Ocultar, tapar y proteger a sus delincuentes
Regla de oro del panismo actual
MEXICO, D.F., 31 de mayo.- Hasta hace una década nadie dudaba que el presidente de la República era el hombre más informado del país. Se sabía que cruzaba los datos que recibía entre las diferentes instancias de que disponía para acercarse lo más posible a la verdad. A nadie se le otorgaba la total credibilidad a sabiendas de todo lo que influyen en el terreno informativo los intereses de todo tipo y las ansias de poder. A partir del sexenio de Ernesto Zedillo se desconoce quién mal informa al titular del Ejecutivo.
Y si esto le pasó al último priísta del Siglo, los nuevos gobiernos no han mostrado interés alguno por llegar al fondo de cada uno de los señalamientos o de las informaciones que sobre los hombres de poder tienen en sus manos. No han podido o no han querido acercarse a la verdad. Y tal acción se ve en cada acto presidencial al cual acude Felipe Calderón, en donde sólo prevalecen los datos que solamente los que considera “los suyos” le hacen llegar. Un claro ejemplo de lo anterior lo tenemos en la Península de Yucatán.
Hubo uno y cien señalamientos en contra del ex gobernador de Yucatán Patricio Patrón Laviada y éstos fueron de todo tipo. No sólo se dio información muy puntual sobre sus actividades relacionadas con los grupos delictivos de mayor penetración en el país, sino sobre el manejo de los fondos públicos, sobre el desvío de recursos federales que se utilizaron para lucimiento personal, sobre las actividades de toda la familia y, más aún, de su abierta y conocida relación con ex mandatarios ligados a cárteles de la droga.
En lo particular me extraña esta actitud, la de cerrar ojos y oídos, de Felipe Calderón, y hay un porqué.
Resulta que cuando inició su campaña por la candidatura panista a la presidencia, al michoacano se le cerraron los medios de comunicación. Santiago Creel, desde su silla en la Palacio de Covián y manejando presupuestos y relaciones con los medios, se encargó de que a Calderón no se le dieran espacios de los que llaman “importantes”, de los de “raiting”. Posteriormente la instrucción surgida desde Gobernación se extendió a más del 80 por ciento y se incluyó a la prensa escrita.
Desde el programa Estado de los Estados que se transmite por 620 de AM en la cadena nacional Rasa, se le otorgaron en múltiples ocasiones espacios, sobre todo en sus giras, cuando nadie le hacía el menor caso.
El cuestionamiento permanente giraba en torno a los problemas más severos que enfrentaba la Entidad en la cual se encontraba haciendo campaña. En el caso de Baja California Sur, ignoraba que el agua ocupaba el primer sitio. En otros aparecía el campo. Algunos más daban cuenta del desempleo, de la falta de inversiones o de la quiebra de empresas, del cierre de comercios.
A decir verdad, en las primeras entrevistas Calderón no estaba bien enterado. Sin embargo, al avanzar la campaña demostró que se había informado y bien de lo que sucedía en cada lugar al que llegaba, y las entrevistas pasaron del tono de broma a la seriedad y en algunos casos se hizo una mezcla interesante como cuando se le cuestionó sobre los grandes problemas en Tabasco: “Son dos. Madrazo y López Obrador”.
Todo indicaba que Calderón quería demostrar que de nuevo volvería la búsqueda de información fidedigna a Los Pinos ¿Por qué se dio el retroceso? Concediéndole la justificación de la desinformación, de nuevo se le advierte que los movimientos de Patrón Laviada están causando un grave daño en la península yucateca. En el caso de Campeche, la dependencia que encabeza, la Procuraduría Federal del Protección Medio Ambiente (PROFEPA), canceló la construcción de 3 mil condominios y de otras inversiones sin que realmente existan elementos para que se tomara tal acción.
Hurtado Valdez se ha dado a la tarea de acudir en varias ocasiones al Distrito Federal en un claro y justificado intento de resolver ese caso y otros más en donde desde la oficina de la PROFEPA se ordena paralizar inversiones importantes para la Entidad. Y habrá que señalar que no esa una Entidad en donde sobren quienes deseen invertir y hace falta, mucha falta la generación de empleos de todos los niveles. El ex gobernador yucateco es, para Campeche, altamente dañino.
Y ni qué decir de Yucatán, en donde la paralización del Hospital General y todos los daños que se causaron tienen nombre y apellido: Patricio Patrón. Y vea usted, señor Calderón, cuál es la historia. El gobierno federal ofreció la construcción del nosocomio. No realizó la obra de manera directa sino que le entregaron al gobierno estatal, a Patrón Laviada, todos lo recursos tanto para el inmueble como para su equipamiento.
Los fondos necesarios para toda la operación también eran depositados en la cuenta del Estado y desde ahí se realizaban los manejos. En el presente, Patrón Laviada ha operado para que tales recursos no lleguen al mandato estatal y movió los puntos más manipulables, los que abanderan los corruptos, para que se le generara a su sucesora, a Ivonne Ortega, un grave problema al cerrar sus puertas el principal hospital público con el que cuenta el Estado.
No conforme también ha generado todo tipo de problemas en Quintana Roo en donde la PROFEPA aparece para cerrar inversiones, clausurar obras, crear desestabilización y, lo que también es muy grave, generar un gran número de inconformidades porque a los “amigos” -no se sabe si de Patrón o del propio Calderón al asumir cuentas pendientes de Vicente Fox- se les permite deforestar, acabar con los manglares, avanzar hasta el punto en donde ya resulta imposible devolverle a la naturaleza lo que creó.
Tales son los casos de los terrenos de Roberto Hernández Ramírez o del suegro de Emilio Azcárraga Jean, o de los grupos libaneses. No satisfecho manipula a los delegados federales como es el caso de los de SEMARNAT, quienes reciben instrucciones del titular de PROFEPA. Y de los asuntos partidistas también habría mucho que hablar al generar también grandes divisiones que se revelarán crudamente en el proceso intermedio que se avecina.
Al parecer, la regla de oro del panismo actual es ocultar, tapar, proteger a quienes han ocupado cargos públicos importantes, gubernaturas, alcaldías, aún y cuando se les comprueben acciones delictivas o incorrectas. Eso ha sucedido con un Sergio Estrada Cajigal, con Ignacio de Loyola, con Patricio Patrón y hasta con el actual mandatario de Baja California. Extraña sobremanera que Calderón no cuente con la información o ¿será la falta de autoridad moral de sus cercanos la que manipula la información y todo parece como obra de los “enemigos políticos”? ¿Le venderán estrategias de choque?
Las dudas surgen. La información aquí está y es de muy fácil comprobación. Ojalá don Felipe reconozca nuevamente que estas líneas están lo suficientemente informadas y que las acciones correctivas pueden comenzar a abrirle puertas.
MEXICO, D.F., 31 de mayo.- Hasta hace una década nadie dudaba que el presidente de la República era el hombre más informado del país. Se sabía que cruzaba los datos que recibía entre las diferentes instancias de que disponía para acercarse lo más posible a la verdad. A nadie se le otorgaba la total credibilidad a sabiendas de todo lo que influyen en el terreno informativo los intereses de todo tipo y las ansias de poder. A partir del sexenio de Ernesto Zedillo se desconoce quién mal informa al titular del Ejecutivo.
Y si esto le pasó al último priísta del Siglo, los nuevos gobiernos no han mostrado interés alguno por llegar al fondo de cada uno de los señalamientos o de las informaciones que sobre los hombres de poder tienen en sus manos. No han podido o no han querido acercarse a la verdad. Y tal acción se ve en cada acto presidencial al cual acude Felipe Calderón, en donde sólo prevalecen los datos que solamente los que considera “los suyos” le hacen llegar. Un claro ejemplo de lo anterior lo tenemos en la Península de Yucatán.
Hubo uno y cien señalamientos en contra del ex gobernador de Yucatán Patricio Patrón Laviada y éstos fueron de todo tipo. No sólo se dio información muy puntual sobre sus actividades relacionadas con los grupos delictivos de mayor penetración en el país, sino sobre el manejo de los fondos públicos, sobre el desvío de recursos federales que se utilizaron para lucimiento personal, sobre las actividades de toda la familia y, más aún, de su abierta y conocida relación con ex mandatarios ligados a cárteles de la droga.
En lo particular me extraña esta actitud, la de cerrar ojos y oídos, de Felipe Calderón, y hay un porqué.
Resulta que cuando inició su campaña por la candidatura panista a la presidencia, al michoacano se le cerraron los medios de comunicación. Santiago Creel, desde su silla en la Palacio de Covián y manejando presupuestos y relaciones con los medios, se encargó de que a Calderón no se le dieran espacios de los que llaman “importantes”, de los de “raiting”. Posteriormente la instrucción surgida desde Gobernación se extendió a más del 80 por ciento y se incluyó a la prensa escrita.
Desde el programa Estado de los Estados que se transmite por 620 de AM en la cadena nacional Rasa, se le otorgaron en múltiples ocasiones espacios, sobre todo en sus giras, cuando nadie le hacía el menor caso.
El cuestionamiento permanente giraba en torno a los problemas más severos que enfrentaba la Entidad en la cual se encontraba haciendo campaña. En el caso de Baja California Sur, ignoraba que el agua ocupaba el primer sitio. En otros aparecía el campo. Algunos más daban cuenta del desempleo, de la falta de inversiones o de la quiebra de empresas, del cierre de comercios.
A decir verdad, en las primeras entrevistas Calderón no estaba bien enterado. Sin embargo, al avanzar la campaña demostró que se había informado y bien de lo que sucedía en cada lugar al que llegaba, y las entrevistas pasaron del tono de broma a la seriedad y en algunos casos se hizo una mezcla interesante como cuando se le cuestionó sobre los grandes problemas en Tabasco: “Son dos. Madrazo y López Obrador”.
Todo indicaba que Calderón quería demostrar que de nuevo volvería la búsqueda de información fidedigna a Los Pinos ¿Por qué se dio el retroceso? Concediéndole la justificación de la desinformación, de nuevo se le advierte que los movimientos de Patrón Laviada están causando un grave daño en la península yucateca. En el caso de Campeche, la dependencia que encabeza, la Procuraduría Federal del Protección Medio Ambiente (PROFEPA), canceló la construcción de 3 mil condominios y de otras inversiones sin que realmente existan elementos para que se tomara tal acción.
Hurtado Valdez se ha dado a la tarea de acudir en varias ocasiones al Distrito Federal en un claro y justificado intento de resolver ese caso y otros más en donde desde la oficina de la PROFEPA se ordena paralizar inversiones importantes para la Entidad. Y habrá que señalar que no esa una Entidad en donde sobren quienes deseen invertir y hace falta, mucha falta la generación de empleos de todos los niveles. El ex gobernador yucateco es, para Campeche, altamente dañino.
Y ni qué decir de Yucatán, en donde la paralización del Hospital General y todos los daños que se causaron tienen nombre y apellido: Patricio Patrón. Y vea usted, señor Calderón, cuál es la historia. El gobierno federal ofreció la construcción del nosocomio. No realizó la obra de manera directa sino que le entregaron al gobierno estatal, a Patrón Laviada, todos lo recursos tanto para el inmueble como para su equipamiento.
Los fondos necesarios para toda la operación también eran depositados en la cuenta del Estado y desde ahí se realizaban los manejos. En el presente, Patrón Laviada ha operado para que tales recursos no lleguen al mandato estatal y movió los puntos más manipulables, los que abanderan los corruptos, para que se le generara a su sucesora, a Ivonne Ortega, un grave problema al cerrar sus puertas el principal hospital público con el que cuenta el Estado.
No conforme también ha generado todo tipo de problemas en Quintana Roo en donde la PROFEPA aparece para cerrar inversiones, clausurar obras, crear desestabilización y, lo que también es muy grave, generar un gran número de inconformidades porque a los “amigos” -no se sabe si de Patrón o del propio Calderón al asumir cuentas pendientes de Vicente Fox- se les permite deforestar, acabar con los manglares, avanzar hasta el punto en donde ya resulta imposible devolverle a la naturaleza lo que creó.
Tales son los casos de los terrenos de Roberto Hernández Ramírez o del suegro de Emilio Azcárraga Jean, o de los grupos libaneses. No satisfecho manipula a los delegados federales como es el caso de los de SEMARNAT, quienes reciben instrucciones del titular de PROFEPA. Y de los asuntos partidistas también habría mucho que hablar al generar también grandes divisiones que se revelarán crudamente en el proceso intermedio que se avecina.
Al parecer, la regla de oro del panismo actual es ocultar, tapar, proteger a quienes han ocupado cargos públicos importantes, gubernaturas, alcaldías, aún y cuando se les comprueben acciones delictivas o incorrectas. Eso ha sucedido con un Sergio Estrada Cajigal, con Ignacio de Loyola, con Patricio Patrón y hasta con el actual mandatario de Baja California. Extraña sobremanera que Calderón no cuente con la información o ¿será la falta de autoridad moral de sus cercanos la que manipula la información y todo parece como obra de los “enemigos políticos”? ¿Le venderán estrategias de choque?
Las dudas surgen. La información aquí está y es de muy fácil comprobación. Ojalá don Felipe reconozca nuevamente que estas líneas están lo suficientemente informadas y que las acciones correctivas pueden comenzar a abrirle puertas.