El gobierno de Yucatán comprando impunidad a Televisa
Ricardo Andrade Jardí
miércoles, 31 de octubre de 2007
Sin duda una de las “empresas monopólicas” que más daño le han causado a nuestro país es Televisa, durante años la concesionaria se ha ocupado de educar e implantar subjetividades manipulables de opresión y represión, al tiempo que de éstas hace uno de los negocios particulares más lucrativos del planeta gracias a lo cual la empresa, “dueña que se siente” de la señal radioeléctrica concesionada, ha pasado de ser el instrumento de manipulación del Estado para convertirse en la rectora de la política del Estado manipulado.
Gracias a Televisa, hoy secundada por la todavía más decadente TV Azteca, hemos logrado colocarnos entre los países con más bajo rendimiento académico del continente y hemos logrado, asimismo, que nuestras más jóvenes generaciones entren en una dinámica del agandalle de la visión de un bienestar particular siempre por encima del bienestar común.
La telebasura mexicana ha implantado imaginarios de “éxito y consumo” ligados con la corrupción y la impunidad, imaginarios que priorizan la mentira, por encima de la verdad, que justifican “los fines” sin importar la perversidad de “los métodos”, jóvenes ingenuidades manipuladas por la idea de los “modernos liderazgos”, de donde emana sin duda la subjetividad de nuestra joven y al parecer desmemoriada gobernadora Ivonne Ortega, quien pretende que, con dinero público, se sostengan los negocios chantajistas del monopolio telecrático.
En el futuro la escucharemos hablar de las aspiraciones de “éxito” que deberían seguir los jóvenes que pretendan alcanzar el “liderazgo”, para lo cual pondrá como ejemplos a seguir a los Slim y, peor aún, a los Azcárraga.
Pero la pretensión de otorgar las cifras millonarias para sostener los “centros de rehabilitación” que bien podría Televisa sostener con carácter público y gratuito sin afectar la economía de su empresa y sin tener que estar pidiendo dinero a los pobres para apoyar a otros pobres mientras los directivos de la susodicha compañía se hacen más ricos a través del chantaje y el melodrama de la “ayuda”, tiene que ver con la compra de “seguridad y protagonismo”, como bien afirma el doctor y maestro Gilberto Balam Pereira, en entrevista con este diario publicada el domingo 28 de octubre.
No se trata de un asunto de prioridad social para Yucatán, se trata de comprar publicidad y distracción para que la gobernadora que prometió castigar la evidente corrupción de la administración pasada, sin que hasta el momento se actúe al respeto (ejemplo claro lo tenemos con algunos de los eventos programados en el Otoño “Cultural”, donde funcionarios del sexenio de Patricio Patrón, acusados de la presunción de desvío de fondos y de su inaudita prepotencia hoy son programados para formar parte del cartel de dicho evento y así seguir mamando del erario al cual saquearon en su momento, demeritando la intención del “discurso” de “hacer una política cultural incluyente”, es obvio que en el ICY siguen gobernando e imponiendo el rumbo los antes panistas compinches de Laviada).
Distracción para sumar los esfuerzos de anexar a Yucatán al Plan Puebla Panamá (PPP), en beneficio de los trasnacionales intereses de la “Democracia Corporation S.A.”, para los que cada día es más claro que trabaja la gobernadora y no para los intereses reales de uno de los estados más pobres del país, donde lo que se requiere es un urgente cambio de rumbo económico y cultural para reintegrar a Yucatán en el rearme ético que requiere nuestra agraviada patria entera.
No es a través de otorgarle recursos públicos a empresas basura, que poco o ningún beneficio social real tienen para el país, como se alcanzarán verdaderos rumbos que nos impulsen a salir del marasmo opresivo del conservadurismo y la doble moral que tanto han atrasado al que en algún momento de nuestro pasado histórico, el cual olvida o desconoce Ivonne Ortega, fuera uno de los estados más progresistas e influyente de la realidad sociocultural del país.
Televisa está comprando gobernadores para su próxima cruzada, la que tiene que ver con impulsar una nueva ley de radio y televisión a su medida, al tiempo que pretende recuperar el millonario negocio que le parece perdido con la reforma electoral, ante la imposibilidad de seguir vendiendo espacios publicitarios para los partidos políticos. Ivonne Ortega debe ponerse a trabajar por Yucatán y cumplir con las demandas ciudadanas de castigar la corrupción, en vez de fomentar la impunidad y pretender pagar por ella con dinero del pueblo.
miércoles, 31 de octubre de 2007
Sin duda una de las “empresas monopólicas” que más daño le han causado a nuestro país es Televisa, durante años la concesionaria se ha ocupado de educar e implantar subjetividades manipulables de opresión y represión, al tiempo que de éstas hace uno de los negocios particulares más lucrativos del planeta gracias a lo cual la empresa, “dueña que se siente” de la señal radioeléctrica concesionada, ha pasado de ser el instrumento de manipulación del Estado para convertirse en la rectora de la política del Estado manipulado.
Gracias a Televisa, hoy secundada por la todavía más decadente TV Azteca, hemos logrado colocarnos entre los países con más bajo rendimiento académico del continente y hemos logrado, asimismo, que nuestras más jóvenes generaciones entren en una dinámica del agandalle de la visión de un bienestar particular siempre por encima del bienestar común.
La telebasura mexicana ha implantado imaginarios de “éxito y consumo” ligados con la corrupción y la impunidad, imaginarios que priorizan la mentira, por encima de la verdad, que justifican “los fines” sin importar la perversidad de “los métodos”, jóvenes ingenuidades manipuladas por la idea de los “modernos liderazgos”, de donde emana sin duda la subjetividad de nuestra joven y al parecer desmemoriada gobernadora Ivonne Ortega, quien pretende que, con dinero público, se sostengan los negocios chantajistas del monopolio telecrático.
En el futuro la escucharemos hablar de las aspiraciones de “éxito” que deberían seguir los jóvenes que pretendan alcanzar el “liderazgo”, para lo cual pondrá como ejemplos a seguir a los Slim y, peor aún, a los Azcárraga.
Pero la pretensión de otorgar las cifras millonarias para sostener los “centros de rehabilitación” que bien podría Televisa sostener con carácter público y gratuito sin afectar la economía de su empresa y sin tener que estar pidiendo dinero a los pobres para apoyar a otros pobres mientras los directivos de la susodicha compañía se hacen más ricos a través del chantaje y el melodrama de la “ayuda”, tiene que ver con la compra de “seguridad y protagonismo”, como bien afirma el doctor y maestro Gilberto Balam Pereira, en entrevista con este diario publicada el domingo 28 de octubre.
No se trata de un asunto de prioridad social para Yucatán, se trata de comprar publicidad y distracción para que la gobernadora que prometió castigar la evidente corrupción de la administración pasada, sin que hasta el momento se actúe al respeto (ejemplo claro lo tenemos con algunos de los eventos programados en el Otoño “Cultural”, donde funcionarios del sexenio de Patricio Patrón, acusados de la presunción de desvío de fondos y de su inaudita prepotencia hoy son programados para formar parte del cartel de dicho evento y así seguir mamando del erario al cual saquearon en su momento, demeritando la intención del “discurso” de “hacer una política cultural incluyente”, es obvio que en el ICY siguen gobernando e imponiendo el rumbo los antes panistas compinches de Laviada).
Distracción para sumar los esfuerzos de anexar a Yucatán al Plan Puebla Panamá (PPP), en beneficio de los trasnacionales intereses de la “Democracia Corporation S.A.”, para los que cada día es más claro que trabaja la gobernadora y no para los intereses reales de uno de los estados más pobres del país, donde lo que se requiere es un urgente cambio de rumbo económico y cultural para reintegrar a Yucatán en el rearme ético que requiere nuestra agraviada patria entera.
No es a través de otorgarle recursos públicos a empresas basura, que poco o ningún beneficio social real tienen para el país, como se alcanzarán verdaderos rumbos que nos impulsen a salir del marasmo opresivo del conservadurismo y la doble moral que tanto han atrasado al que en algún momento de nuestro pasado histórico, el cual olvida o desconoce Ivonne Ortega, fuera uno de los estados más progresistas e influyente de la realidad sociocultural del país.
Televisa está comprando gobernadores para su próxima cruzada, la que tiene que ver con impulsar una nueva ley de radio y televisión a su medida, al tiempo que pretende recuperar el millonario negocio que le parece perdido con la reforma electoral, ante la imposibilidad de seguir vendiendo espacios publicitarios para los partidos políticos. Ivonne Ortega debe ponerse a trabajar por Yucatán y cumplir con las demandas ciudadanas de castigar la corrupción, en vez de fomentar la impunidad y pretender pagar por ella con dinero del pueblo.