"EL PARTENON" HUELLA FIEL DE LA INMENSA CORRUPCION EN MEXICO ESTA EN VENTA
México, D.F., 19 de diciembre (apro).- Considerada como ejemplo de la corrupción y de la excentricidad que prevaleció en las altas esferas del gobierno en la década de los 80, “El Partenón” de Arturo “El Negro” Durazo, la finca de descanso que construyó en Zihuatanejo, Guerrero, el entonces jefe de la policía capitalina, está en venta.
Ante la imposibilidad de continuar costeando el mantenimiento del inmueble de más de 10 mil metros cuadrados de superficie --ubicado en la playa “La Ropa”--, el gobierno del estado de Guerrero, decidió deshacerse de esa carga y se declaró dispuesto a escuchar ofertas.
La residencia de estilo greco-romano, con muros de cantera y pisos de mármol, fue construida cuando Durazo era director de Policía y Tránsito del Distrito Federal, en el sexenio de José López Portillo.
Con la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia, “El Negro” Durazo fue detenido y encarcelado por el delito de enriquecimiento ilícito, y sus propiedades, la del Distrito Federal y la de Zihuatanejo, fueron aseguradas.
La residencia se vende ahora al mejor postor, ya que las autoridades guerrerenses aseguran que ya no pueden mantenerla.
El origen
Durazo Moreno se apropió de esos terrenos antes de terminar el sexenio de López Portillo.
Según documento la revista Proceso en su momento, un decreto expropiatorio, elaborado en 1973 por el entonces presidente Luis Echeverría Alvarez, afectó principalmente a tres ejidos: al de Agua de Correa, creado en 1932 y dotado de 4,516 hectáreas, al que le fueron quitadas 813; al de Zihuatanejo, proporcionado a los campesinos desde 1938 y que contaba con 3,880 hectáreas, le quitaron 1,800, y al Rincón, le suprimieron 206 hectáreas de una superficie original de 800.
Los terrenos ejidales expropiados por el decreto, incluyeron los 10 mil metros cuadrados donde Durazo construyó su "Partenón".
Uno de los afectados, Luis López González contó una anécdota:
"En la Navidad de 1977 llegó el general Durazo y estuvo en la playa `La Ropa`. Sus ayudantes estacionaron varias camionetas y levantaron una casa de campaña. En principio, les dije que el lugar era mío. Durazo me ofreció trabajo en la Ciudad de México, pero le contesté que aquí estaba muy a gusto. Luego me pidió que le vendiera el predio y le dije que no era mi intención ponerlo en venta. No dijo más. Se fue y a la semana siguiente se presentó el delegado de la zona federal de Zihuatanejo, Héctor Rendón Gatica (ahora presidente de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de ese municipio) y me comunicó que la concesión para operar mi restaurante había fenecido. Me indigné porque aun tenía cinco años de vigencia."
Continúa:
"Rendón Gatica, todo mundo lo sabe, es un gran amigo de Durazo y como era de esperarme me canceló la concesión. Luego llegaron cinco agentes de la ciudad de México para decirme que tenía un mes de plazo para abandonar el lugar."
López González se trasladó entonces a la ciudad de México para denunciar los hechos al procurador Oscar Flores Sánchez. Pero su ausencia fue aprovechada por los agentes de Durazo para expulsar a la familia del predio.
"Indignado, le comenté el despojo al procurador, quien me dijo:
`Como usted, don Luis, ya son seis los casos similares en que el general Durazo incurre. Cinco de ellos aquí en la capital. Como amigo le recomiendo una cosa: no hay más, yo le comprendo su coraje. Vaya y hable con Durazo, trátelo y pregúntele que cuánto le va a dar por sus tierras. Y si le da un centavo, recíbaselo, porque a las personas que afectó en el Distrito Federal no les ha dado nada ni les dará`.
"Entonces, fui a la DGPT y pedí audiencia con Durazo, que no me recibió. Me atendió un mayor, que le lleva sus negocios, quien me dijo: `te voy a dar 30,000 pesos y olvídate del asunto porque no eres dueño del terreno`. ¡Momento!, le dije. Aquí traigo mis papeles y se los enseñé. Luego, en tono amenazador me advirtió: `Acepta este dinero por las buenas o por las malas'. Lo acepté."
Después de ese incidente, Luis López se dedicó a vender fruta en un incómodo y mal construido local cerca del centro de la ciudad.
Pero no fue todo. En la construcción de su mansión, Durazo violó tolos los reglamentos: ni siquiera tramitó la licencia de construcción. En el Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo organismo encargado de regular las tierras del puerto, no quedaron constancias de solicitud para edificar inmuebles.