CONJETURAS
Alvaro Cepeda Neri
martes, 22 de mayo de 2007
Reuniones en Los Pinos
El problema porque sigue siendo un problema y a lo bestia, del narcotráfico, no tiene de cabeza al así llamado "gabinete de seguridad", que preside, en su triple calidad de Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Jefe Nato de las Fuerzas Armadas, el señor Felipe Calderón, además y en síntesis: Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, pero sí los trae de junta en junta a cualquier hora del día y siempre con carácter de urgente.
Y es que los cárteles dedicados, sobre todo, a la comercialización de las drogas y en consecuencia utilizando las vías financieras legales (y las aduanas, mucho muy corrompidas durante el período de Gil Díaz, para la entrada de su poderoso armamento, de igual a igual con el de nuestras fuerzas militares, y quizá hasta superiores), no son un hueso fácil de roer. Y la resistencia que están presentando, rayando con enfrentamientos y desafiantes, tienen ocupados y preocupados a los del primer círculo presidencial.
Se reúnen para discutir, sobre la marcha del frontal combate a los sicarios ("sicarii: asesinos", precisa en su monumental trabajo Teodoro Mommsen, con el título de: Derecho Penal Romano), más y mejores estrategias para coadyuvar a la manu militari, ya que ésta no está siendo suficiente y se están corriendo muchos riesgos, porque las complicidades, pagadas con millones de dólares, de los narcos con funcionarios, con o sin uniforme, les permiten a los capos y sus cuerpos homicidas tener información previa sobre los movimientos militares.
Como también ha resultado imprudente estar anunciando, con toda anticipación, qué lugares del país recibirán la presencia de los soldados, haciendo a un lado la táctica de la sorpresa y que es esencial en toda estrategia de guerra. Porque lo que se está librando en el país, para tratar de someter al narcotráfico (donde también se ha descuidado la narcopolítica) es la continuación (Oh!, Clausewitz!) de la guerra por otros medios.
Cuando menos los narcos, más a la ofensiva que a la defensiva, han entendido que al utilizar a los militares para combatirlos, se trata de una guerra, cuando debió haber sido una tarea policiaca y judicial, donde no quede en entredicho el triple o mejor dicho cuádruple cargo de Calderón, mientras los gobernadores y presidentes municipales, cuando no están coludidos con el narcotráfico, simplemente se hacen a un lado, para descuidar los flancos y por esto los sicarios están llevando la ventaja, cuando menos cuantitativamente.
En el capítulo de Mommsen, titulado: Crimen Inter. Sicarios, nos cuenta de la ley cornelia dada por Sila, y donde se diseñaban varios frentes y que ahora, en la estrategia calderonista, no están.
El narcotráfico está utilizando muchas vías legales para sus ilegalidades: bancos, bolsas, intermediarios, iglesias... toda una red financiera y mientras solamente se usen balas y no se vaya al corazón de esas mafias: el dinero y su lavado, muy poco eficaz será la guerra que al usar a militares ya está generando fundadas críticas, dentro y fuera, en voz baja y a voz en cuello, del gobierno federal y cuyos integrantes, con todo y sus juntas apresuradas para las evaluaciones, están actuando en desventaja.
Y la sociedad empieza a entrar en pánico, tras el miedo por la creciente inseguridad.
martes, 22 de mayo de 2007
El problema porque sigue siendo un problema y a lo bestia, del narcotráfico, no tiene de cabeza al así llamado "gabinete de seguridad", que preside, en su triple calidad de Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Jefe Nato de las Fuerzas Armadas, el señor Felipe Calderón, además y en síntesis: Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, pero sí los trae de junta en junta a cualquier hora del día y siempre con carácter de urgente.
Y es que los cárteles dedicados, sobre todo, a la comercialización de las drogas y en consecuencia utilizando las vías financieras legales (y las aduanas, mucho muy corrompidas durante el período de Gil Díaz, para la entrada de su poderoso armamento, de igual a igual con el de nuestras fuerzas militares, y quizá hasta superiores), no son un hueso fácil de roer. Y la resistencia que están presentando, rayando con enfrentamientos y desafiantes, tienen ocupados y preocupados a los del primer círculo presidencial.
Se reúnen para discutir, sobre la marcha del frontal combate a los sicarios ("sicarii: asesinos", precisa en su monumental trabajo Teodoro Mommsen, con el título de: Derecho Penal Romano), más y mejores estrategias para coadyuvar a la manu militari, ya que ésta no está siendo suficiente y se están corriendo muchos riesgos, porque las complicidades, pagadas con millones de dólares, de los narcos con funcionarios, con o sin uniforme, les permiten a los capos y sus cuerpos homicidas tener información previa sobre los movimientos militares.
Como también ha resultado imprudente estar anunciando, con toda anticipación, qué lugares del país recibirán la presencia de los soldados, haciendo a un lado la táctica de la sorpresa y que es esencial en toda estrategia de guerra. Porque lo que se está librando en el país, para tratar de someter al narcotráfico (donde también se ha descuidado la narcopolítica) es la continuación (Oh!, Clausewitz!) de la guerra por otros medios.
Cuando menos los narcos, más a la ofensiva que a la defensiva, han entendido que al utilizar a los militares para combatirlos, se trata de una guerra, cuando debió haber sido una tarea policiaca y judicial, donde no quede en entredicho el triple o mejor dicho cuádruple cargo de Calderón, mientras los gobernadores y presidentes municipales, cuando no están coludidos con el narcotráfico, simplemente se hacen a un lado, para descuidar los flancos y por esto los sicarios están llevando la ventaja, cuando menos cuantitativamente.
En el capítulo de Mommsen, titulado: Crimen Inter. Sicarios, nos cuenta de la ley cornelia dada por Sila, y donde se diseñaban varios frentes y que ahora, en la estrategia calderonista, no están.
El narcotráfico está utilizando muchas vías legales para sus ilegalidades: bancos, bolsas, intermediarios, iglesias... toda una red financiera y mientras solamente se usen balas y no se vaya al corazón de esas mafias: el dinero y su lavado, muy poco eficaz será la guerra que al usar a militares ya está generando fundadas críticas, dentro y fuera, en voz baja y a voz en cuello, del gobierno federal y cuyos integrantes, con todo y sus juntas apresuradas para las evaluaciones, están actuando en desventaja.
Y la sociedad empieza a entrar en pánico, tras el miedo por la creciente inseguridad.