Exige el PP llamar a consultas al embajador venezolano en España
* Impropia de un jefe de Estado, la conducta del rey: Esquerra Republicana de Cataluña
* Se trabajará para mantener intactas las relaciones con Caracas: secretaria de Estado
* Admite Miguel Ángel Moratinos la participación de Aznar en el golpe contra Chávez
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, 12 de noviembre. El derechista Partido Popular (PP), cuyo presidente “de honor” es José María Aznar, exigió hoy al gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero que llame a consultas al embajador en Venezuela como gesto de protesta por la discusión abierta con el mandatario de ese país, Hugo Chávez Frías.
La Moncloa, sede de la presidencia española, confirmó por su parte que trabajará para “resolver el incidente” y defender los “intereses” de España.
La salida de tono del jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, al tratar de “callar” al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la clausura de la Cumbre Iberoamericana de Chile, fue criticada por algunas formaciones políticas, como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que consideró que la conducta del monarca fue “impropia de un jefe de Estado”, que “no ayuda a corregir la imagen colonial que se tiene de España en algunos países iberoamericanos”.
Willy Meyer, responsable de política exterior de IU, señaló que “la Constitución impide que el rey mande callar no sólo al presidente del gobierno, sino tampoco puede hacerlo con un presidente autonómico o con un alcalde, así que lo que no puede hacer aquí, tampoco debe hacerlo en ningún foro internacional con presidentes elegidos democráticamente”.
A pesar de que el origen de la disputa fue la defensa de la figura del ex presidentedel gobeirno Aznar, el PP y el Partido Socialista Obrero Español, las dos principales fuerzas políticas acabaron en otro enfrentamiento verbal.
La derecha, lejos de agradecer el gesto de desagravio con su presidente de honor, arremetió con dureza contra la política exterior del gobierno, al que le exigió que por lo menos llame a consultas al embajador de España en Venezuela, es decir, un paso previo a la ruptura de las relaciones diplomáticas, algo que nunca ha ocurrido entre ambos países.
El PP también insistió en que la crisis bilateral se debe a la política exterior “errática” del gobierno socialista.
Desde el gobierno se intentó trasladar un mensaje de tranquilidad sobre las relaciones con Venezuela, al calificar lo sucedido como “un incidente verbal”, que se resolverá con “diplomacia” y con “diálogo”.
La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, señaló que “no era previsible” un enfrentamiento de estas dimensiones, al tiempo que matizó que “el incidente ha quedado en eso, en un incidente, en un encontronazo” y que trabajarán para mantener intactas las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela.
Cabe recordar que España tiene importantes intereses en Venezuela, sobre todo en el sector de las comunicaciones –con Telefónica–, en el sector bancario –con Banco Santander y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria–, en el sector energético –con Endesa y Repsol–, y en el sector turístico, donde existen inversiones millonarias de los principales consorcios hoteleros españoles.
Chávez se ha convertido en el blanco favorito de Aznar cuando dicta alguna conferencia o cátedra, tanto al interior como fuera de España. Pero la historia de estos dos políticos viene de tiempo atrás, cuando el mandatario español todavía gobernaba este país y pretendía cambiar la política exterior española, a fin de hacerla menos europeísta y “más atlántica”, es decir, más próxima a los intereses de Estados Unidos.
Hasta 2002 Aznar y Chávez tenían una relación fría pero cordial. Todo cambió cuando el mandatario venezolano sufrió el golpe de Estado que le apartó del poder durante dos días y que logró recuperar gracias a la reacción del propio ejército y de la sociedad venezolana.
A pesar de que el gobierno de Aznar siempre negó su implicación directa en la asonada golpista, en octubre de 2004, ya con el nuevo gobierno socialista en funciones, el propio ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reconoció públicamente la participación de Aznar en el golpe contra Chávez.
Sus palabras textuales fueron: “En el anterior gobierno, cosa inédita en la diplomacia española, el embajador español recibió instrucciones de apoyar el golpe (contra Chávez en Venezuela), cosa que no se va a repetir en el futuro. Eso no se va a reproducir, porque nosotros respetamos la voluntad popular”.
* Se trabajará para mantener intactas las relaciones con Caracas: secretaria de Estado
* Admite Miguel Ángel Moratinos la participación de Aznar en el golpe contra Chávez
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, 12 de noviembre. El derechista Partido Popular (PP), cuyo presidente “de honor” es José María Aznar, exigió hoy al gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero que llame a consultas al embajador en Venezuela como gesto de protesta por la discusión abierta con el mandatario de ese país, Hugo Chávez Frías.
La Moncloa, sede de la presidencia española, confirmó por su parte que trabajará para “resolver el incidente” y defender los “intereses” de España.
La salida de tono del jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, al tratar de “callar” al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la clausura de la Cumbre Iberoamericana de Chile, fue criticada por algunas formaciones políticas, como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que consideró que la conducta del monarca fue “impropia de un jefe de Estado”, que “no ayuda a corregir la imagen colonial que se tiene de España en algunos países iberoamericanos”.
Willy Meyer, responsable de política exterior de IU, señaló que “la Constitución impide que el rey mande callar no sólo al presidente del gobierno, sino tampoco puede hacerlo con un presidente autonómico o con un alcalde, así que lo que no puede hacer aquí, tampoco debe hacerlo en ningún foro internacional con presidentes elegidos democráticamente”.
A pesar de que el origen de la disputa fue la defensa de la figura del ex presidentedel gobeirno Aznar, el PP y el Partido Socialista Obrero Español, las dos principales fuerzas políticas acabaron en otro enfrentamiento verbal.
La derecha, lejos de agradecer el gesto de desagravio con su presidente de honor, arremetió con dureza contra la política exterior del gobierno, al que le exigió que por lo menos llame a consultas al embajador de España en Venezuela, es decir, un paso previo a la ruptura de las relaciones diplomáticas, algo que nunca ha ocurrido entre ambos países.
El PP también insistió en que la crisis bilateral se debe a la política exterior “errática” del gobierno socialista.
Desde el gobierno se intentó trasladar un mensaje de tranquilidad sobre las relaciones con Venezuela, al calificar lo sucedido como “un incidente verbal”, que se resolverá con “diplomacia” y con “diálogo”.
La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, señaló que “no era previsible” un enfrentamiento de estas dimensiones, al tiempo que matizó que “el incidente ha quedado en eso, en un incidente, en un encontronazo” y que trabajarán para mantener intactas las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela.
Cabe recordar que España tiene importantes intereses en Venezuela, sobre todo en el sector de las comunicaciones –con Telefónica–, en el sector bancario –con Banco Santander y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria–, en el sector energético –con Endesa y Repsol–, y en el sector turístico, donde existen inversiones millonarias de los principales consorcios hoteleros españoles.
Chávez se ha convertido en el blanco favorito de Aznar cuando dicta alguna conferencia o cátedra, tanto al interior como fuera de España. Pero la historia de estos dos políticos viene de tiempo atrás, cuando el mandatario español todavía gobernaba este país y pretendía cambiar la política exterior española, a fin de hacerla menos europeísta y “más atlántica”, es decir, más próxima a los intereses de Estados Unidos.
Hasta 2002 Aznar y Chávez tenían una relación fría pero cordial. Todo cambió cuando el mandatario venezolano sufrió el golpe de Estado que le apartó del poder durante dos días y que logró recuperar gracias a la reacción del propio ejército y de la sociedad venezolana.
A pesar de que el gobierno de Aznar siempre negó su implicación directa en la asonada golpista, en octubre de 2004, ya con el nuevo gobierno socialista en funciones, el propio ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reconoció públicamente la participación de Aznar en el golpe contra Chávez.
Sus palabras textuales fueron: “En el anterior gobierno, cosa inédita en la diplomacia española, el embajador español recibió instrucciones de apoyar el golpe (contra Chávez en Venezuela), cosa que no se va a repetir en el futuro. Eso no se va a reproducir, porque nosotros respetamos la voluntad popular”.