Un presidente solitario e incapaz
Revista Siempre
El escandaloso y atroz crimen de Morelia nos muestra nuestra fragilidad, divisiones políticas y la incapacidad para enfrentar la adversidad, concretamente el odio del narcoterrorismo. Como lógico resultado, Felipe Calderón ha hecho un llamado a la unidad nacional. La primera pregunta es qué entiende el Presidente por unidad: ¿cerrar filas en torno a su administración, aceptar sus directrices y sus políticas como las únicas de valor en México?
Por otro lado, su gran enemigo, Andrés Manuel López Obrador, condiciona su apoyo al llamado poniendo condiciones. Es decir, no dará algo a menos que sean aceptadas sus propuestas, las que presentó el pasado 15 de septiembre. Ello se llama chantaje y es algo inaceptable. Quiere sacar raja de la difícil situación política. Piensa, dicho en otros términos, en sí mismo. Recuerda a Hitler cuando ya al borde de la derrota y la locura, prefería que Alemania se hundiera por no haberle dado el suficiente apoyo para vencer a sus enemigos.
Los demás partidos van y vienen según lo demanda la cambiante política nacional.
Acción Nacional no atina a darle un apoyo decidido e inteligente a Calderón. Mouriño está paralizado; fuera de negocios personales, no sabe qué hacer para enfrentar los desafíos. Es bisoño en cuestiones políticas, lo que muestra que tenemos a otro solitario de palacio en Calderón. El PRI de nuevo recurre a su experiencia, sabe moverse en aguas turbulentas. Ante los ojos de una sociedad alarmada por los niveles de inseguridad creciente, es el que podría recuperar la conducción atinada del sistema. El PAN es incapaz y el PRD es un chantajista.
El problema radica en que Calderón es un presidente solitario e incapaz en consecuencia de mover bien sus piezas. Primero debería aceptar que no tiene gabinete y cambiarlo por personas capacitadas, aunque no sean panistas, pensando en el futuro del país, luego entender que la unidad nacional se da en función de programas, principios, de políticas, de instituciones y no para darle el apoyo que requiere para satisfacer su ego personal.
De otra forma continuaremos en picada. El narcoterrorismo y en general el crimen organizado serán los dueños de México ante la total impotencia de un presidente inepto y un caudillo que busca la quiebra del país para mitigar su rencor.
El escandaloso y atroz crimen de Morelia nos muestra nuestra fragilidad, divisiones políticas y la incapacidad para enfrentar la adversidad, concretamente el odio del narcoterrorismo. Como lógico resultado, Felipe Calderón ha hecho un llamado a la unidad nacional. La primera pregunta es qué entiende el Presidente por unidad: ¿cerrar filas en torno a su administración, aceptar sus directrices y sus políticas como las únicas de valor en México?
Por otro lado, su gran enemigo, Andrés Manuel López Obrador, condiciona su apoyo al llamado poniendo condiciones. Es decir, no dará algo a menos que sean aceptadas sus propuestas, las que presentó el pasado 15 de septiembre. Ello se llama chantaje y es algo inaceptable. Quiere sacar raja de la difícil situación política. Piensa, dicho en otros términos, en sí mismo. Recuerda a Hitler cuando ya al borde de la derrota y la locura, prefería que Alemania se hundiera por no haberle dado el suficiente apoyo para vencer a sus enemigos.
Los demás partidos van y vienen según lo demanda la cambiante política nacional.
Acción Nacional no atina a darle un apoyo decidido e inteligente a Calderón. Mouriño está paralizado; fuera de negocios personales, no sabe qué hacer para enfrentar los desafíos. Es bisoño en cuestiones políticas, lo que muestra que tenemos a otro solitario de palacio en Calderón. El PRI de nuevo recurre a su experiencia, sabe moverse en aguas turbulentas. Ante los ojos de una sociedad alarmada por los niveles de inseguridad creciente, es el que podría recuperar la conducción atinada del sistema. El PAN es incapaz y el PRD es un chantajista.
El problema radica en que Calderón es un presidente solitario e incapaz en consecuencia de mover bien sus piezas. Primero debería aceptar que no tiene gabinete y cambiarlo por personas capacitadas, aunque no sean panistas, pensando en el futuro del país, luego entender que la unidad nacional se da en función de programas, principios, de políticas, de instituciones y no para darle el apoyo que requiere para satisfacer su ego personal.
De otra forma continuaremos en picada. El narcoterrorismo y en general el crimen organizado serán los dueños de México ante la total impotencia de un presidente inepto y un caudillo que busca la quiebra del país para mitigar su rencor.