Servicios de urgencias y Teletón
Por Esto / Gilberto Balam Pereira
Recientemente tuve necesidad de acudir a un servicio público de urgencias por un accidente en extremidad inferior y úlcera estomacal sangrante. Pude constatar una vez más la enorme magnitud de deficiencias que presenta el servicio. El nosocomio para un elevado número de pacientes de urgencia (60 a 75 qué sé yo) no tenía posibilidades de cumplir con la demanda de los quejosos. Tuve la fortuna de alcanzar la penúltima cama disponible del fondo del pasillo en la que fui hospitalizado. Califico indiscutiblemente de excelencia la atención profesional recibida por este tecleador, repito, en un servicio público. Los pasillos de la entrada y de la sala misma presentaban camas ocupadas en las que difícilmente pueden aplicarse satisfactoriamente las técnicas de recuperación. El mismo movimiento que exige el servicio, las voces, los olores, los quejidos, los diálogos en el interior de la reducida sala son contrarrestados por la eficiente y amable atención del personal. Condiciones de inframundo, de catacumbas.
Quemados graves, politraumatizados en accidentes vehiculares, embarazadas, cancerosos y pacientes con afecciones de otro tipo esperaban su turno. Me impresionó que dos jóvenes con quemaduras en más del 50% esperaban en estado de shock la urgente atención. Me despacharon en dos horas A SATISFACCIÓN incluyendo endoscopías y exámenes de laboratorio con sus resultados.
Muchos de aquellos pacientes tenían la vida pendiente de un hilo y se la jugaban en un servicio llamado de emergencia. Evidentemente muchos también terminan perdiendo la vida y aparecen como defunciones de muerte “natural”.
Nos preguntamos, ¿podría compararse esta situación de urgencia que padece un gran número de ciudadanos día tras día, con el IMPRESENTABLE (ojo Maritere Jardi) Teletón y sus centros de rehabilitación, tan cacareados, tan comercializados, tan mal interpretados, tan vendibles a políticos?
Es claro que las secuelas dejadas como consecuencia de los padecimientos, habrá que atenderlas. Pero obsérvese que esta prioridad queda relegada a tercer término después de la prevención y la asistencia que cobran relevancia ante las secuelas, por la mayor demanda de la población en comparación con el número realmente inferior de los que han de ser rehabilitados. Luego también la rehabilitación es una incontrovertible necesidad, aunque en tercer término de nivel, repito, independientemente de que haya sido secuestrado e hipócritamente dramatizado (este requerimiento de rehabilitación) para uso comercial, demagógico, político, intereses inconfesables, aunque descubiertos y ya conocidos por la población.
Con frecuencia se incurre en subterfugios, opacidad de información y mentiras por parte de los gobernantes. Sin importarles las críticas. Sin importarles el dolor y la miseria de la mayoría. Sin importarles las funciones para las que fueron elegidos. Ante todo, los intereses personales y el futurismo político. Vil mentira eso de que les preocupan mucho los discapacitados. Estos que han vendido al pueblo a Televisa ¿saben cuántos minusválidos hay en el Estado?, vamos, al menos un número aproximado?
¿Cuántos en Mérida y en el interior del estado? ¿Saben lo que es planear un servicio? ¿Estarán enterados del problema los asesores y técnicos de la salud del gabinete? Un rotundo ¡claro que no! De lo contrario no cometerían tantas “caballadas” como empezar por las secuelas antes de prevenir y atender la enfermedad. Pero la gobernadora empieza por la cola. Dése usted una vuelta señora por los servicios públicos de urgencias tan sólo de Mérida, porque en la realidad nunca tendrá usted la probabilidad de acceder a los servicios públicos de urgencia.
Cuando al principio de su gestión llegó inesperadamente de visita a nuestro querido hospital O’Horán y observó sus intensas anomalías y deficiencias, muchos apostamos que se atendería realmente la salud pública por el nuevo régimen. Pero ¡qué decepción! Nada hasta la fecha. Pero, inevitablemente el Teletón sigue dando sorpresas y borrando sonrisas del Ejecutivo Estatal.
Comentario aparte. Campaña del PRD
Muy activos están los integrantes de las planillas que figurarán en las elecciones próximas para constituir el Comité Estatal. Muchas declaraciones, muchas descalificaciones personales y de grupos, muchos intereses tribales siguiendo acríticamente las líneas vertical que llegan desde el centro. No se les conoce principios, programas de acción concretos para el Estado, sus opiniones sobre el desempeño de los gobernantes y sobre los problemas que pulsan los sectores desprotegidos. Aunque uno que otro ha pronunciado tímidamente, como sin convencimiento alguna idea parcial sobre el petróleo. Sólo la planilla 16 ha declarado que su trabajo se funda en el Proyecto Alternativo de Nación y en el apoyo a la política de Andrés Manuel López Obrador. Parece que los demás se identifican con la izquierda moderna y colaboracionista que aceptan al pelele ilegítimo presidente Fecal. Son enemigos acérrimos de AMLO. Esperemos resultados.
Recientemente tuve necesidad de acudir a un servicio público de urgencias por un accidente en extremidad inferior y úlcera estomacal sangrante. Pude constatar una vez más la enorme magnitud de deficiencias que presenta el servicio. El nosocomio para un elevado número de pacientes de urgencia (60 a 75 qué sé yo) no tenía posibilidades de cumplir con la demanda de los quejosos. Tuve la fortuna de alcanzar la penúltima cama disponible del fondo del pasillo en la que fui hospitalizado. Califico indiscutiblemente de excelencia la atención profesional recibida por este tecleador, repito, en un servicio público. Los pasillos de la entrada y de la sala misma presentaban camas ocupadas en las que difícilmente pueden aplicarse satisfactoriamente las técnicas de recuperación. El mismo movimiento que exige el servicio, las voces, los olores, los quejidos, los diálogos en el interior de la reducida sala son contrarrestados por la eficiente y amable atención del personal. Condiciones de inframundo, de catacumbas.
Quemados graves, politraumatizados en accidentes vehiculares, embarazadas, cancerosos y pacientes con afecciones de otro tipo esperaban su turno. Me impresionó que dos jóvenes con quemaduras en más del 50% esperaban en estado de shock la urgente atención. Me despacharon en dos horas A SATISFACCIÓN incluyendo endoscopías y exámenes de laboratorio con sus resultados.
Muchos de aquellos pacientes tenían la vida pendiente de un hilo y se la jugaban en un servicio llamado de emergencia. Evidentemente muchos también terminan perdiendo la vida y aparecen como defunciones de muerte “natural”.
Nos preguntamos, ¿podría compararse esta situación de urgencia que padece un gran número de ciudadanos día tras día, con el IMPRESENTABLE (ojo Maritere Jardi) Teletón y sus centros de rehabilitación, tan cacareados, tan comercializados, tan mal interpretados, tan vendibles a políticos?
Es claro que las secuelas dejadas como consecuencia de los padecimientos, habrá que atenderlas. Pero obsérvese que esta prioridad queda relegada a tercer término después de la prevención y la asistencia que cobran relevancia ante las secuelas, por la mayor demanda de la población en comparación con el número realmente inferior de los que han de ser rehabilitados. Luego también la rehabilitación es una incontrovertible necesidad, aunque en tercer término de nivel, repito, independientemente de que haya sido secuestrado e hipócritamente dramatizado (este requerimiento de rehabilitación) para uso comercial, demagógico, político, intereses inconfesables, aunque descubiertos y ya conocidos por la población.
Con frecuencia se incurre en subterfugios, opacidad de información y mentiras por parte de los gobernantes. Sin importarles las críticas. Sin importarles el dolor y la miseria de la mayoría. Sin importarles las funciones para las que fueron elegidos. Ante todo, los intereses personales y el futurismo político. Vil mentira eso de que les preocupan mucho los discapacitados. Estos que han vendido al pueblo a Televisa ¿saben cuántos minusválidos hay en el Estado?, vamos, al menos un número aproximado?
¿Cuántos en Mérida y en el interior del estado? ¿Saben lo que es planear un servicio? ¿Estarán enterados del problema los asesores y técnicos de la salud del gabinete? Un rotundo ¡claro que no! De lo contrario no cometerían tantas “caballadas” como empezar por las secuelas antes de prevenir y atender la enfermedad. Pero la gobernadora empieza por la cola. Dése usted una vuelta señora por los servicios públicos de urgencias tan sólo de Mérida, porque en la realidad nunca tendrá usted la probabilidad de acceder a los servicios públicos de urgencia.
Cuando al principio de su gestión llegó inesperadamente de visita a nuestro querido hospital O’Horán y observó sus intensas anomalías y deficiencias, muchos apostamos que se atendería realmente la salud pública por el nuevo régimen. Pero ¡qué decepción! Nada hasta la fecha. Pero, inevitablemente el Teletón sigue dando sorpresas y borrando sonrisas del Ejecutivo Estatal.
Comentario aparte. Campaña del PRD
Muy activos están los integrantes de las planillas que figurarán en las elecciones próximas para constituir el Comité Estatal. Muchas declaraciones, muchas descalificaciones personales y de grupos, muchos intereses tribales siguiendo acríticamente las líneas vertical que llegan desde el centro. No se les conoce principios, programas de acción concretos para el Estado, sus opiniones sobre el desempeño de los gobernantes y sobre los problemas que pulsan los sectores desprotegidos. Aunque uno que otro ha pronunciado tímidamente, como sin convencimiento alguna idea parcial sobre el petróleo. Sólo la planilla 16 ha declarado que su trabajo se funda en el Proyecto Alternativo de Nación y en el apoyo a la política de Andrés Manuel López Obrador. Parece que los demás se identifican con la izquierda moderna y colaboracionista que aceptan al pelele ilegítimo presidente Fecal. Son enemigos acérrimos de AMLO. Esperemos resultados.