Fox, Calderón, Plan México ... Manipulación Mediática
Raúl Rodríguez Cortés
Los propagandistas o estrategas de comunicación de un gobierno gastan muchas horas y dinero en manipular y magnificar ciertos hechos para conseguir determinados objetivos políticos. Dar nombre a los componentes de una operación de ese tipo es un ejercicio interesante.
Dos hechos recientes, objeto de manipulación y magnificación mediática, podrían ser los siguientes:
1. El escándalo que acusa al ex presidente Vicente Fox de enriquecimiento ilícito y a su esposa Marta Saghún —junto con sus hijos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca— de tráfico de influencias y corrupción.
2. El debate que divide al PRD por el reconocimiento de Felipe Calderón como Presidente de la República que hicieron con una sincronización francamente sospechosa, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, la mayoría de los gobernadores del partido del sol azteca, la presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, y otros distinguidos dirigentes de la tribu llamada Nueva Izquierda.
El primero de estos hechos pone la mesa a Calderón para obtener en el ejercicio del poder la legitimidad que le negaron las urnas, procediendo penalmente contra los excesos del matrimonio Fox-Sahagún y de los hermanos Bribiesca.
El segundo no es ajeno a la misma intención legitimadora, a esa búsqueda que Calderón ha emprendido obsesivamente para diluir las persistentes acusaciones de fraude electoral.
Aquí sería pertinente dar nombre a por lo menos tres de los objetivos políticos buscados con esa estrategia mediático-propagandística:
1. Avanzar en la consecución de esa legitimidad que aún le niega un amplio sector de la población.
2. Recuperar el PAN, hoy en manos de grupos ultra de los que Fox ha sido punta de lanza para garantizar su impunidad.
3. Dividir al PRD y debilitar el movimiento de Andrés Manuel López Obrador que es el único que ofrece resistencia a las medidas impopulares del actual gobierno.
Pero estas estrategias y sus objetivos políticos son a la vez maniobras de distracción respecto a un tema que tiene más fondo, la implementación con Estados Unidos del plan conjunto contra el narcotráfico y que dejará en manos de militares aquel país (acaso con su presencia en México aunque vestidos de civil) la definición de las políticas antinarcóticos, pero que además servirá para convertir nuestro territorio en puesto de control de flujos migratorios centroamericanos, en plataforma de lanzamiento de eventuales acciones de contención a la ola izquierdista latinoamericana y en coartada perfecta para reprimir movimientos sociales de inconformidad o estallidos de violencia armada.
Los propagandistas o estrategas de comunicación de un gobierno gastan muchas horas y dinero en manipular y magnificar ciertos hechos para conseguir determinados objetivos políticos. Dar nombre a los componentes de una operación de ese tipo es un ejercicio interesante.
Dos hechos recientes, objeto de manipulación y magnificación mediática, podrían ser los siguientes:
1. El escándalo que acusa al ex presidente Vicente Fox de enriquecimiento ilícito y a su esposa Marta Saghún —junto con sus hijos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca— de tráfico de influencias y corrupción.
2. El debate que divide al PRD por el reconocimiento de Felipe Calderón como Presidente de la República que hicieron con una sincronización francamente sospechosa, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, la mayoría de los gobernadores del partido del sol azteca, la presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, y otros distinguidos dirigentes de la tribu llamada Nueva Izquierda.
El primero de estos hechos pone la mesa a Calderón para obtener en el ejercicio del poder la legitimidad que le negaron las urnas, procediendo penalmente contra los excesos del matrimonio Fox-Sahagún y de los hermanos Bribiesca.
El segundo no es ajeno a la misma intención legitimadora, a esa búsqueda que Calderón ha emprendido obsesivamente para diluir las persistentes acusaciones de fraude electoral.
Aquí sería pertinente dar nombre a por lo menos tres de los objetivos políticos buscados con esa estrategia mediático-propagandística:
1. Avanzar en la consecución de esa legitimidad que aún le niega un amplio sector de la población.
2. Recuperar el PAN, hoy en manos de grupos ultra de los que Fox ha sido punta de lanza para garantizar su impunidad.
3. Dividir al PRD y debilitar el movimiento de Andrés Manuel López Obrador que es el único que ofrece resistencia a las medidas impopulares del actual gobierno.
Pero estas estrategias y sus objetivos políticos son a la vez maniobras de distracción respecto a un tema que tiene más fondo, la implementación con Estados Unidos del plan conjunto contra el narcotráfico y que dejará en manos de militares aquel país (acaso con su presencia en México aunque vestidos de civil) la definición de las políticas antinarcóticos, pero que además servirá para convertir nuestro territorio en puesto de control de flujos migratorios centroamericanos, en plataforma de lanzamiento de eventuales acciones de contención a la ola izquierdista latinoamericana y en coartada perfecta para reprimir movimientos sociales de inconformidad o estallidos de violencia armada.