SOBR AVISO NO HAY ENGAÑO, CON FECAL HABRA MUCHO MAS FUGA DE RECURSOS HUMANOS A U.S.A.
El muro contra la miseria
Nydia Egremy
El sistemático desmantelamiento de la actividad productiva y sus efectos pauperizadores en el campo y las ciudades mexicanos, auguran un futuro sombrío en donde ninguna valla detendrá el cruce de millones de mexicanos hambrientos hacia Estados Unidos
Cada losa del muro que separará a Estados Unidos de México, simboliza el fracaso de la política económica y de la obsecuente diplomacia del presidente Vicente Fox.
La barrera que se construye en la frontera binacional, sitúa del lado estadounidense a 12 millones de refugiados económicos que emigraron por hambre y desencanto; del otro lado permanecen, desesperados, decenas de millones de ciudadanos sin futuro.
El escenario para nuestro país en el próximo gobierno es el de un polvorín social y el de la inestabilidad política, aprecian analistas.
Mientras México espera una reforma migratoria con los Estados Unidos, las empresas beneficiarias de la securitización de la frontera se frotan las manos. El consorcio Boeing, que construirá la que el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, denomina “una barda del siglo XXI, abre ya sus arcas para recibir los primeros dos mil millones de dólares, de la primera etapa de esa obra colosal.
Esa cifra, que representa cuatro veces el presupuesto educativo de un país como El Salvador, representa una inyección fabulosa no sólo para Boeing, sino también para las firmas proveedoras de equipamiento militar para las fuerzas armadas y policíacas de aquel país que se desplegarán a lo largo de los estados limítrofes con México.
Además de aprobar la edificación del muro, el Congreso estadounidense exigió a los empleadores de aquel país que verifiquen el estatus migratorio de sus trabajadores. De esta manera, desde el 4 de octubre, permanecer ilegalmente en Estados Unidos, será un delito grave, ya no una ofensa civil.
Tropas contra espaldas mojadas
Para el ex embajador y subsecretario de Relaciones Exteriores mexicano, Gustavo Iruegas, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos profundizó el carácter policíaco de ese estado. Para defenderse del terrorismo se plantearon el control absoluto de los extranjeros e incluso de sus ciudadanos. Sin embargo, “en esa coyuntura y con ese discurso derechista y policíaco, observaron a una parte muy importante de la población estadounidense sobre la cual no tienen ningún control, que son los indocumentados”.
Esos millones de mexicanos y ciudadanos de otros países, perseguidos dentro de la superpotencia, decidieron actuar juntos por una causa común. Tomaron las calles de las principales ciudades, algo que nunca había ocurrido, y “sin un líder, salieron para demostrar su fuerza y su peso en la economía y la política estadounidense, y lo lograron. La derecha se asustó y decidió no hacer nada en materia de acuerdos migratorios hasta detener el flujo presentando el muro y lo defenderán con soldados para que sea eficaz”, sostiene Iruegas.
Efectivamente, será custodiada por tropas de la Guardia Nacional, de la Patrulla Fronteriza y policías locales. Ahora se sumaron 10 mil efectivos, además de los 30 mil agentes del Servicio de Inmigración, desplegados para impedir el trabajo de “coyotes” y “polleros”.
Ante las críticas por ese despliegue, Dan Bartlett, consejero de la Casa Blanca, aseguró que el envío de tropas "no significa la militarización de la frontera". Entonces ¿qué es?, pues en la zona que divide las dos Coreas, hay 35 mil soldados americanos y es una frontera militarizada, preguntaba el diario La Opinión en agosto pasado.
El diario destacó que 25 por ciento de los miembros de la Guardia Nacional son de origen hispano. “A muchos de ellos se les ofreció servir en el ejército a cambio de su nacionalidad. ¿Qué pasará si algunos de ellos se rebelan o se niegan a disparar contra sus hermanos hispanos?”.
El general de ascendencia mexicana Charles Rodríguez, a cargo de 20 mil soldados de esa Guardia en Texas -que aportó hasta dos mil 300 de los seis mil efectivos desplegados el 1º de agosto- negó que se trate de una "militarización".
Los condenados de la tierra
Para Araceli Damian, investigadora de las causas y efectos de la pobreza, el cambio en el perfil de los emigrantes hacia Estados Unidos es un síntoma de la descomposición socio-económica. Ahora la migración tiene un fuerte componente urbano y el origen de ese éxodo se debe no sólo al desmantelamiento de la actividad productiva, sino a la falta de apoyo al desarrollo, explica la también profesora del Colegio de México.
Si bien el Consejo Nacional de Población (Conapo), admite una emigración anual hacia Estados Unidos de 600 mil personas, un estudio realizado por el economista Julio Voltvinik, a partir de estadísticas propias, revela que son un millón 200 mil personas las que emigran.
“La construcción del nuevo muro entre México y Estados Unidos será un polvorín”, advierte la experta quien evoca los efectos contra la población palestina luego de que el gobierno israelí emprendió una acción similar. “Exacerbó las condiciones de vida deplorable de los palestinos, el enojo y la caída del intercambio económico así como la anulación de la posibilidades de apertura económica en aquel lugar”.
El efecto del muro “será peor porque es mayor, y representará mayor riesgo para los emigrantes pues lo harán en zonas más inhóspitas, por túneles y el desierto y será más caro para ellos”.
Damian, doctorada en economía, sostiene que el futuro para México no es fácil. Ya tiene un 80 por ciento de pobreza y 40 por ciento en pobreza extrema y que el gobierno sólo reconoce que menos de la mitad de la población está en situación de pobreza. Considerando que Estados Unidos necesita la mano de obra mexicana y que el país no creó los empleos suficientes, “es muy probable que esta condición de pobreza se manifieste en una inestabilidad social generalizada, se cerraron las válvulas del camino democrático y de la emigración, la gente no encuentra salida.
El trasfondo político de este fenómeno social radica en que los gobernantes mexicanos “se encargaron de vigilar la macroeconomía como empleados del Fondo Monetario Internacional, no como gobierno de México que debía ver por el progreso del país.
Diplomacia obsecuente
Gustavo Iruegas, ex subsecretario de Relaciones Exteriores, señala que Fox hizo de la reforma migratoria el centro de su política hacia Estados Unidos. “Por ello estuvo dispuesto a ser obsecuente, hacer concesiones en todos los sentidos y, como sabemos, fracasó. Y aunque Bush tiene la intención de hacer un acuerdo migratorio parcial, no diferente al que existió entre 1942 y 1964, no se concretó”.
El modelo neoliberal es promotor de la emigración porque descansa en el desempleo. “Esa era su salida pero ya se cerró, la presión social será más fuerte y a ello se agrega que la resistencia pacífica contra el gobierno espurio agregará más presión contra el gobierno de facto, con aliados muy poderosos que lo llevaron a apoderarse del gobierno y que debe cumplir con los compromisos que adquirió con las trasnacionales, con los ricos mexicanos, con los sectores de poder”, observa el diplomático que renunció a su cargo tras la designación de Luis Ernesto Derbez como canciller de Vicente Fox.
Iruegas ve en el futuro a un México “sometido a una tremenda presión social, y si eso no se resuelve, la olla express que es ahora el país, pues explota”, ya que entre los mitos de la política exterior mexicana sobre la migración se decía que los Estados Unidos no podían cerrar la frontera con México y eso no era cierto. “¿Cómo no van a poder hacerlo, si Marruecos hizo un muro de dos mil kilómetros en el desierto para detener a los saharahuies y los chinos hicieron una muralla de seis mil kilómetros hace siglos?”
Estima Iruegas que el nuevo muro modificará el escenario sustancialmente. Si bien cuando ya se haya construido y se reduzca la migración, en Estados Unidos habrá condiciones para regularizar a los mexicanos que ya estén allá. “Pero para nosotros, con las trasnacionales, con los ricos mexicanos y con los sectores de poder, difícilmente se corregirá esa situación. Debemos esperar entonces un México sometido a una presión social tremenda y si eso no se puede resolver, la olla express que es ahora México, pues explota”, sentenció el diplomático.
La vergüenza
Por su parte, Francisco Javier Aguilar García, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y autor del estudio “Cambios en el mercado laboral mexicano y flujos migratorios 1980-2004”, el nuevo muro es muy vergonzoso tanto para el gobierno de los Estados Unidos y su pueblo como para México.
“Creo que el presidente Bush y todos sus agremiados creen que podrán detener el flujo migratorio, pero la migración no se puede detener. Los mexicanos, centroamericanos y sudamericanos, aunque empleen más esfuerzo, seguirán entrando ilegalmente a ese país. Si no entran por tierra, lo harán por mar y por el aire. No se podrá detener el flujo, aunque Bush crea que sí”, confió el catedrático.
Aguilar García afirma que el problema de fondo de la migración de mexicanos hacia la superpotencia es que México dejó de desarrollarse económicamente desde hace cuatro sexenios, cuando se suspendieron las políticas industriales, agrícolas y no se crearon empleos.
“De una población económicamente activa (PEA) de 44 millones, los inscritos en el IMSS y el ISSSTE son alrededor de 14 millones, a los que se suman dos millones de patrones con lo que totalizan 16 millones. Si a 44 millones del PEA se les restan 16 millones, quedan 28 millones de personas que están entre el desempleo y el trabajo informal”, examina el académico que tomó sus datos del INEGI, de la Encuesta Nacional de Empleo y de los Informes de Gobierno de 2005 y 2006.
¿Por qué se van los mexicanos que ya suman 12 millones en Estados Unidos?. Aguilar responde: “Porque no encuentran empleo aquí, ni en el campo ni en la ciudad. En los años setenta sólo emigraban los del campo, ahora salen de las ciudades y con instrucción superior. Ahora resulta que capacitamos a la gente para que trabaje en Estados Unidos en lugar de que trabajen en América Latina. Estamos subsidiando a las empresas trasnacionales, que no los formaron”, concluye.
La Boeing contra los migrantes
El Departamento de Seguridad Interior asignó la obra a la empresa Boeing, una de las mayores contratistas militares del gobierno, es decir, la instalación de una red de mil 800 torres equipadas con sensores de temperatura y movimientos, y cámaras de video para visión nocturna. Las torres son parte del proyecto bautizado como SBInet y sus más de 300 radares tendrán cámaras de procedencia israelí que detectan a personas a una distancia de 14 kilómetros, y vehículos hasta 20 kilómetros.
Sobrevolarán los tres mil kilómetros de esa frontera rigurosamente vigilada, aeronaves no tripuladas. Boeing ofreció concluir la obra en tres años. La adjudicación del contrato del muro a la Boeing logró que ese consorcio aventaje a sus rivales que abastecen al aparato de defensa estadounidense como Lockheed Martin, Raytheon Co., y Northop Grunman.
La primera fase del moderno sistema de vigilancia comenzará en un tramo de Tucson, Arizona, el principal cruce de indocumentados a Estados Unidos. Por ello el presidente Bush promulgó la ley para construir el muro en ese estado, gobernado por la demócrata, Janet Napolitano.
Nydia Egremy
El sistemático desmantelamiento de la actividad productiva y sus efectos pauperizadores en el campo y las ciudades mexicanos, auguran un futuro sombrío en donde ninguna valla detendrá el cruce de millones de mexicanos hambrientos hacia Estados Unidos
Cada losa del muro que separará a Estados Unidos de México, simboliza el fracaso de la política económica y de la obsecuente diplomacia del presidente Vicente Fox.
La barrera que se construye en la frontera binacional, sitúa del lado estadounidense a 12 millones de refugiados económicos que emigraron por hambre y desencanto; del otro lado permanecen, desesperados, decenas de millones de ciudadanos sin futuro.
El escenario para nuestro país en el próximo gobierno es el de un polvorín social y el de la inestabilidad política, aprecian analistas.
Mientras México espera una reforma migratoria con los Estados Unidos, las empresas beneficiarias de la securitización de la frontera se frotan las manos. El consorcio Boeing, que construirá la que el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, denomina “una barda del siglo XXI, abre ya sus arcas para recibir los primeros dos mil millones de dólares, de la primera etapa de esa obra colosal.
Esa cifra, que representa cuatro veces el presupuesto educativo de un país como El Salvador, representa una inyección fabulosa no sólo para Boeing, sino también para las firmas proveedoras de equipamiento militar para las fuerzas armadas y policíacas de aquel país que se desplegarán a lo largo de los estados limítrofes con México.
Además de aprobar la edificación del muro, el Congreso estadounidense exigió a los empleadores de aquel país que verifiquen el estatus migratorio de sus trabajadores. De esta manera, desde el 4 de octubre, permanecer ilegalmente en Estados Unidos, será un delito grave, ya no una ofensa civil.
Tropas contra espaldas mojadas
Para el ex embajador y subsecretario de Relaciones Exteriores mexicano, Gustavo Iruegas, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos profundizó el carácter policíaco de ese estado. Para defenderse del terrorismo se plantearon el control absoluto de los extranjeros e incluso de sus ciudadanos. Sin embargo, “en esa coyuntura y con ese discurso derechista y policíaco, observaron a una parte muy importante de la población estadounidense sobre la cual no tienen ningún control, que son los indocumentados”.
Esos millones de mexicanos y ciudadanos de otros países, perseguidos dentro de la superpotencia, decidieron actuar juntos por una causa común. Tomaron las calles de las principales ciudades, algo que nunca había ocurrido, y “sin un líder, salieron para demostrar su fuerza y su peso en la economía y la política estadounidense, y lo lograron. La derecha se asustó y decidió no hacer nada en materia de acuerdos migratorios hasta detener el flujo presentando el muro y lo defenderán con soldados para que sea eficaz”, sostiene Iruegas.
Efectivamente, será custodiada por tropas de la Guardia Nacional, de la Patrulla Fronteriza y policías locales. Ahora se sumaron 10 mil efectivos, además de los 30 mil agentes del Servicio de Inmigración, desplegados para impedir el trabajo de “coyotes” y “polleros”.
Ante las críticas por ese despliegue, Dan Bartlett, consejero de la Casa Blanca, aseguró que el envío de tropas "no significa la militarización de la frontera". Entonces ¿qué es?, pues en la zona que divide las dos Coreas, hay 35 mil soldados americanos y es una frontera militarizada, preguntaba el diario La Opinión en agosto pasado.
El diario destacó que 25 por ciento de los miembros de la Guardia Nacional son de origen hispano. “A muchos de ellos se les ofreció servir en el ejército a cambio de su nacionalidad. ¿Qué pasará si algunos de ellos se rebelan o se niegan a disparar contra sus hermanos hispanos?”.
El general de ascendencia mexicana Charles Rodríguez, a cargo de 20 mil soldados de esa Guardia en Texas -que aportó hasta dos mil 300 de los seis mil efectivos desplegados el 1º de agosto- negó que se trate de una "militarización".
Los condenados de la tierra
Para Araceli Damian, investigadora de las causas y efectos de la pobreza, el cambio en el perfil de los emigrantes hacia Estados Unidos es un síntoma de la descomposición socio-económica. Ahora la migración tiene un fuerte componente urbano y el origen de ese éxodo se debe no sólo al desmantelamiento de la actividad productiva, sino a la falta de apoyo al desarrollo, explica la también profesora del Colegio de México.
Si bien el Consejo Nacional de Población (Conapo), admite una emigración anual hacia Estados Unidos de 600 mil personas, un estudio realizado por el economista Julio Voltvinik, a partir de estadísticas propias, revela que son un millón 200 mil personas las que emigran.
“La construcción del nuevo muro entre México y Estados Unidos será un polvorín”, advierte la experta quien evoca los efectos contra la población palestina luego de que el gobierno israelí emprendió una acción similar. “Exacerbó las condiciones de vida deplorable de los palestinos, el enojo y la caída del intercambio económico así como la anulación de la posibilidades de apertura económica en aquel lugar”.
El efecto del muro “será peor porque es mayor, y representará mayor riesgo para los emigrantes pues lo harán en zonas más inhóspitas, por túneles y el desierto y será más caro para ellos”.
Damian, doctorada en economía, sostiene que el futuro para México no es fácil. Ya tiene un 80 por ciento de pobreza y 40 por ciento en pobreza extrema y que el gobierno sólo reconoce que menos de la mitad de la población está en situación de pobreza. Considerando que Estados Unidos necesita la mano de obra mexicana y que el país no creó los empleos suficientes, “es muy probable que esta condición de pobreza se manifieste en una inestabilidad social generalizada, se cerraron las válvulas del camino democrático y de la emigración, la gente no encuentra salida.
El trasfondo político de este fenómeno social radica en que los gobernantes mexicanos “se encargaron de vigilar la macroeconomía como empleados del Fondo Monetario Internacional, no como gobierno de México que debía ver por el progreso del país.
Diplomacia obsecuente
Gustavo Iruegas, ex subsecretario de Relaciones Exteriores, señala que Fox hizo de la reforma migratoria el centro de su política hacia Estados Unidos. “Por ello estuvo dispuesto a ser obsecuente, hacer concesiones en todos los sentidos y, como sabemos, fracasó. Y aunque Bush tiene la intención de hacer un acuerdo migratorio parcial, no diferente al que existió entre 1942 y 1964, no se concretó”.
El modelo neoliberal es promotor de la emigración porque descansa en el desempleo. “Esa era su salida pero ya se cerró, la presión social será más fuerte y a ello se agrega que la resistencia pacífica contra el gobierno espurio agregará más presión contra el gobierno de facto, con aliados muy poderosos que lo llevaron a apoderarse del gobierno y que debe cumplir con los compromisos que adquirió con las trasnacionales, con los ricos mexicanos, con los sectores de poder”, observa el diplomático que renunció a su cargo tras la designación de Luis Ernesto Derbez como canciller de Vicente Fox.
Iruegas ve en el futuro a un México “sometido a una tremenda presión social, y si eso no se resuelve, la olla express que es ahora el país, pues explota”, ya que entre los mitos de la política exterior mexicana sobre la migración se decía que los Estados Unidos no podían cerrar la frontera con México y eso no era cierto. “¿Cómo no van a poder hacerlo, si Marruecos hizo un muro de dos mil kilómetros en el desierto para detener a los saharahuies y los chinos hicieron una muralla de seis mil kilómetros hace siglos?”
Estima Iruegas que el nuevo muro modificará el escenario sustancialmente. Si bien cuando ya se haya construido y se reduzca la migración, en Estados Unidos habrá condiciones para regularizar a los mexicanos que ya estén allá. “Pero para nosotros, con las trasnacionales, con los ricos mexicanos y con los sectores de poder, difícilmente se corregirá esa situación. Debemos esperar entonces un México sometido a una presión social tremenda y si eso no se puede resolver, la olla express que es ahora México, pues explota”, sentenció el diplomático.
La vergüenza
Por su parte, Francisco Javier Aguilar García, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y autor del estudio “Cambios en el mercado laboral mexicano y flujos migratorios 1980-2004”, el nuevo muro es muy vergonzoso tanto para el gobierno de los Estados Unidos y su pueblo como para México.
“Creo que el presidente Bush y todos sus agremiados creen que podrán detener el flujo migratorio, pero la migración no se puede detener. Los mexicanos, centroamericanos y sudamericanos, aunque empleen más esfuerzo, seguirán entrando ilegalmente a ese país. Si no entran por tierra, lo harán por mar y por el aire. No se podrá detener el flujo, aunque Bush crea que sí”, confió el catedrático.
Aguilar García afirma que el problema de fondo de la migración de mexicanos hacia la superpotencia es que México dejó de desarrollarse económicamente desde hace cuatro sexenios, cuando se suspendieron las políticas industriales, agrícolas y no se crearon empleos.
“De una población económicamente activa (PEA) de 44 millones, los inscritos en el IMSS y el ISSSTE son alrededor de 14 millones, a los que se suman dos millones de patrones con lo que totalizan 16 millones. Si a 44 millones del PEA se les restan 16 millones, quedan 28 millones de personas que están entre el desempleo y el trabajo informal”, examina el académico que tomó sus datos del INEGI, de la Encuesta Nacional de Empleo y de los Informes de Gobierno de 2005 y 2006.
¿Por qué se van los mexicanos que ya suman 12 millones en Estados Unidos?. Aguilar responde: “Porque no encuentran empleo aquí, ni en el campo ni en la ciudad. En los años setenta sólo emigraban los del campo, ahora salen de las ciudades y con instrucción superior. Ahora resulta que capacitamos a la gente para que trabaje en Estados Unidos en lugar de que trabajen en América Latina. Estamos subsidiando a las empresas trasnacionales, que no los formaron”, concluye.
La Boeing contra los migrantes
El Departamento de Seguridad Interior asignó la obra a la empresa Boeing, una de las mayores contratistas militares del gobierno, es decir, la instalación de una red de mil 800 torres equipadas con sensores de temperatura y movimientos, y cámaras de video para visión nocturna. Las torres son parte del proyecto bautizado como SBInet y sus más de 300 radares tendrán cámaras de procedencia israelí que detectan a personas a una distancia de 14 kilómetros, y vehículos hasta 20 kilómetros.
Sobrevolarán los tres mil kilómetros de esa frontera rigurosamente vigilada, aeronaves no tripuladas. Boeing ofreció concluir la obra en tres años. La adjudicación del contrato del muro a la Boeing logró que ese consorcio aventaje a sus rivales que abastecen al aparato de defensa estadounidense como Lockheed Martin, Raytheon Co., y Northop Grunman.
La primera fase del moderno sistema de vigilancia comenzará en un tramo de Tucson, Arizona, el principal cruce de indocumentados a Estados Unidos. Por ello el presidente Bush promulgó la ley para construir el muro en ese estado, gobernado por la demócrata, Janet Napolitano.