UNA ENTREVISTA CON LORENZO MAYER
José Vilchis Guerrero
jvilchis1@yahoo.com
* Los operativos militares son más bien simbólicos
* Se hacen para que se entere la sociedad
* La demostración de fuerza contra los narcotraficantes, un mensaje para los ciudadanos
* Para que vean que el gobierno puede proceder con esta misma fuerza contra la oposición política
* En 2007, las mismas cifras de ejecuciones de 2006 * La violencia es por el control de plazas de consumo y tráfico de drogas
Apenas arrancó el gobierno y Felipe Calderón se alzó como jefe supremo del Ejército para anunciar mejores salarios para las fuerzas armadas y los operativos para combatir el narcotráfico, antes de que el presidente del empleo diera a conocer las medidas para incrementar una mejoría de las condiciones económicas vía las contrataciones en más fuentes de trabajo, como se esperaba.
Por el contrario, se conoció un informe del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) que confirmó que en los dos primeros meses de este gobierno 178 mil 370 personas perdieron su empleo en el sector formal de la economía.
Los informes, elaborados con base en los seguimientos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señalan que durante diciembre de 2006 y enero de este año, 73 por ciento de los empleos perdidos correspondió a la cancelación de fuentes de trabajo consideradas permanentes, cuyo número descendió en casi 129 mil; en tanto, en 49 mil 454 de los casos se trató de trabajadores eventuales.
Mientras eso ocurre, el Ejército se ha lanzado a las calles de ciudades fronterizas y de los estados de Michoacán, Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Sonora y Sinaloa, en coincidencia con las luchas intestinas de los cárteles de la droga, que se incrementaron antes y después de las extradiciones a Estados Unidos de los jefes de las organizaciones criminales reclamados por ese país.
Reportes de inteligencia militar indican que las ejecuciones de policías y civiles en Guerrero, Tamaulipas, Nuevo León, Yucatán, Baja California y Michoacán, se originaron en la lucha entre los cárteles de Sinaloa y del Golfo, que se disputan las plazas que en el sexenio anterior se consolidaron.
Los cárteles de los Arellano Félix, de Osiel Cárdenas, el de los Valencia, el de Sinaloa y el de Juárez no han sido menguados a pesar de los operativos en las calles y los poblados identificados como focos rojos por la Procuraduría General de la República (PGR), el Ejército y la Armada de México, pues de entre los detenidos tras los embates de las corporaciones federales no ha caído ningún pez gordo.
No se ha modificado nuestra realidad
"Diría que estamos en una situación desafortunada, porque se haga o no el combate al narcotráfico, las ejecuciones siguen inamovibles y no se puede decir que sean una respuesta de los cárteles al gobierno, porque esta situación ya la teníamos desde 2006 y prevalece en 2007, en que han muerto en estas circunstancias entre 190 y tantas y 200 personas en diciembre del año pasado y enero de éste; no se puede decir que haya disminuido el número", comentó Lorenzo Meyer, analista de El Colegio de México.
Consideró que el combate contra los cárteles de la droga emprendido por el gobierno federal en lo que va de diciembre a febrero "resulta irrelevante, pese al incremento de los operativos". Es decir, agregó, pese a los operativos militares no se ha modificado nuestra realidad.
La información de las corporaciones federales en torno a la trayectoria de los cargamentos de enervantes hacia la frontera norte y a diversas ciudades del país, indica que en los últimos seis años hubo un auge en el trasiego y aumentó el consumo de drogas sintéticas debido a que los cárteles sudamericanos abrieron nuevas rutas de cargamentos desde México a Estados Unidos y naciones de Europa.
Pero no sólo van a otros países los enervantes, señalan los reportes de inteligencia de la Policía Federal Preventiva (PFP) y la PGR, sino que siguen llegando a México cargamentos de cocaína procedentes de Centro y Sudamérica por aire, mar y tierra y son entregados en la ciudad de México y entidades como Chiapas, Guerrero, Michoacán, Quintana Roo, Yucatán y Sinaloa, donde existen redes de recepción y distribución de enervantes. Estos reportes provienen desde la gestión del general procurador general Rafael Macedo de la Concha.
El 16 de febrero la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) pidió al jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, establecer un convenio de coordinación con las instituciones de prevención de las adicciones de los tres niveles de gobierno e instaurar una campaña masiva sobre las medidas integrales de prevención.
La ALDF también solicitó a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal informe sobre los programas o las acciones estratégicas que de manera coordinada con las autoridades del Gobierno de Distrito Federal (GDF) implementan para combatir al narcomenudeo en la capital del país.
Por su parte, Ebrard anunció que continuarán las expropiaciones de predios que se ubican en las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa. A cinco días de la expropiación de dos predios en el barrio de Tepito, el jefe del GDF dijo que entre los hallazgos más importantes que se hicieron en locales y bodegas de la llamada Fortaleza, se descubrió cómo operan las redes de narcomenudeo.
Dijo en entrevista que continuarán las expropiaciones de predios en distintas partes de la ciudad, sobre todo donde opera la red regionalizada de distribución de droga, fincas que se ubican en las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
Legisladores locales y federales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aseguraron que también en zonas residenciales de la ciudad de México, como Las Lomas, El Pedregal de San Ángel, Santa Fe y Polanco se localizan predios susceptibles de expropiación por haberse transformado en centros de distribución de estupefacientes.
En conferencia de prensa, los perredistas Tomás Pliego y José Alfonso Suárez del Real, señalaron que las autoridades locales y federales deben extender los operativos policiacos a estas zonas donde habitan personas de alto nivel económico como también los que operan en zonas marginadas de Tepito e Iztapalapa. Afirmaron que en los primeros días de enero las corporaciones federales realizaron operativos en el Pedregal para desmantelar casas en las que se surten drogas de todo tipo.
De gira por La Laguna, Andrés Manuel López Obrador afirmó que los operativos del Ejército, la PFP y la PGR contra el narcotráfico "son una cortina de humo" para distraer la atención de la verdadera problemática nacional. En entrevista previa a un mitin en Torreón, Coahuila, López Obrador hizo ver que el gobierno federal "no debería estar jugando con un asunto tan delicado para el país".
No hay salida
Sin embargo, no obstante la inoperancia de los operativos contra el narcotráfico y el narcomenudeo, el doctor Lorenzo Meyer afirma que para México "no hay una salida clara. No se puede decir que no se haga nada, porque está en la naturaleza del Estado enfrentar el desafío de la criminalidad. Para qué sirve el Estado si no hacen estos operativos; sin Estado tampoco hay nación".
Pero estos, dijo en entrevista con , no se están realizando por la mejor de las vías: ponen en las calles a los soldados, a los policías de diversas corporaciones federales y estatales, "pero no es ahí donde van a encontrar a los narcotraficantes, que tampoco van a aprehender en los retenes".
Estas operaciones militares y policiacas -agregó- son más bien simbólicas y no se hacen en función de los narcotraficantes, sino para que se entere la sociedad. La lucha contra el narcotráfico debiera ser no tan abierta, no mediática, sino eficaz.
En lugar de anunciar las acciones para combatir a los narcotraficantes, debiera aumentarse antes la actividad de los grupos de inteligencia y afectar las finanzas de los cárteles, "porque si no se hace labor de inteligencia ni se detiene el flujo de recursos financieros de estos grupos delictivos, ni el Ejército ni las policías van a obtener resultados positivos.
"Todo se complica cuando se mantienen en el mismo nivel la oferta y la demanda. El problema es que ésta última no disminuye y continúa como si no hubiera combate contra la producción y comercialización de los enervantes, la demanda va a seguir creciendo y no vamos a controlar los mercados de la droga. Lo malo es que ahora crece la demanda mexicana".
Se refirió el doctor Meyer al narcomenudeo, situación que es alimentada por el crecimiento de traficantes de pequeñas cantidades que se distribuyen en un tráfico hormiga entre diversos sectores de la sociedad mexicana.
Desde que se inició la administración federal, la advertencia presidencial de que la guerra contra el narcotráfico "será larga, costosa y sin duda cobrará vidas humanas" ha sido constante y está basada en hechos ciertos, pues hay información de las fuerzas armadas que le da respaldo.
Archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) revelan que de diciembre de 2000 a diciembre de 2006, 127 efectivos militares fueron muertos en la lucha contra del narco. Durante ese periodo los blancos preferidos de la delincuencia fueron soldados de tropa y oficiales del Ejército y Fuerza Aérea. En menor porcentaje hubo bajas en los mandos, como las de dos coroneles y un teniente coronel.
Al cierre de esta edición se produjo el anuncio de que el gobierno federal ampliaría a Tamaulipas y Nuevo León los operativos conjuntos contra el crimen organizado, con lo que la presencia militar se extendió ya a ocho entidades del país.
En conferencia de prensa en Los Pinos, el gabinete de seguridad confirmó que en estas acciones participarían 3 mil 300 elementos de las fuerzas federales a solicitud de los gobernadores Eugenio Hernández Flores y Natividad González Parás.
Éste último se había resistido a lo que llamó la militarización de su entidad, postura que generó en las últimas semanas un debate con la Presidencia de la República.
El secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, aseguró que el gobierno de la República ha emprendido una lucha frontal contra el crimen organizado que no tiene precedente en la historia del país.
Nadie ha vencido a los traficantes
¿Qué país ha ganado la guerra contra el narco? Se preguntó Lorenzo Meyer, quien señaló que hasta ahora se ignora de algún gobierno que haya ganado la batalla contra los narcotraficantes.
No hay en la mente de nadie un ejemplo a seguir en algún país que haya ganado la guerra en el combate contra el crimen organizado.
Tampoco se ha logrado encarcelar -ni en Estados Unidos- a los principales cabecillas de los cárteles, afirma, a pesar de que en las cárceles de México y su vecino del norte hay cientos, miles de traficantes de todos los niveles. Sin embargo, no hay ningún personaje de las altas esferas.
A pesar de la embestida mediática del gobierno para publicitar resultados espectaculares de esta lucha sin cuartel, "todavía no hay resultados concretos; se exagera. La PGR no ha incrementado la fumigación de los sembradíos de mariguana y amapola, según nos mostraron en El Universal, que publicó fotografías aéreas en las que se aprecia que los plantíos de amapola y mariguana en Guerrero, por ejemplo, están intactos, porque las autoridades correspondientes no han puesto en el aire a los pilotos a fumigarlos".
Además, agregó que la publicidad del gobierno nos lleva a suponer que la demostración de fuerza contra los narcotraficantes "es un mensaje no para ellos, sino para los ciudadanos, para que estos se sientan bien; para que vean que el gobierno puede proceder con esta misma fuerza contra los enemigos del gobierno o contra la oposición, incluyendo a la política".
O sea, hay un doble objetivo, concluye: "El mensaje va en varios niveles, para tranquilizar a los ciudadanos y avisarle que el Ejército está del lado del gobierno aun tratándose de una movilización social que pudiera estar en su contra. Como decir que lo mismo es Tijuana con el narcotráfico que Oaxaca con una movilización social y pone al mismo nivel la lucha contra el narco y la oposición al régimen