Las equivocaciones de Josefina por su falta de cultura
Alvaro Cepeda Neri
Solamente en el sistema panista ha ocurrido que la mayoría, si no es que casi todos, padezcan una total falta de mínima cultura. El ex presidente Fox (¡y da vergüenza, con todo y que haya sido un presidente del montón, decir que estuvo en ese cargo!) era y es de una ignorancia bárbara. Su ex secretario de Educación Pública, el tal Tamez, casi rebuznaba, aunque dizque venía de un rectorado allá en Nuevo León.
Fox ni siquiera sabía pronunciar los nombres y menos los apellidos. Y con sus desplantes y haciéndose el chistoso decía burradas, carencia de información y hasta le hicieron el favor, en la Universidad Iberoamericana, mejor de darle el título de administrador de empresas al calor de llegar a ser el “Lic. Fox” en la presidencia. Fue tal su confusión que en lugar de la silla presidencial se consiguió una silla de montar.
Ahora ha sido... ¡la titular de la SEP!, doña Josefina Vázquez Mota, quien ha dado la nota y precisamente cuando puso en marcha la calidad para la educación.
Ella, que no deja escapar ningún acto sin que aflore su incultura, sus equívocos y solamente ponga su sonrisa congelada como disculpa.
Lo más reciente es que, no obstante que Carlos Fuentes ha estado en las marquesinas con motivo de sus 80 años (por cierto Fuentes vaticinó el ascenso panista al poder presidencial, en su Cristóbal Nonato), la secretaria de Educación Pública y quien se quedó “vestida y alborotada, como las novias de pueblo” al no ser designada en la Secretaría de Gobernación y con ella dos o tres más: Lozano Alarcón, Medina-Mora, Carrasco Altamirano, etc. Ha confundido primero a Fuentes con Octavio Paz.
Y después, le cambió el nombre a La región más transparente, para rebautizarla, por su ignorancia, en La ciudad más transparente.
Todo se debe a que los panistas no son lectores, salvo del catecismo y quién sabe, pues a la mejor ni eso. Ya vimos cuando Abascal, en la Secretaría del Trabajo, pretendió atacar la literatura de Paz y Fuentes, deslenguado en sus apreciaciones que acusaron su actitud de zafio. Es el caso, también, de la Vázquez Mota (y a quien algunos panistas despistados ven como la próxima candidata del PAN a la Presidencia de la República, en el colmo de la ingenuidad política. La señora, con inversiones en empresas de pinturas, se nota que no es una persona de lecturas y, sin embargo, ¡la pusieron a dirigir la educación! Y hasta hace promociones para la lectura, a menos que sea porque ella es ajena a ese hábito.
Tan es una persona inculta, desinformada y sin los servicios de una asesoría, que en lo de La ciudad más transparente ni siquiera corrigió y siguió hablando como si nada, dueña total de su desconocimiento. Se puede apostador que Vázquez Mota no tiene idea de la literatura, solamente y cuando menos de puros nombres, nacional y de la universal, en un examen, saldría reprobada. A la “maestra” Elba Esther Gordillo le hacen tarjetas y resúmenes de libros que, si no fueran enemigas a muerte, bien haría la líder vitalicia en darle una copia, para que, al menos, no confunda la magnesia con la gimnasia.
Solamente en el sistema panista ha ocurrido que la mayoría, si no es que casi todos, padezcan una total falta de mínima cultura. El ex presidente Fox (¡y da vergüenza, con todo y que haya sido un presidente del montón, decir que estuvo en ese cargo!) era y es de una ignorancia bárbara. Su ex secretario de Educación Pública, el tal Tamez, casi rebuznaba, aunque dizque venía de un rectorado allá en Nuevo León.
Fox ni siquiera sabía pronunciar los nombres y menos los apellidos. Y con sus desplantes y haciéndose el chistoso decía burradas, carencia de información y hasta le hicieron el favor, en la Universidad Iberoamericana, mejor de darle el título de administrador de empresas al calor de llegar a ser el “Lic. Fox” en la presidencia. Fue tal su confusión que en lugar de la silla presidencial se consiguió una silla de montar.
Ahora ha sido... ¡la titular de la SEP!, doña Josefina Vázquez Mota, quien ha dado la nota y precisamente cuando puso en marcha la calidad para la educación.
Ella, que no deja escapar ningún acto sin que aflore su incultura, sus equívocos y solamente ponga su sonrisa congelada como disculpa.
Lo más reciente es que, no obstante que Carlos Fuentes ha estado en las marquesinas con motivo de sus 80 años (por cierto Fuentes vaticinó el ascenso panista al poder presidencial, en su Cristóbal Nonato), la secretaria de Educación Pública y quien se quedó “vestida y alborotada, como las novias de pueblo” al no ser designada en la Secretaría de Gobernación y con ella dos o tres más: Lozano Alarcón, Medina-Mora, Carrasco Altamirano, etc. Ha confundido primero a Fuentes con Octavio Paz.
Y después, le cambió el nombre a La región más transparente, para rebautizarla, por su ignorancia, en La ciudad más transparente.
Todo se debe a que los panistas no son lectores, salvo del catecismo y quién sabe, pues a la mejor ni eso. Ya vimos cuando Abascal, en la Secretaría del Trabajo, pretendió atacar la literatura de Paz y Fuentes, deslenguado en sus apreciaciones que acusaron su actitud de zafio. Es el caso, también, de la Vázquez Mota (y a quien algunos panistas despistados ven como la próxima candidata del PAN a la Presidencia de la República, en el colmo de la ingenuidad política. La señora, con inversiones en empresas de pinturas, se nota que no es una persona de lecturas y, sin embargo, ¡la pusieron a dirigir la educación! Y hasta hace promociones para la lectura, a menos que sea porque ella es ajena a ese hábito.
Tan es una persona inculta, desinformada y sin los servicios de una asesoría, que en lo de La ciudad más transparente ni siquiera corrigió y siguió hablando como si nada, dueña total de su desconocimiento. Se puede apostador que Vázquez Mota no tiene idea de la literatura, solamente y cuando menos de puros nombres, nacional y de la universal, en un examen, saldría reprobada. A la “maestra” Elba Esther Gordillo le hacen tarjetas y resúmenes de libros que, si no fueran enemigas a muerte, bien haría la líder vitalicia en darle una copia, para que, al menos, no confunda la magnesia con la gimnasia.