GASOLINAZO Y ALZA DE PRECIOS
¡muera el mal gobierno!
Alvaro Cepeda Neri
En lugar de que los calderonistas se pusieran las pilas y hubieran llevado la ceremonia del Grito a las entidades, para descentralizarla, se pusieron a disputarse la Plaza de la Constitución con los perredistas. Así será los próximos cuatro años (el sexto Grito está reservado para darlo en Dolores-Hidalgo, Guanajuato), pues es un pleito entre quienes padecen el síndrome de Peter Pan y permanecen en la minoría de edad e incapaces de madurar políticamente. Y con haber uniformado militarmente a sus hijos, el señor Calderón ha tomado a chunga un acto solemne, porque, en el fondo, los derechosos panistas quisieran vitorear al emperador Iturbide, y nunca a Hidalgo (el del óleo que veneramos es el Hidalgo de Maximiliano, ya que fue su médico austriaco quien posó para el retratista).
Salvo el “grito” de la señora Rosario Ibarra, el de Ebrard y Calderón e incluso el de López Obrador con los que dieron los gobernadores (menos Robinson-Bours, al que suplió uno de sus empleados) y funcionarios que gritan de su ronco pecho y enarbolan la Bandera con el telón de fondo del águila de perfil o de frente (la “mocha” sólo adorna la hacienda de los Foxes) todos pasaron por alto la frase original de Hidalgo: “¡Muera el mal gobierno!”, porque daría en el blanco del mal gobierno foxista y rozaría al calderonista, y será nada cuando al menos 90 millones de mexicanos, sitiados por las en marcha alzas de precios por los aumentos anunciados para dentro de tres meses, griten para protestar contra el mal gobierno.
Y es que desde las tiendas de autoservicios, hasta los vendedores callejeros incrementaron los precios, pretextando que el gasolinazo ha encarecido los insumos. Los panistas-calderonistas (porque existen los anticalderonistas de Espino y Espina atrincherados en el Yunque) son los autores del aumento a la gasolina, aunque lo nieguen, recibiendo, a cambio de mutuos favores, el apoyo de los priistas y los diputados de la maestra Gordillo, a la que Calderón invitó al Grito de Palacio y, estando en Argentina, la mandó traer en el avión presidencial, que al fin y al cabo el pueblo paga los abusos del mal gobierno.
El grito de esos 90 millones de mexicanos por el alza de precios es el grito de un malestar que se está convirtiendo en desesperación social ya que el desempleo masivo y los bajísimos salarios les impiden consumir lo mínimo para sobrevivir. Como nunca está vigente una de las frases del Grito de Hidalgo las vísperas de su Bicentenario: “¡Muera el mal gobierno!”. Este es el grito del pueblo para la derecha en el poder.