Reduce México su crecimiento, admiten gobierno y banco central
La Jornada
El optimismo de las últimas semanas cedió paso a la realidad. Este miércoles el gobierno federal y el Banco de México reconocieron que la economía mexicana entró en una fase de menor crecimiento, que provocará que en 2008 sean generados 136 mil empleos menos que en 2007.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) admitió que, como resultado de la amenaza de recesión en Estados Unidos, el producto interno bruto (PIB) crecerá este año solamente 2.8 por ciento, 0.9 puntos porcentuales menos que la estimación de 3.7 considerada en el paquete económico aprobado por el Congreso de la Unión para 2008.
En este contexto de menor crecimiento, la deuda total del gobierno federal cerró 2007 en 2 billones 236 mil 911 millones de pesos, 13 por ciento más que el saldo reportado al cierre de 2006, monto que equivale a 21.4 por ciento del producto interno bruto. De ese total, 79.9 por ciento está constituido por deuda interna y 20.1 por externa, según datos de Hacienda.
Otra consecuencia de la desaceleración de la economía mexicana será una caída de los ingresos tributarios del gobierno federal de por lo menos 10 mil millones de pesos, 8.5 por ciento de los recursos que, en términos comparativos, aportaría al fisco la reforma fiscal aprobada por el Congreso en diciembre pasado, según cálculo de Juan Manuel Pérez Porrúa, titular de la Unidad de Política de Ingresos de la SHCP.
La dinámica de menor crecimiento económico en 2008 también fue reconocida por el Banco de México, que redujo en medio punto porcentual su estimación de incremento del PIB en 2008, que ahora situó en un rango de entre 2.75 y 3.25 por ciento. El banco central, sin embargo, no dejará la ortodoxia.
El gobernador Guillermo Ortiz descartó ayer, en una conferencia de prensa, que la institución vaya a flexibilizar la política monetaria y bajar las tasas de interés para estimular la actividad económica, como están haciendo bancos centrales de otras naciones.
El optimismo oficial de las últimas semanas cambió de manera visible este miércoles. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, dijo ayer que el país enfrenta una coyuntura difícil este año debido al entorno externo, y destacó que es necesario encender los motores del crecimiento interno. Además de promover las obras de infraestructura, anunció que el gobierno federal dará impulso al sector agropecuario, debido a los incrementos observados en los precios del maíz y otros granos.
Al respecto, el gobernador del Banco de México calificó de “oportunas y pertinentes” las medidas anunciadas por el Ejecutivo federal, como un mayor gasto en infraestructura, para tratar de paliar la turbulencia económica. Sobre la intervención del Ejecutivo para concertar precios de productos básicos con tiendas de autoservicio, comentó: “han sido acciones acertadas, que han despejado un entorno en que la población estaba siendo informada de manera incorrecta sobre algunos precios”.
Sin embargo, Guillermo Ortiz anticipó que uno de los primeros efectos del menor crecimiento se reflejará en la caída en la generación de empleo en el sector formal. En 2008, anticipó, serán generados 620 mil empleos formales, 136 mil menos de los creados en 2007, y una cantidad que apenas cubre la mitad del incremento en la demanda generado por el aumento de la población económicamente activa.
Entorno difícil durante nueve meses, alerta Werner
En una conferencia de prensa en la que presentó el Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al cuarto trimestre de 2007, Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda, adelantó que en los primeros nueve meses de este año el entorno será difícil porque la economía de Estados Unidos repuntará hasta el cuarto trimestre. Reconoció que habrá una caída en la generación de fuentes de empleo y aceptó que la economía mexicana sólo crecerá 2.8 por ciento este año, incluso menos que el 3.2 por ciento que se estima para todo 2007.
El titular de Hacienda, quien habló durante la firma de un convenio de colaboración entre el Fideicomiso Instituido en Relación con la Agricultura (FIRA) y Financiera Rural, afirmó que el país enfrenta una coyuntura difícil este año debido al entorno externo, y consideró necesario encender los motores del crecimiento interno, entre los que mencionó la actividad agropecuaria.
Durante el acto efectuado en el salón Panamericano de Palacio Nacional, Carstens apuntó que para impulsar al máximo el potencial del campo, se destinarán 204 mil millones de pesos este año al programa especial que engloba los esfuerzos del gobierno federal para apoyar al sector rural.
Este presupuesto, subrayó, es 11.2 por ciento superior en términos reales a lo asignado en 2007, y mayor en la historia del país. Dentro de esta partida, destaca un monto sin precedente de 6 mil 300 millones de pesos para impulsar el financiamiento rural.
El titular de Hacienda indicó que ya pidió a los bancos de desarrollo que se acelere el proceso de bancarización y financiamiento a ese sector. El campo, subrayó, será apoyado por una banca de desarrollo, cuya solidez la convierte en un mecanismo poderoso de política contracíclica
El optimismo de las últimas semanas cedió paso a la realidad. Este miércoles el gobierno federal y el Banco de México reconocieron que la economía mexicana entró en una fase de menor crecimiento, que provocará que en 2008 sean generados 136 mil empleos menos que en 2007.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) admitió que, como resultado de la amenaza de recesión en Estados Unidos, el producto interno bruto (PIB) crecerá este año solamente 2.8 por ciento, 0.9 puntos porcentuales menos que la estimación de 3.7 considerada en el paquete económico aprobado por el Congreso de la Unión para 2008.
En este contexto de menor crecimiento, la deuda total del gobierno federal cerró 2007 en 2 billones 236 mil 911 millones de pesos, 13 por ciento más que el saldo reportado al cierre de 2006, monto que equivale a 21.4 por ciento del producto interno bruto. De ese total, 79.9 por ciento está constituido por deuda interna y 20.1 por externa, según datos de Hacienda.
Otra consecuencia de la desaceleración de la economía mexicana será una caída de los ingresos tributarios del gobierno federal de por lo menos 10 mil millones de pesos, 8.5 por ciento de los recursos que, en términos comparativos, aportaría al fisco la reforma fiscal aprobada por el Congreso en diciembre pasado, según cálculo de Juan Manuel Pérez Porrúa, titular de la Unidad de Política de Ingresos de la SHCP.
La dinámica de menor crecimiento económico en 2008 también fue reconocida por el Banco de México, que redujo en medio punto porcentual su estimación de incremento del PIB en 2008, que ahora situó en un rango de entre 2.75 y 3.25 por ciento. El banco central, sin embargo, no dejará la ortodoxia.
El gobernador Guillermo Ortiz descartó ayer, en una conferencia de prensa, que la institución vaya a flexibilizar la política monetaria y bajar las tasas de interés para estimular la actividad económica, como están haciendo bancos centrales de otras naciones.
El optimismo oficial de las últimas semanas cambió de manera visible este miércoles. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, dijo ayer que el país enfrenta una coyuntura difícil este año debido al entorno externo, y destacó que es necesario encender los motores del crecimiento interno. Además de promover las obras de infraestructura, anunció que el gobierno federal dará impulso al sector agropecuario, debido a los incrementos observados en los precios del maíz y otros granos.
Al respecto, el gobernador del Banco de México calificó de “oportunas y pertinentes” las medidas anunciadas por el Ejecutivo federal, como un mayor gasto en infraestructura, para tratar de paliar la turbulencia económica. Sobre la intervención del Ejecutivo para concertar precios de productos básicos con tiendas de autoservicio, comentó: “han sido acciones acertadas, que han despejado un entorno en que la población estaba siendo informada de manera incorrecta sobre algunos precios”.
Sin embargo, Guillermo Ortiz anticipó que uno de los primeros efectos del menor crecimiento se reflejará en la caída en la generación de empleo en el sector formal. En 2008, anticipó, serán generados 620 mil empleos formales, 136 mil menos de los creados en 2007, y una cantidad que apenas cubre la mitad del incremento en la demanda generado por el aumento de la población económicamente activa.
Entorno difícil durante nueve meses, alerta Werner
En una conferencia de prensa en la que presentó el Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al cuarto trimestre de 2007, Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda, adelantó que en los primeros nueve meses de este año el entorno será difícil porque la economía de Estados Unidos repuntará hasta el cuarto trimestre. Reconoció que habrá una caída en la generación de fuentes de empleo y aceptó que la economía mexicana sólo crecerá 2.8 por ciento este año, incluso menos que el 3.2 por ciento que se estima para todo 2007.
El titular de Hacienda, quien habló durante la firma de un convenio de colaboración entre el Fideicomiso Instituido en Relación con la Agricultura (FIRA) y Financiera Rural, afirmó que el país enfrenta una coyuntura difícil este año debido al entorno externo, y consideró necesario encender los motores del crecimiento interno, entre los que mencionó la actividad agropecuaria.
Durante el acto efectuado en el salón Panamericano de Palacio Nacional, Carstens apuntó que para impulsar al máximo el potencial del campo, se destinarán 204 mil millones de pesos este año al programa especial que engloba los esfuerzos del gobierno federal para apoyar al sector rural.
Este presupuesto, subrayó, es 11.2 por ciento superior en términos reales a lo asignado en 2007, y mayor en la historia del país. Dentro de esta partida, destaca un monto sin precedente de 6 mil 300 millones de pesos para impulsar el financiamiento rural.
El titular de Hacienda indicó que ya pidió a los bancos de desarrollo que se acelere el proceso de bancarización y financiamiento a ese sector. El campo, subrayó, será apoyado por una banca de desarrollo, cuya solidez la convierte en un mecanismo poderoso de política contracíclica