CONJETURAS
Alvaro Cepeda Neri
viernes, 29 de junio de 2007
Todos a una, los calderonistas del primer círculo, cacaraquean que la más contrarreforma (a los derechos de sus afiliados) que reforma es-truc-tu-ral al ISSSTE, le ha permitido desahogar la demanda de hasta más de un año de atraso, de los que esperan turno, no sólo para que les den "chochitos", sino tratamientos que exigen cirugía y hospitalización.
Antes, con las dizque reformas al IMSS, precedidas de amenazas de Fox (y el entonces director del Seguro Social), se dijo que con esos cambios la dependencia resolvería sus problemas, lo cual ha sido otra mentira, peor de las que autorizaba Platón para las autocracias. El IMSS va de mal en peor y tan es así que ahora el neopanista Juan Molinar Horcasitas, elevado a su nivel de incompetencia, quiere ampliar los años para la jubilación de sus trabajadores.
Y a los derechohabientes que pagaron por décadas sus cuotas, el IMSS les niega el derecho que tienen para ser atendidos. Es el caso de un pensionado que solicitó ser revisado para un dictamen médico, lo cual logró a duras penas, para ser sometido a una intervención en sus rodillas. Requería cirugía e implante, pero le dijeron que, por su edad, era imposible resolverle el problema. La política de Horcasitas es rechazar a esos enfermos y el paciente F.J.R. tuvo que aguantar, desahuciado, la falta de atención médica.
Lo mismo pasa con los pacientes del ISSSTE, pues ahora la política calderonista es, por medio de Yunes, el alfil gordillista, afirmar que ya no hay rezago respecto a la lista de quienes tienen que mendigar los servicios médicos. Pero, los enfermos con males mayores, que han pagado sus cuotas, se preparan a morir antes que puedan ingresar a los hospitales.
El IMSS y el ISSSTE son conquistas de los trabajadores. Pero fueron objeto de saqueos y pésima administración desde su fundación y hasta hoy día, a siete meses del calderonismo. No hallan cómo bajar las cortinas de las dos instituciones, y echar a la calle a unos y otros. Estos como los pobres, sobran en el proyecto del neoliberalismo económico, de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón.
Enfermeras y médicos se quejan de la falta de camas, instrumentos, medicinas, etc. De Salinas a Calderón, han buscado privatizarlos para engordar los monopolios de los Olegario Vázquez Raña (cuyas carísimas tiendas de regalos y farmacias son de los Bribiesca) y por eso los han llevado a la quiebra. El saqueo las convirtió en barriles sin fondo y las víctimas son los derechohabientes.
Yunes y Horcasitas, por instrucciones superiores, desde sus cargos en el ISSSTE y el IMSS, continúan poniendo las condiciones para que sean instituciones ineficaces. Suponen que el malestar social no pasará de manifestaciones y protestas, como las que ahora mismo tienen sitiadas instalaciones del ISSSTE y que se multiplican por todo el país. Trabajadores y empleados están dispuestos a defender sus conquistas, a las que el calderonismo quiere desmantelar.