El PAN firma su sentencia de muerte
Regresa Vicente Fox
Durante la reunión de amigos panistas que se llevó a cabo en Guanajuato, se tomaron varias decisiones inauditas. Las que mayor escándalo provocaron fueron dos: convertir a México en un Guanajuato grandote, lleno de toda suerte de conservadores, y que Vicente Fox fuera un súper consejero político del partido. Bueno, es evidente que no desean ganar las elecciones siguientes.
Pero vayamos poco a poco. En este país, con sus muchos defectos y vicios, Fox se ha convertido en un símbolo nacional de lo que no debe ser un presidente, ni siquiera un político. Fox triunfó aprovechando el hartazgo de los mexicanos que no deseaban más PRI o no al menos un PRI entronizado. Pero en menos de dos años, los escándalos del modesto ranchero que habitaba Los Pinos, nos fue decepcionando. Sus errores garrafales, su ignorancia inaudita, su torpeza, sus cuitas amorosas, las desmesuradas ambiciones de Marta Sahagún y la voracidad de sus hijastros, los Bribiesca, nos mostraron que los panistas pueden ser cínicos y corruptos, aparte de incapaces para gobernar una nación compleja.
En efecto, nada le salió bien a Fox. Puso a Jorgito Castañeda en Relaciones Exteriores y casi nos conduce a la tercera guerra mundial. Rompió con Cuba, se distanció de América Latina, hizo burradas en Europa y Asia y ni siquiera quedó bien con su verdadero jefe, el señor Bush, quien al final ni lo recibía.
Para qué hablar de educación si el ranchero confesaba no haber leído nunca, si logró titularse a los casi sesenta años, que no sabía quién era Borges ni Carlos Fuentes… Era y es el más acabado ignorante que ha pasado por la Presidencia de la República.
Ahora lo vemos con una fortuna consistente, resultado de sus pillerías. No era tan honrado ni incorruptible como pregonaba su partido. Pero ahora, con todo ese penoso historial a cuestas, el PAN ha decidido que debe dirigir el partido hacia el triunfo en 2012. Es evidente que la derecha mexicana desea perder las elecciones.
De lo contrario, Germán Martínez que más parece gerente de Perisur o de Santa Fe que político, no nos habría endilgado tan patético discurso y mucho menos hubiera tomado la decisión de guanajuatizar el país y de poner en manos de un incapaz e ignorante como Fox el destino de su partido. Los milagros no se repiten.
Durante la reunión de amigos panistas que se llevó a cabo en Guanajuato, se tomaron varias decisiones inauditas. Las que mayor escándalo provocaron fueron dos: convertir a México en un Guanajuato grandote, lleno de toda suerte de conservadores, y que Vicente Fox fuera un súper consejero político del partido. Bueno, es evidente que no desean ganar las elecciones siguientes.
Pero vayamos poco a poco. En este país, con sus muchos defectos y vicios, Fox se ha convertido en un símbolo nacional de lo que no debe ser un presidente, ni siquiera un político. Fox triunfó aprovechando el hartazgo de los mexicanos que no deseaban más PRI o no al menos un PRI entronizado. Pero en menos de dos años, los escándalos del modesto ranchero que habitaba Los Pinos, nos fue decepcionando. Sus errores garrafales, su ignorancia inaudita, su torpeza, sus cuitas amorosas, las desmesuradas ambiciones de Marta Sahagún y la voracidad de sus hijastros, los Bribiesca, nos mostraron que los panistas pueden ser cínicos y corruptos, aparte de incapaces para gobernar una nación compleja.
En efecto, nada le salió bien a Fox. Puso a Jorgito Castañeda en Relaciones Exteriores y casi nos conduce a la tercera guerra mundial. Rompió con Cuba, se distanció de América Latina, hizo burradas en Europa y Asia y ni siquiera quedó bien con su verdadero jefe, el señor Bush, quien al final ni lo recibía.
Para qué hablar de educación si el ranchero confesaba no haber leído nunca, si logró titularse a los casi sesenta años, que no sabía quién era Borges ni Carlos Fuentes… Era y es el más acabado ignorante que ha pasado por la Presidencia de la República.
Ahora lo vemos con una fortuna consistente, resultado de sus pillerías. No era tan honrado ni incorruptible como pregonaba su partido. Pero ahora, con todo ese penoso historial a cuestas, el PAN ha decidido que debe dirigir el partido hacia el triunfo en 2012. Es evidente que la derecha mexicana desea perder las elecciones.
De lo contrario, Germán Martínez que más parece gerente de Perisur o de Santa Fe que político, no nos habría endilgado tan patético discurso y mucho menos hubiera tomado la decisión de guanajuatizar el país y de poner en manos de un incapaz e ignorante como Fox el destino de su partido. Los milagros no se repiten.