Serpientes y Escaleras
Diario Libertad
Son varias las voces al interior de la fracción que cuestionan por qué el PRI tiene que estar del lado de Mouriño, y si a un partido opositor como el suyo le conviene esa posición y qué va a ganar con ello
Senadores de la bancada del PRI están molestos con el papel ambiguo y contradictorio que ha jugado su coordinador Manlio Fabio Beltrones en el caso Juan Camilo Mouriño. Por un lado, dicen algunos priístas en Xicoténcatl, el sonorense cuestiona en corto al funcionario, pero en público parece cuidar la espalda al cuestionado secretario de Gobernación, al tiempo que se esfuerza por mantener el papel de “principal aliado y negociador” con el gobierno de Felipe Calderón.
Son varias las voces en el interior de la fracción tricolor que cuestionan por qué el PRI tiene que estar del lado de Mouriño, y si a un partido opositor como el suyo le conviene esa posición y qué va a ganar con ello.
Beltrones les ha explicado a los senadores inconformes que él puede manejar la situación, que tiene ventajas ser el operador de todo esto, pero para los senadores del tricolor esa explicación no es suficiente y ha provocado ruido en el interior de la fracción.
Hacia fuera, dicen los priístas molestos, la gente percibe que el papel del PRI es muy triste, de tapadera de las irregularidades cometidas en el gobierno panista, de pivote para sacar adelante el proyecto del presidente Calderón. Hay incluso quienes lo señalan como colaboracionismo, que poco le aporta a su partido en su intento por recuperar el poder en 2009 y luego en 2012.
Algunos legisladores, cansados de esta situación, aseguran que el ciudadano ve a los priístas en general, pero especialmente a la bancada en el Senado, como políticos tradicionales que sólo ven por su beneficio, que cada movimiento que dan, es para sacar un beneficio personal.
¿Por qué no entrarle al tema de Juan Camilo Mouriño?, reclaman, y la respuesta en algunos casos es obvia: “Tienen cola que les pisen”. ¿Cómo van a ponerse a cuestionar algunos priístas el tráfico de influencias? ¿Cómo van a criticar el enriquecimiento irregular? Cada quien sabe cuál es su expediente, así que hay un grupo importante de priístas que prefieren no entrarle al tema.
Esas voces críticas del priísmo cuestionan el hecho de que su partido no puede encabezar las banderas que verdaderamente le importan a la gente, las irregularidades que indignan a los ciudadanos y dejan libre ese papel al PRD y particularmente a Andrés Manuel López Obrador.
“Sólo López Obrador es el que se puede parar en una plaza para hacer denuncias públicas contra los hombres de poder y la gente le cree, lo sigue y vota por él. ¿Y el PRI? ¿Y los priístas? ¿No podemos hacer eso como oposición que somos?”, se pregunta uno de los senadores del tricolor que esgrime las críticas contra la actuación de su bancada.
El PRI no quiere ser el freno para el abuso; deja ese papel a la otra oposición, que con todo y sus limitantes, sí alza la voz, mientras los priístas optan por el papel de ser los “políticos tradicionales” y guardan un silencio que parece “cómplice” con la corrupción del gobierno
Son varias las voces al interior de la fracción que cuestionan por qué el PRI tiene que estar del lado de Mouriño, y si a un partido opositor como el suyo le conviene esa posición y qué va a ganar con ello
Senadores de la bancada del PRI están molestos con el papel ambiguo y contradictorio que ha jugado su coordinador Manlio Fabio Beltrones en el caso Juan Camilo Mouriño. Por un lado, dicen algunos priístas en Xicoténcatl, el sonorense cuestiona en corto al funcionario, pero en público parece cuidar la espalda al cuestionado secretario de Gobernación, al tiempo que se esfuerza por mantener el papel de “principal aliado y negociador” con el gobierno de Felipe Calderón.
Son varias las voces en el interior de la fracción tricolor que cuestionan por qué el PRI tiene que estar del lado de Mouriño, y si a un partido opositor como el suyo le conviene esa posición y qué va a ganar con ello.
Beltrones les ha explicado a los senadores inconformes que él puede manejar la situación, que tiene ventajas ser el operador de todo esto, pero para los senadores del tricolor esa explicación no es suficiente y ha provocado ruido en el interior de la fracción.
Hacia fuera, dicen los priístas molestos, la gente percibe que el papel del PRI es muy triste, de tapadera de las irregularidades cometidas en el gobierno panista, de pivote para sacar adelante el proyecto del presidente Calderón. Hay incluso quienes lo señalan como colaboracionismo, que poco le aporta a su partido en su intento por recuperar el poder en 2009 y luego en 2012.
Algunos legisladores, cansados de esta situación, aseguran que el ciudadano ve a los priístas en general, pero especialmente a la bancada en el Senado, como políticos tradicionales que sólo ven por su beneficio, que cada movimiento que dan, es para sacar un beneficio personal.
¿Por qué no entrarle al tema de Juan Camilo Mouriño?, reclaman, y la respuesta en algunos casos es obvia: “Tienen cola que les pisen”. ¿Cómo van a ponerse a cuestionar algunos priístas el tráfico de influencias? ¿Cómo van a criticar el enriquecimiento irregular? Cada quien sabe cuál es su expediente, así que hay un grupo importante de priístas que prefieren no entrarle al tema.
Esas voces críticas del priísmo cuestionan el hecho de que su partido no puede encabezar las banderas que verdaderamente le importan a la gente, las irregularidades que indignan a los ciudadanos y dejan libre ese papel al PRD y particularmente a Andrés Manuel López Obrador.
“Sólo López Obrador es el que se puede parar en una plaza para hacer denuncias públicas contra los hombres de poder y la gente le cree, lo sigue y vota por él. ¿Y el PRI? ¿Y los priístas? ¿No podemos hacer eso como oposición que somos?”, se pregunta uno de los senadores del tricolor que esgrime las críticas contra la actuación de su bancada.
El PRI no quiere ser el freno para el abuso; deja ese papel a la otra oposición, que con todo y sus limitantes, sí alza la voz, mientras los priístas optan por el papel de ser los “políticos tradicionales” y guardan un silencio que parece “cómplice” con la corrupción del gobierno