CARTAA DON OSAMA
emeequis
Buenas, don Osama... mire, no quisiera distraerlo de la compleja y sin duda apasionante tarea de operar la venganza de Alá sobre los herejes del mundo, pero tomando en cuenta los últimos sucesos de la poesía quisiera preguntar, citando al insigne presidente Vicente Echeverría: ¿y nosotros por qué?
No me lo tome a mal, digo, de entrada le agradezco el que finalmente su desprestigiada organización haya contemplado a nuestro país en su apretada agenda terrorista, lo que nos pone a la altura de naciones como España, Inglaterra y Estados Unidos, pero la verdad es que es una deferencia totalmente inmerecida que estoy seguro que otros países podrían aprovechar mucho mejor que nosotros.
Ya ve cómo somos los mexicanos: capaz que usted invierte su dinero y organiza su atentado contra nuestros pozos petroleros con mucha logística y premeditación y a la hora de la hora puede parecer que fue una falla natural de Pemex. Pasa a cada rato.
Lo que pretendo con esta misiva es evitarle la frustración de un ataque cebo. Digo, entre los terroristas usted tiene una reputación que cuidar y alguno de sus asesores debió decirle que bombardear nuestros pozos no es una buena idea. ¡Ya ni hay petróleo! ¿Acaso en Al Yazeera no informan que el complejo Cantarell ya valió Bertha? ¿Qué impacto mediático puede tener eso?
Aunque usted eche su bomba o envíe a su avión kamikaze van a terminar diciendo que fue porque el complejo llevaba 30 años sin mantenimiento, o por una fuga de los oleoductos, o por obra y (des)gracia de Romero Deschamps. Yo sé lo que le digo, créame: no gaste su pólvora en infiernitos.
Por otro lado es cierto, reconozco que le vendemos petróleo a los gringos y que nuestros políticos adoptan ante ellos una posición que va de la de a perrito a la de chivito al precipicio, pero tampoco tienen que vernos como sus enemigos, ¿qué pasó?
Si somos los mexicanos, amigous, mi casa es su casa, ¡ajúa!, ¡viva México, cabrones! Hasta tenemos cosas en común, nada más que aquí el terrorismo se practica de otro modo, aquí es una cosa institucional, está el terrorismo fiscal, el terrorismo salarial y si bien no tenemos propiamente a alguien como usted, pues sí nos preciamos de contar con un Manuel Espino, un Fernández Noroña, un Hank Rohn, un Ulises Ruiz, un Mario Marín y un Jefe Diego, personajes que puedo asegurarle que nada más de verlos ganarían su simpatía eterna.
En fin, espero que esta información le sea de utilidad y desista, por su propio bien, de atacar nuestros pozos. Y por favor, no vaya a pensar que estoy haciendo un patético intento por salvar los pozos petroleros de mi Patria. No, señor: a mí y a millones de mexicanos Pemex jamás nos ha dado nada.