Gobrnantes y Petróleo
Indice Político
HASTA HOY, UNO de los debates que mayor atención política han acaparado, dentro del Foro que "voluntariamente" organiza el Senado de la República sobre las iniciativas del señor Felipe Calderón en materia petrolera, ha sido el más reciente, donde participaron gobernadores y el jefe de gobierno de la capital nacional.
Lo fue no sólo por el anuncio del señor Marcelo Ebrard, quien ahí adelantó que organizará una consulta popular a la que seguramente se irán sumando otras entidades de la República que no querrán quedarse atrás en cuanto a derechos políticos de la ciudadanía.
Lo fue, asimismo, porque una vez más quedaron comprobadas las muchas limitaciones de los gobernadores de Guanajuato y Morelos, representando al PAN en este foro, a quienes sus asesores tuvieron que "tarjetear" desde el buenos días hasta el muchas gracias con los que abrieron y cerraron sus participaciones. Sin asesores, de plano, hubiesen naufragado en sus balbuceos.
Destacó, eso sí, la propuesta del veracruzano Fidel Herrera Beltrán, a la que bautizó cual "tercera vía" que, sucintamente, implicaría la asociación de Pemex con los gobiernos de las entidades, en lugar de hacerlo con la iniciativa privada nacional y extranjera, para llevar a cabo las modernizaciones que en las profundidades de las iniciativas del señor Calderón, quedan prácticamente ahogadas.
Buena propuesta. Porque la explotación, exploración, transformación y venta del llamado oro negro, como monopolio de un Estado eminentemente centralista cual es el caso de México, no está organizada para generar procesos de crecimiento económico y desarrollo social a nivel regional, entendiendo por región el o los estados de la federación en los cuales efectúa la explotación y no lo hará hasta que de manera propositiva, cual la ha hecho el señor Herrera, se tomen en serio los planteamientos que, a nivel político reviertan parte de sus beneficios a las regiones del país.
Y es que no son pocas las áreas de oportunidad que detonarían el desarrollo. Empleo, para empezar. El impacto laboral específico de la presencia de Pemex y sus subsidiarias ha demostrado ya en otras zonas sus beneficios. La educación, área de oportunidad a partir de la fortaleza de las instituciones educativas, tecnológicas y de investigación con que cuente cada región. Inversión privada y desarrollo empresarial, partiendo de los beneficios que generaría un incremento del mercado. También se beneficiarían las políticas públicas y habría beneficios fiscales, recaudatorios y presupuestales.
Las áreas de riesgo no son pocas. Destacarían la de seguridad pública, ya que generalmente se asocia la inseguridad a la explotación petrolera. Otra sería la de salud, pues habría aumento en la demanda y costo de los servicios médico-hospitalarios, y la posible aparición de nuevos perfiles epidemiológicos, y la más temible de todas: la inflación y encarecimiento de la vida en cifras superiores a la media nacional, dados los niveles salariales de quienes se desempeñan en la industria petrolera, susceptiblemente más altos que los del resto de la población.
Detonar del desarrollo de las regiones mexicanas es una prioridad. Va antes que hacerlo en Pernambuco, Brasil, en Dallas, Estados Unidos, o en Vigo, España, ¿no cree usted?
HASTA HOY, UNO de los debates que mayor atención política han acaparado, dentro del Foro que "voluntariamente" organiza el Senado de la República sobre las iniciativas del señor Felipe Calderón en materia petrolera, ha sido el más reciente, donde participaron gobernadores y el jefe de gobierno de la capital nacional.
Lo fue no sólo por el anuncio del señor Marcelo Ebrard, quien ahí adelantó que organizará una consulta popular a la que seguramente se irán sumando otras entidades de la República que no querrán quedarse atrás en cuanto a derechos políticos de la ciudadanía.
Lo fue, asimismo, porque una vez más quedaron comprobadas las muchas limitaciones de los gobernadores de Guanajuato y Morelos, representando al PAN en este foro, a quienes sus asesores tuvieron que "tarjetear" desde el buenos días hasta el muchas gracias con los que abrieron y cerraron sus participaciones. Sin asesores, de plano, hubiesen naufragado en sus balbuceos.
Destacó, eso sí, la propuesta del veracruzano Fidel Herrera Beltrán, a la que bautizó cual "tercera vía" que, sucintamente, implicaría la asociación de Pemex con los gobiernos de las entidades, en lugar de hacerlo con la iniciativa privada nacional y extranjera, para llevar a cabo las modernizaciones que en las profundidades de las iniciativas del señor Calderón, quedan prácticamente ahogadas.
Buena propuesta. Porque la explotación, exploración, transformación y venta del llamado oro negro, como monopolio de un Estado eminentemente centralista cual es el caso de México, no está organizada para generar procesos de crecimiento económico y desarrollo social a nivel regional, entendiendo por región el o los estados de la federación en los cuales efectúa la explotación y no lo hará hasta que de manera propositiva, cual la ha hecho el señor Herrera, se tomen en serio los planteamientos que, a nivel político reviertan parte de sus beneficios a las regiones del país.
Y es que no son pocas las áreas de oportunidad que detonarían el desarrollo. Empleo, para empezar. El impacto laboral específico de la presencia de Pemex y sus subsidiarias ha demostrado ya en otras zonas sus beneficios. La educación, área de oportunidad a partir de la fortaleza de las instituciones educativas, tecnológicas y de investigación con que cuente cada región. Inversión privada y desarrollo empresarial, partiendo de los beneficios que generaría un incremento del mercado. También se beneficiarían las políticas públicas y habría beneficios fiscales, recaudatorios y presupuestales.
Las áreas de riesgo no son pocas. Destacarían la de seguridad pública, ya que generalmente se asocia la inseguridad a la explotación petrolera. Otra sería la de salud, pues habría aumento en la demanda y costo de los servicios médico-hospitalarios, y la posible aparición de nuevos perfiles epidemiológicos, y la más temible de todas: la inflación y encarecimiento de la vida en cifras superiores a la media nacional, dados los niveles salariales de quienes se desempeñan en la industria petrolera, susceptiblemente más altos que los del resto de la población.
Detonar del desarrollo de las regiones mexicanas es una prioridad. Va antes que hacerlo en Pernambuco, Brasil, en Dallas, Estados Unidos, o en Vigo, España, ¿no cree usted?