LAS CANICAS DEL PELELE URSURPADOR
Félix Fuentes
Gran jolgorio han armado comentaristas de algunos medios informativos y gente de diversos sectores por el juego a las canicas, al balero y al trompo del presidente Felipe Calderón con motivo del Día del Niño, para luego fijar distancia a líderes obreros en la recordación del Día del Trabajo.
A los jardines de la residencia presidencial fueron llevados 700 menores de casas-hogar, discapacitados, indígenas e hijos de funcionarios con quienes convivió el jefe del Ejecutivo. Posó para los fotógrafos al intentar con su mano izquierda golpear una canica con otra ¡en el pasto! Luego jugó al balero, de los abiertos en su lado superior para introducir una bolita.
Un día antes viajó Calderón a Morelia y tomó asiento al lado del gris gobernador perredista, Lázaro Cárdenas Batel, en espera del triunfo de Lorena Ochoa, quien quedó en segundo lugar a causa de la tremenda presión que padece, derivada de una publicidad excesiva. De todos modos levantó la mano el Presidente a la joven tapatía.
Era tradicional en México que los presidentes caminaran por el Zócalo y del brazo para recordar a los Mártires de Chicago. Fueron actos políticos, de conveniencia y afirmación de complicidades entre gobierno y dirigentes obreros, pero eso daba tranquilidad y estabilidad a la nación, así hubiera gritos y mentadas por la carestía de la vida.
El primer presidente tecnócrata, Miguel de la Madrid, se aterrorizó cuando fueron lanzados unos petardos hacia el balcón central de Palacio Nacional, los cuales no llegaron a su objetivo. Por ese miedo mayúsculo fue ampliada la banqueta de ese lado de la gran plaza, a fin de estar más lejos de la clase obrera.
Vicente Fox, emanado de la clase patronal, estuvo alejado de los trabajadores y hacía celebraciones de encerrona en Los Pinos, con corruptos dirigentes del Congreso del Trabajo, órgano éste tan devaluado que tuvo de líder al Mugres Víctor Flores, quien todavía figura como dirigente de los inexistentes ferrocarrileros.
Francisco Hernández Juárez lleva más de 30 años enquistado en el Sindicato de Telefonistas, cuyos estatutos prohiben la reelección, pero el individuo que llegó para terminar con el reinado de Salustio Salgado encabeza hoy a los llamados sindicatos independientes, tan devaluados como cetemistas y croquistas.
Calderón pregrabó un mensaje para justificar su ausencia, diciendo que no es una “celebración del Presidente”, cuyo formato debe cambiar. Pero si él mismo se hizo llamar en campaña “presidente del empleo”, lo obligado es que estuviera al lado de la clase proletaria. ¿O sus más de mil custodios impiden esa clase de actos públicos?
Nada cambió la ausencia presidencial. Las manifestaciones en el Distrito Federal y en varios estados fueron aprovechadas para elevar airadas protestas contra la recién aprobada ley del ISSSTE, seguidas de cierres de universidades escuelas, carreteras y avenidas del país. El blanco principal de los ataques es la “maestra” Elba Esther Gordillo, explotadora del magisterio.
Para colmo, el desempleo de México ha crecido 4 por ciento en los cinco meses de gobierno de Calderón, quien se ahorró anteayer violentos reclamos por el alza de las tortillas y tantos productos encarecidos y de mala calidad. Este es el juego de peligro.