas y desventajas que eso implica, mientras “Los Chuchos” y el PRIAN aprueben lo que ya tienen pactado desde hace tiempo en su falso juego democrático. Es claro que la defensa de nuestra soberanía no se dará en las tribunas legislativas de la impunidad y la corrupción, sino donde siempre se ha defendido la soberanía de los pueblos, en las barricadas, que suelen cerrar las calles, pero también abrir los caminos.

Crisis alimentaria para pobres y miserables; negocios para gobiernos y empresarios

Pedro Echeverría V.

1. Los pobres y miserables del mundo, que de manera permanente han sufrido “crisis alimentaria”, ahora sufrirán hambre. Espero que todavía les quede el aliento y la fuerza para decir ¡Basta! y salgan a las calles de la ciudad del campo para defender lo que les corresponde. Han trabajado toda su vida, los han explotado y saqueado y hoy les arrojan una moneda por el imperio para que vean la justicia de los poderosos. Hoy publican: “El Banco Interamericano de Desarrollo, BID, anunció este martes que destinó un programa de 500 millones de dólares para los países de América Latina y el Caribe, con la finalidad de disminuir el impacto del aumento de los precios de los alimentos en la región”. ¡Qué gran cinismo! Después que someten a los países con cuantiosos préstamos y pagos de intereses, después de obligar a sus gobiernos títeres a reducir la inversión social y del campo, después de sacar del mercado a competidores, ahora los EEUU y sus bancos aparecen como salvadores.

2. También los gobiernos títeres repiten el ejemplo yanqui; por eso el domingo 25 apareció el presidente ilegítimo Felipe Calderón, en cadena nacional, para subrayar que “la crisis alimentaria es mundial” y que México no podrá escapar de ella. Le subirá 120 pesos al mes en el subsidio de los más pobres a fin de que se ayuden para pasar la crisis mundial. Muchos mexicanos dijeron: “si esta crisis es mundial entonces nada tenemos que hacer, quizá sólo encomendarnos con dios”. Pero resulta que los gobiernos, por lo menos desde 1982, sí tienen que ver. Su política económica, en vez de solucionar el desempleo y los problemas del campo se dedicaron a castigarlo quitándole inversiones y provocando más desempleo y el abandono de los pueblos para encontrar sustento como braceros en EEUU. Todos los analistas de estos asuntos, guiándose por datos estadísticos, han demostrado que la implantación del neoliberalismo y la privatización llevaron a la profundización de la miseria.

3. ¿Se piensa acaso que en el sistema capitalista se pueden evitar estas “crisis” de producción, de escasez, de especulación, que son medidas que adoptan los poderosos para acumular riquezas mientras la población sufre hambres? ¿Puede el capitalismo existir sin provocar guerras, invadir naciones pobres y sin fabricar armas para vender? No hay que perderse en particularidades que quieren culpar a China, a India, al etanol o al aumento exagerado del precio del petróleo. En estas crisis capitalistas, indudablemente, siempre pierden los explotados, los pobres, los miserables; mientras los grandes consorcios, los poderosos monopolios internacionales obtienen gigantescas riquezas. Detrás de cada “crisis” siempre se esconde alguna jugada que los dueños del capital preparan. ¿Se imaginan cuánto van a sufrir con la escasez o falta de granos como el maíz, frijol, trigo o arroz los señores Bush, Aznar, Slim, Azcárraga, Calderón o Mouriño? ¿Qué mayor golpe se prepara contra el pueblo?

4. Los gobiernos inmediatamente posteriores a la Revolución de 1910/17 mantuvieron una política agraria por lo menos hasta 1942. Alrededor de este año, con la segunda guerra y más tarde con la organización de la ONU con predominio de los EEUU, varios países (en ellos México) iniciaron un proceso de urbanización en perjuicio del campo. En los hechos todo el proceso de industrialización y urbanización de las grandes ciudades mexicanas descansó en el trabajo de los campesinos que sacrificaron los precios de sus productos para impulsar el desarrollo de la nación. Por esa política de abandono del campo en beneficio de la ciudad se inició la migración de la población en esa misma dirección. Sin embargo, aunque ese cambio era definitivo llevó varios años. Pero el cambio que se inició en 1982 fue mucho más violento porque despojó a los campesinos de lo poco que tenían para dejarlos sin nada en beneficio de los nuevos terratenientes. Así que llevan más de 25 años en completo abandono.

5. Apunta el investigador José Luis Calva: “El campo mexicano fue convertido en un enorme laboratorio de experimentación neoliberal. Los programas de “reforma estructural” —aplicados desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta el presente— significaron: 1) la severa reducción de la participación del Estado en la promoción del desarrollo económico sectorial (no sólo cayeron dramáticamente la inversión y el gasto agropecuarios, sino que se suprimió el sistema de precios de garantía); 2) la apertura comercial unilateral y abrupta, realizada durante los años 80 y amarrada en el TLCAN. Desde entonces, el campo no ha vuelto a levantar cabeza. El crecimiento agropecuario apenas alcanzó una tasa media de 1.5% anual en el periodo 1983-2007, inferior al crecimiento demográfico; y las importaciones agroalimentarias brincaron de mil 790 millones de dólares en 1982, a 15 mil 984.5 mdd en 2006; alcanzaron los 19 mil 325.3 mdd en 2007 y superarán los 25 mil mdd en 2008.

6. ¿Puede haber un ejemplo más claro del deterioro del sector agropecuario mexicano que los que nos enseñan los datos duros publicados por Calva? A partir de 1982 la caída del campo ha sido brutal y quien ha provocado ese desplome han sido los diferentes gobiernos que van de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón. Una misma línea económica: el neoliberalismo y la privatización. En lugar de políticas de inversión y atención al campo se dijo que era más barato importar granos que producirlos directamente, puesto que habría que invertir mucho en el campo y los campesinos. Las importaciones de granos básicos (maíz, frijol, trigo y arroz) representaron 30.9% del consumo nacional aparente durante el trienio 2005-2007; las de oleaginosas (soya, cártamo, ajonjolí y semilla de algodón), 93.2%; las de carnes de cerdo y res, 26.6%; y las importaciones agroalimentarias globales ascendieron a 19 mil 325.3 millones de dólares en 2007.

7. La delimitación de las Zonas Metropolitanas de México 2005, según Alejandro Encinas, dan cuenta de que uno de cada tres habitantes de las grandes ciudades vive en situación de pobreza alimentaria y poco más de la mitad vive en pobreza patrimonial; es decir, 5 millones de habitantes de las grandes ciudades no gana lo suficiente para pagar su alimento diario, poco más de 10 millones no satisfacen sus necesidades de educación y salud, y poco más de 20 millones no satisfacen sus necesidades de vivienda, vestido y transporte. Situación que se agrava en el medio rural. Es decir, la situación de miseria, desempleo y desesperación se ha venido agravando cada día y por ello no puede culparse a la crisis alimentaria mundial que ahora es el “chivo expiatorio”, sino a una política económica privatizadora que expropió del campo y de su hogar a los campesinos que ahora deambulan en las ciudades y en los EEUU en busca de ingresos para sus familias.

8. Me parece estar de más seguir dando ejemplos de la miseria alimentaria existente entre más de la mitad de la población mexicana, provocada por las políticas privatizadoras emprendidas en los últimos 26 años. Pero es más grave que la izquierda y los sectores progresistas sigan cayendo en el engaño de que la escasez de granos y la necesidad de introducirlos al país es por la crisis alimentaria mundial. Aunque personajes del gobierno, los empresarios y los medios de información (incluyendo, desafortunadamente, al eterno aspirante presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas) sigan llamando a la unidad “para salir juntos de la crisis” y sigan condenando o estando en desacuerdo con los trabajadores que salen a las calles a protestar y exigir, la batalla hay que darla en las calles y las plazas porque a los poderosos les importa un bledo que la población muera de hambre; para lo único que la han necesitado es para exprimirle sudor, energías y sangre.

Cuando el destino nos alcanzó

Ricardo Rocha

México tendrá más hambre cada día. De los 110 millones de mexicanos que somos, más de la mitad vive en pobreza. De ellos, 25 millones sobreviven en lo que los funcionarios llaman pobreza extrema y que en cristiano es miseria; ahí donde el hambre muerde.

Así que uno de cada cuatro habitantes de este país padece algún grado de desnutrición. Suman también millones los que sufren de enfermedades derivadas del hambre. Por eso se mueren casi por cualquier cosa lo mismo en Guerrero, que en Chiapas, que en Oaxaca y en Veracruz. Vastas y miserables zonas de nuestro dolido territorio donde las mujeres siguen pariendo bebés raquíticos que ya de niños andarán con las panzas reventadas de parásitos y sin un gramo de futuro.

Y frente a esta realidad tan brutal como innegable, los gobiernos neoliberales priístas y panistas no han hecho nada que no sea agravar todavía más las causas de tanta pobreza. Durante más de 30 años ha faltado el valor histórico para enfrentarse al gran desafío de este país: revisar nuestro modelo económico. Un tabú que les retuerce las tripas a los almidonados hombres del poder político y el dinero. Y que, sin embargo, es un imperativo cada vez más dramático. Porque gobiernos y programas van y vienen, lo mismo que medidas emergentes y anuncios espectaculares y para el caso es lo mismo; la realidad nos cachetea una y otra vez: en México hay cada vez más pobres.

Eso nadie puede negarlo, aunque intenten justificarlo como si de veras todos fuéramos idiotas. Por eso, cada año medio millón de mexicanos prefieren correr el riesgo de achicharrarse en el desierto de Arizona que morirse de hambre aquí.

Es el modelo. Y no quieren entenderlo. Porque no les conviene entenderlo. Porque hasta la muerte de los otros vale la pena en aras de la voracidad del corto plazo. El centenar de dueños del país, con la camada de poderosos en turno, siguen pensando en que México todavía aguanta la explotación de las mayorías. En una actitud tan infame como torpe e ignorante. Porque hay que decirlo con todas sus letras: el gran pendiente de la pobreza no es sólo un asunto de moral pública, tampoco de conmiseración. Es, primero que nada, un problema de Estado. Y es también un reto de viabilidad económica. Y, por supuesto, un tema financiero y de mercado.

A ver, nadie en su sano juicio se atrevería a proponer una vuelta al estatismo del pasado. Ni siquiera a otros ismos ya rebasados. De lo que se trata es de la construcción de un Estado moderno, inteligente y con oportunidades para todos: con un activísimo mercado interno; con una economía dinámica y creciente; con un ingreso digno para cada uno de sus ciudadanos; que no tenga que pagar los altísimos costos económicos y sociales de la miseria.

Y por supuesto que es posible. El comparativo de la extensión de nuestro territorio, nuestra ubicación estratégica en el mapa y la cauda enorme de nuestros recursos naturales es verdaderamente abrumador a favor nuestro, frente a naciones infinitamente menos dotadas y que sin embargo tienen niveles de vida e ingreso mucho mejores que el nuestro. La diferencia es que —como muchos del sudeste asiático— se han atrevido a cambiar su destino.

Aquí no hemos tenido ni la voluntad ni las agallas ni el cerebro para emprender una gran reforma del Estado, que esa sí sería estructural y la madre de todas las reformas: de ella, derivar una fiscal y una energética; aparejada, tendría que ir una gran revolución educativa para ser congruentes con esta era de globalización y conocimiento. Pero no, nuestra visión generalmente miope y estrecha apenas alcanza para una propuesta de negocio petrolero.

Mientras tanto, el hambre es lo único que avanza en este país que ahora enfrenta una crisis alimentaria largamente anunciada. Porque han sido decenas de voces y señales de alarma de expertos y organismos internacionales de todo tipo, que llevan años advirtiendo de los peligros gigantescos de políticas gubernamentales que le han dado la espalda al campo y a la producción de alimentos aun a riesgo del reventadero de conflictos sociales.

Un futuro negro que intentaremos desglosar en una próxima entrega, no sin antes recordar que efectivamente: el hambre es canija, pero más el que la aguante.

Golpe para el gobierno

Marcela Gómmez Zalce

• Las facultades de Eduardo
• “Mujeres de Acero”...

Hay hombres, mi estimado, que dan vueltas alrededor de su minúsculo círculo, como el gato cuando juega con su cola. Sintomáticas y de risa histérica son las irreflexivas declaraciones oficiales que derivan en acuses violentos de recibo y que culminan en espectaculares operativos para la foto. Porque a pesar de lo visto en los medios de intoxicación masiva con atractivas instantáneas dignas de campos de “guerra” el hecho es que la delincuencia está bastante mejor organizada, que la (des)organización en la cacareada estrategia.

Sinaloa, my friend, hace algunas lunas estaba pronosticada como la plaza donde vendría el sangriento boomerang del desafío. Del reto. De la provocación. Del desdén. De la pitorreada, pues.

Y entre más estupideces espoteras al aire sobre las pendejadas federales en materia de seguridad, más sugestivamente peligrosa se vuelve la respuesta, yes?

El disfuncional procurador y el secretario —cortesía del ingenioso monero Falcón— García (en la) Luna escupen al unísono que los operativos se reforzarán y... ¡¡¡puuummm!!!, tómenla hojaldras.

El otro inservible de Bucareli vocifera que la lucha antinarco (¿?) está dando resultados y... ¡¡¡puuummmm!!!, vuelve bala a tu cañón.

El residente de Los Pinos abona con su granito (neuronal) a la fiesta declarativa de idioteces afirmando que su gobierno no claudicará enviando decenas de vehículos y elementos militares y… ¡¡¡puuuummmm!!!, seis sicarios pusieron en jaque una coordenada cercada por alrededor de 400 elementos asesinando a siete elementos federales con… granadas y armas de alto poder.

O sea, la lógica más elemental exhibe el monumental fracaso que costó más vidas... de las que tanto le gusta anunciar a Calderón.

Eso sin mencionar el arsenal que va de más decirle, amable lector, es sólo la punta de un original iceberg de stylish ammunition que incluye algunas linduras para derribar… pajaritos. Y que la hora del explosivo estreno no tarda en llegar si continúa la desorganización y descoordinación en el gobierno de Felipe para enfrentar con talento, agudeza y comprensión… lo que sucede al interior de quienes fueron las cabezas de la extinta Federación y sus adversarios.

En el colmo de… de... (uuuta... el respetable se queda sin imaginación) del atraso, Eduardo Medina Mora afirma que aunque no lo parezca vamos ganando la guerra (pésimo término escupido por el dizque abogado de la nación) Tenemos muy claro el diagnóstico (de nuestra muerte cerebral), muy clara la estrategia (para hacernos bolas) y muy claros los componentes (del juego del Tío Lolo) y que de ninguna manera las ejecuciones en Sinaloa, donde cayeron siete elementos federales y resultaron varios heridos, es un golpe para el gobierno.

Lo que origina la típica pregunta socarrona de la concurrencia.

Según el ilustre procurador, ¿qué será, según su conspicuo sentido común, un golpe para el gobierno?

¿Más de 4000 ejecutados?... ¿la ejecución… en su casa… del responsable de la policía federal…? ¿La impunidad que reina alrededor de los convoyes de los traviesos que recorren sin problemas las carreteras del país…? ¿La infiltración dentro de la PGR…? ¿La infiltración dentro de la SSP-F…? ¿La “astucia” de… seis sicarios... ante un cordón de 400 elementos desde donde cuatro escaparon... sin obstáculos, problemas, dificultades y/o contratiempos…? ¿Los delicados informes internacionales sobre las violaciones a los derechos humanos? ¿La nula credibilidad del gobierno norteamericano y el capitolio con la reducción del billete… etiquetado… para la Iniciativa Mérida…? ¿La restauración de la certificación estadunidense incluyendo la credibilidad de este régimen…?

Porque si el escenario es así cuando van ganando... ¿¡cómo chingaos será cuando vayan perdiendo…?!

O más grave, my friend, ¿acaso Eduardo se tropezó con una piedra (or he´s jerking with illegal substances) y tiene algún daño cerebral que lo obliga a escupir una sarta de disparates en una entrevista con Loret de Mola donde básicamente deduce que los mexicanos somos unos imbéciles…?

Porque aunque parezca, mi estimado procurador... no es así.

Shitheads.

Por la Mirilla

Una delegación de 14 mujeres dirigentes de los USW viajó a Cananea para solidarizarse con los trabajadores en huelga desde hace más de diez meses donde Rosie González, coordinadora del grupo “Mujeres de Acero” exhortó al gobierno federal, al gobierno de Sonora y a Grupo México el cese inmediato de la represión contra el sindicato minero y sus familias...

domingo, 25 de mayo de 2008

El PRD se dividirá

Gilberto Balam Pereira

La historia de los Chuchos es conocida desde sus antecedentes tétricos con grupos de viejo membrete de izquierda que, aunque se decían antiimperialistas, apoyaron incondicionalmente las políticas priístas y a otros grupos oportunistas y siniestros como el de Vicente Lombardo Toledano y el PST de Aguilar Talamantes. Estos fueron los padrinos de toda esa caterva de individuos que se incrustaron finalmente en las filas del perredismo, ostentándose izquierdistas identificados falsamente con la política de López Obrador. Su militancia despertó siempre desconfianza por sus discrepancias sin fundamentos.

Los principios del cambio revolucionario nunca figuraron en sus planes, por el contrario, nunca propiciaron la unidad, incrustaron en las bases las semillas de la discordia, la confusión, la calumnia y la insidia entre la membresía perredista.

Se recuerda que en una visita de AMLO a Yucatán la nefasta tribu lo abucheó con huevos y tomates. Alguien propuso la expulsión inmediata de los irracionales montoneros. AMLO optó entonces por una posición conciliatoria y de tolerancia, que no debe repetirse.

En la vida diaria eran comunes las discusiones bizantinas que provocaban a López Obrador. De lo más reciente rescatamos la actitud de esta nefasta tribu, una vez que se oficializó el fraude de 2006. Declararon a los medios su desacuerdo con los plantones de resistencia de Reforma.

La diputada Padierna desenmascaró la vocación fecalista de la Nueva Izquierda advirtiendo a los miembros de la Cámara, de que había denuncias personales contra Erick Villanueva por los panfletos que hacía circular éste en la Cámara llamando al reconocimiento de Felipe Calderón como presidente legítimo de México.

Desde entonces ya se veía venir la línea divisionista de los Chuchos y el FAP. La línea de AMLO no iba con la visión oportunista y entreguista de estos autollamados social-demócratas, que no tienen ni lo uno ni lo otro. Más bien han sido simples aliados de la derecha, aliados tradicionales. Hoy han sido arropados emocional y financieramente por el ilegítimo presidente Fecal.

El 18 de marzo pasado la tribu no asistió a la concentración en la plaza de Pemex para conmemorar el Aniversario de la expropiación petrolera. Nunca se conocieron las razones de la inasistencia.

Cuando se planteó la toma de las tribunas de las Cámaras Legislativas, se opusieron contundentemente los de Nueva Izquierda. Es una nueva izquierda conciliadora, educada, modosita, moderna, light, negociadora con Fecal y demás órganos de poder derechista. Jesús Ortega, ese nuevo izquierdista (NI), aseveró que “somos gente de convicción, de cualidades para las concertaciones y no alborotadores callejeros –sin hacer alusión a AMLO– como los del FAP que han violado las máximas tribunas de la nación”.

En Mérida hemos organizado los de la Gran Brigada Académica algunos foros en los que se discuten las reformas fecalistas sobre el petróleo y ninguno ha hecho acto de presencia.

En resumen, no se encuentra alguna razón para que funcionen plegados al gobierno espurio más que por su oportunismo, aunque orgánicamente se dicen figurar y militar en un partido que fue paradigma de la izquierda en México con el que esta Nueva Izquierda no tuvo ninguna identidad. No es la primera vez que los Chuchos tienen la misma actitud de pataleta, porque ya es la tercera ocasión en que la base perredista los mandan a freír espárragos y quesadillas de coliflor. Así ocurrió con las elecciones internas de ese partido al competir el mismo Jesús Ortega contra Amalia García en 1999, contra Rosario Robles tres años después y ahora la perdió con Encinas, pobre; aunque, para variar, le hacen otra vez los Chuchos al teatro alegando inconsistencias en el conteo de los votos de su elección interna.

La división formal del PRD.- Desde hace tiempo los Chuchos se han deslindado de todo lo que huele a izquierda, renegando de la democracia consecuente, por el contrario, se han sumado a las huestes fecalistas, se han ubicado bien, donde les corresponde.

Qué hacían en el FAP, simulando, mintiendo, traicionando cual Judas que se vende por dádivas que les asegura al menos su sobrevivencia.

La alianza entre Encinas y Ortega, que tanto se comenta, no existe como tal. Ocurrió que ambos fueron entrevistados por reporteros de la revista Proceso que publicó ambas entrevistas en su mismo número de ejemplar. Tuvieron coincidencia en cuanto a que el PRD ya no sirve como partido reivindicador de la población y que hay que refundarlo por otro que represente los intereses y aspiraciones de los grupos marginados. Aquí es donde surge la pregunta obligatoria: ¿será que la gente de Nueva Izquierda pudiera tener cabida en un nuevo partido democrático, incorruptible, honesto en los principios sociales de una izquierda que se constituya como paradigma del interés del pueblo depredado? No hay razón para creer en esa posibilidad. La experiencia ha demostrado que los militantes de Nueva Izquierda deben suscribirse en un Partido Social Demócrata cuyo perfil como los de su clase les queda a la medida.

Por cierto, 18 diputados de la LVI Legislatura del Estado de México, con motivo de unas aclaraciones que le hacen a Alejandro Encinas (Rev. Proceso No. 1646), incurren en tremenda incoherencia pueril y oportunista, al preguntarse “¿quién dice que no se puede apoyar a Jesús Ortega y a Andrés Manuel Obrador al mismo tiempo? Nosotros decimos que sí se puede. Votamos e impulsamos a Jesús Ortega para Presidente Nacional del PRD, no a una corriente política” –concluyen.

¿Podríamos llamar atraso político de estos flamantes legisladores al no distinguir que ambas figuras representan dos proyectos muy distintos de Nación? Uno retrógrado, de la corriente de Nueva Izquierda con Ortega a la cabeza y otro, el de Andrés Manuel López Obrador, democrático, reivindicador e identificado con los intereses del pueblo, de izquierda legítima.

Por tanto, señores legisladores, no se puede apoyar a dos elementos tan disímbolos e IRRECONCILIABLES.

Claro que sí se puede edificar un monumento a la ignorancia y al oportunismo en que frecuentemente incurren los legisladores de derecha aunque se presuman perredistas.

Comentario aparte.

Imaginemos, o hagamos cálculos de cuántas casas (a propósito de Caucel y Ucú), apoyos a campesinos y pescadores, más zapatos, más becas a gente discapacitada, albergues escolares remozados y con baños, recursos para el Hospital O’Horán se pudieron haber logrado en vez de regarle millonadas a uno de los consorcios más ricos del país. Televisa, Teletón, Ivonne. Un triste triunvirato para los yucatecos.

De regreso al pesimismo

María Teresa Jardí

En una charla de café sostenida el viernes, en la siempre más acogedora sala de una casa, buscando soluciones entre amigas para componer, partiendo de lo descompuesto que está, el mundo, creo que podría decirles sin mentir que surgió íntegra mi colaboración de hoy.

Los mexicanos no sabemos lo que significa vivir en un Estado de Derecho, porque no hemos vivido nunca en un lugar donde nadie se ubique por encima de la ley. No tenemos ni la más remota idea de lo que la democracia significa porque ni a la más formalmente elemental hemos podido acceder. Acostumbrado el pueblo a que empeoren las cosas no le queda ni la menor duda de que lo que sigue será peor dado que demostrado ha quedado que aquello de que las cosas para tocar fondo deben ponerse muy feas tampoco es del todo cierto cuando el fondo es tan profundo como los hoyos negros del Universo, sin adentrarnos mucho en su explicación científica, claro está.

Pero tampoco es que la sociedad se tome la molestia de pensar para realmente cambiar las cosas.

Por poner un ejemplo: ¿Cuántos mexicanos habremos dejado de tomar Coca-Cola o de comer pan Bimbo? Presumo que muy pocos. ¿Cuántos habremos dejado definitivamente de ver los noticieros de Televisa y de TV Azteca? Los mismos.

Sin instituciones el pueblo sobrevive como puede con la esperanza siempre, aunque cada vez convertida en más remota, de que las cosas cambien para bien.
La derecha nacida del asiento de los nobles a la derecha del rey buscando mantener los privilegios justificados por la religión para los ricos “bendecidos” frente a los esclavos (negros) condenados, por pecados por quién sabe quién cometidos, en fascista ha devenido o quizá siempre lo ha sido. Mientras los sentados a la izquierda por ser los que buscaban que los privilegiados compartieran algo de lo mucho que tenían, con los que no tenían nada, de manera partidaria, al menos, en México, ha dejado de existir.

Y en no entenderlo, los que tampoco son de izquierda, como el propio AMLO, pero los que alguna esperanza en la gente despiertan, perfilan como crónica anunciada un México que sufrirá una represión que se igualará en lo violenta con la de las criminales dictaduras del Cono Sur. Y, sí, a la par empezarán a proliferar los movimientos guerrilleros, esto es también una crónica anunciada. Vietman e Irak dan buena cuenta de lo que son capaces los pueblos en defensa de su derecho a ser y decidir por ellos mismos sin imposiciones mentirosamente “salvadoras” de la derecha yanqui, pasto del Infierno si hay Infierno y si no existe más que en la Tierra ese lugar de castigo aquí condenado está el pueblo gringo a vivirlo, en cuyas manos hoy el usurpador mexicano pone los destinos de nuestro país.

Creo que no, que algunos de estos rubros no los tocamos y que en cambio tocamos otros, como es lógico más amenos y personales, pero en esencia hablando también de estás cosas pasamos una tarde en la que acabamos concluyendo que de todas maneras no podíamos perder la esperanza de que el pueblo mexicano es mucho más que las gansteriles familias --político empresariales, mafiosas y usurpadoras-- que hoy mantienen secuestrado el poder y a todas las instituciones en beneficio propio.

Se nos fue el tiempo y no escuchamos noticieros y no sabíamos al despedirnos todavía lo de los 20 asesinados del día, 8 decapitados entre Durango y Chihuahua, lo que de haberlo sabido antes de la efusiva despedida habría acabado con buena parte de nuestro optimismo para regresarnos al pesimismo convertido en certeza de vida mexicana.

Piden auditar finanzas del gobierno de Jalisco; posible desvío de fondos al clero

Andrea Becerril

■ En meses recientes González Márquez ha hecho millonarias donaciones, incluso a televisoras: PT
■ La Permanente debe solicitar a la ASF investigar y fincar responsablidades, afirma legislador

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión analiza solicitar a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) investigar las finanzas del gobierno de Jalisco, para determinar si existió un desvío de recursos públicos en favor de la Iglesia católica.

La propuesta la llevó ante el pleno de la Permanente el diputado del Partido del Trabajo, Joaquín Vela González, quien argumentó que en los meses recientes el gobernador Emilio González Márquez ha hecho donativos por 330 millones de pesos; 90 millones para el Santuario de los Mártires Cristeros, otros 30 millones para la Ruta del peregrino, además de aportaciones para programas de Televisa y Tv Azteca.

“El problema con los donativos hechos por González Márquez, aparte de lo ex abruptos que ha cometido en días pasados, se centra en que no existen partidas presupuestales debidamente etiquetadas para disponer de esos recursos, además de que se atenta contra el carácter laico al que deben ceñirse las instituciones públicas de los tres órdenes de gobierno”.

Agregó que los legisladores del PT consideran que el gobernador de Jalisco “pasó por alto que, con la expedición de las Leyes de Reforma, se estableció el carácter laico del Estado mexicano” y desconoce el artículo 130 de la Constitución, sobre la separación del Estado y las iglesias.

Destacó que ni en la iniciativa de Ley de Ingresos del estado de Jalisco, para el ejercicio fiscal 2008, ni en ninguna otra norma, en la que se estipulan contribuciones a cargo de particulares, se dispone una participación específica para ser recaudada por la autoridad estatal y luego entregada a la Iglesia católica.

El diputado Vela propuso luego el punto de acuerdo con el propósito de que la Comisión Permanente pida a la ASF llevar a cabo auditorías a la Secretaría de Finanzas del gobierno de Jalisco, para investigar el posible desvío de recursos y de comprobarse actos ilícitos, fincar las responsabilidades correspondientes.

No es lo mismo registro que toma de nota

Néstor de Buen

Parecería recomendable que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) se preocupara porque al parecer en su Dirección de Comunicación Social no saben interpretar la Ley Federal del Trabajo (LFT) ni leer la Constitución.

Con motivo de los acuerdos de la convención general ordinaria del sindicato minero, celebrada los días 2 y 9 de mayo en curso, se acordó, entre otras cosas, la relección como secretario general de Napoleón Gómez Urrutia. El sindicato presentó con toda oportunidad ante la Dirección del Registro de Asociaciones la documentación correspondiente para efecto de que se tome nota de esa relección y de otros acuerdos.

Se ha intentado celebrar pláticas con la STPS, pero circunstancias que ahora se pueden presumir han provocado la cancelación de las citas. Con toda razón, el sindicato –recordando los antecedentes de desconocimiento de la personalidad de Gómez Urrutia por la secretaría sin mayores fundamentos y aprovechando documentos falsificados, lo que fue superado en juicio de amparo– ha manifestado que llevará a cabo un paro nacional de 24 horas mañana si no se entrega antes el oficio de toma de nota.

Con ese motivo, la STPS, por conducto de su Dirección de Comunicación Social, ha hecho una publicación que, por lo menos, demuestra ignorancia supina de la ley, sin perjuicio de otras demostraciones.

Específicamente se invoca en esa publicación que la secretaría cuenta con un plazo de 60 días “para resolver sobre las solicitudes de registro que se sometan a la consideración de la autoridad laboral”, y afirma, además, que se han presentado seis inconformidades y una demanda de nulidad ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) “por parte de trabajadores de diversas secciones en el país, en contra del otorgamiento de la toma de nota solicitada”.

Vale la pena subrayar que, entre otras cosas, se dice en la mencionada publicación que “la Secretaría del Trabajo y Previsión Social le recuerda al señor Pavón (secretario de asuntos políticos del sindicato), al Comité Ejecutivo Nacional de la organización minera y a los abogados del mismo (¡gracias!), que la Ley Federal del Trabajo, en su artículo 366, otorga un plazo de 60 días para resolver sobre las solicitudes de registro que se sometan a la consideración de la autoridad laboral”.

Es, pues, oportuno recordarle a la STPS y a su comunicador oficial que el artículo 366 citado no hace referencia alguna a la toma de nota, sino solamente al registro de un sindicato. Su último párrafo dice que “si la autoridad ante la que se presentó la solicitud de registro, no resuelve dentro de un término de 60 días, los solicitantes podrán requerirla para que dicte resolución, y si no lo hace dentro de los tres días siguientes a la presentación de la solicitud, se tendrá por hecho el registro para todos los efectos legales…”

Se pueden alcanzar diferentes conclusiones. aunque la más notable habrá de consistir en que el emisor de la comunicación y sus superiores no tienen ni idea de la LFT, lo que era presumible desde antes, y que valdría la pena que se compraran una, inclusive la publicada por quien esto escribe con la Editorial Porrúa.

Respecto de la toma de nota, no hay plazo previsto en la LFT; pero evidentemente que le resulta aplicable lo previsto en el artículo octavo constitucional, que obliga a dictar “un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido (la petición) la cual tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario”.

No creo que pueda dudarse de que el plazo de 60 días no merece el calificativo de término breve que las reglas procesales suelen hacer consistir en tres días nada más.

Respecto de las seis inconformidades y una demanda de nulidad presentadas ante la JFCA (sucursal conocida de la STPS), habrá que ver lo que se resuelve previa notificación al sindicato, que hasta este momento no ha sido emplazado. Pero parece que la secretaría intenta anticipar las resoluciones de la junta, lo que no parece muy apegado a las reglas de derecho.

Es lamentable que la actitud de la autoridad obligue a tomar medidas de emergencia, como el paro de 24 horas que ha sido acordado democráticamente. Pero, por lo visto, no hay otra alternativa, salvo la demanda de amparo que se presentará por la notable violación del derecho de petición.

¿Vivimos en un estado de derecho? Usted dirá…

El debate constitucional

Arnaldo Córdova

En los recientes foros sobre la constitucionalidad de las iniciativas petroleras hubo, puede decirse, un poco de todo. Pero quedó claro que desde el principio se dio una polarización entre quienes defienden la constitucionalidad de tales iniciativas y quienes acusan su inconstitucionalidad (o, más a menudo, su anticonstitucionalidad). Eso era inevitable, pues de eso se trataba. Pero fue un debate rico en materias (y también en ocurrencias).

En mi caso particular, aunque reconozco que en todas las notas periodísticas se reseñó en general lo que dije, también se puso el acento en mis malos modos de discutir (a Arturo Cano, de La Jornada, le parecí un “maestro regañón de sus alumnos”). Quiero pedir disculpas desde aquí a quien se haya sentido ofendido; pero entiendo que no íbamos a una fiesta ni a tomar el té.

Una línea permanente de la discusión se dio en torno a la interpretación de la Constitución. Me llamó la atención el que casi todos los defensores de la reforma fueran juristas de la Escuela Libre de Derecho, del ITAM, del CIDE y del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM. Y me llamó la atención, no tanto por lo que dijeron, que fue uniforme, sino por el tipo de cultura jurídica que mostraron tener. Todos ellos son jóvenes y muestran el mismo sello. (Escuela donde FeCAL supuestamente estudio, ya que fue rechazado de la UNAM)

Sustentan convicciones de moda en el mundo de las ciencias jurídicas, que tienden a desacralizar el derecho; el derecho para ellos son sólo palabras y la ley es totalmente manipulable (se le puede usar como se quiera y para cualquier fin). El fin del derecho para ellos no es juridicizar las relaciones sociales, como dicen los juristas italianos, sino ponerlo al servicio de los intereses privados, manipularlo, manejarlo como se hace con cualquier herramienta. Así, el derecho acaba perdiendo su valor normativo para quedar en simples fórmulas retóricas.

Para ellos la interpretación de la Constitución es cosa sencilla: se trata de un conglomerado de palabras y basta ver qué dice cada una de ellas. No me explico cómo es que sólo creen en las palabras cuando nos dicen que la Carta Magna no es clara. Si el artículo 28, al hablar del sector estratégico del petróleo, no habla de la industria petrolera, quiere decir que ésta no es estratégica; si el 27 habla sólo del producto que corresponde a la nación, para ellos explotación quiere decir únicamente el usufructo de ese producto. Fue inútil que se les explicara que explotación es el proceso productivo y comercializador en su totalidad. Se salieron siempre por la tangente: cada quien interpreta las palabras como las entiende.

Miguel Carbonell, del IIJ, quiso sacarse de la manga un as, siguiendo el razonamiento de un joven jurista del CIDE: el Congreso sí puede interpretar la Constitución, al citar el inciso F del artículo 72, que no establece, por cierto, facultades del Congreso, sino el proceso mismo de elaboración de las leyes. Dice el citado inciso: “En la interpretación, reforma o derogación de las leyes o decretos, se observarán los mismos trámites establecidos para su formación”. Donde está la sociedad, está el derecho, decían los antiguos; hoy podríamos decir, donde está el derecho está su interpretación.

No me quedó claro si hicieron alusión a la opinión que sostuve, en polémica con Arturo Zaldívar, de que el único intérprete de la Constitución que autoriza nuestra Constitución es la Suprema Corte. Simplemente mezclaron los muchos conceptos que posee la palabra interpretación. Sólo que no entendieron que no se trata de saber qué dicen las palabras, sino de algo muy importante y que es la tarea de los jueces: decir el derecho. Esa expresión, en el caso de la Constitución, significa que la Corte es la que establece el sentido que debe prevalecer de lo que dice la Constitución. Por supuesto que en la vida real todo mundo “interpreta” (incluidos los legisladores), hasta para subirse a un autobús urbano, pero no se trata de eso.

Interpretar una ley por lo que dicen sus palabras, en filosofía del derecho (materia que yo impartí en la Universidad Michoacana) le llamamos “nominalismo”. Ya en otro artículo sostuve que en la interpretación de la ley hay que hacer varias tareas: analizar sus términos, por supuesto; interpretar el conjunto del ordenamiento y, por último, ligar esa interpretación a la vida de la sociedad. Eso requiere no instrumentalizar el derecho, convirtiéndolo en simple herramienta, sino tener claro que el derecho regula la realidad social y le da cauce. Todos los grandes filósofos del derecho han dicho que, al interpretar el derecho, hay que interpretar la vida social y ver si el derecho se ajusta a ella.

La caprichosa interpretación nominalista del derecho les permite a los defensores de la reforma no sólo deformar la función normativa del derecho, sino sus mismos conceptos teóricos. Un profesor del ITAM llegó a decir que los opositores a las reformas sustituyen la interpretación teleológica (saber los fines del derecho) por una interpretación “teológica” (la que, por supuesto, existe y consiste en interpretar textos sagrados o actitudes religiosas) que, según él, es “prender veladoras a las refinerías”. Como le dije a Arturo Zaldívar, para mí, cualquier juez en México, incluso un juez de paz, debería estar facultado para interpretar la Constitución, como en Estados Unidos, pero la llamada “Fórmula Otero” lo impide.

¿Por qué quieren negar que la Corte tenga la facultad de interpretación? Porque piensan que la interpretación es sólo asunto de palabras y, en ese caso, todos podemos interpretar la Constitución. No aceptan, como le dije también a Zaldívar, que la Constitución no es una ley, sino un pacto político hecho de instituciones. La Carta Magna no norma ni regula, instituye, y cada artículo suyo es una institución, a partir de la cual se deben hacer las leyes. ¿Por qué? Porque instrumentalizan la Constitución hasta convertirla en meras palabras. No se qué haya querido decir Miguel Carbonell cuando afirmó que los opositores querían “azuzar la Constitución como si fuera un fetiche”. Para eso sí que se requeriría de un colosal esfuerzo de interpretación y, probablemente, ningún juez estaría en grado de saberlo. Como se puede ver, la interpretación no es cuestión de palabras, sino de sentidos, de significados.