Acusan a Calderón de negociar la derrota del PAN en Puebla
Ese FeCal es una basura, puede vender hasta a su propia madre con tal de lograr sus nefatos objetivos
PUEBLA, Pue., 31 de diciembre (apro).- El pasado 11 de noviembre, el Partido Acción Nacional (PAN) en el estado sufrió una estrepitosa caída electoral: perdió en 25 de 26 distritos y dejó de gobernar en los municipios más poblados de la entidad.
A raíz de ese fracaso, los panistas se culparon unos a otros. Los sectores ultraconservadores acusaron al presidente Felipe Calderón de haber negociado la derrota con el gobernador Mario Marín Torres, mientras que “los doctrinarios” cuestionaron la labor de los dirigentes de ese partido, allegados en ese entonces líder de Acción Nacional, Manuel Espino.
Roberto Grajales Espina, quien fue coordinador del voto en el estado de Germán Martínez Cázares, recién nombrado presidente del PAN, deja entrever que, tras el llamado de Espino para sepultar el escándalo de Marín Torres, se escondió una negociación entre ambos.
En respuesta, los militantes del PAN afines a “El Yunque”, como el diputado local electo, Enrique Guevara Montiel, cuestionan la falta de operación del grupo de Felipe Calderón. El diputado federal, Alfonso Bello, va más allá y acusa al Ejecutivo federal de negociar la derrota del PAN.
Además, se culpa a grupos políticos panistas de negociar para que su partido gane la gubernatura en 2010.
El senador Rafael Moreno Valle Rosas, exsecretario de Finanzas del gobierno del estado, y uno de los operadores más cercanos a la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Elba Esther Gordillo, y el también senador Ángel Alonso Díaz Caneja, aspiran a ser candidatos del PAN debido a sus vínculos con Calderón.
Según panistas consultados, Moreno Valle espera que Calderón opere en favor de Gordillo, su aliada electoral en 2006, mientras que Díaz Caneja, quien apoyó al ahora presidente de la República, confía que, con la llegada de Martínez Cázares a la dirigencia del PAN, se modificará el escenario a su favor.
Lo cierto es que el nuevo dirigente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista ya envió un mensaje a los líderes del partido en el estado, según denuncias, dominada por “El Yunque”, grupo que perdió dos de los espacios que tenía en el CEN, al ser desplazados de sus cargos el senador Jorge Ocejo Moreno y el diputado federal Francisco Fraile García, denominado “líder moral” del PAN en Puebla y excandidato al gobierno del estado.
El único panista poblano que conservó su cargo en el CEN fue el senador Humberto Aguilar Coronado, como parte de los espacios otorgados a Santiago Creel Miranda, coordinador de los senadores de Acción Nacional.
En este escenario, los aliados de Calderón aguardan para arrebatar la dirigencia del PAN a “El Yunque”, que desde su nacimiento tuvo gran eco en Puebla, con organismos satélite como el Frente Universitario Anticomunista.
Tras la derrota del PAN, Díaz Caneja y Grajales Espina han censurado a la dirigencia de ese partido en el estado. Este último ha pedido, incluso, la renuncia de los líderes estatal y municipal de Acción Nacional, Rafael Micalco Méndez y Jorge Ehlinger Coghlan, respectivamente.
“Cuando en una empresa el contador o el administrador truenan el negocio, ¿qué hace el dueño?: los cambia. Sería muy tonto dejar las cosas así. Después de lo que pasó este año, ya está anunciado lo que pasará en 2010 si seguimos con estas dirigencias”, señala Grajales Espina.
Para conocer la magnitud de la derrota del PAN en Puebla basta con revisar los resultados de las elecciones, publicados por el Instituto Electoral del Estado: de 58 municipios que mantenía en su poder, ahora está al frente de 53, pero perdió los ayuntamientos con mayor población, como Puebla, San Martín Texmelucan, Tehuacán y Atlixco.
Además, Acción Nacional retrocedió dos posiciones en el Congreso local, donde ahora tendrá ocho diputados, mientras que el PRI será mayoría, con 26 legisladores.
Grajales Espina afirma que la única solución para remontar la ola de fracasos del PAN --este año perdió en otros estados, como Veracruz, Yucatán, Tlaxcala y Oaxaca--, es la apertura del partido.
“Si no tenemos dirigencias abiertas que promuevan la participación y la competencia democrática, el partido no crecerá”, advierte.
Con él coincide Moreno Valle Rosas, quien afirma:
“Es necesario abrirse, sobre todo hay que tomar en cuenta a la sociedad para elegir al candidato. ¿De qué nos sirve ganar un proceso interno y seleccionar a un candidato si después la sociedad no le da su apoyo y no se logra el triunfo electoral?”, dice Moreno Valle Rosas, en clara alusión a la selección del diputado federal Antonio Sánchez Díaz de Rivera como candidato a la alcaldía de Puebla, quien fue derrotado por el PRI con una proporción de dos votos a uno.
A su juicio, la derrota del PAN en el país se explica por su anacrónica forma de seleccionar a sus militantes, que consiste en acumular antigüedad, asistir a cursos de capacitación y aprobar exámenes doctrinales, entre otros aspectos.
A pesar de no ser militante del PAN, Moreno Valle Rosas es uno de los aspirantes de éste partido mejor posicionados a la gubernatura.
Confía en que la llegada de Martínez Cázares a la presidencia del PAN apuntale su candidatura, aunque, de ocurrir lo contrario, amenaza con abandonar la contienda interna:
“No entiendo por qué hay tanto pleito por una gubernatura cuando, en las condiciones actuales, no habría un resultado favorable. A mí no me llama la atención participar en un esquema que no sea el de ganar”, agrega.
En tanto, en la dirigencia estatal del PAN, el grupo allegado a Manuel Espino tiene otras opiniones. El diputado federal Alfonso Bello afirma que la derrota de Acción Nacional en el estado sólo se explica por un “arreglo” entre Felipe Calderón y Marín Torres.
El llamado “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador ha dicho en varias ocasiones que Calderón negoció la exoneración de Marín en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a cambio de que el gobernador del estado operara a su favor en los comicios federales de 2006.
Al respecto, el diputado local electo Enrique Guevara Montiel sostiene que el grupo de Calderón evitó operar a favor de los candidatos panistas:
“La derrota del PAN obedece, entre otros factores, a que no hubo una cohesión de los militantes”, dice.
Dirigentes panistas consultados advierten que en su partido en Puebla se espera una lucha intestina por el poder, y que Martínez Cázares buscará posicionar a su grupo y otorgará a sus allegados las candidaturas para la elección federal de 2009, pero “El Yunque” moverá también sus cartas.
PUEBLA, Pue., 31 de diciembre (apro).- El pasado 11 de noviembre, el Partido Acción Nacional (PAN) en el estado sufrió una estrepitosa caída electoral: perdió en 25 de 26 distritos y dejó de gobernar en los municipios más poblados de la entidad.
A raíz de ese fracaso, los panistas se culparon unos a otros. Los sectores ultraconservadores acusaron al presidente Felipe Calderón de haber negociado la derrota con el gobernador Mario Marín Torres, mientras que “los doctrinarios” cuestionaron la labor de los dirigentes de ese partido, allegados en ese entonces líder de Acción Nacional, Manuel Espino.
Roberto Grajales Espina, quien fue coordinador del voto en el estado de Germán Martínez Cázares, recién nombrado presidente del PAN, deja entrever que, tras el llamado de Espino para sepultar el escándalo de Marín Torres, se escondió una negociación entre ambos.
En respuesta, los militantes del PAN afines a “El Yunque”, como el diputado local electo, Enrique Guevara Montiel, cuestionan la falta de operación del grupo de Felipe Calderón. El diputado federal, Alfonso Bello, va más allá y acusa al Ejecutivo federal de negociar la derrota del PAN.
Además, se culpa a grupos políticos panistas de negociar para que su partido gane la gubernatura en 2010.
El senador Rafael Moreno Valle Rosas, exsecretario de Finanzas del gobierno del estado, y uno de los operadores más cercanos a la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Elba Esther Gordillo, y el también senador Ángel Alonso Díaz Caneja, aspiran a ser candidatos del PAN debido a sus vínculos con Calderón.
Según panistas consultados, Moreno Valle espera que Calderón opere en favor de Gordillo, su aliada electoral en 2006, mientras que Díaz Caneja, quien apoyó al ahora presidente de la República, confía que, con la llegada de Martínez Cázares a la dirigencia del PAN, se modificará el escenario a su favor.
Lo cierto es que el nuevo dirigente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista ya envió un mensaje a los líderes del partido en el estado, según denuncias, dominada por “El Yunque”, grupo que perdió dos de los espacios que tenía en el CEN, al ser desplazados de sus cargos el senador Jorge Ocejo Moreno y el diputado federal Francisco Fraile García, denominado “líder moral” del PAN en Puebla y excandidato al gobierno del estado.
El único panista poblano que conservó su cargo en el CEN fue el senador Humberto Aguilar Coronado, como parte de los espacios otorgados a Santiago Creel Miranda, coordinador de los senadores de Acción Nacional.
En este escenario, los aliados de Calderón aguardan para arrebatar la dirigencia del PAN a “El Yunque”, que desde su nacimiento tuvo gran eco en Puebla, con organismos satélite como el Frente Universitario Anticomunista.
Tras la derrota del PAN, Díaz Caneja y Grajales Espina han censurado a la dirigencia de ese partido en el estado. Este último ha pedido, incluso, la renuncia de los líderes estatal y municipal de Acción Nacional, Rafael Micalco Méndez y Jorge Ehlinger Coghlan, respectivamente.
“Cuando en una empresa el contador o el administrador truenan el negocio, ¿qué hace el dueño?: los cambia. Sería muy tonto dejar las cosas así. Después de lo que pasó este año, ya está anunciado lo que pasará en 2010 si seguimos con estas dirigencias”, señala Grajales Espina.
Para conocer la magnitud de la derrota del PAN en Puebla basta con revisar los resultados de las elecciones, publicados por el Instituto Electoral del Estado: de 58 municipios que mantenía en su poder, ahora está al frente de 53, pero perdió los ayuntamientos con mayor población, como Puebla, San Martín Texmelucan, Tehuacán y Atlixco.
Además, Acción Nacional retrocedió dos posiciones en el Congreso local, donde ahora tendrá ocho diputados, mientras que el PRI será mayoría, con 26 legisladores.
Grajales Espina afirma que la única solución para remontar la ola de fracasos del PAN --este año perdió en otros estados, como Veracruz, Yucatán, Tlaxcala y Oaxaca--, es la apertura del partido.
“Si no tenemos dirigencias abiertas que promuevan la participación y la competencia democrática, el partido no crecerá”, advierte.
Con él coincide Moreno Valle Rosas, quien afirma:
“Es necesario abrirse, sobre todo hay que tomar en cuenta a la sociedad para elegir al candidato. ¿De qué nos sirve ganar un proceso interno y seleccionar a un candidato si después la sociedad no le da su apoyo y no se logra el triunfo electoral?”, dice Moreno Valle Rosas, en clara alusión a la selección del diputado federal Antonio Sánchez Díaz de Rivera como candidato a la alcaldía de Puebla, quien fue derrotado por el PRI con una proporción de dos votos a uno.
A su juicio, la derrota del PAN en el país se explica por su anacrónica forma de seleccionar a sus militantes, que consiste en acumular antigüedad, asistir a cursos de capacitación y aprobar exámenes doctrinales, entre otros aspectos.
A pesar de no ser militante del PAN, Moreno Valle Rosas es uno de los aspirantes de éste partido mejor posicionados a la gubernatura.
Confía en que la llegada de Martínez Cázares a la presidencia del PAN apuntale su candidatura, aunque, de ocurrir lo contrario, amenaza con abandonar la contienda interna:
“No entiendo por qué hay tanto pleito por una gubernatura cuando, en las condiciones actuales, no habría un resultado favorable. A mí no me llama la atención participar en un esquema que no sea el de ganar”, agrega.
En tanto, en la dirigencia estatal del PAN, el grupo allegado a Manuel Espino tiene otras opiniones. El diputado federal Alfonso Bello afirma que la derrota de Acción Nacional en el estado sólo se explica por un “arreglo” entre Felipe Calderón y Marín Torres.
El llamado “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador ha dicho en varias ocasiones que Calderón negoció la exoneración de Marín en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a cambio de que el gobernador del estado operara a su favor en los comicios federales de 2006.
Al respecto, el diputado local electo Enrique Guevara Montiel sostiene que el grupo de Calderón evitó operar a favor de los candidatos panistas:
“La derrota del PAN obedece, entre otros factores, a que no hubo una cohesión de los militantes”, dice.
Dirigentes panistas consultados advierten que en su partido en Puebla se espera una lucha intestina por el poder, y que Martínez Cázares buscará posicionar a su grupo y otorgará a sus allegados las candidaturas para la elección federal de 2009, pero “El Yunque” moverá también sus cartas.