El pacto de Felipe y Manlio
Diario Libertad / Marcela Gómez Zalce
• La letra chiquita del chisguete energético
• La ODCA y la OEA
En los conflictos, mi estimado, los que más miedo tienen son los que corren mayor peligro. Por increíble que parezca o mejor aún, aunque usted no lo crea, los rounds de sombra energéticos alrededor del cosmético chisguete enviado por Felipe Calderón, acatando las instrucciones simpáticas y precisas de Manlio Fabio Beltrones, están lejos de ser cosa del grotesco pasado. Al contrario, el reloj apenas marca el inicio de un divertido camino donde, para no variar en el estilo presidencial de inventar frankensteins para salir a escupir al micrófono sobre su capacidad de armar acuerdos legislativos, a este bodrio de iniciativa —recibido con tubazos en la prensa extranjera y con cara de fuchi por la cúpula empresarial— le falta una muy, pero muy atractiva fase de ocurrentes modificaciones a leyes donde lo interesante está en la letra chiquita, acorde, por supuesto, con el perfil de Los Pinos. Porque justo ahí, en esos importantísimos detalles, es donde baila sonriente el diablo tricolor.
Todo en una estrategia integral de vender, my friend, que se avanza entre el PAN y el PRI mientras los amarillos —que por cierto para el libro de los récords Guinness todavía siguen en su grotesca cena antropófaga— encabezados por López Obrador en su amplio movimiento se les pretende poner para la foto. Lo que augura entretenimiento en este juego donde, con la pena, las lacritas perredistas, perdón... no todas las lacritas perredistas están invitadas al festín energético.
Y mientras tanto, Beltrones hace estimaciones y afirma que abril no está para chisguetes abriendo la temporada de presión y leverage priista para las negociaciones, no, no... el cumplimiento de lo pactado con Calderón y su tesorito (el de Bucareli) para colocar en primer lugar los detalles de la reforma del Estado.
Y mientras la arena mediática se atiborra de simulaciones y demás linduras, al secretario del Trabajo (sucio), Javier Lozano Alarcón, cual capillita le está llegando su fiestecita.
No sólo con los poderes fácticos que están decididos a darle cuello, sino que diputados en San Lázaro del PRI, PRD y PVEM le exigieron a Felipe, en un punto de acuerdo, remover temporalmente a su lacra federal para facilitar la investigación de su travesura en Cofetel por el caso Unefon, remember?
Aunque ya encarrerados, mi estimado, Javier también debería rendir algunas cuentas pendientes por el caso Miditel que en aquella época originó seductor revuelo y que tiene que ver con el deporte de moda sexenal llamado… conflicto de interés.
Porque no es suficiente que Lozano haya aceptado en una muy reciente y divertida reunión en Televisa que sí estuvo en la nómina de Tv Azteca el tiempo que vivió en el error, o sea, fuera del presupuesto foxista, o sea, los seis años… sino que, porfa, explique con lujo de detalles cómo estuvo la tenebra detrás del caso Miditel —que también participó en la subasta de 1998 de aquellas estupendas frecuencias donde se dieron las prórrogas a Unefon—, a la que le dieron flit para después, en agosto de 2000, o sea cuatro meses antes del término del sexenio de Zedillo, firmar un espléndido contrato con… ¡Miditel! para ayudar a la empresa (que empinaron) en asuntos jurídicos que fueron orquestados por Lozano y su controvertido operador Gonzalo Martínez Pous, del que platicamos en este irreverente espacio. ¿Me sigue?
El escandaloso caso terminó en la entonces Secodam, de Francisco Barrio donde, of course, no fue considerado como pez gordo, vamos, ni pececito tropical como para ser freído con el aceite de la ley. El problemita es que a Javier los fantasmas de sus atropellos en el pasado, combinados con sus verdades a medias y en complicidad con Luis Téllez desinformando a Calderón, están provocando un platillo etiquetado para ocasionar una gastritis crónica azul.
Y todo por el bendito conflicto de interés que, con el ejemplo del tesorito superpoderoso en Gobernación y el poder de su firma, está desatando descomunales olas de impunidad...
Por la Mirilla
La agenda de la ODCA de Manuel Espino despertó sugestivo interés en su gira por Washington, tanto de demócratas como de republicanos, con quienes hubo intercambios de puntos de vista alrededor de los temas bilaterales (among others) como la migración y la seguridad. Espino logró, además, atraer la mirada de la OEA de Insulza, con quien se reunió para tratar asuntos del Cono Sur que se verán coronados en una fascinante reunión prevista para mayo, si nada cambia de última hora, en... Colombia.
• La letra chiquita del chisguete energético
• La ODCA y la OEA
En los conflictos, mi estimado, los que más miedo tienen son los que corren mayor peligro. Por increíble que parezca o mejor aún, aunque usted no lo crea, los rounds de sombra energéticos alrededor del cosmético chisguete enviado por Felipe Calderón, acatando las instrucciones simpáticas y precisas de Manlio Fabio Beltrones, están lejos de ser cosa del grotesco pasado. Al contrario, el reloj apenas marca el inicio de un divertido camino donde, para no variar en el estilo presidencial de inventar frankensteins para salir a escupir al micrófono sobre su capacidad de armar acuerdos legislativos, a este bodrio de iniciativa —recibido con tubazos en la prensa extranjera y con cara de fuchi por la cúpula empresarial— le falta una muy, pero muy atractiva fase de ocurrentes modificaciones a leyes donde lo interesante está en la letra chiquita, acorde, por supuesto, con el perfil de Los Pinos. Porque justo ahí, en esos importantísimos detalles, es donde baila sonriente el diablo tricolor.
Todo en una estrategia integral de vender, my friend, que se avanza entre el PAN y el PRI mientras los amarillos —que por cierto para el libro de los récords Guinness todavía siguen en su grotesca cena antropófaga— encabezados por López Obrador en su amplio movimiento se les pretende poner para la foto. Lo que augura entretenimiento en este juego donde, con la pena, las lacritas perredistas, perdón... no todas las lacritas perredistas están invitadas al festín energético.
Y mientras tanto, Beltrones hace estimaciones y afirma que abril no está para chisguetes abriendo la temporada de presión y leverage priista para las negociaciones, no, no... el cumplimiento de lo pactado con Calderón y su tesorito (el de Bucareli) para colocar en primer lugar los detalles de la reforma del Estado.
Y mientras la arena mediática se atiborra de simulaciones y demás linduras, al secretario del Trabajo (sucio), Javier Lozano Alarcón, cual capillita le está llegando su fiestecita.
No sólo con los poderes fácticos que están decididos a darle cuello, sino que diputados en San Lázaro del PRI, PRD y PVEM le exigieron a Felipe, en un punto de acuerdo, remover temporalmente a su lacra federal para facilitar la investigación de su travesura en Cofetel por el caso Unefon, remember?
Aunque ya encarrerados, mi estimado, Javier también debería rendir algunas cuentas pendientes por el caso Miditel que en aquella época originó seductor revuelo y que tiene que ver con el deporte de moda sexenal llamado… conflicto de interés.
Porque no es suficiente que Lozano haya aceptado en una muy reciente y divertida reunión en Televisa que sí estuvo en la nómina de Tv Azteca el tiempo que vivió en el error, o sea, fuera del presupuesto foxista, o sea, los seis años… sino que, porfa, explique con lujo de detalles cómo estuvo la tenebra detrás del caso Miditel —que también participó en la subasta de 1998 de aquellas estupendas frecuencias donde se dieron las prórrogas a Unefon—, a la que le dieron flit para después, en agosto de 2000, o sea cuatro meses antes del término del sexenio de Zedillo, firmar un espléndido contrato con… ¡Miditel! para ayudar a la empresa (que empinaron) en asuntos jurídicos que fueron orquestados por Lozano y su controvertido operador Gonzalo Martínez Pous, del que platicamos en este irreverente espacio. ¿Me sigue?
El escandaloso caso terminó en la entonces Secodam, de Francisco Barrio donde, of course, no fue considerado como pez gordo, vamos, ni pececito tropical como para ser freído con el aceite de la ley. El problemita es que a Javier los fantasmas de sus atropellos en el pasado, combinados con sus verdades a medias y en complicidad con Luis Téllez desinformando a Calderón, están provocando un platillo etiquetado para ocasionar una gastritis crónica azul.
Y todo por el bendito conflicto de interés que, con el ejemplo del tesorito superpoderoso en Gobernación y el poder de su firma, está desatando descomunales olas de impunidad...
Por la Mirilla
La agenda de la ODCA de Manuel Espino despertó sugestivo interés en su gira por Washington, tanto de demócratas como de republicanos, con quienes hubo intercambios de puntos de vista alrededor de los temas bilaterales (among others) como la migración y la seguridad. Espino logró, además, atraer la mirada de la OEA de Insulza, con quien se reunió para tratar asuntos del Cono Sur que se verán coronados en una fascinante reunión prevista para mayo, si nada cambia de última hora, en... Colombia.
posted by H2AGUA at
10:20 p.m.
