INDICE POLITICO
ANTE LA PASIVIDAD y, hasta cierto punto, complicidad por omisión de las autoridades federales mexicanas, un nutrido grupo de trabajadores de Wal*Mart de México (Wal*Mart Supercenter, Superama, Sam’s Club, Vips, El Portón, Suburbia, Aurrerá) han acudido a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar las condiciones de intimidación, acoso, amenazas de muerte y tortura mental a que son sometidos para evitar que ejerzan su derecho constitucional a agremiarse.
Y es que, tras reseñar su situación a la OIT, los trabajadores señalan que "de todo lo anterior ya tienen conocimiento la Secretaría del Trabajo… la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional de Derechos Humanos sin que hayan hecho nada al respecto e ignorándonos por completo".
En su misiva a la Organización con sede en Ginebra, Suiza, los trabajadores enumeran las represalias de las que recién han sido objeto:
El anuncio por parte de la empresa que el próximo año no habrá utilidades por las remodelaciones y nuevas aperturas.
El anuncio de la empresa de que quien no este a gusto: "Se puede ir".
El lavado de cerebro de que somos objeto a través de cabinas instaladas en cada tienda y restaurante, encubiertas en una supuesta capacitación donde nos exigen cumplir con 30 módulos de información, lo cual es inhumano y en contra de nuestra propia salud mental y física (Ver anexo 7).
Un recorte masivo en el presente año en las tiendas Wal*Mart Supercenter donde se pretende despedir a cientos de trabajadores sin la respectiva liquidación de ley.
El acoso incesante de sus cuerpos de seguridad para que, por el menor motivo, los trabajadores con mayor antigüedad se sientan orillados a firmar su renuncia.
La distribución masiva en todas las tiendas y restaurantes de la normatividad de Wal*Mart donde se nos advierte del peligro que representa el que nos asociemos, ello encubierto en una falsa e hipócrita "cultura Wal*Mart" donde supuestamente prevalece el respeto por el individuo y la búsqueda de la excelencia, que no es otra cosa que "respeto por el dinero y la búsqueda de utilidades".
Wal*Mart ha lanzado a la que denominamos "su jauría", que son un grupo de personas pagadas por la empresa para la búsqueda de trabajadores que ellos llaman conflictivos, para que por medio de la tortura y amenazas de muerte, se desistan de cualquier asociación.
Documentada con varios anexos, en los que se detallan las represalias de la empresa, la denuncia ya ha sido recibida en los cuarteles de la OIT, donde esperan corra con mejor suerte que la obtenida ante las instancias de la Administración de Felipe Calderón, quien podría estar en deuda con dicha empresa por los servicios prestados en campaña.
"En general –apuntan en su misiva—Wal*Mart de México ha puesto en marcha toda su maquinaria de opresión con el objeto de aplastar toda organización de trabajadores."
Una vez más, se internacionalizan los conflictos que la autoridad mexicana es incapaz de resolver.