Represión t Resistencia
Jesús Peraza Menéndez
miércoles, 31 de octubre de 2007
El recurso para limpiar los crímenes de Estado es el mismo. Para Acteal el encargado de explicar la masacre como un enfrentamiento, es nada menos que Héctor Aguilar Camín ideólogo difusor de Televisa y oficioso conductor de programas de “controversia y análisis”, acotados y controlados por el monopolio televisivo. Las confrontaciones de sus invitados son de forma y terminan por sumarse en una sola e inamovible explicación sobre las ventajas de la democracia, que sólo beneficia a la minoría poderosa y la “paz social” con miseria, enfermedad, desempleo, ignorancia que esta paz y democracia conlleva.
A diez años de los hechos de lesa humanidad en Acteal, con el asesinato de población desarmada, conformada principalmente por mujeres (algunas embarazadas) y niños, que se habían refugiado en ese sitio. Fueron asesinadas sin piedad bajo la mirada protectora del Ejército mexicano y la Policía del Estado, es decir, fue una estrategia institucional ilegal, extrajurídica inhumana y ejemplar digna de la Santa Inquisición: castigar con horror, quebrar la resistencia, disminuir el espíritu de lucha y luego con sus ideólogos echar al olvido los hechos. El encargado del régimen es Aguilar Camín, quien “descubre” desde insospechadas fuentes de inteligencia militar-policíaca que la población se “autosacrificó”, se inmoló para culpar y desprestigiar al régimen y sus grupos leales represivos. En Chiapas hay una resistencia social de masas que no han logrado quebrar los medios electrónicos, la represión ni el engaño y la traición de los grupos de la clase política en sus tres fuerzas PAN, PRI y PRD (de los Chuchos) y sus comparsas.
No sólo están las Juntas de Buen Gobierno y el EZLN, sino varios movimientos campesinos que han atravesado los años con no pocos sacrificios (persecución, cárcel, represión, asesinatos selectivos), en Simojovel, en la Costa de Chiapas, en el Norte en la frontera con Tabasco, son luchas de décadas para no ser eliminados, desplazados, pisados, discriminados, exprimidos y sepultados ante la mirada vigilante de un Estado al servicio de la oligarquía terrateniente, de las empresas monopólicas de gran turismo, de los grandes depredadores del ecosistema. En Chiapas la Diócesis de San Cristóbal, no funcionaba a favor de esta estrategia conservadora, con Samuel Ruiz, se suma a la resistencia y denuncia, por tanto fue objeto de represión y del castigo ejemplar: en Acteal se trataba de una comunidad de base que oraba, cuando fue sorprendida por el fuego de las armas asesinas que los descuartizaron después de ejecutarlos.
En San Salvador Atenco, el método conservador se repite, se reprime con toda la fuerza a la resistencia social y una vez sometida se les humilla, se les veja, violan a las mujeres. Se declara una descomunal pena perpetua a su líder y se deja en condición de perseguidos a sus miembros. La resistencia no cesa, la lucha continúa tras estos duros golpes de una élite que se sirve del monopolio de la fuerza del Estado, sus cárceles, sus policías, sus jueces, burócratas y del monopolio privado de los medios eléctronicos. Los represores no sólo golpean con furia, con exceso de fuerza a las mujeres, sino las penetran con las macanas, les meten los dedos en la vagina, las ensucian, las manchan para herirlas en el alma.
Esta es la enseñanza de la guerra de intervención norteamericana, sacrificar a los niños frente a los padres, violar a las mujeres frente a los hombres y a éstos torturarlos frente a las mujeres, así lo hicieron en Vietnam, en Laos, Camboya, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, en Chile, en Argentina, en Brasil, en Uruguay en Paraguay, en Perú, en Kosovo apoyados por las botas militares.
En Oaxaca el asesino Ulises Ruiz y sus esbirros ejecutan a la vista de todos al periodista Brad Will, matan a comuneros como Esteban Zurita López, otros maestros, estudiantes y colonos como Esteban Ruiz y Eudocia Olivera Díaz. Los medios cubren con propaganda mediática para conjurar al movimiento de masas, la oposición real y humana no se ve en la televisión, no se escucha en la radio, sólo hasta que toman las 12 estaciones de radio de la ciudad de Oaxaca y el canal oficial de televisión, entonces la gente se ve en los medios diciéndose la verdad y realizando por primera vez un acto de comunicación mediático, es decir, poniendo en común las necesidades y dándoles solución.
Ahora desde el gobierno sostenido con las fuerzas represivas, argumentan que los asesinatos de militantes de la APPO fueron cometidos por sus propios compañeros para “desprestigiar al régimen democrático de Ulises Ruiz”, ese es el móvil de la línea de investigación y con ese argumente están libres e impunes a los asesinos intelectuales y los ejecutores. Los presos y sobre todo a las presas, tras la represión de la policía federal y estatal del 25 de noviembre del 2006, se les humilló, se les violó, se les impuso un estado de terror en cárceles de alta seguridad para que aprendan a no ser oposición y se resignen con el gobierno criminal del priísta Ulises Ruiz.
La represión a los movimientos de resistencia más avanzados se combinan con el fraude electoral contra ALMO, otra forma sofisticada y mediática de represión. Una masa de 15 millones de mexicanos que no sólo votaron contra el neoliberalismo sino se movilizan, representan una resistencia contra el fraude, está activa, que no se diluye y que no deja que el gobierno espurio avance en la venta de los recursos energéticos, de la industria eléctrica, del agua, de los ecosistemas, en la conculcación de derechos humanos, civiles, políticos y laborales. Pero hay una fracción del PRD que desea pactar con Felipe Calderón para “salvar la nación” por encima del pueblo y de sus resistencias, de lo que se trata es de terminar con este modo inhumano de gobierno no de acostumbrase, acomodarse, someterse o conseguir migajas para beneficio personal.
El santo Teletón
El Seguro Popular es un fraude de Fox, que no resuelve las necesidades de salud pública, medicina social, ¿para qué entregar 31 millones de pesos al monopolio Televisa cada año durante 10 años cuando no se han resuelto servicios médicos y clínicos indispensables? Si se necesita atención para discapacitados ¿Qué, el Estado no puede atenderlos?
miércoles, 31 de octubre de 2007
El recurso para limpiar los crímenes de Estado es el mismo. Para Acteal el encargado de explicar la masacre como un enfrentamiento, es nada menos que Héctor Aguilar Camín ideólogo difusor de Televisa y oficioso conductor de programas de “controversia y análisis”, acotados y controlados por el monopolio televisivo. Las confrontaciones de sus invitados son de forma y terminan por sumarse en una sola e inamovible explicación sobre las ventajas de la democracia, que sólo beneficia a la minoría poderosa y la “paz social” con miseria, enfermedad, desempleo, ignorancia que esta paz y democracia conlleva.
A diez años de los hechos de lesa humanidad en Acteal, con el asesinato de población desarmada, conformada principalmente por mujeres (algunas embarazadas) y niños, que se habían refugiado en ese sitio. Fueron asesinadas sin piedad bajo la mirada protectora del Ejército mexicano y la Policía del Estado, es decir, fue una estrategia institucional ilegal, extrajurídica inhumana y ejemplar digna de la Santa Inquisición: castigar con horror, quebrar la resistencia, disminuir el espíritu de lucha y luego con sus ideólogos echar al olvido los hechos. El encargado del régimen es Aguilar Camín, quien “descubre” desde insospechadas fuentes de inteligencia militar-policíaca que la población se “autosacrificó”, se inmoló para culpar y desprestigiar al régimen y sus grupos leales represivos. En Chiapas hay una resistencia social de masas que no han logrado quebrar los medios electrónicos, la represión ni el engaño y la traición de los grupos de la clase política en sus tres fuerzas PAN, PRI y PRD (de los Chuchos) y sus comparsas.
No sólo están las Juntas de Buen Gobierno y el EZLN, sino varios movimientos campesinos que han atravesado los años con no pocos sacrificios (persecución, cárcel, represión, asesinatos selectivos), en Simojovel, en la Costa de Chiapas, en el Norte en la frontera con Tabasco, son luchas de décadas para no ser eliminados, desplazados, pisados, discriminados, exprimidos y sepultados ante la mirada vigilante de un Estado al servicio de la oligarquía terrateniente, de las empresas monopólicas de gran turismo, de los grandes depredadores del ecosistema. En Chiapas la Diócesis de San Cristóbal, no funcionaba a favor de esta estrategia conservadora, con Samuel Ruiz, se suma a la resistencia y denuncia, por tanto fue objeto de represión y del castigo ejemplar: en Acteal se trataba de una comunidad de base que oraba, cuando fue sorprendida por el fuego de las armas asesinas que los descuartizaron después de ejecutarlos.
En San Salvador Atenco, el método conservador se repite, se reprime con toda la fuerza a la resistencia social y una vez sometida se les humilla, se les veja, violan a las mujeres. Se declara una descomunal pena perpetua a su líder y se deja en condición de perseguidos a sus miembros. La resistencia no cesa, la lucha continúa tras estos duros golpes de una élite que se sirve del monopolio de la fuerza del Estado, sus cárceles, sus policías, sus jueces, burócratas y del monopolio privado de los medios eléctronicos. Los represores no sólo golpean con furia, con exceso de fuerza a las mujeres, sino las penetran con las macanas, les meten los dedos en la vagina, las ensucian, las manchan para herirlas en el alma.
Esta es la enseñanza de la guerra de intervención norteamericana, sacrificar a los niños frente a los padres, violar a las mujeres frente a los hombres y a éstos torturarlos frente a las mujeres, así lo hicieron en Vietnam, en Laos, Camboya, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, en Chile, en Argentina, en Brasil, en Uruguay en Paraguay, en Perú, en Kosovo apoyados por las botas militares.
En Oaxaca el asesino Ulises Ruiz y sus esbirros ejecutan a la vista de todos al periodista Brad Will, matan a comuneros como Esteban Zurita López, otros maestros, estudiantes y colonos como Esteban Ruiz y Eudocia Olivera Díaz. Los medios cubren con propaganda mediática para conjurar al movimiento de masas, la oposición real y humana no se ve en la televisión, no se escucha en la radio, sólo hasta que toman las 12 estaciones de radio de la ciudad de Oaxaca y el canal oficial de televisión, entonces la gente se ve en los medios diciéndose la verdad y realizando por primera vez un acto de comunicación mediático, es decir, poniendo en común las necesidades y dándoles solución.
Ahora desde el gobierno sostenido con las fuerzas represivas, argumentan que los asesinatos de militantes de la APPO fueron cometidos por sus propios compañeros para “desprestigiar al régimen democrático de Ulises Ruiz”, ese es el móvil de la línea de investigación y con ese argumente están libres e impunes a los asesinos intelectuales y los ejecutores. Los presos y sobre todo a las presas, tras la represión de la policía federal y estatal del 25 de noviembre del 2006, se les humilló, se les violó, se les impuso un estado de terror en cárceles de alta seguridad para que aprendan a no ser oposición y se resignen con el gobierno criminal del priísta Ulises Ruiz.
La represión a los movimientos de resistencia más avanzados se combinan con el fraude electoral contra ALMO, otra forma sofisticada y mediática de represión. Una masa de 15 millones de mexicanos que no sólo votaron contra el neoliberalismo sino se movilizan, representan una resistencia contra el fraude, está activa, que no se diluye y que no deja que el gobierno espurio avance en la venta de los recursos energéticos, de la industria eléctrica, del agua, de los ecosistemas, en la conculcación de derechos humanos, civiles, políticos y laborales. Pero hay una fracción del PRD que desea pactar con Felipe Calderón para “salvar la nación” por encima del pueblo y de sus resistencias, de lo que se trata es de terminar con este modo inhumano de gobierno no de acostumbrase, acomodarse, someterse o conseguir migajas para beneficio personal.
El santo Teletón
El Seguro Popular es un fraude de Fox, que no resuelve las necesidades de salud pública, medicina social, ¿para qué entregar 31 millones de pesos al monopolio Televisa cada año durante 10 años cuando no se han resuelto servicios médicos y clínicos indispensables? Si se necesita atención para discapacitados ¿Qué, el Estado no puede atenderlos?