Los electricistas en apoyo a los petroleros

Martín Esparza Flores

En los debates en que se discuten las iniciativas de reforma energética, que se realizan en la sede senatorial y de manera más amplia y numerosa en los medios de comunicación y en recintos universitarios, están teniendo una participación relevante personalidades y grupos preocupados por los efectos nocivos que las reformas tendrían para el país si fueran aprobadas tal y como fueron presentadas. Las argumentaciones en contra han exhibido, fuera de toda duda, la condición anticonstitucional y antinacionalista de las propuestas de reforma.

Sin embargo, en los debates ha cobrado notoriedad la ausencia del que debería estar convertido en el más sólido bastión de la industria petrolera por el estrecho vínculo que lo une a ella: el sindicato petrolero. Cuando varios sindicatos han asegurado su participación en los foros, la han anticipado en los medios y se preparan para presentar sus posiciones en otros ámbitos, incluso internacionales, que tal es el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los petroleros se hacen notar por su ausencia en este periodo crucial del país.

Si las reformas planteadas fueran aprobadas en su estado actual, el primero en sufrir sus efectos destructivos sería sin duda el gremio petrolero. El arribo de empresas de capital privado provocaría de inmediato despidos masivos, destrucción del contrato colectivo de trabajo y la pérdida irreparable de prestaciones de los pocos trabajadores que pudieran sobrevivir al embate. Ante este peligro inminente para los trabajadores petroleros sus dirigentes sindicales no hacen nada y con su omisión colaboran contra sus dirigidos y contra el país. El colaboracionismo es un eufemismo por traición.

Durante las elecciones federales de 2000 diversas personas se vieron involucradas en actos de corrupción contra Pemex, ahora esas personas están siendo utilizadas, a cambio de impunidad y silencio, para impulsar o no combatir la reforma energética. Es del conocimiento público que entre ellas se cuenta la dirigencia del sindicato petrolero.

Muchos millones de pesos fueron desviados de Pemex para favorecer candidaturas, y aunque las autoridades pudieron demostrar la comisión de delitos e iniciaron procesos penales, se decidieron finalmente por la impunidad. El ominoso silencio de ahora es una forma de pago.

Con la comparecencia de la dirección del SME en los debates se inicia la participación de quienes podrían ser los más perjudicados con la reforma energética: los trabajadores.