LA INTERPLANETARIA
Pocos beneficios ha obtenido México de las reuniones Interparlamentarias, especialmente con los Estados Unidos, pero a cambio, eso sí, algunas anécdotas.
La más célebre ocurrió cuando algunos jóvenes, ahora viejos reporteros, acompañaron al entonces menos antiguo don Joaquín Gamboa Pascoe, jefe de la delegación mexicana a alguna ciudad gringa. De esto hará unos 30 años y el último grito de la moda eran los hornos de microondas.
Pues bien, el avión de los parlamentarios mexicanos regresó al país cargado con buen número de estos aparatitos.
Cuando se conoció el dato llegó a pensarse que el Congreso había decidido modernizarse y que en vez de aprobar las leyes al vapor lo harían por microondas. Pero don Joaquín Gamboa Pascoe acusó de tal contrabando de hornos… ¡a los reporteros acompañantes de los legisladores!
Llega una nueva Interparlamentaria México-Estados Unidos y algunos legisladores deciden llevarse, en el avión que les presta el gobierno para su traslado a Texas, a sus esposas.
Podría justificarse en el caso de diputados que panistas que acaban de viajar —todo pagado— a China: sus cónyuges encontraron en las tiendas de Hong Kong la misma fayuca que puede conseguirse en Tepito.
Y ahora que se ofrece viaje a Estados Unidos no hay mal que por bien no venga, no podían desaprovechar la oportunidad.
En cuanto a los priístas, suponemos que recomendaron a sus señoras que sigan el ejemplo de la jefa Beatriz: acaba de estar en la gira presidencial a Europa, sin comprar ropita, porque ella el shopping lo hace en Chiconcuac.
Están libres de sospecha de fayuquear ropa gringa las esposas perredistas: ellas compran en los frecuentes viajes de sus maridos a Cuba.
En cuanto los Verdes, que son solteros, quizá invitaron a las novias a Austin… pero a Cuba van solteritos.
Total, que si las Interparlamentarias resultan onerosas para el país, imagínese lo que ocurrirá cuando tengamos Interplanetarias.
Cuando se supo que Gobernación había iniciado un proceso administrativo al cardenal don Norberto por sus declaraciones contra la ley del aborto, llegó a pensarse que el asunto iba en serio.
Y es que en la historia moderna sólo se recordaba el caso del secretario Reyes Heroles, a quien Abascal tuvo el descaro de llamar “mi antecesor”, pese a que don Chucho nunca fue vendedor de seguros. Pues bien, Reyes Heroles multó al papa Juan Pablo II por reanalizar actos de culto externo durante su primera visita. Fueron 50 pesitos que el Presidente López Portillo, reveló después, pagó de su bolsa.
Pero don Norberto ha sido exhonrado… digo, exonerado: la mano de Ramírez Acuña que pareció levantarse amenazante… se dobló para darle la bendición.