El engaño: prédica y práctica del PAN (Primera de tres partes)
Segunda Parte
México, D.F., 6 de noviembre (apro).- “El engaño: prédica y práctica del PAN” es el más reciente libro del periodista Alvaro Delgado, quien revela y documenta, con base en abundante información, la acelerada degradación del partido político que ejerce el poder en México.
Prácticas fraudulentas, abuso del erario, claudicación ante el poder del dinero, manipulación de la fe, prácticas corporativas, uso faccioso del aparato gubernamental, cotidianas reyertas internas, pactos mafiosos con el priismo, dependencia de la cacique magisterial Elba Esther Gordillo… el desprecio del PAN a su historia.
En el prólogo de “El engaño: prédica y práctica del PAN”, editado por Grijalbo, el historiador Lorenzo Meyer expone que son los propios panistas, con sus proclamas y sus obras, los que hacen un retrato de sí mismos:
“El resultado es nada halagador para un partido que por mucho tiempo presumió de ser modelo de integridad, de agrupación política representativa de la ‘gente decente’ y de la moral católica bien cimentada, pero que hoy ya no es sino una sombra de aquella época y modelo original.”
Con autorización del autor de “El Yunque, la ultraderecha en el poder” y “El Ejército de Dios”, y de la editorial Grijalbo, Apro reproduce el capítulo 13 “El engaño: prédica y práctica del PAN”, que comenzará a circular los próximos días.
Los financieros del odio
…En el mundo empresarial y en el político es donde el relativismo doctrinal y el reblandecimiento moral llegan a extremos alarmantes… Atrapados en el laberinto del interés económico, que fatalmente se manifiesta en términos de compraventa y de provecho, están arrojando al lodazal principios y normas cuya sede está situada infinitamente más arriba.
Efraín González Luna. Los motivos del desertor.
Caía la tarde en Chihuahua y una vasta zona pudiente de la capital del estado fue tomada por piquetes de guardaespaldas, cuyos vehículos y aparatos de comunicación anticipaban un acontecimiento grande.
Se celebraba una boda.
Era la noche del sábado 15 de julio del 2006, y en el hotel Westin Soberano, de Chihuahua capital, nada oscurecía la felicidad de los contrayentes: Lisa Barraza y Marcelo Margáin exhibían, elocuentes, la dicha por su enlace.
Ella, con un discreto vestido blanco de mangas cortas y una cinta roja que rodeaba su cintura breve. El, portando un traje de fino corte que resaltaba su cuerpo atlético, forjado en la disciplina y el sacrificio que imponen los Legionarios de Cristo.
El muchacho venía de Monterrey, de una familia entregada a los grandes negocios y a la adoración de Dios. Educado toda su vida en colegios legionarios, a los 19 años de edad se incorporó al movimiento Regnum Christi, creado por la congregación fundada por Marcial Maciel.
Marcelo había vuelto de un viaje de un año como predicador del Evangelio, en Brasil, que emprendió, atormentado por los alcances de su fe.
“A pesar de llevar una buena vida espiritual y haber estado en algunos apostolados, sentía que no había hecho nada que realmente valiera la pena por Cristo, no experimentaba una verdadera entrega.”
Pero esa noche el sufrimiento ya se había desvanecido: El ingeniero industrial por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) se enlazaba esa noche con Lisa Fernanda, una joven que también estudió en esa institución, hija del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Luis Barraza.
Emparentaba la familia Barraza, de Chihuahua, con los Bergáin Berlanga, de Nuevo León, una familia de empresarios y políticos panistas que fueron socios de Kamel Nacif, el artífice de la infamia contra la periodista Lydia Cacho, en colusión con el gobernador Mario Marín.
En contraste con la modestia de los negocios de Barraza, que sólo ha tenido cargos gerenciales, los Margáin Berlanga fueron los principales accionistas del Banco de Oriente, uno de las instituciones financieras cuyo quebranto pagan los mexicanos por haberlo absorbido el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), y actualmente encabezan el grupo financiero regiomontano Margen.
Es familia de prosapia panista: Marcelo Margáin Berlanga, padre del novio, y su hermana Bárbara son militantes del municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, el municipio más rico de México y cuyo alcalde es su hermano Fernando, aspirante a la candidatura al gobierno del estado.
Los Barraza --allegados al PAN de Chihuahua-- ascendían a la elite, casi a dos semanas de las elecciones presidenciales del 2 de julio y cuyo recuento de votos estaba en curso.
El enlace civil tuvo un juez de lujo: el gobernador de Chihuahua, el priista José Reyes Baeza.
Y en la mesa principal, junto a Barraza y su esposa Liz Llamas, departían personalidades cuya presencia subrayaba el aprecio por el anfitrión:
Emilio Azcárraga Jean, presidente del Grupo Televisa; Valentín Diez Morodo, vicepresidente del Grupo Modelo y expresidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), y Claudio X. González, presidente del Grupo Kimberly Clark, expresidente del CCE y actual dirigente de los hombres más ricos del país.
Los Vallina Lagüera, del poderoso Grupo Chihuahua, y los Terrazas Torres, de consorcio Cementos Chihuahua, entre otras prominentes familias adineradas, también fueron convocadas a la boda religiosa, celebrada al día siguiente.
A la felicidad de la boda se sumó la dicha de la victoria --entonces todavía preliminar y luego ratificada-- de Felipe Calderón, el candidato presidencial del PAN --del que el joven Margáin Zambrano es también militante formal--, sustentada en el apoyo financiero y propagandístico de la mayoría de los asistentes a la boda en la capital de Chihuahua.
Varios de los magnates locales formaron parte del elenco que financió la campaña de Calderón en el estado y en cuyo honor asistieron a una cena seis meses antes: se efectuó la noche del viernes 25 de febrero, seis días después del inicio formal de la campaña, y asistieron 400 empresarios.
Convocados por Enrique Terrazas Torres, coordinador financiero de la campaña de Calderón en Chihuahua, Sonora, Durango, Nuevo León, asistieron Miguel Fernández Iturriza, concesionario del emporio Famsa, el fabricante de Coca-Cola, y Pedro Zaragoza, propietario de las compañías gaseras más importante de México y América Central, y consuegro de Lino Korrodi, el recaudador de Fox en la campaña del 2000.
Y es que Chihuahua fue un enclave sustantivo en la trama --al más alto nivel-- para imponer a Calderón en la Presidencia de la República, cuyo esquema involucró a las personalidades y características de los asistentes la boda:
La ilegal intervención del CCE --que presidía el padre de la novia--, el financiamiento abierto y a trasmano de prominentes magnates de México --Azcárraga, Claudio X. González y Diez Morodo--, la propaganda del miedo --mediante la asociación civil Celiderh--, la parcialidad del Instituto Federal Electoral (IFE) --infiltrado por militantes partidistas--, comportamientos contrarios al cristianismo --la fe de la que se ufana el novio--, y la promiscuidad partidista, como la que esa noche se dio entre el alcalde panista Juan Blanco Saldívar y el juez que celebró la boda, el gobernador priista Reyes Baeza.
Este elenco de asistentes y la obra que efectuaron explica porqué ocho meses después, en marzo del 2007, Calderón tuvo un extraordinario reconocimiento al padre de la novia, en la ceremonia de entrega de la presidencia del CCE, por su “patriotismo”:
“Quiero externar para el ingeniero José Luis Barraza mi respeto por su trabajo al frente de esta importante institución y también mi reconocimiento por el valor para defender los principios e ideales que usted sustenta y que, además, sostienen a esta organización, por la responsabilidad y por el patriotismo con que se condujo al frente del Consejo Coordinador Empresarial.”
Propietarios del PAN
Y es que desde Chihuahua se puso en marcha la ofensiva propagandística para aplastar a un contendiente: además de los promocionales, en radio y televisión, del CCE, que violentaron la ley y que costaron 136 millones de pesos, la asociación civil Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano (Celiderh) --desconocida en todo el país--, instrumentó una intensa campaña paralela, por los mismos medios, en las semanas previas y hasta la víspera del 2 de julio.
Contra los establecido en la ley y con la connivencia del IFE, Celider hizo transmitir promocionales en los que aparecían imágenes bélicas del golpe de Estado de Hugo Chávez en Venezuela, en 1992, que reforzaron el sistemático señalamiento del PAN y del CCE de que Andrés Manuel López Obrador era un símil del presidente de ese país.
La campaña del miedo, que adquirió dimensiones demenciales y aun de fascismo, fue escalando bajo un mismo guión: primero fueron los promocionales del PAN --“López Obrador, un peligro para México”--, el CCE alertaba sobre la pérdida de la estabilidad macroeconómica y después Celiderh atizaba con la instauración de la guerra civil, con enfrentamientos y cadáveres en las calles.
Aunque transitoriamente, y como parte del mismo esquema, reforzó la campaña un promocional –también ilegal-- de Ecología y Compromiso Empresarial (Ecoce), una sociedad civil que administra un fondo creado por los poderosos grupos empresariales que fabrican Coca-Cola, Pepsi, Sabritas, Jumex, Hérdez y Nestlé.
El spot de Ecoce inicia con la imagen de un padre de familia, de clase media baja, que contempla en su casa sus pertenencias y dice:
“Por fin nos hicimos de nuestra propia casa, un coche, lavadora, refrigerador. López Obrador va a endeudar a México, los intereses que pago van a subir y no voy a poder pagar, voy a perder mi patrimonio como lo perdieron mis papás. Yo no quiero una crisis para mis hijos. Yo voy a votar por Felipe Calderón.”
Celiderh fue más lejos en sus dos promocionales --reivindicada también con los emblemas de las agrupaciones Liderazgo Joven, Compromiso Joven y Alianza Sindical Mexicana--: muestran imágenes perturbadoras de Venezuela y de Hugo Chávez.
El primer spot exhibe multitudinarias marchas en Venezuela, tropas con armas que se enfrentan con civiles y cadáveres sobre las calles. Enseguida aparece Chávez, con uniforme militar, que anuncia el reparto de armas a la población, fusiles Kalashnikov: “Vayámonos preparando para la guerra asimétrica. ¡Socialismo o muerte!”, proclama.
El promocional, de 20 segundos, se completa con la imagen de una joven clasemediera que hurga frenéticamente en su bolso para extraer su credencial de elector, mientras se escucha una voz, en off, que emite una recomendación: “En México no necesitas una revolución para lograr un cambio, ármate de valor y vota.”
El segundo promocional es semejante: describe a un Chávez desafiante y en esta ocasión aparece un hombre maduro, también de aspecto clasemediero, que extrae su credencial de elector en la fila para votar.
La rúbrica de este promocional es la misma: “¡Armate de valor y vota!”
Pero el Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano, artífice de una de las expresiones de la campaña de miedo, no es un membrete se apareció repentinamente en la coyuntura electoral:
Se fundó en 1989, bajo el patrocinio de prominentes empresarios de Chihuahua, y su primer presidente del consejo fue Enrique Terrazas Torres, coordinador financiero de Calderón en los estados del norte de México, y heredó el cargo a su hijo, Luis Enrique Terrazas Seyffert, ambos militantes activos del PAN y de amplia influencia en ese partido en el estado.
Militantes también del PAN son Gabriela, Alberto Federico, Genoveva y Liciana Terrazas Seyffert, según el Registro Nacional de Miembros del PAN.
También es militante del PAN la esposa de Alberto Terrazas Seyffert, Belinda López Sroor, exsecretaria técnica del alcalde Juan Blanco, colaboradora de Calderón en la campaña y artífice del acopio de recursos del rico empresariado chihuahuense.
La mayoría de la familia Terrazas Seyffert forma parte del consejo de administración del Grupo Cementos Chihuahua, cuyo presidente es Federico Terrazas Torres, hermano de Enrique, y del que también forman parte los Márquez Prieto y los Márquez Villalobos, también familiares directos.
Los intereses de estos clanes están, entre otros muchos otros, en las empresas Inmobiliaria Ruba, Copachisa, Demek, Seguros Comercial América, Materiales Industriales de Chihuahua y Educación Superior del Norte, que administra el ITESM campus Chihuahua, que desplegó --como en todo el país-- un activismo amplio en favor de Calderón.
Luis Enrique Terrazas Seyffert es administrador del rancho familiar San Luis, en el municipio de Ahumada, y apoyado por la Sagarpa con 300 vientres de ganado mediante el programa Progan.
Alberto Terrazas Seyffert es presidente del Consejo Consultivo de Fomento Económico de Chihuahua capital, y vicepresidente de Canacintra.
Luis Enrique Terrazas Seyffert era vicepresidente de Coparmex durante la campaña presidencial y asumió la presidencia, en noviembre del 2006, unos días después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió su fallo definitivo sobre la elección.
Como Terrazas Seyffert, en el consejo directivo de Coparmex-Chihuahua proliferan militantes panistas, como José Luis Camino Dentone y Luis Guerra Tarango, vicepresidentes; el protesorero Ricardo Kalisch Seyffert y el vocal Alvaro Madero Muñoz, hermano del senador traficante de influencias.
En la campaña televisiva y radiofónica de Celiderh --que costó 30 millones 663 mil pesos durante las semanas que estuvo al aire y que el Consejo General del IFE consintió-- se reprodujo un comportamiento ilegal.
Igual que con el activismo del CCE, Celiderh violó la ley electoral que prohíbe contratar publicidad a entidades distintas a los partidos políticos, pero también la ley que regula las asociaciones civiles.
Pero no nada más eso: Celider --que violentó su propio objeto social como asociación civil-- presuntamente desvió recursos públicos del ayuntamiento de Chihuahua y del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) para financiar la campaña del miedo y aun del financiamiento que recibió de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
México, D.F., 6 de noviembre (apro).- “El engaño: prédica y práctica del PAN” es el más reciente libro del periodista Alvaro Delgado, quien revela y documenta, con base en abundante información, la acelerada degradación del partido político que ejerce el poder en México.
Prácticas fraudulentas, abuso del erario, claudicación ante el poder del dinero, manipulación de la fe, prácticas corporativas, uso faccioso del aparato gubernamental, cotidianas reyertas internas, pactos mafiosos con el priismo, dependencia de la cacique magisterial Elba Esther Gordillo… el desprecio del PAN a su historia.
En el prólogo de “El engaño: prédica y práctica del PAN”, editado por Grijalbo, el historiador Lorenzo Meyer expone que son los propios panistas, con sus proclamas y sus obras, los que hacen un retrato de sí mismos:
“El resultado es nada halagador para un partido que por mucho tiempo presumió de ser modelo de integridad, de agrupación política representativa de la ‘gente decente’ y de la moral católica bien cimentada, pero que hoy ya no es sino una sombra de aquella época y modelo original.”
Con autorización del autor de “El Yunque, la ultraderecha en el poder” y “El Ejército de Dios”, y de la editorial Grijalbo, Apro reproduce el capítulo 13 “El engaño: prédica y práctica del PAN”, que comenzará a circular los próximos días.
Los financieros del odio
…En el mundo empresarial y en el político es donde el relativismo doctrinal y el reblandecimiento moral llegan a extremos alarmantes… Atrapados en el laberinto del interés económico, que fatalmente se manifiesta en términos de compraventa y de provecho, están arrojando al lodazal principios y normas cuya sede está situada infinitamente más arriba.
Efraín González Luna. Los motivos del desertor.
Caía la tarde en Chihuahua y una vasta zona pudiente de la capital del estado fue tomada por piquetes de guardaespaldas, cuyos vehículos y aparatos de comunicación anticipaban un acontecimiento grande.
Se celebraba una boda.
Era la noche del sábado 15 de julio del 2006, y en el hotel Westin Soberano, de Chihuahua capital, nada oscurecía la felicidad de los contrayentes: Lisa Barraza y Marcelo Margáin exhibían, elocuentes, la dicha por su enlace.
Ella, con un discreto vestido blanco de mangas cortas y una cinta roja que rodeaba su cintura breve. El, portando un traje de fino corte que resaltaba su cuerpo atlético, forjado en la disciplina y el sacrificio que imponen los Legionarios de Cristo.
El muchacho venía de Monterrey, de una familia entregada a los grandes negocios y a la adoración de Dios. Educado toda su vida en colegios legionarios, a los 19 años de edad se incorporó al movimiento Regnum Christi, creado por la congregación fundada por Marcial Maciel.
Marcelo había vuelto de un viaje de un año como predicador del Evangelio, en Brasil, que emprendió, atormentado por los alcances de su fe.
“A pesar de llevar una buena vida espiritual y haber estado en algunos apostolados, sentía que no había hecho nada que realmente valiera la pena por Cristo, no experimentaba una verdadera entrega.”
Pero esa noche el sufrimiento ya se había desvanecido: El ingeniero industrial por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) se enlazaba esa noche con Lisa Fernanda, una joven que también estudió en esa institución, hija del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Luis Barraza.
Emparentaba la familia Barraza, de Chihuahua, con los Bergáin Berlanga, de Nuevo León, una familia de empresarios y políticos panistas que fueron socios de Kamel Nacif, el artífice de la infamia contra la periodista Lydia Cacho, en colusión con el gobernador Mario Marín.
En contraste con la modestia de los negocios de Barraza, que sólo ha tenido cargos gerenciales, los Margáin Berlanga fueron los principales accionistas del Banco de Oriente, uno de las instituciones financieras cuyo quebranto pagan los mexicanos por haberlo absorbido el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), y actualmente encabezan el grupo financiero regiomontano Margen.
Es familia de prosapia panista: Marcelo Margáin Berlanga, padre del novio, y su hermana Bárbara son militantes del municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, el municipio más rico de México y cuyo alcalde es su hermano Fernando, aspirante a la candidatura al gobierno del estado.
Los Barraza --allegados al PAN de Chihuahua-- ascendían a la elite, casi a dos semanas de las elecciones presidenciales del 2 de julio y cuyo recuento de votos estaba en curso.
El enlace civil tuvo un juez de lujo: el gobernador de Chihuahua, el priista José Reyes Baeza.
Y en la mesa principal, junto a Barraza y su esposa Liz Llamas, departían personalidades cuya presencia subrayaba el aprecio por el anfitrión:
Emilio Azcárraga Jean, presidente del Grupo Televisa; Valentín Diez Morodo, vicepresidente del Grupo Modelo y expresidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), y Claudio X. González, presidente del Grupo Kimberly Clark, expresidente del CCE y actual dirigente de los hombres más ricos del país.
Los Vallina Lagüera, del poderoso Grupo Chihuahua, y los Terrazas Torres, de consorcio Cementos Chihuahua, entre otras prominentes familias adineradas, también fueron convocadas a la boda religiosa, celebrada al día siguiente.
A la felicidad de la boda se sumó la dicha de la victoria --entonces todavía preliminar y luego ratificada-- de Felipe Calderón, el candidato presidencial del PAN --del que el joven Margáin Zambrano es también militante formal--, sustentada en el apoyo financiero y propagandístico de la mayoría de los asistentes a la boda en la capital de Chihuahua.
Varios de los magnates locales formaron parte del elenco que financió la campaña de Calderón en el estado y en cuyo honor asistieron a una cena seis meses antes: se efectuó la noche del viernes 25 de febrero, seis días después del inicio formal de la campaña, y asistieron 400 empresarios.
Convocados por Enrique Terrazas Torres, coordinador financiero de la campaña de Calderón en Chihuahua, Sonora, Durango, Nuevo León, asistieron Miguel Fernández Iturriza, concesionario del emporio Famsa, el fabricante de Coca-Cola, y Pedro Zaragoza, propietario de las compañías gaseras más importante de México y América Central, y consuegro de Lino Korrodi, el recaudador de Fox en la campaña del 2000.
Y es que Chihuahua fue un enclave sustantivo en la trama --al más alto nivel-- para imponer a Calderón en la Presidencia de la República, cuyo esquema involucró a las personalidades y características de los asistentes la boda:
La ilegal intervención del CCE --que presidía el padre de la novia--, el financiamiento abierto y a trasmano de prominentes magnates de México --Azcárraga, Claudio X. González y Diez Morodo--, la propaganda del miedo --mediante la asociación civil Celiderh--, la parcialidad del Instituto Federal Electoral (IFE) --infiltrado por militantes partidistas--, comportamientos contrarios al cristianismo --la fe de la que se ufana el novio--, y la promiscuidad partidista, como la que esa noche se dio entre el alcalde panista Juan Blanco Saldívar y el juez que celebró la boda, el gobernador priista Reyes Baeza.
Este elenco de asistentes y la obra que efectuaron explica porqué ocho meses después, en marzo del 2007, Calderón tuvo un extraordinario reconocimiento al padre de la novia, en la ceremonia de entrega de la presidencia del CCE, por su “patriotismo”:
“Quiero externar para el ingeniero José Luis Barraza mi respeto por su trabajo al frente de esta importante institución y también mi reconocimiento por el valor para defender los principios e ideales que usted sustenta y que, además, sostienen a esta organización, por la responsabilidad y por el patriotismo con que se condujo al frente del Consejo Coordinador Empresarial.”
Propietarios del PAN
Y es que desde Chihuahua se puso en marcha la ofensiva propagandística para aplastar a un contendiente: además de los promocionales, en radio y televisión, del CCE, que violentaron la ley y que costaron 136 millones de pesos, la asociación civil Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano (Celiderh) --desconocida en todo el país--, instrumentó una intensa campaña paralela, por los mismos medios, en las semanas previas y hasta la víspera del 2 de julio.
Contra los establecido en la ley y con la connivencia del IFE, Celider hizo transmitir promocionales en los que aparecían imágenes bélicas del golpe de Estado de Hugo Chávez en Venezuela, en 1992, que reforzaron el sistemático señalamiento del PAN y del CCE de que Andrés Manuel López Obrador era un símil del presidente de ese país.
La campaña del miedo, que adquirió dimensiones demenciales y aun de fascismo, fue escalando bajo un mismo guión: primero fueron los promocionales del PAN --“López Obrador, un peligro para México”--, el CCE alertaba sobre la pérdida de la estabilidad macroeconómica y después Celiderh atizaba con la instauración de la guerra civil, con enfrentamientos y cadáveres en las calles.
Aunque transitoriamente, y como parte del mismo esquema, reforzó la campaña un promocional –también ilegal-- de Ecología y Compromiso Empresarial (Ecoce), una sociedad civil que administra un fondo creado por los poderosos grupos empresariales que fabrican Coca-Cola, Pepsi, Sabritas, Jumex, Hérdez y Nestlé.
El spot de Ecoce inicia con la imagen de un padre de familia, de clase media baja, que contempla en su casa sus pertenencias y dice:
“Por fin nos hicimos de nuestra propia casa, un coche, lavadora, refrigerador. López Obrador va a endeudar a México, los intereses que pago van a subir y no voy a poder pagar, voy a perder mi patrimonio como lo perdieron mis papás. Yo no quiero una crisis para mis hijos. Yo voy a votar por Felipe Calderón.”
Celiderh fue más lejos en sus dos promocionales --reivindicada también con los emblemas de las agrupaciones Liderazgo Joven, Compromiso Joven y Alianza Sindical Mexicana--: muestran imágenes perturbadoras de Venezuela y de Hugo Chávez.
El primer spot exhibe multitudinarias marchas en Venezuela, tropas con armas que se enfrentan con civiles y cadáveres sobre las calles. Enseguida aparece Chávez, con uniforme militar, que anuncia el reparto de armas a la población, fusiles Kalashnikov: “Vayámonos preparando para la guerra asimétrica. ¡Socialismo o muerte!”, proclama.
El promocional, de 20 segundos, se completa con la imagen de una joven clasemediera que hurga frenéticamente en su bolso para extraer su credencial de elector, mientras se escucha una voz, en off, que emite una recomendación: “En México no necesitas una revolución para lograr un cambio, ármate de valor y vota.”
El segundo promocional es semejante: describe a un Chávez desafiante y en esta ocasión aparece un hombre maduro, también de aspecto clasemediero, que extrae su credencial de elector en la fila para votar.
La rúbrica de este promocional es la misma: “¡Armate de valor y vota!”
Pero el Centro de Liderazgo y Desarrollo Humano, artífice de una de las expresiones de la campaña de miedo, no es un membrete se apareció repentinamente en la coyuntura electoral:
Se fundó en 1989, bajo el patrocinio de prominentes empresarios de Chihuahua, y su primer presidente del consejo fue Enrique Terrazas Torres, coordinador financiero de Calderón en los estados del norte de México, y heredó el cargo a su hijo, Luis Enrique Terrazas Seyffert, ambos militantes activos del PAN y de amplia influencia en ese partido en el estado.
Militantes también del PAN son Gabriela, Alberto Federico, Genoveva y Liciana Terrazas Seyffert, según el Registro Nacional de Miembros del PAN.
También es militante del PAN la esposa de Alberto Terrazas Seyffert, Belinda López Sroor, exsecretaria técnica del alcalde Juan Blanco, colaboradora de Calderón en la campaña y artífice del acopio de recursos del rico empresariado chihuahuense.
La mayoría de la familia Terrazas Seyffert forma parte del consejo de administración del Grupo Cementos Chihuahua, cuyo presidente es Federico Terrazas Torres, hermano de Enrique, y del que también forman parte los Márquez Prieto y los Márquez Villalobos, también familiares directos.
Los intereses de estos clanes están, entre otros muchos otros, en las empresas Inmobiliaria Ruba, Copachisa, Demek, Seguros Comercial América, Materiales Industriales de Chihuahua y Educación Superior del Norte, que administra el ITESM campus Chihuahua, que desplegó --como en todo el país-- un activismo amplio en favor de Calderón.
Luis Enrique Terrazas Seyffert es administrador del rancho familiar San Luis, en el municipio de Ahumada, y apoyado por la Sagarpa con 300 vientres de ganado mediante el programa Progan.
Alberto Terrazas Seyffert es presidente del Consejo Consultivo de Fomento Económico de Chihuahua capital, y vicepresidente de Canacintra.
Luis Enrique Terrazas Seyffert era vicepresidente de Coparmex durante la campaña presidencial y asumió la presidencia, en noviembre del 2006, unos días después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió su fallo definitivo sobre la elección.
Como Terrazas Seyffert, en el consejo directivo de Coparmex-Chihuahua proliferan militantes panistas, como José Luis Camino Dentone y Luis Guerra Tarango, vicepresidentes; el protesorero Ricardo Kalisch Seyffert y el vocal Alvaro Madero Muñoz, hermano del senador traficante de influencias.
En la campaña televisiva y radiofónica de Celiderh --que costó 30 millones 663 mil pesos durante las semanas que estuvo al aire y que el Consejo General del IFE consintió-- se reprodujo un comportamiento ilegal.
Igual que con el activismo del CCE, Celiderh violó la ley electoral que prohíbe contratar publicidad a entidades distintas a los partidos políticos, pero también la ley que regula las asociaciones civiles.
Pero no nada más eso: Celider --que violentó su propio objeto social como asociación civil-- presuntamente desvió recursos públicos del ayuntamiento de Chihuahua y del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) para financiar la campaña del miedo y aun del financiamiento que recibió de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).