Duelo de patanes
Pedro Miguel
Breve recuento de la reunión cumbre iberoamericana que se realizó en Santiago de Chile el fin de semana pasado:
1. Hugo Chávez es un patán que no deja hablar a sus interlocutores, posiblemente porque nadie le enseñó buenas maneras.
2. Juan Carlos de Borbón es un patán que calla a gritos a los interlocutores que no le gustan, tal vez porque el encargado de enseñarle modales fue Francisco Franco.
3. El plebeyo Rodríguez Zapatero exhibe mayor pulideza en sociedad que el real zángano de La Zarzuela.
4. A quien Aznar debería dar las gracias no es a Zapatero ni a Borbón, sino a Chávez, por haberlo vuelto tema relevante del bonito convivio.
5. Lula ha perdido peso; a juzgar por las apariencias, lo ha transferido a partes iguales a Michelle Bachelet y al susodicho Chávez. Si los gobernantes fueran países y los kilos, territorios, Brasil habría cedido a Venezuela buena parte de la Amazonia y Chile, rompiendo la costura de los Andes, se habría desparramado por el occidente de Argentina.
6. Independientemente de lo anterior, la presidenta chilena pide a gritos una modista y Daniel Ortega requiere con urgencia de un peluquero, o bien de una gorra, o bien de una peluca, o bien de un médico que le cambie la quimioterapia; se ve tan mal con esos claros en el cuero cabelludo que hasta se desvaneció el leve parecido físico que tenía con Pervez Musharraf; además, sigue necesitando, al igual que hace 30 años, un curso básico de oratoria.
7. Hablando de pelo, o de falta de él, la tal “cohesión social” es una tomadura de. Por principio, es recomendable desconfiar de los eufemismos.
8. A Evo Morales le gusta más el futbol que la política internacional. Lo malo es que para Bolivia la política internacional es más necesaria que el futbol.
9. A Cristina Kirchner le ha sentado bien la victoria.
10. Vicente Fox era capaz de largarse al extranjero a una pachanga de Estado aunque las placas tectónicas estuvieran aplaudiendo entre ellas. Felipe Calderón anda tan necesitado de legitimidad que no puede darse ese lujo y tiene que quedarse a repartir frijoles entre los damnificados de Tabasco, a ver si así consigue alguna.
11. La ausencia (al parecer, definitiva) de Fidel Castro ha causado un grave daño a las funciones anuales del circo iberoamericano. Nada, ni los desfiguros de Chávez ni los gritos del rey patán, devolverán a estos encuentros el encanto mediático que les aportaban las barbas ralas y entrecanas del patriarca cubano.
12. Tabaré Vázquez es la mayor decepción en lo que va del siglo.
13. Hablando de temas, no los hubo propiamente. Por eso este recuento es tan frívolo como la cumbre que acabó, y de mala manera, el domingo pasado.
14. En términos generales, los iberoamericanos tenemos unos estadistas horrendos. A como van las cosas, bastarán unos dos o tres encuentros más como éste para acabar de raíz con el espíritu de integración del continente idiomático. Tal vez no estaría de más pedirles a los protagonistas que desperdicien, así sea una vez por año, una oportunidad de hacer el oso y que dediquen los dineritos nada despreciables que se gastan en estos convivios en satisfacer necesidades sociales mucho más claras que la utilidad de cumbres como la que se realizó este fin de semana en la capital chilena.
Breve recuento de la reunión cumbre iberoamericana que se realizó en Santiago de Chile el fin de semana pasado:
1. Hugo Chávez es un patán que no deja hablar a sus interlocutores, posiblemente porque nadie le enseñó buenas maneras.
2. Juan Carlos de Borbón es un patán que calla a gritos a los interlocutores que no le gustan, tal vez porque el encargado de enseñarle modales fue Francisco Franco.
3. El plebeyo Rodríguez Zapatero exhibe mayor pulideza en sociedad que el real zángano de La Zarzuela.
4. A quien Aznar debería dar las gracias no es a Zapatero ni a Borbón, sino a Chávez, por haberlo vuelto tema relevante del bonito convivio.
5. Lula ha perdido peso; a juzgar por las apariencias, lo ha transferido a partes iguales a Michelle Bachelet y al susodicho Chávez. Si los gobernantes fueran países y los kilos, territorios, Brasil habría cedido a Venezuela buena parte de la Amazonia y Chile, rompiendo la costura de los Andes, se habría desparramado por el occidente de Argentina.
6. Independientemente de lo anterior, la presidenta chilena pide a gritos una modista y Daniel Ortega requiere con urgencia de un peluquero, o bien de una gorra, o bien de una peluca, o bien de un médico que le cambie la quimioterapia; se ve tan mal con esos claros en el cuero cabelludo que hasta se desvaneció el leve parecido físico que tenía con Pervez Musharraf; además, sigue necesitando, al igual que hace 30 años, un curso básico de oratoria.
7. Hablando de pelo, o de falta de él, la tal “cohesión social” es una tomadura de. Por principio, es recomendable desconfiar de los eufemismos.
8. A Evo Morales le gusta más el futbol que la política internacional. Lo malo es que para Bolivia la política internacional es más necesaria que el futbol.
9. A Cristina Kirchner le ha sentado bien la victoria.
10. Vicente Fox era capaz de largarse al extranjero a una pachanga de Estado aunque las placas tectónicas estuvieran aplaudiendo entre ellas. Felipe Calderón anda tan necesitado de legitimidad que no puede darse ese lujo y tiene que quedarse a repartir frijoles entre los damnificados de Tabasco, a ver si así consigue alguna.
11. La ausencia (al parecer, definitiva) de Fidel Castro ha causado un grave daño a las funciones anuales del circo iberoamericano. Nada, ni los desfiguros de Chávez ni los gritos del rey patán, devolverán a estos encuentros el encanto mediático que les aportaban las barbas ralas y entrecanas del patriarca cubano.
12. Tabaré Vázquez es la mayor decepción en lo que va del siglo.
13. Hablando de temas, no los hubo propiamente. Por eso este recuento es tan frívolo como la cumbre que acabó, y de mala manera, el domingo pasado.
14. En términos generales, los iberoamericanos tenemos unos estadistas horrendos. A como van las cosas, bastarán unos dos o tres encuentros más como éste para acabar de raíz con el espíritu de integración del continente idiomático. Tal vez no estaría de más pedirles a los protagonistas que desperdicien, así sea una vez por año, una oportunidad de hacer el oso y que dediquen los dineritos nada despreciables que se gastan en estos convivios en satisfacer necesidades sociales mucho más claras que la utilidad de cumbres como la que se realizó este fin de semana en la capital chilena.