Aumenta el repudio
Ni los panistas se soportan
Al festejar su primer año de gobierno, Felipe Calderón se declaró orgulloso porque las cosas sean “diametralmente distintas” y los mexicanos se sacudan “creencias que los ataban al pasado, al lamento permanente y al resentimiento”.
Francamente lo cree el mandatario panista, pero según la encuestadora Mitofski —primera en credibilidad— la evaluación política es 29 por ciento buena y 65 por ciento de los entrevistados consideran que es peor a la de 2006, cuando a Vicente Fox ya le pegaban con todo.
Lo dramático se refleja en el rumbo de la economía. El 72 por ciento de los mexicanos la siente peor que hace un año y solo 27 por ciento la vive mejor. En zonas rurales, 83 por ciento de los encuestados la consideran negativa, y es reflejo de desesperación por la pobreza y abandono del campo.
La gente del norte es un tanto optimista, pero con todo y eso, 55.1 por ciento califica de “peor” el rumbo económico, comparado con el del año pasado. Y 79.3 por ciento de quienes habitan el centro de la República advierten igual calificativo.
Con un desayuno al estilo de Michoacán, rodeado de panistas y familiares en Palacio Nacional, a Calderón se le advirtió inseguro, visto el impresionante despliegue policíaco y de militares que incluso ahuyentaron a unos cuantos perredistas en el Zócalo.
A juicio del Ejecutivo federal, en 2006 el país vivía “momentos difíciles y de gran incertidumbre”. Cierto, la tensión política ha disminuido, pero 70.7 del pueblo opina que en seguridad se ha hecho poco o nada.
El 66.7 por ciento de los ciudadanos demanda creación de empleos y se desespera por la carestía de la vida, como lo demuestra el ritmo inflacionario de 3.98 por ciento, de acuerdo al informe del Banco de México. Y falta lo peor, nos comentó un funcionario de Hacienda.
A dicho desayuno fueron invitados algunos priístas, pero no asistió la lideresa Beatriz Paredes, ni los coordinadores del Congreso, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón. Sólo estuvo el líder de los petroleros, Carlos Romero Deschamps.
Tampoco fue vista Elba Esther Gordillo, lo cual confirma el distanciamiento de ella y Los Pinos. Sin embargo, acudió su testaferro, Rafael Ochoa Guzmán, colocado cerca de unas mesas vacías. A propósito, cifras de Mitofsky indican: 78.5 por ciento de los mexicanos opinan que Felipe Calderón ha hecho poco o nada en materia educativa. Es para llorar.
Según el sondeo bajo la dirección de Roy Campos, 71.6 de los connacionales afirma que Calderón no ha disminuido la pobreza, 70.7 por ciento opina lo mismo en seguridad y 72.6 por ciento ve disminuida la inversión extranjera.
Ese cuadro es aterrador y le quitaría el sueño al mandatario de cualquier nación. Sin embargo, el huésped de Los Pinos se congratuló que los mexicanos se hayan liberado de creencias del pasado y de resentimiento.
Sin embargo, por doquier se escuchan voces a favor de la era priísta y de repudio a la tecnocracia derechizada de De la Madrid-Salinas-Zedillo, a la cual se encimó el panismo, con actitudes similares.
Ni al interior del PAN se soportan. Manuel Espino, a punto de concluir su liderazgo en ese partido, afirmó que en elecciones recientes como las de Yucatán, Puebla y Michoacán, “panistas allegados al mandatario (Calderón), echaron a perder estrategias” del Comité Ejecutivo Nacional blanquiazul. Así las gastan.
Al festejar su primer año de gobierno, Felipe Calderón se declaró orgulloso porque las cosas sean “diametralmente distintas” y los mexicanos se sacudan “creencias que los ataban al pasado, al lamento permanente y al resentimiento”.
Francamente lo cree el mandatario panista, pero según la encuestadora Mitofski —primera en credibilidad— la evaluación política es 29 por ciento buena y 65 por ciento de los entrevistados consideran que es peor a la de 2006, cuando a Vicente Fox ya le pegaban con todo.
Lo dramático se refleja en el rumbo de la economía. El 72 por ciento de los mexicanos la siente peor que hace un año y solo 27 por ciento la vive mejor. En zonas rurales, 83 por ciento de los encuestados la consideran negativa, y es reflejo de desesperación por la pobreza y abandono del campo.
La gente del norte es un tanto optimista, pero con todo y eso, 55.1 por ciento califica de “peor” el rumbo económico, comparado con el del año pasado. Y 79.3 por ciento de quienes habitan el centro de la República advierten igual calificativo.
Con un desayuno al estilo de Michoacán, rodeado de panistas y familiares en Palacio Nacional, a Calderón se le advirtió inseguro, visto el impresionante despliegue policíaco y de militares que incluso ahuyentaron a unos cuantos perredistas en el Zócalo.
A juicio del Ejecutivo federal, en 2006 el país vivía “momentos difíciles y de gran incertidumbre”. Cierto, la tensión política ha disminuido, pero 70.7 del pueblo opina que en seguridad se ha hecho poco o nada.
El 66.7 por ciento de los ciudadanos demanda creación de empleos y se desespera por la carestía de la vida, como lo demuestra el ritmo inflacionario de 3.98 por ciento, de acuerdo al informe del Banco de México. Y falta lo peor, nos comentó un funcionario de Hacienda.
A dicho desayuno fueron invitados algunos priístas, pero no asistió la lideresa Beatriz Paredes, ni los coordinadores del Congreso, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón. Sólo estuvo el líder de los petroleros, Carlos Romero Deschamps.
Tampoco fue vista Elba Esther Gordillo, lo cual confirma el distanciamiento de ella y Los Pinos. Sin embargo, acudió su testaferro, Rafael Ochoa Guzmán, colocado cerca de unas mesas vacías. A propósito, cifras de Mitofsky indican: 78.5 por ciento de los mexicanos opinan que Felipe Calderón ha hecho poco o nada en materia educativa. Es para llorar.
Según el sondeo bajo la dirección de Roy Campos, 71.6 de los connacionales afirma que Calderón no ha disminuido la pobreza, 70.7 por ciento opina lo mismo en seguridad y 72.6 por ciento ve disminuida la inversión extranjera.
Ese cuadro es aterrador y le quitaría el sueño al mandatario de cualquier nación. Sin embargo, el huésped de Los Pinos se congratuló que los mexicanos se hayan liberado de creencias del pasado y de resentimiento.
Sin embargo, por doquier se escuchan voces a favor de la era priísta y de repudio a la tecnocracia derechizada de De la Madrid-Salinas-Zedillo, a la cual se encimó el panismo, con actitudes similares.
Ni al interior del PAN se soportan. Manuel Espino, a punto de concluir su liderazgo en ese partido, afirmó que en elecciones recientes como las de Yucatán, Puebla y Michoacán, “panistas allegados al mandatario (Calderón), echaron a perder estrategias” del Comité Ejecutivo Nacional blanquiazul. Así las gastan.