KO a la línea de flotación energética
Diario Libertad / Marcela Gómez Zalce
• EU y sus huellas desestabilizadoras
• Ser un chico así... no tiene precio
No hay que confiarse de un embustero, mi estimado, ya que resulta ser, por mucho, el más rapaz. El conflicto entre Colombia y Ecuador, derivado del imperdonable pisoteo a la soberanía del segundo al haber incursionado las fuerzas armadas del primero para darle flit a un campamento de las controvertidas FARC, mostró las simpáticas huellas del gobierno de George W. Bush, que parece no tener (neuronas) llenadera con la bola de delicados conflictos bélicos desatados en Medio Oriente. El desequilibrado estadunidense que, thank God, ya va de salida, quiere generar un volátil panorama geopolítico en América del Sur —donde de pasadita ayudará en el sonsonete electoral sobre el terrorismo que trae el republicano John McCain— donde el innegable blanco es Hugo Chávez y, utilizando al presidente Álvaro Uribe (quien cuenta con cinco neuronas y todas son motoras, mejor aún, manejadas a control remoto) se está desarrollando una peligrosa tenebra que podría desatar el despliegue de tropas norteamericanas para “¿calmar?” la región y de ahí, my friend, dar el banderazo de salida del punto de partida sin retorno.
El momento político no podría ser más complejo, sobre todo cuando Cuba, con el reciente cambio de estafeta al otro hermano Castro, ha prendido originales señales de nuestros vecinos, quienes avizoran el simpático fortalecimiento del club de amigous de Fidel y Hugo, y eso como que no resbala.
Aunque quien sí resbaló fue Felipe Calderón ofreciendo gustoso ser el mediador (¿?) en la delicada escalada diplomática donde Ecuador ya mandó al nabo al embajador de Colombia rompiendo relaciones y, ahora sumándose Venezuela al explosivo reventón, expulsó al personal diplomático y al embajador colombiano, amén de un seductor despliegue de tropas a lo largo de la frontera con Colombia.
El horno regional parece no estar receptivo para el tipo de originales bollos horneados por los norteamericanos que les urge mecer la cuna de sus intereses. Y en política, timing is everything.
Por eso aquí, en México, el Gymboree presidencial se pinta solo en la aplicación del fantástico manual del conocimiento del timing y sobre the do’s and the dont´s en los manejos de crisis y en el control de daños.
El caso del chico superpoderoso de Bucareli y el poder de su firma en divertidos contratos de Pemex para ayudar a papi, a quien la suerte le ha sonreído a raíz de la incursión de su desenvuelto junior en la política, le ocasiona al pasmado respetable un repugnante dêja vú con los negocios de los jijastros de Vicente Fox a quienes, of course, la suerte también les cambió cuando mami se coronó primera dama.
Chingón.
El tráfico de influencias familiares como distintivo sello azul de ambos sexenios, y al diablo con el simulado discurso de la legalidad, la transparencia & all the fucking crap. El bullicio mediático sobre la legalidad en la nacionalidad de Juan Camilo para ser secretario de Gobernación es un juego de matatenas, no, no, de estimulación temprana frente a su firmita en los dichosos contratos... que fueron, con la pena, producto del espléndido juego, perdón, fuego amigo.
Y en el polémico mar de estiércol (que no tarda en llegar al ventilador), a Germán Martínez, ex secretario de la Función Pública, a quien le estalló cual granada deschavetada el escándalo para investigar a Fox, lo aventaron, perdón de nuevo..., se aventó, cual líder del PAN, al putrefacto charco a defender con orgullo a Mouriño presentándolo como el ejemplo de la nueva clase política que está construyendo el país, ¡¿me entienden imbéciles?!
Juan Camilo no sólo es superpoderoso, sino botón excelso de decencia pública, de capacidad, guapo, millonario, bueno para el reventón y el mejor amigo de Felipe Calderón...
Vaya chico con suerte. Qué bonito es lo bonito cuando no hay conflicto de interés.
Cuando vale madres presentarse ante la prensa sin afeitar y completamente casual a escupir frivolidades, empinándose solito ante las puntillosas preguntas de los reporteros, en San José del Cabo, sobre sus chistosas rúbricas en aquellos contratos.
Calderón debería meditar sobre el cúmulo de errores y la grotesca estrategia implementada, con su venia, por su secretario de Gobernación en este pésimo manejo de crisis que ha pegado de lleno, my friend, en su línea de flotación... energética. Amateurs!
• EU y sus huellas desestabilizadoras
• Ser un chico así... no tiene precio
No hay que confiarse de un embustero, mi estimado, ya que resulta ser, por mucho, el más rapaz. El conflicto entre Colombia y Ecuador, derivado del imperdonable pisoteo a la soberanía del segundo al haber incursionado las fuerzas armadas del primero para darle flit a un campamento de las controvertidas FARC, mostró las simpáticas huellas del gobierno de George W. Bush, que parece no tener (neuronas) llenadera con la bola de delicados conflictos bélicos desatados en Medio Oriente. El desequilibrado estadunidense que, thank God, ya va de salida, quiere generar un volátil panorama geopolítico en América del Sur —donde de pasadita ayudará en el sonsonete electoral sobre el terrorismo que trae el republicano John McCain— donde el innegable blanco es Hugo Chávez y, utilizando al presidente Álvaro Uribe (quien cuenta con cinco neuronas y todas son motoras, mejor aún, manejadas a control remoto) se está desarrollando una peligrosa tenebra que podría desatar el despliegue de tropas norteamericanas para “¿calmar?” la región y de ahí, my friend, dar el banderazo de salida del punto de partida sin retorno.
El momento político no podría ser más complejo, sobre todo cuando Cuba, con el reciente cambio de estafeta al otro hermano Castro, ha prendido originales señales de nuestros vecinos, quienes avizoran el simpático fortalecimiento del club de amigous de Fidel y Hugo, y eso como que no resbala.
Aunque quien sí resbaló fue Felipe Calderón ofreciendo gustoso ser el mediador (¿?) en la delicada escalada diplomática donde Ecuador ya mandó al nabo al embajador de Colombia rompiendo relaciones y, ahora sumándose Venezuela al explosivo reventón, expulsó al personal diplomático y al embajador colombiano, amén de un seductor despliegue de tropas a lo largo de la frontera con Colombia.
El horno regional parece no estar receptivo para el tipo de originales bollos horneados por los norteamericanos que les urge mecer la cuna de sus intereses. Y en política, timing is everything.
Por eso aquí, en México, el Gymboree presidencial se pinta solo en la aplicación del fantástico manual del conocimiento del timing y sobre the do’s and the dont´s en los manejos de crisis y en el control de daños.
El caso del chico superpoderoso de Bucareli y el poder de su firma en divertidos contratos de Pemex para ayudar a papi, a quien la suerte le ha sonreído a raíz de la incursión de su desenvuelto junior en la política, le ocasiona al pasmado respetable un repugnante dêja vú con los negocios de los jijastros de Vicente Fox a quienes, of course, la suerte también les cambió cuando mami se coronó primera dama.
Chingón.
El tráfico de influencias familiares como distintivo sello azul de ambos sexenios, y al diablo con el simulado discurso de la legalidad, la transparencia & all the fucking crap. El bullicio mediático sobre la legalidad en la nacionalidad de Juan Camilo para ser secretario de Gobernación es un juego de matatenas, no, no, de estimulación temprana frente a su firmita en los dichosos contratos... que fueron, con la pena, producto del espléndido juego, perdón, fuego amigo.
Y en el polémico mar de estiércol (que no tarda en llegar al ventilador), a Germán Martínez, ex secretario de la Función Pública, a quien le estalló cual granada deschavetada el escándalo para investigar a Fox, lo aventaron, perdón de nuevo..., se aventó, cual líder del PAN, al putrefacto charco a defender con orgullo a Mouriño presentándolo como el ejemplo de la nueva clase política que está construyendo el país, ¡¿me entienden imbéciles?!
Juan Camilo no sólo es superpoderoso, sino botón excelso de decencia pública, de capacidad, guapo, millonario, bueno para el reventón y el mejor amigo de Felipe Calderón...
Vaya chico con suerte. Qué bonito es lo bonito cuando no hay conflicto de interés.
Cuando vale madres presentarse ante la prensa sin afeitar y completamente casual a escupir frivolidades, empinándose solito ante las puntillosas preguntas de los reporteros, en San José del Cabo, sobre sus chistosas rúbricas en aquellos contratos.
Calderón debería meditar sobre el cúmulo de errores y la grotesca estrategia implementada, con su venia, por su secretario de Gobernación en este pésimo manejo de crisis que ha pegado de lleno, my friend, en su línea de flotación... energética. Amateurs!