El debilitamiento de Calderón
José Gil Olmos
MÉXICO, D.F., (apro).- Para las elecciones de 2009 el PAN quiere ganar todo: su dirigente nacional, Germán Martínez, ha pactado con lo más corrupto del sistema político, con tal de conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados.
El desdoro en el que ha caído el PAN con la alianza hecha con el Partido Nueva Alianza, creado por Elba Esther Gordillo, y con Vicente Fox, rumbo a las elecciones intermedias de 2009 en que se renovará la Cámara de Diputados, parece importarle muy poco al panismo que apoya a Felipe Calderón, a través de su socio y amigo Germán Martínez.
En el pasado, a los panistas les importaba mucho la ética y cuidaban no involucrarse con personajes manchados por la corrupción. Seguían a pie juntillas las directrices de sus fundadores, principalmente de Manuel Gómez Morín.
En sus artículos y en sus discursos, el secretario general del PAN ha citado innumerables ocasiones los códigos de ética y moral con los cuales se formó su partido desde hace más de cincuenta años. Como secretario de la Función Pública aseguró que el gobierno de Felipe Calderón no sería cómplice de la corrupción de los gobiernos pasados.
Hoy, inmerso en el pragmatismo más soez Germán Martínez, ha dejado ese código, y como puente del gobierno de Calderón, ha establecido alianzas electorales con la maestra Gordillo, el Yunque y Vicente Fox con la meta de conseguir 18 millones en de votos en todo el país, necesarios para alcanzar la mayoría en el Poder Legislativo.
Hace un par de semanas Germán Martínez fue autorizado por la dirigencia nacional de su partido para buscar la alianza con el Panal de la maestra Gordillo. Como se sabe, en la elección de 2006 este partido fue una de las piezas claves para el triunfo de Calderón, pues además de quitarle votos al PRI obtuvo aproximadamente un millón 800 mil votos para diputados, y sus miembros desplegaron una campaña de “voto útil” a favor del candidato presidencial del PAN.
Rogelio Carbajal, secretario general de Acción Nacional, dijo que estaban abiertos a explorar esos acuerdos “porque creemos que requerimos de una gran alianza ciudadana, y eso puede implicar a más partidos políticos para que apoyen el proceso de modernización del presidente Felipe Calderón”. De la misma manera Carlos Abascal, exsecretario de Gobernación dijo que no tenía por qué descalificar a ningún líder sindical, luego de que Manuel Espino lanzara severas críticas a esta decisión de buscar el apoyo de la maestra Gordillo.
Los panistas quieren repetir la misma estrategia electoral del 2006 y por eso han invitado a Vicente Fox, Manuel Espino y el sector más conservador del partido representado por el Yunque, a unir fuerzas nuevamente olvidando los expedientes de corrupción y de riqueza inexplicable por el que el expresidente ha sido denunciado ante la Procuraduría General de la República.
El 26 de julio, en León, Guanajuato, Germán Martínez selló el pacto de impunidad con Vicente Fox al integrarlo a la comisión de estrategia de campaña. En los hechos ya estaba trabajando para archivar las denuncias en contra del exmandatario, pues como secretario de la Función Pública se encargó de bloquear cualquier intento de indagar la administración foxista y las denuncias de haber permitido el tráfico de influencias para beneficiar a los hijos de su esposa Marta Sahagún.
“Me siento cobijado”, dijo Fox cuando se le integró al comité de campaña. Esta expresión fue más que transparente del sentido de protección que tuvo a partir de ese momento el expresidente.
Cerrado el expediente, ya no era necesario que desafiara a Calderón con difundir la forma en que le ayudó a ganar la elección a Andrés Manuel López Obrador el 2 de julio del 2006.
En ese mismo acto realizado en León, el jefe nacional del PAN también pactó con el Yunque al integrar a la comisión de estructura al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien es identificado como miembro de este grupo político de ultraderecha.
En los últimos 17 años el PAN ha gobernado esta entidad y en las elecciones pasadas ganó no sólo la gubernatura, sino 36 de 46 presidencias municipales y la mayoría en el Congreso del estado. Esta hegemonía panista hizo que Germán Martínez lanzara como lema de campaña la idea de guanajuatizar al país para las elecciones del 2009.
De lo que no habló el dirigente panista fue que en Guanajuato el PAN ha logrado imponerse gracias a una reedición de las viejas prácticas del PRI. Los programas de gobierno como la donación de pisos de cemento y láminas para las casas más pobres, los recursos al campo, los permisos a taxistas y vendedores ambulantes, la construcción de vivienda popular, entre otros, han sido utilizados para la compra o inducción del voto.
No sólo eso, hay denuncias de que en la elección presidencial del 2006, el PAN compró votos hasta en mil 500 pesos a favor de Calderón. De ahí que en un estudio sobre el comportamiento electoral en la entidad se reportó que mientras a nivel nacional la diferencia media entre Calderón y López Obrador era de un voto, en Guanajuato fue 17 contra uno a favor del panista.
Estos antecedentes de corrupción y malos manejos de los recursos públicos para fines electorales poco le importaron a Germán Martínez al pactar con el Yunque y Vicente Fox. La apuesta del PAN es la desmemoria popular y reeditar la estrategia de la guerra sucia electoral del 2006. Sin embargo, México es más que Guanajuato y Fox ya no es garantía de éxito como lo fue en el pasado.
MÉXICO, D.F., (apro).- Para las elecciones de 2009 el PAN quiere ganar todo: su dirigente nacional, Germán Martínez, ha pactado con lo más corrupto del sistema político, con tal de conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados.
El desdoro en el que ha caído el PAN con la alianza hecha con el Partido Nueva Alianza, creado por Elba Esther Gordillo, y con Vicente Fox, rumbo a las elecciones intermedias de 2009 en que se renovará la Cámara de Diputados, parece importarle muy poco al panismo que apoya a Felipe Calderón, a través de su socio y amigo Germán Martínez.
En el pasado, a los panistas les importaba mucho la ética y cuidaban no involucrarse con personajes manchados por la corrupción. Seguían a pie juntillas las directrices de sus fundadores, principalmente de Manuel Gómez Morín.
En sus artículos y en sus discursos, el secretario general del PAN ha citado innumerables ocasiones los códigos de ética y moral con los cuales se formó su partido desde hace más de cincuenta años. Como secretario de la Función Pública aseguró que el gobierno de Felipe Calderón no sería cómplice de la corrupción de los gobiernos pasados.
Hoy, inmerso en el pragmatismo más soez Germán Martínez, ha dejado ese código, y como puente del gobierno de Calderón, ha establecido alianzas electorales con la maestra Gordillo, el Yunque y Vicente Fox con la meta de conseguir 18 millones en de votos en todo el país, necesarios para alcanzar la mayoría en el Poder Legislativo.
Hace un par de semanas Germán Martínez fue autorizado por la dirigencia nacional de su partido para buscar la alianza con el Panal de la maestra Gordillo. Como se sabe, en la elección de 2006 este partido fue una de las piezas claves para el triunfo de Calderón, pues además de quitarle votos al PRI obtuvo aproximadamente un millón 800 mil votos para diputados, y sus miembros desplegaron una campaña de “voto útil” a favor del candidato presidencial del PAN.
Rogelio Carbajal, secretario general de Acción Nacional, dijo que estaban abiertos a explorar esos acuerdos “porque creemos que requerimos de una gran alianza ciudadana, y eso puede implicar a más partidos políticos para que apoyen el proceso de modernización del presidente Felipe Calderón”. De la misma manera Carlos Abascal, exsecretario de Gobernación dijo que no tenía por qué descalificar a ningún líder sindical, luego de que Manuel Espino lanzara severas críticas a esta decisión de buscar el apoyo de la maestra Gordillo.
Los panistas quieren repetir la misma estrategia electoral del 2006 y por eso han invitado a Vicente Fox, Manuel Espino y el sector más conservador del partido representado por el Yunque, a unir fuerzas nuevamente olvidando los expedientes de corrupción y de riqueza inexplicable por el que el expresidente ha sido denunciado ante la Procuraduría General de la República.
El 26 de julio, en León, Guanajuato, Germán Martínez selló el pacto de impunidad con Vicente Fox al integrarlo a la comisión de estrategia de campaña. En los hechos ya estaba trabajando para archivar las denuncias en contra del exmandatario, pues como secretario de la Función Pública se encargó de bloquear cualquier intento de indagar la administración foxista y las denuncias de haber permitido el tráfico de influencias para beneficiar a los hijos de su esposa Marta Sahagún.
“Me siento cobijado”, dijo Fox cuando se le integró al comité de campaña. Esta expresión fue más que transparente del sentido de protección que tuvo a partir de ese momento el expresidente.
Cerrado el expediente, ya no era necesario que desafiara a Calderón con difundir la forma en que le ayudó a ganar la elección a Andrés Manuel López Obrador el 2 de julio del 2006.
En ese mismo acto realizado en León, el jefe nacional del PAN también pactó con el Yunque al integrar a la comisión de estructura al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien es identificado como miembro de este grupo político de ultraderecha.
En los últimos 17 años el PAN ha gobernado esta entidad y en las elecciones pasadas ganó no sólo la gubernatura, sino 36 de 46 presidencias municipales y la mayoría en el Congreso del estado. Esta hegemonía panista hizo que Germán Martínez lanzara como lema de campaña la idea de guanajuatizar al país para las elecciones del 2009.
De lo que no habló el dirigente panista fue que en Guanajuato el PAN ha logrado imponerse gracias a una reedición de las viejas prácticas del PRI. Los programas de gobierno como la donación de pisos de cemento y láminas para las casas más pobres, los recursos al campo, los permisos a taxistas y vendedores ambulantes, la construcción de vivienda popular, entre otros, han sido utilizados para la compra o inducción del voto.
No sólo eso, hay denuncias de que en la elección presidencial del 2006, el PAN compró votos hasta en mil 500 pesos a favor de Calderón. De ahí que en un estudio sobre el comportamiento electoral en la entidad se reportó que mientras a nivel nacional la diferencia media entre Calderón y López Obrador era de un voto, en Guanajuato fue 17 contra uno a favor del panista.
Estos antecedentes de corrupción y malos manejos de los recursos públicos para fines electorales poco le importaron a Germán Martínez al pactar con el Yunque y Vicente Fox. La apuesta del PAN es la desmemoria popular y reeditar la estrategia de la guerra sucia electoral del 2006. Sin embargo, México es más que Guanajuato y Fox ya no es garantía de éxito como lo fue en el pasado.