FeCAL .... ESPURIO Y MENTIROSO
Pablo Trejo
En la Alemania de la primera post guerra, durante la llamada república de Weimar, un partido de racistas y de derecha, se abrió paso en la política hasta alcanzar el poder utilizando todos los medios a su alcance, entre ellos, la violencia, la propaganda y violentando el estado de derecho. Se trata del tristemente célebre, Partido Nazi, encabezado por Adolfo Hitler, quien logró atraer a millones de alemanes a su causa utilizando una propaganda poco ética, pero efectiva, en cuyos fundamentos está la utilización de los sentimientos más primitivos del ser humano, como el odio racial, el miedo, así como la exageración, la desfiguración de los adversarios, y la simplificación.
Joseph Goebbels, fue el artífice de este tipo de propaganda, cuya principal divisa fue: “miente, miente, que algo ha de quedar”; muchos lo recordarán por la frase: “una mentira repetida adecuadamente mil veces termina por ser verdad”.
Para esta forma de propaganda, la verdad es intrascendente, lo realmente importante es imponer sus divisas.
Hoy, en México, vemos con tristeza que muchos especialistas en propaganda utilizan las enseñanzas de este oscuro personaje del nazismo, para el desarrollo de cualquier tipo de campaña, ya sea política o bien, para publicitar los “logros” de la actual administración, sin pensar en sus consecuencias y en el daño que hacen a la sociedad y a la política.
Los famosos anuncios, que la Secretaría de Hacienda ha utilizado recientemente y que pretende explicar a la población la reforma fiscal a través del slogan “Reforma fiscal por los que menos tienen”, es un claro ejemplo de este tipo de difusión, obedece a esa doctrina propagandística, según la cual no importan los medios, sino sólo el resultado.
Los spots mienten, por varias razones, la primera es porque en una economía con una enorme desigualdad en la distribución como la que actualmente se presenta en México, los hogares con menores ingresos recienten enormemente el incremento en los impuestos, como es el caso de la gasolina.
Por ejemplo, los hogares que reciben un ingreso entre tres y cinco salarios mínimos padecieron una inflación de 4.3 por ciento en el mes de agosto; y de 3.8 por ciento para el grupo de los hogares con ingresos de seis salarios mínimos. Lo anterior es consecuencia de que los hogares más pobres destinan gran cantidad de su ingreso al consumo de alimentos y bebidas, y en general, al consumo de los productos que integran la canasta básica, y estos aumentaron en ese mismo periodo 6.72 por ciento.
Con este panorama inflacionario, yo me pregunto si las autoridades hacendarias continuaran sosteniendo que una reforma de tales alcances como la aprobada hace menos un mes, beneficiara a los más pobres, cuando a todas luces se presenta como una reforma regresiva.
A pesar de que se “pospuso” la entrada de la aplicación del impuesto a la gasolina para enero de 2008, el incremento de los precios ya se reciente en estos últimos meses del año; la economía ha perdido dinamismo, que aunado al alza de los precios, constituyen un elemento que no genera demanda de trabajo y afecta la creación de empleos. Esta realidad arroja otra mentira más contenida en la publicidad en torno al primer año de labores del autollamado “gobierno del empleo”.
Bajo este escenario, sería bueno saber si el actual gobierno continuará manteniendo su slogan “por los que menos tienen” ya que como vemos, en este sexenio poco o casi nada se ha hecho por los sectores más desprotegidos de la población.