Calderón: “pasividad, indolencia y cobardía”
Proceso / Alvaro Delgado
México, D.F., 31 de marzo (apro).- La imagen se registró este lunes 31 de marzo en la sala de conferencias de la sede del Partido Acción Nacional (PAN): Germán Martínez, presidente partidista, está flanqueado por Santiago Creel, vestido de impecable traje gris, y Héctor Larios, de mezclilla y camisa a cuadros, evidentemente sudada.
Son los tres jerarcas de partido oficial que comparecen ante los periodistas después de haber sido, literalmente, plantados por la secretaria de Energía, Georgina Kessel, quien pidió una conferencia de prensa conjunta que, al final, le dio la gana cancelar. Se marchó inclusive con parsimonia, envuelta en una nube de guaruras.
Y ahí está la triada de altos dirigentes panistas apenas balbuceando que Kessel --empleada de Felipe Calderón como ellos-- les entregó el “diagnóstico” sobre Petróleos Mexicanos (Pemex) que, este domingo 30, fue enviado primero a las redacciones de los medios y después --contrario a lo que ordenan las sanas prácticas legislativas-- a los grupos parlamentarios.
Dirigente formal del PAN, aunque sujeto a la instrucción que le da quien lo impuso en el cargo, Martínez no atina a asumir, de una vez por todas, lo que todo el mundo sabe: que el proyecto de reforma en materia energética tiene como fundamento el ingreso de capital privado, nacional y extranjero, y por tanto la distribución de las ganancias.
Ya lo ha dicho tal cual la propia Kessel y en eso consiste la arbitraria y costosa campaña de spots en radio y televisión sobre el “tesoro profundo” que el gobierno primero, mediante una filtración, negó y luego, vergonzosamente, tuvo que asumir.
Es así de simple, pero ni Martínez ni Creel ni Larios lo asumen con todas sus letras y emiten, apenas, tímidos balbuceos: “El diagnóstico establece con toda claridad que es necesario estudiarlo.”
Pues sí, ¿y?
Por eso hasta sus más tenaces aliados se han desesperado de tan timorata conducta: uno de ellos, el gobernador de Sonora, el priista que bien podría ser panista, Eduardo Bours, de plano acusa de “maletas” a Calderón y su facción por operar la pretendida reforma energética “con las patas”.
“Desde el (año) 38 estamos con esa discusión, como que ya deberíamos ser capaces de superarla. ¡Ahhh!, pero maletas son para manejar los temas. En lugar de decir las cosas como Dios manda y explicarlas para que la gente entienda”, reprochó Bours para luego enfatizar:
“Lo primero que hay que decir es que lo han manejado (el tema) con las patas. Es increíble el manejo que le han dado a un tema tan importante como es la reforma energética. Estamos en una discusión que no nos lleva a ningún lado; bueno, nos lleva a que nos sigan sacando el petróleo los americanos con ‘popotes’ por abajo.”
Y no puede esperarse menos de quien siempre ha sido un activo promotor de la inversión privada en el ámbito energético --que va más allá del petróleo-- como empresario y presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), uno de cuyos sucesores, José Luis Barraza, se convirtió en delincuente confeso por su ilegal actuación para imponer a Calderón en el 2006, por instrucciones de otro prominente dirigente del organismo cúpula del sector privado que ahora ha hecho que su voz suene:
Se trata de Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) y artífice de las estrategias de los potentados del país, quien ya de plano está desesperado por la inacción de sus patrocinados, temblorosos ante las acciones de Andrés Manuel López Obrador.
“No podemos permitir que el país se maneje con base en chantajes… Es obvio que es imposible dejar a todos los sectores satisfechos, sin embargo la suma del PAN y del PRI es más que suficiente democráticamente para hacer los cambios que el país requiere.”
En todo esto han sido más astutos los priistas como Manlio Fabio Beltrones y Fidel Herrera, quien hoy, después de entrevistarse con Juan Camilo Mouriño, adelantó, con malicia, que será el jueves de la próxima semana la fecha para el ingreso de la iniciativa al Congreso. “Los días 10 me gustan mucho”, dijo riéndose el veracruzano.
Y él, a diferencia de la triada panista, sabe por qué lo dijo.
Apuntes
Calderón, como sus propagandistas, no entiende: no se le está pidiendo que consiga unas monedas de indemnización para los cuatro mexicanos asesinados en Ecuador a manos de soldados de Colombia. Ya se sabe que la lógica de Calderón es que todo lo que se consigue con dinero sale barato, pero debe entender que hay mexicanos que exigen castigo a los homicidas… Por supuesto, después de conducta tan indigna en ese caso, no sorprende otra análoga que tiene que ver también con mexicanos fuera de su país, en Estados Unidos. Pocas veces coincido con la cúpula de la Iglesia católica --tan alejada de sus fieles y de quienes creemos en la doctrina de Jesús--, pero ahora suscribo un párrafo del periódico Desde la fe, de la Arquidiócesis de México, cuyo remate he tomado para titular esta entrega: “Es una vergüenza que en la plena celebración de la Pascua, la fiesta de la vida, la Suprema Corte de Justicia estadunidense sea pregonera de la muerte, y México sea ejemplo internacional de pasividad, indolencia y cobardía.”
México, D.F., 31 de marzo (apro).- La imagen se registró este lunes 31 de marzo en la sala de conferencias de la sede del Partido Acción Nacional (PAN): Germán Martínez, presidente partidista, está flanqueado por Santiago Creel, vestido de impecable traje gris, y Héctor Larios, de mezclilla y camisa a cuadros, evidentemente sudada.
Son los tres jerarcas de partido oficial que comparecen ante los periodistas después de haber sido, literalmente, plantados por la secretaria de Energía, Georgina Kessel, quien pidió una conferencia de prensa conjunta que, al final, le dio la gana cancelar. Se marchó inclusive con parsimonia, envuelta en una nube de guaruras.
Y ahí está la triada de altos dirigentes panistas apenas balbuceando que Kessel --empleada de Felipe Calderón como ellos-- les entregó el “diagnóstico” sobre Petróleos Mexicanos (Pemex) que, este domingo 30, fue enviado primero a las redacciones de los medios y después --contrario a lo que ordenan las sanas prácticas legislativas-- a los grupos parlamentarios.
Dirigente formal del PAN, aunque sujeto a la instrucción que le da quien lo impuso en el cargo, Martínez no atina a asumir, de una vez por todas, lo que todo el mundo sabe: que el proyecto de reforma en materia energética tiene como fundamento el ingreso de capital privado, nacional y extranjero, y por tanto la distribución de las ganancias.
Ya lo ha dicho tal cual la propia Kessel y en eso consiste la arbitraria y costosa campaña de spots en radio y televisión sobre el “tesoro profundo” que el gobierno primero, mediante una filtración, negó y luego, vergonzosamente, tuvo que asumir.
Es así de simple, pero ni Martínez ni Creel ni Larios lo asumen con todas sus letras y emiten, apenas, tímidos balbuceos: “El diagnóstico establece con toda claridad que es necesario estudiarlo.”
Pues sí, ¿y?
Por eso hasta sus más tenaces aliados se han desesperado de tan timorata conducta: uno de ellos, el gobernador de Sonora, el priista que bien podría ser panista, Eduardo Bours, de plano acusa de “maletas” a Calderón y su facción por operar la pretendida reforma energética “con las patas”.
“Desde el (año) 38 estamos con esa discusión, como que ya deberíamos ser capaces de superarla. ¡Ahhh!, pero maletas son para manejar los temas. En lugar de decir las cosas como Dios manda y explicarlas para que la gente entienda”, reprochó Bours para luego enfatizar:
“Lo primero que hay que decir es que lo han manejado (el tema) con las patas. Es increíble el manejo que le han dado a un tema tan importante como es la reforma energética. Estamos en una discusión que no nos lleva a ningún lado; bueno, nos lleva a que nos sigan sacando el petróleo los americanos con ‘popotes’ por abajo.”
Y no puede esperarse menos de quien siempre ha sido un activo promotor de la inversión privada en el ámbito energético --que va más allá del petróleo-- como empresario y presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), uno de cuyos sucesores, José Luis Barraza, se convirtió en delincuente confeso por su ilegal actuación para imponer a Calderón en el 2006, por instrucciones de otro prominente dirigente del organismo cúpula del sector privado que ahora ha hecho que su voz suene:
Se trata de Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) y artífice de las estrategias de los potentados del país, quien ya de plano está desesperado por la inacción de sus patrocinados, temblorosos ante las acciones de Andrés Manuel López Obrador.
“No podemos permitir que el país se maneje con base en chantajes… Es obvio que es imposible dejar a todos los sectores satisfechos, sin embargo la suma del PAN y del PRI es más que suficiente democráticamente para hacer los cambios que el país requiere.”
En todo esto han sido más astutos los priistas como Manlio Fabio Beltrones y Fidel Herrera, quien hoy, después de entrevistarse con Juan Camilo Mouriño, adelantó, con malicia, que será el jueves de la próxima semana la fecha para el ingreso de la iniciativa al Congreso. “Los días 10 me gustan mucho”, dijo riéndose el veracruzano.
Y él, a diferencia de la triada panista, sabe por qué lo dijo.
Apuntes
Calderón, como sus propagandistas, no entiende: no se le está pidiendo que consiga unas monedas de indemnización para los cuatro mexicanos asesinados en Ecuador a manos de soldados de Colombia. Ya se sabe que la lógica de Calderón es que todo lo que se consigue con dinero sale barato, pero debe entender que hay mexicanos que exigen castigo a los homicidas… Por supuesto, después de conducta tan indigna en ese caso, no sorprende otra análoga que tiene que ver también con mexicanos fuera de su país, en Estados Unidos. Pocas veces coincido con la cúpula de la Iglesia católica --tan alejada de sus fieles y de quienes creemos en la doctrina de Jesús--, pero ahora suscribo un párrafo del periódico Desde la fe, de la Arquidiócesis de México, cuyo remate he tomado para titular esta entrega: “Es una vergüenza que en la plena celebración de la Pascua, la fiesta de la vida, la Suprema Corte de Justicia estadunidense sea pregonera de la muerte, y México sea ejemplo internacional de pasividad, indolencia y cobardía.”