El barco casino de Fidel Herrera
forum
Ana Lilia Pérez publicó en la revista Contralínea un largo reportaje en el que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, hizo negocios en el ramo de los juegos de apuestas, a bordo de un barco casino, frente a las costas del Golfo de México, apoyado por funcionarios federales.
Funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) del gobierno de Veracruz y de Cancún, tejieron una red de corrupción en torno al buque Fiesta Casino, del consorcio estadunidense Fiesta Cruise Line, el primero en su tipo que operaría en México como centro de apuestas, señala el texto.
Describe que bajo el fuego de un sol perenne, buque Fiesta Casino yace en penumbras, sin combustible, agua dulce ni comida. El salitre carcome el casco, las sogas de amarre están podridas, el motor principal no sirve y perdió el ancla. Cien metros de eslora confinan un hedor de años de francachela y meses de abandono.
"El olor a cigarro, alcohol y sudor impregnados en la gruesa alfombra que reviste el piso, en el tapiz de las paredes y en cortinas que cubren las pequeñas claraboyas, atizan la alta temperatura y hacen más nauseabundo el ambiente. La Organización Marítima Internacional lo registró como "buque muerto", pero la tripulación aún permanece abordo, junto a su capitán, Eddy Narciso Gómez, abandonados por los armadores y hoy son víctimas de la corrupción de funcionarios mexicanos".
Refiere que el capitán vive desde hace meses a bordo de la embarcación que está bajo arraigo judicial por una denuncia de los trabajadores contra los armadores del Fiesta Cruice Lines, y sus filiales Trident Gaming Development, MHD Enterprise LLC, y MHD Mexicana, por abandonarlos sin pagarles en meses, en el juicio radicado en un juzgado de Veracruz, lo que significa que el barco no puede ser movido ni su tripulación abandonarlo.
Precisa el texto que con el arribo del Fiesta Casino a territorio mexicano, hace dos años, se tejió una maraña de corrupción de funcionarios de alto nivel encabezada por el actual coordinador de los senadores panistas, Santiago Creel Miranda, y funcionarios de la SCT.
"Como parte de los permisos para juegos y sorteos que en forma discrecional autorizó Creel, como secretario de Gobernación, a la firma Fiesta Cruise Line le prometió una licencia para explotar casinos flotantes en zonas marítimas de México, similares a los que el consorcio opera en Estados Unidos y Panamá".
De acuerdo con esta versión, el permiso se daría a través de la empresa MHD Mexicana, representada por los estadunidenses James Joseph Monaghan y Santiago Beamount, y los mexicanos Alexandro Picón Ocaña, Manuel Camargo y Leopoldo Suárez, todos con influencias en el gobierno de Quintana Roo, y vinculados al exalcalde de Cancún, Juan Ignacio García Zalvidea, y al exgobernador Joaquín Hendricks.
James Monaghan declaró que el consorcio tenía un amparo para que el barco abriera el casino, en tanto que la Segob les entregaba el permiso final, y que Fidel Herrera gestionaba para que el Fiesta Casino operara en Veracruz. Además, que el consorcio planeaba instalar barcos similares en Puerto Vallarta, Acapulco y Cancún.
El secretario de Turismo local, Gustavo Souza, declaró a la prensa que el gobernador aprobaba el proyecto porque el casino era una fuente de empleo para 500 personas, y que abriría "en unos días".
Entonces, el director adjunto de la Marina Mercante, Raymundo Mata Contreras, se reunió con Fidel Herrera y con el capitán Eddy Gómez, a quien exhortó a que la tripulación abandonara el navío.
Ysmael García Muñoz, secretario general de la Orden de Capitanes y Pilotos Navales de la República Mexicana, denunció que Mata Contreras negoció con Fidel Herrera empantanar la denuncia que enfrenta por fraude en Veracruz, a cambio de que la SCT no denunciara la complicidad de los empleados del gobernador con la empresa. Así, Fidel Herrera tendría otras ganancias, concluye Ana Lilia Pérez, quien cuenta una larga y detallada historia de la complicidad de Fidel Herrera con funcionarios federales.
Ana Lilia Pérez publicó en la revista Contralínea un largo reportaje en el que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, hizo negocios en el ramo de los juegos de apuestas, a bordo de un barco casino, frente a las costas del Golfo de México, apoyado por funcionarios federales.
Funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) del gobierno de Veracruz y de Cancún, tejieron una red de corrupción en torno al buque Fiesta Casino, del consorcio estadunidense Fiesta Cruise Line, el primero en su tipo que operaría en México como centro de apuestas, señala el texto.
Describe que bajo el fuego de un sol perenne, buque Fiesta Casino yace en penumbras, sin combustible, agua dulce ni comida. El salitre carcome el casco, las sogas de amarre están podridas, el motor principal no sirve y perdió el ancla. Cien metros de eslora confinan un hedor de años de francachela y meses de abandono.
"El olor a cigarro, alcohol y sudor impregnados en la gruesa alfombra que reviste el piso, en el tapiz de las paredes y en cortinas que cubren las pequeñas claraboyas, atizan la alta temperatura y hacen más nauseabundo el ambiente. La Organización Marítima Internacional lo registró como "buque muerto", pero la tripulación aún permanece abordo, junto a su capitán, Eddy Narciso Gómez, abandonados por los armadores y hoy son víctimas de la corrupción de funcionarios mexicanos".
Refiere que el capitán vive desde hace meses a bordo de la embarcación que está bajo arraigo judicial por una denuncia de los trabajadores contra los armadores del Fiesta Cruice Lines, y sus filiales Trident Gaming Development, MHD Enterprise LLC, y MHD Mexicana, por abandonarlos sin pagarles en meses, en el juicio radicado en un juzgado de Veracruz, lo que significa que el barco no puede ser movido ni su tripulación abandonarlo.
Precisa el texto que con el arribo del Fiesta Casino a territorio mexicano, hace dos años, se tejió una maraña de corrupción de funcionarios de alto nivel encabezada por el actual coordinador de los senadores panistas, Santiago Creel Miranda, y funcionarios de la SCT.
"Como parte de los permisos para juegos y sorteos que en forma discrecional autorizó Creel, como secretario de Gobernación, a la firma Fiesta Cruise Line le prometió una licencia para explotar casinos flotantes en zonas marítimas de México, similares a los que el consorcio opera en Estados Unidos y Panamá".
De acuerdo con esta versión, el permiso se daría a través de la empresa MHD Mexicana, representada por los estadunidenses James Joseph Monaghan y Santiago Beamount, y los mexicanos Alexandro Picón Ocaña, Manuel Camargo y Leopoldo Suárez, todos con influencias en el gobierno de Quintana Roo, y vinculados al exalcalde de Cancún, Juan Ignacio García Zalvidea, y al exgobernador Joaquín Hendricks.
James Monaghan declaró que el consorcio tenía un amparo para que el barco abriera el casino, en tanto que la Segob les entregaba el permiso final, y que Fidel Herrera gestionaba para que el Fiesta Casino operara en Veracruz. Además, que el consorcio planeaba instalar barcos similares en Puerto Vallarta, Acapulco y Cancún.
El secretario de Turismo local, Gustavo Souza, declaró a la prensa que el gobernador aprobaba el proyecto porque el casino era una fuente de empleo para 500 personas, y que abriría "en unos días".
Entonces, el director adjunto de la Marina Mercante, Raymundo Mata Contreras, se reunió con Fidel Herrera y con el capitán Eddy Gómez, a quien exhortó a que la tripulación abandonara el navío.
Ysmael García Muñoz, secretario general de la Orden de Capitanes y Pilotos Navales de la República Mexicana, denunció que Mata Contreras negoció con Fidel Herrera empantanar la denuncia que enfrenta por fraude en Veracruz, a cambio de que la SCT no denunciara la complicidad de los empleados del gobernador con la empresa. Así, Fidel Herrera tendría otras ganancias, concluye Ana Lilia Pérez, quien cuenta una larga y detallada historia de la complicidad de Fidel Herrera con funcionarios federales.