De acuerdo al 39 constitucional .... El poder pertenece al pueblo
Revista Siempre
Ahora que está presente en los medios la propuesta de crear el Instituto Ciudadano para la Prevención del Delito y la Seguridad Pública, debemos puntualizar que nuestra Constitución política refiere en su artículo 39 que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Este derecho hace que todos sepamos que nadie nos puede vender absolutamente nada con respecto a la prevención del delito y seguridad que necesitamos. Cualquier instituto, o como lo quieran denominar, deberá provenir de nosotros. Este deberá ser totalmente apolítico, sin ningún color, ni nombre, sólo debe tener una finalidad: acabar con la inseguridad que vivimos, y donde se deberán escuchar todas y cada una de las propuestas con seriedad, y buscar que tengan un resultado eficaz.
Necesitamos resultados, no pleitos entre partidos, ya basta de quién es el mejor o el peor. Somos nosotros quienes nombramos a los gobiernos y por ello es necesario exigirles que cumplan con su obligación en materia de seguridad.
Es inaudito lo que sucedió el día 15 de septiembre en Michoacán, ya que nunca en la historia de México se había perpetrado algún daño en contra de la sociedad civil y es claro que se trata de terrorismo. Este acontecimiento, junto con las personas decapitadas en el Estado de México, y el hallazgo de un ejecutado en la carretera Picacho-Ajusco, son hechos repudiados y juzgados como lo más vil, bajo y grotesco que nos haya tocado vivir.
Esta andanada de violencia es materia de seguridad nacional, el llamado a la unidad se hizo desde hace tiempo, hoy más que nunca es necesario aplicar medidas que nuestro Estado de derecho permite. La paz pública está en peligro, ¿qué esperamos? Exijamos al gobierno soluciones. Antes se decía que la guerra era entre la misma delincuencia organizada y ahora es en contra de la sociedad. Unámonos, no admitamos tales acontecimientos y gritemos ¡viva México!
Ahora que está presente en los medios la propuesta de crear el Instituto Ciudadano para la Prevención del Delito y la Seguridad Pública, debemos puntualizar que nuestra Constitución política refiere en su artículo 39 que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Este derecho hace que todos sepamos que nadie nos puede vender absolutamente nada con respecto a la prevención del delito y seguridad que necesitamos. Cualquier instituto, o como lo quieran denominar, deberá provenir de nosotros. Este deberá ser totalmente apolítico, sin ningún color, ni nombre, sólo debe tener una finalidad: acabar con la inseguridad que vivimos, y donde se deberán escuchar todas y cada una de las propuestas con seriedad, y buscar que tengan un resultado eficaz.
Necesitamos resultados, no pleitos entre partidos, ya basta de quién es el mejor o el peor. Somos nosotros quienes nombramos a los gobiernos y por ello es necesario exigirles que cumplan con su obligación en materia de seguridad.
Es inaudito lo que sucedió el día 15 de septiembre en Michoacán, ya que nunca en la historia de México se había perpetrado algún daño en contra de la sociedad civil y es claro que se trata de terrorismo. Este acontecimiento, junto con las personas decapitadas en el Estado de México, y el hallazgo de un ejecutado en la carretera Picacho-Ajusco, son hechos repudiados y juzgados como lo más vil, bajo y grotesco que nos haya tocado vivir.
Esta andanada de violencia es materia de seguridad nacional, el llamado a la unidad se hizo desde hace tiempo, hoy más que nunca es necesario aplicar medidas que nuestro Estado de derecho permite. La paz pública está en peligro, ¿qué esperamos? Exijamos al gobierno soluciones. Antes se decía que la guerra era entre la misma delincuencia organizada y ahora es en contra de la sociedad. Unámonos, no admitamos tales acontecimientos y gritemos ¡viva México!