El junior de Televisa
Revsita Siempre
En nuestro país, en lugar de una mayoría de hombres de empresa, tenemos hombres de presa. Y por esto el capitalismo nativo encaja en la definición que diera Max Weber: “El capitalismo del comerciante y del proveedor del Estado. Y de todas aquellas modalidades del capitalismo prerracionalista, conocidas en el mundo desde hace cuatro milenios. Y, en particular, el capitalismo de aventureros y de rapiña enraizado sobre todo como tal en la política”. A este capitalismo pertenecen los Azcárraga, con la diferencia de que el padre del junior reconoció, con cinismo, que el sistema presidencialista (de Alemán a Fox: 1946-2006) fue la ubre (concesiones, publicidad, favores fiscales, etcétera) que amamantó al casi monopolio audiovisual... ¡y hasta se dio de alta como soldado del PRI!
Ahora el junior, preparando de nuevo sus intentonas golpistas, en complicidad con Salinas Pliego (la mafia Televisa-TV-Azteca) para amedrentar a los tres poderes del Estado y echarle encima a sus locutores al Congreso general, descubrió el hilo negro de la corrupción... “varios presidentes y varios políticos... han robado muchísimo”.
Le faltó decir que muchísimos empresarios, también han robado. Para unos y otros la nación ha sido un botín. Y las televisoras privadas con fines públicos se han beneficiado de esos robos. Sin Alemán, Zedillo y Fox, Televisa no sería un imperio neofascista que está retando al Estado. Y provocando a los sectores de mayor vanguardia republicana, democrática y laica de la nación.
Los presidentes ladrones cuyo nombre calla el junior y los políticos, que hasta la campaña presidencial pasada (y que Fox —dijo el Tribunal Federal electoral— “puso en riesgo”) le pagaron a Televisa y TV-Azteca, multimillonarias facturas. El dinero salió del enriquecimiento ilícito de los políticos y de los abusos de los empresarios. ¿Vale el refrán de ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón?
Las declaraciones de Azcárraga Jean (La Jornada e Impacto, El diario: 9/II/08) son para atacar a los senadores y diputados federales que vaciaron de autoritarismo, oligarquía y prepotencia a la legislación de radio y televisión para democratizar sus contenidos, acabar con las concesiones en pocas manos y poner límites a su golpismo neofascista. Los nazis incendiaron el Parlamento de la República alemana.
Sus clones, ahora y aquí, andan en las mismas con la contraseña... “¡al ladrón, al ladrón!”, mientras los hombres de presa quieren que siga el capitalismo de aventureros y de rapiña.
En nuestro país, en lugar de una mayoría de hombres de empresa, tenemos hombres de presa. Y por esto el capitalismo nativo encaja en la definición que diera Max Weber: “El capitalismo del comerciante y del proveedor del Estado. Y de todas aquellas modalidades del capitalismo prerracionalista, conocidas en el mundo desde hace cuatro milenios. Y, en particular, el capitalismo de aventureros y de rapiña enraizado sobre todo como tal en la política”. A este capitalismo pertenecen los Azcárraga, con la diferencia de que el padre del junior reconoció, con cinismo, que el sistema presidencialista (de Alemán a Fox: 1946-2006) fue la ubre (concesiones, publicidad, favores fiscales, etcétera) que amamantó al casi monopolio audiovisual... ¡y hasta se dio de alta como soldado del PRI!
Ahora el junior, preparando de nuevo sus intentonas golpistas, en complicidad con Salinas Pliego (la mafia Televisa-TV-Azteca) para amedrentar a los tres poderes del Estado y echarle encima a sus locutores al Congreso general, descubrió el hilo negro de la corrupción... “varios presidentes y varios políticos... han robado muchísimo”.
Le faltó decir que muchísimos empresarios, también han robado. Para unos y otros la nación ha sido un botín. Y las televisoras privadas con fines públicos se han beneficiado de esos robos. Sin Alemán, Zedillo y Fox, Televisa no sería un imperio neofascista que está retando al Estado. Y provocando a los sectores de mayor vanguardia republicana, democrática y laica de la nación.
Los presidentes ladrones cuyo nombre calla el junior y los políticos, que hasta la campaña presidencial pasada (y que Fox —dijo el Tribunal Federal electoral— “puso en riesgo”) le pagaron a Televisa y TV-Azteca, multimillonarias facturas. El dinero salió del enriquecimiento ilícito de los políticos y de los abusos de los empresarios. ¿Vale el refrán de ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón?
Las declaraciones de Azcárraga Jean (La Jornada e Impacto, El diario: 9/II/08) son para atacar a los senadores y diputados federales que vaciaron de autoritarismo, oligarquía y prepotencia a la legislación de radio y televisión para democratizar sus contenidos, acabar con las concesiones en pocas manos y poner límites a su golpismo neofascista. Los nazis incendiaron el Parlamento de la República alemana.
Sus clones, ahora y aquí, andan en las mismas con la contraseña... “¡al ladrón, al ladrón!”, mientras los hombres de presa quieren que siga el capitalismo de aventureros y de rapiña.
posted by H2AGUA at
12:15 a.m.
