DE LENGUA ME COMO UN TACO
Sesión 21 del Consejo Nacional de Seguridad Pública
Ofrece Calderón ganar la guerra al crimen organizado
El Presidente anuncia diez puntos para combatir la delincuencia
CLAUDIA HERRERA , ALFREDO MENDEZ
Como ocurrió en los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, el de Felipe Calderón lanzó ayer una Cruzada Nacional contra la Delincuencia, con la que promete ganar la ''guerra'' al crimen organizado.
El término es casi el mismo con el que administraciones anteriores bautizaron sus promesas de combate a la inseguridad. El 26 de agosto de 1998, Ernesto Zedillo lanzó la Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia y, en enero de 2001, Vicente Fox Quesada convocó a la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado.
No obstante estas cruzadas, Calderón señaló ante gobernadores y miembros de su gabinete que asistieron a la 21 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que la inseguridad sigue minando la calidad de vida de los mexicanos.
Resguardado por fuertes medidas de seguridad que incluyeron cercos policiacos y militares alrededor del primer cuadro del Centro Histórico, Calderón Hinojosa asistió por primera vez a Palacio Nacional en 53 días de gobierno, para participar en dicha reunión.
De acuerdo con la Presidencia de la República, el mandatario no tuvo oportunidad de entrar a su despacho de Palacio Nacional en las dos horas que estuvo en ese sitio. El primero de diciembre se convirtió en el primer Presidente de la República que al asumir el cargo no llevó a cabo ningún acto en este lugar.
Ante integrantes de su gabinete y gobernadores, el michoacano presentó como ''avances'' de su administración los operativos conjuntos de seguridad, el traspaso de 10 mil efectivos de las fuerzas armadas a la Policía Federal Preventiva, el aumento del presupuesto y la unificación de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y de la PFP.
En lo que significó su primera reunión con todos los gobernadores, llamó a los poderes de la Unión, alcaldes y mandatarios estatales a trabajar unidos más allá de diferencias, de cualquier bandera partidista y de todo interés particular, para hacer frente a la inseguridad.
Con el Presidente se encontraban gobernadores priístas incómodos, como el poblano Mario Marín y el oaxaqueño Ulises Ruiz; panistas como Luis Armando Reynoso, de Aguascalientes, y perredistas, como Amalia García y Lázaro Cárdenas Batel. Los ausentes fueron el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, que envió en su representación al secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega; tampoco estuvieron los mandatarios de Querétaro y de Yucatán, los panistas Francisco Garrido y Patricio Patrón, y de Coahuila, el priísta Humberto Moreira.
El titular de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, hizo un llamado en el que incluyó también a medios de comunicación y organizaciones civiles, para que apoyen las acciones necesarias con el fin de restablecer la paz, como parte de una Cruzada Nacional contra la Delincuencia.
Después, tanto Calderón como García Luna desglosaron el decálogo que guiará la estrategia de esta administración contra la delincuencia. En primer lugar, el gobierno establecerá la ''Plataforma México'', mediante la cual municipios, estados y Federación intercambiarán informes de inteligencia en el combate al delito. Además, la aplicación de exámenes de control de confianza a policías de diversas corporaciones, que recibirán cursos formativos y de capacitación. También habrá un servicio civil de carrera para los policías, y se buscará dotarlos de más y mejor equipo e infraestructura.
Por lo que hace al combate al narcomenudeo se aplicará una política de prevención, rehabilitación y operación integral que permita actuar conjuntamente a los estados y al gobierno federal. A los operativos de seguridad aplicados en Michoacán, Baja California (Tijuana), Guerrero, Durango, Chihuahua y Sinaloa, se sumarán otros con la idea de dejar policías locales ''más fortalecidas y supervisadas por la ciudadanía'', refirió el mandatario.
Las otras líneas de acción consisten en asegurar la transportación segura de pasajeros y mercancías, implantar un sistema de evaluación de resultados indicadores compartidos con la sociedad, así como un registro público vehicular. Durante la sesión se acordó crear un grupo de trabajo que desarrollará la Estrategia General de Combate al Crimen Organizado, misma que deberá ser presentada en la próxima reunión del consejo.
Las cruzadas contra la delincuencia se han convertido en herramienta retórica recurrente de los gobernantes. Tanto Carlos Salinas de Gortari como Miguel de la Madrid emprendieron este tipo de acciones. A cuatro años de iniciado su gobierno, Zedillo se colocó un moño blanco que se volvió emblema inesperado de su Cruzada Nacional contra la Delincuencia que, según dijo, era para hacer frente a una grave ''crisis de seguridad pública''. A partir de esta iniciativa se aumentó el presupuesto, se creó un cuerpo elite de seguridad, la Policía Federal Preventiva (PFP), y se estableció el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Como propone ahora Calderón, todos los estados firmaron convenios con la Secretaría de Gobernación para recibir recursos, y se establecieron complejos sistemas de archivo de datos para concentrar la información de policías en activo y bandas criminales. En materia de narcotráfico se puso en marcha entonces la Operación Sellamiento, para impedir el ingreso de droga por la frontera sur, y se ordenó la captura del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, por su presunta colaboración con el cártel de Juárez.
Apenas iniciaba su administración, Fox también puso en operación la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado. Como parte de esa iniciativa, el entonces presidente ofreció a los estados apoyo con personal, material, líneas de inteligencia e información por parte de cuerpos policiacos federales.
En el primer balance, Fox Quesada presumió que se habían detenido más de un millar de presuntos delincuentes, 150 por ciento más que lo alcanzado en el mismo periodo 1994-1995, y dio un amplio listado de toneladas de droga decomisadas.
El Presidente anuncia diez puntos para combatir la delincuencia
CLAUDIA HERRERA , ALFREDO MENDEZ
Como ocurrió en los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, el de Felipe Calderón lanzó ayer una Cruzada Nacional contra la Delincuencia, con la que promete ganar la ''guerra'' al crimen organizado.
El término es casi el mismo con el que administraciones anteriores bautizaron sus promesas de combate a la inseguridad. El 26 de agosto de 1998, Ernesto Zedillo lanzó la Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia y, en enero de 2001, Vicente Fox Quesada convocó a la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado.
No obstante estas cruzadas, Calderón señaló ante gobernadores y miembros de su gabinete que asistieron a la 21 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que la inseguridad sigue minando la calidad de vida de los mexicanos.
Resguardado por fuertes medidas de seguridad que incluyeron cercos policiacos y militares alrededor del primer cuadro del Centro Histórico, Calderón Hinojosa asistió por primera vez a Palacio Nacional en 53 días de gobierno, para participar en dicha reunión.
De acuerdo con la Presidencia de la República, el mandatario no tuvo oportunidad de entrar a su despacho de Palacio Nacional en las dos horas que estuvo en ese sitio. El primero de diciembre se convirtió en el primer Presidente de la República que al asumir el cargo no llevó a cabo ningún acto en este lugar.
Ante integrantes de su gabinete y gobernadores, el michoacano presentó como ''avances'' de su administración los operativos conjuntos de seguridad, el traspaso de 10 mil efectivos de las fuerzas armadas a la Policía Federal Preventiva, el aumento del presupuesto y la unificación de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y de la PFP.
En lo que significó su primera reunión con todos los gobernadores, llamó a los poderes de la Unión, alcaldes y mandatarios estatales a trabajar unidos más allá de diferencias, de cualquier bandera partidista y de todo interés particular, para hacer frente a la inseguridad.
Con el Presidente se encontraban gobernadores priístas incómodos, como el poblano Mario Marín y el oaxaqueño Ulises Ruiz; panistas como Luis Armando Reynoso, de Aguascalientes, y perredistas, como Amalia García y Lázaro Cárdenas Batel. Los ausentes fueron el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, que envió en su representación al secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega; tampoco estuvieron los mandatarios de Querétaro y de Yucatán, los panistas Francisco Garrido y Patricio Patrón, y de Coahuila, el priísta Humberto Moreira.
El titular de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, hizo un llamado en el que incluyó también a medios de comunicación y organizaciones civiles, para que apoyen las acciones necesarias con el fin de restablecer la paz, como parte de una Cruzada Nacional contra la Delincuencia.
Después, tanto Calderón como García Luna desglosaron el decálogo que guiará la estrategia de esta administración contra la delincuencia. En primer lugar, el gobierno establecerá la ''Plataforma México'', mediante la cual municipios, estados y Federación intercambiarán informes de inteligencia en el combate al delito. Además, la aplicación de exámenes de control de confianza a policías de diversas corporaciones, que recibirán cursos formativos y de capacitación. También habrá un servicio civil de carrera para los policías, y se buscará dotarlos de más y mejor equipo e infraestructura.
Por lo que hace al combate al narcomenudeo se aplicará una política de prevención, rehabilitación y operación integral que permita actuar conjuntamente a los estados y al gobierno federal. A los operativos de seguridad aplicados en Michoacán, Baja California (Tijuana), Guerrero, Durango, Chihuahua y Sinaloa, se sumarán otros con la idea de dejar policías locales ''más fortalecidas y supervisadas por la ciudadanía'', refirió el mandatario.
Las otras líneas de acción consisten en asegurar la transportación segura de pasajeros y mercancías, implantar un sistema de evaluación de resultados indicadores compartidos con la sociedad, así como un registro público vehicular. Durante la sesión se acordó crear un grupo de trabajo que desarrollará la Estrategia General de Combate al Crimen Organizado, misma que deberá ser presentada en la próxima reunión del consejo.
Las cruzadas contra la delincuencia se han convertido en herramienta retórica recurrente de los gobernantes. Tanto Carlos Salinas de Gortari como Miguel de la Madrid emprendieron este tipo de acciones. A cuatro años de iniciado su gobierno, Zedillo se colocó un moño blanco que se volvió emblema inesperado de su Cruzada Nacional contra la Delincuencia que, según dijo, era para hacer frente a una grave ''crisis de seguridad pública''. A partir de esta iniciativa se aumentó el presupuesto, se creó un cuerpo elite de seguridad, la Policía Federal Preventiva (PFP), y se estableció el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Como propone ahora Calderón, todos los estados firmaron convenios con la Secretaría de Gobernación para recibir recursos, y se establecieron complejos sistemas de archivo de datos para concentrar la información de policías en activo y bandas criminales. En materia de narcotráfico se puso en marcha entonces la Operación Sellamiento, para impedir el ingreso de droga por la frontera sur, y se ordenó la captura del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, por su presunta colaboración con el cártel de Juárez.
Apenas iniciaba su administración, Fox también puso en operación la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado. Como parte de esa iniciativa, el entonces presidente ofreció a los estados apoyo con personal, material, líneas de inteligencia e información por parte de cuerpos policiacos federales.
En el primer balance, Fox Quesada presumió que se habían detenido más de un millar de presuntos delincuentes, 150 por ciento más que lo alcanzado en el mismo periodo 1994-1995, y dio un amplio listado de toneladas de droga decomisadas.