Nadie le hace caso a Calderón
Revista Siempre
El presidente Felipe Calderón tiene una idea detallada de todos los temas del campo y de su problemática y ha ordenado a sus secretarios de Estado, desde el año pasado, que lleguemos a compromisos concretos. La verdad de las cosas es que prácticamente nadie le hace caso, afirma Cruz López Aguilar, presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Hace un año, después de la primera megamarcha nacional campesina y obrera, “tuvimos un par de reuniones con el Presidente, quien aceptó nuestra propuesta de firmar una especie de acuerdo nacional con la sociedad rural y de trabajadores; y constituir un consejo social y económico para tratar todos estos temas que hemos venido proponiendo: el acuerdo nacional para el campo, la revisión y el replanteamiento del capítulo agropecuario del TLCAN, un convenio de competitividad, un programa especial de empleo en las zonas marginadas, en la frontera y en los estados del sur de los Estados Unidos para reducir la migración, tenemos una lista muy importante de asuntos en la agenda con el gobierno y el Presidente de la República”.
“En la última ocasión —continúa López Aguilar— que vimos al Presidente, éste le dijo a la secretaria de Desarrollo Social —en ese entonces María Beatriz Zavala—; al secretario de Agricultura —Alberto Cárdenas—; al secretario de Economía —Eduardo Sojo—, y al propio secretario del Trabajo —Javier Lozano— que se llegara a acuerdos.
Pero a mí francamente me avergüenza que habiéndose instalado la mesa del diálogo, después del 31 de enero del 2007, a estas alturas no tengamos ningún resultado. La situación sigue exactamente igual. Así es que lo que nosotros esperamos del Presidente de la República es que eso que convenimos en la última reunión se concrete en documentos, en compromisos, pero muy especialmente, muy primordialmente, en una nueva actitud de sus funcionarios. Porque nosotros vemos que el señor Presidente tiene una idea detallada de todos estos temas y de su problemática, y ordena que lleguemos a compromisos concretos. La verdad de las cosas es que prácticamente nadie le hace caso”.
El presidente de la CNC critica la falta de voluntad política y seriedad del secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, para resolver los problemas del campo mexicano; además de que el secretario ha minimizado el problema de las Reglas de Operación para los programas del sector rural. Por lo cual se busca tener un diálogo directo con el Presidente de la República, Felipe Calderón.
Ante la eliminación total de las barreras arancelarias, el pasado primero de enero, para la importación de maíz, frijol, leche y azúcar, procedentes de Estados Unidos y Canadá, previstas en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), la CNC fija su posición en voz de su presidente Cruz López Aguilar: “Se tiene que hacer un análisis y un replanteamiento que conduzcan a modificar las circunstancias en las cuales se está dando este nuevo contexto de la apertura comercial total”.
Cruz López Aguilar explica en entrevista con Siempre! que “a partir de 1997 Estados Unidos duplicó los apoyos directos a sus productores, lo que tiene que ver con comoditis; esto es, con productos y su comercialización. Y la parte correspondiente, que también recibe el productor de manera directa por la conservación de los recursos naturales, se duplicó de 20 mil millones de dólares que se daban anualmente a los productores a 43 mil millones de dólares, incremento que rompió con lo convenido en el capítulo agropecuario del TLCAN; porque los apoyos a los productores, sobre todo los apoyos directos, no estaban planteados; se tenía que platicar, no se podía hacer de manera unilateral”.
Además, “el Departamento de Agricultura de Estados Unidos tiene un presupuesto anual de 98 mil millones de dólares; pero con todas estas implicaciones políticas que se están dando, ya para el 2008 se piensa incrementar al menos unos 5 mil 600 millones de dólares más. Es decir, ya trae una nueva aportación de presupuesto para los productores de Estados Unidos en el periodo de 10 años más, del 2007 al 2017. O sea, 5 mil 600 millones de dólares que sumados a los 98 mil millones que ya tenía autorizado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, pues ya estamos hablando de 103 mil 600 millones de dólares más”.
“Entonces todas estas decisiones tomadas —además de una serie de incumplimientos en materia de transporte, de productos agrícolas, de todas estas definiciones que se dieron como consecuencia de la Ley de Bioterrorismo, que incrementaron de una manera impresionante todas las revisiones para que los productores mexicanos puedan exportar a Estados Unidos, todas estas barreras no arancelarias que tienen que ver con salmonelosis en una serie de productos que son prácticamente inventos— nos dice que esos incumplimientos se vinieron dando y que, por lo tanto, es indispensable ponernos analizar eso y como ya se hizo, porque hay antecedentes, Estados Unidos propuso el tema laboral. Canadá insistió en un replanteamiento del capítulo agropecuario del TLCAN en lo que se refiere a recursos naturales, dada esta circunstancia que nos pone en una situación muy difícil para competir”.
“Porque además el direccionamiento que se le está dando a todos estos recursos aprobados por los Estados Unidos va orientado a que los productores norteamericanos coloquen sus productos en el mercado nacional; con todas estas nuevas circunstancias es indispensable que se haga una renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN en el que se establezca una nueva relación entre Estados Unidos, Canadá y México”.
Por eso, sostiene el líder campesino: “Los retos de los productores del campo de México y en particular de la CNC frente a la apertura comercial total, exigen el replanteamiento de la propuesta de desarrollo del agro y la defensa enérgica de los sectores involucrados”.
Empleo a la baja, migración a la alta
Durante los 14 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio con América del Norte y Canadá para la población en general, y en particular para la población rural, ha tenido efectos desastrosos. A partir de su firma, las condiciones de miseria y marginación se acentuaron en el campo; los supuestos que se esperaban para reactivarlo económica y productivamente no sucedieron, aun cuando, comenta el dirigente de la CNC: “El TLCAN señala con toda claridad, dentro de sus objetivos, la generación de empleo y el bienestar social. Sobre todo de aquellos que han estado excluidos del desarrollo nacional, y la verdad es que nada de eso ha sucedido, no ha pasado absolutamente nada. Por ejemplo, tenemos una cuantificación de una pérdida de 2 millones de empleos en el campo mexicano, productores que finalmente terminaron emigrando con la nueva apertura comercial, que va orientada a que los productores norteamericanos se adueñen de los mercados nacionales, entre los productores de maíz, frijol, leche y de azúcar de caña no menos de un millón 200 mil se verán afectados por todo este proceso”.
En cuanto a la migración “empezamos —subraya— con una migración mínima que no llegaba a los 50 mil por año. En el 2007 ya tenemos una migración, que el propio gobierno reconoce, de un orden de 650 mil migrantes, de los cuales 400 mil vienen del campo mexicano”.
Mientras la Confederación Nacional Campesina sostiene que “la apertura comercial ahora conmociona al campo mexicano y llena de preocupación a no menos de 30 millones de mexicanos que sobreviven de las actividades agropecuarias y pesqueras en el medio rural. Las instituciones oficiales manipulan las estadísticas y los números para demostrar que el campo mexicano se ha visto beneficiado por el TLCAN y que vivirá su mejor momento con la apertura comercial total”, y ha implantado toda una campaña mediática en los medios de comunicación.
Sobre esta campaña mediática por parte del gobierno federal, Cruz López tiene su propia opinión: “¡Es impresionante todo el dinero que están destinando! Ellos piensan que con golpes mediáticos convencerán a la sociedad rural y a la sociedad mexicana de que en realidad el capítulo agropecuario del TLCAN fue muy benéfico para el campo de México. La verdad de las cosas es que de esa forma no se conseguirá nada, tienen una manera muy rara de negociar, pues ya habíamos quedado de que el próximo 6 de febrero nos sentaríamos a platicar. Incluso por ahí hay un comunicado de prensa de la Secretaría de Gobernación que así lo informó. Entonces, primero hacen toda esta campaña mediática”.
“Y no sé, creo que buscan algún posicionamiento que los favorezca sólo para que nos sentemos a la negociación y ellos prevalezcan. Esto mismo ha hecho el secretario en ocasiones anteriores. Nos sentamos con el secretario del Trabajo por instrucciones del Presidente de la República, el pasado viernes 25, y el secretario en su comparecencia en la Comisión Permanente del Congreso, antes de que llegáramos a la negociación, declaró que el gobierno no iba a ceder. De verdad que tienen una forma muy extraña de negociar. La impresión que nos da es que definitivamente el gobierno en realidad no quiere negociar con nosotros, sino solamente quiere entretener esta cuestión, a la mejor bajarle presión a esta expresión de inconformidad”.
De la protesta a la negociación
Luego de la movilización nacional que tuvo lugar el pasado día 31 para demandar: la renegociación del TLCAN agropecuario, un plan nacional contra el hambre, la creación de empleos, en defensa de los intereses que tiene que ver con la soberanía y la seguridad alimentaria del país, y la economía de más de 30 millones de campesinos que viven en el medio rural, el líder campesino señala cuál será el camino a seguir del sector rural: “En primer lugar, tenemos una propuesta que ya le entregamos al gobierno federal, quien la tiene que revisar y contraproponer; tenemos una invitación para sentarnos a negociar este 6 de febrero; pero queremos que esa negociación se dé en el marco de un gran acuerdo nacional. Porque la situación económica y social obligan a tener un gran acuerdo nacional. Tenemos que crear este consejo mexicano social y económico, donde se planteen estos grandes consensos para la definición de políticas públicas, para tomar medidas que nuevamente echen andar la economía del país y busquen la armonización social de los mexicanos. Por lo tanto, tenemos ya un planteamiento en cada uno de los casos; seguiremos en esto y tenemos ya otra fecha, el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, donde haremos una evaluación, un alto en el camino y veremos en qué medidas se están cumpliendo estas posibilidades. Ya quedamos con el propio gobierno federal, en lo general, de que tendríamos que establecer para cada uno de los compromisos fechas concretas; porque el año pasado después de la gran marcha del 31 enero se establecieron también estos compromisos y en este momento no se tiene ningún resultado. Por lo tanto, estaremos combinando los actos de apremio con el avance en las negociaciones en la mesa del diálogo y estos nuevos instrumentos que queremos que se le dé a la República y, sobre todo, a los productores que menos tienen”.
Dada la advertencia hecha por el Frente de Organizaciones Campesinas que realizara la megamarcha, en relación a que si no son atendidos los reclamos del sector rural existe el riesgo de un estallido social en el país, el dirigente de la CNC lo plantea de la siguiente manera: “Imaginemos la recesión de Estados Unidos, el propio Presidente ya aceptó que tendrá impacto. Impactará lógicamente la tasa de crecimiento del PIB. Lo iremos corrigiendo a la baja. Ya se dijo que empezará a bajar. Entonces, el millón 200 mil empleos por año que necesitamos se reducirá de manera considerable. Por lo tanto tendremos un impacto muy evidente por esta relación exagerada y perniciosa y casi total que tenemos con la economía de los norteamericanos”.
“A todo este problema —el cual francamente es consecuencia del manejo equivocado que tienen ahorita los funcionarios públicos con la sociedad rural— agréguele el incremento a la gasolina, al diesel, al combustóleo, a la energía eléctrica. Toda esta situación es verdaderamente preocupante, minimizarlo y decir que eso no tendrá ningún impacto, que no habrá ninguna inconformidad y que no existe ningún riesgo de estallido social, me parece que es una enorme irresponsabilidad. No estoy aquí de ave de mal agüero diciendo que esto se presentará en una fecha inmediata, pero lo que sí digo es que si a eso agregamos una gran insensibilidad de quienes tiene que atender al campo mexicano, lo que resultará de todo esto es un coctelito sumamente peligroso que debiera tenernos preocupados a todos”.
El presidente Felipe Calderón tiene una idea detallada de todos los temas del campo y de su problemática y ha ordenado a sus secretarios de Estado, desde el año pasado, que lleguemos a compromisos concretos. La verdad de las cosas es que prácticamente nadie le hace caso, afirma Cruz López Aguilar, presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Hace un año, después de la primera megamarcha nacional campesina y obrera, “tuvimos un par de reuniones con el Presidente, quien aceptó nuestra propuesta de firmar una especie de acuerdo nacional con la sociedad rural y de trabajadores; y constituir un consejo social y económico para tratar todos estos temas que hemos venido proponiendo: el acuerdo nacional para el campo, la revisión y el replanteamiento del capítulo agropecuario del TLCAN, un convenio de competitividad, un programa especial de empleo en las zonas marginadas, en la frontera y en los estados del sur de los Estados Unidos para reducir la migración, tenemos una lista muy importante de asuntos en la agenda con el gobierno y el Presidente de la República”.
“En la última ocasión —continúa López Aguilar— que vimos al Presidente, éste le dijo a la secretaria de Desarrollo Social —en ese entonces María Beatriz Zavala—; al secretario de Agricultura —Alberto Cárdenas—; al secretario de Economía —Eduardo Sojo—, y al propio secretario del Trabajo —Javier Lozano— que se llegara a acuerdos.
Pero a mí francamente me avergüenza que habiéndose instalado la mesa del diálogo, después del 31 de enero del 2007, a estas alturas no tengamos ningún resultado. La situación sigue exactamente igual. Así es que lo que nosotros esperamos del Presidente de la República es que eso que convenimos en la última reunión se concrete en documentos, en compromisos, pero muy especialmente, muy primordialmente, en una nueva actitud de sus funcionarios. Porque nosotros vemos que el señor Presidente tiene una idea detallada de todos estos temas y de su problemática, y ordena que lleguemos a compromisos concretos. La verdad de las cosas es que prácticamente nadie le hace caso”.
El presidente de la CNC critica la falta de voluntad política y seriedad del secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, para resolver los problemas del campo mexicano; además de que el secretario ha minimizado el problema de las Reglas de Operación para los programas del sector rural. Por lo cual se busca tener un diálogo directo con el Presidente de la República, Felipe Calderón.
Ante la eliminación total de las barreras arancelarias, el pasado primero de enero, para la importación de maíz, frijol, leche y azúcar, procedentes de Estados Unidos y Canadá, previstas en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), la CNC fija su posición en voz de su presidente Cruz López Aguilar: “Se tiene que hacer un análisis y un replanteamiento que conduzcan a modificar las circunstancias en las cuales se está dando este nuevo contexto de la apertura comercial total”.
Cruz López Aguilar explica en entrevista con Siempre! que “a partir de 1997 Estados Unidos duplicó los apoyos directos a sus productores, lo que tiene que ver con comoditis; esto es, con productos y su comercialización. Y la parte correspondiente, que también recibe el productor de manera directa por la conservación de los recursos naturales, se duplicó de 20 mil millones de dólares que se daban anualmente a los productores a 43 mil millones de dólares, incremento que rompió con lo convenido en el capítulo agropecuario del TLCAN; porque los apoyos a los productores, sobre todo los apoyos directos, no estaban planteados; se tenía que platicar, no se podía hacer de manera unilateral”.
Además, “el Departamento de Agricultura de Estados Unidos tiene un presupuesto anual de 98 mil millones de dólares; pero con todas estas implicaciones políticas que se están dando, ya para el 2008 se piensa incrementar al menos unos 5 mil 600 millones de dólares más. Es decir, ya trae una nueva aportación de presupuesto para los productores de Estados Unidos en el periodo de 10 años más, del 2007 al 2017. O sea, 5 mil 600 millones de dólares que sumados a los 98 mil millones que ya tenía autorizado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, pues ya estamos hablando de 103 mil 600 millones de dólares más”.
“Entonces todas estas decisiones tomadas —además de una serie de incumplimientos en materia de transporte, de productos agrícolas, de todas estas definiciones que se dieron como consecuencia de la Ley de Bioterrorismo, que incrementaron de una manera impresionante todas las revisiones para que los productores mexicanos puedan exportar a Estados Unidos, todas estas barreras no arancelarias que tienen que ver con salmonelosis en una serie de productos que son prácticamente inventos— nos dice que esos incumplimientos se vinieron dando y que, por lo tanto, es indispensable ponernos analizar eso y como ya se hizo, porque hay antecedentes, Estados Unidos propuso el tema laboral. Canadá insistió en un replanteamiento del capítulo agropecuario del TLCAN en lo que se refiere a recursos naturales, dada esta circunstancia que nos pone en una situación muy difícil para competir”.
“Porque además el direccionamiento que se le está dando a todos estos recursos aprobados por los Estados Unidos va orientado a que los productores norteamericanos coloquen sus productos en el mercado nacional; con todas estas nuevas circunstancias es indispensable que se haga una renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN en el que se establezca una nueva relación entre Estados Unidos, Canadá y México”.
Por eso, sostiene el líder campesino: “Los retos de los productores del campo de México y en particular de la CNC frente a la apertura comercial total, exigen el replanteamiento de la propuesta de desarrollo del agro y la defensa enérgica de los sectores involucrados”.
Empleo a la baja, migración a la alta
Durante los 14 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio con América del Norte y Canadá para la población en general, y en particular para la población rural, ha tenido efectos desastrosos. A partir de su firma, las condiciones de miseria y marginación se acentuaron en el campo; los supuestos que se esperaban para reactivarlo económica y productivamente no sucedieron, aun cuando, comenta el dirigente de la CNC: “El TLCAN señala con toda claridad, dentro de sus objetivos, la generación de empleo y el bienestar social. Sobre todo de aquellos que han estado excluidos del desarrollo nacional, y la verdad es que nada de eso ha sucedido, no ha pasado absolutamente nada. Por ejemplo, tenemos una cuantificación de una pérdida de 2 millones de empleos en el campo mexicano, productores que finalmente terminaron emigrando con la nueva apertura comercial, que va orientada a que los productores norteamericanos se adueñen de los mercados nacionales, entre los productores de maíz, frijol, leche y de azúcar de caña no menos de un millón 200 mil se verán afectados por todo este proceso”.
En cuanto a la migración “empezamos —subraya— con una migración mínima que no llegaba a los 50 mil por año. En el 2007 ya tenemos una migración, que el propio gobierno reconoce, de un orden de 650 mil migrantes, de los cuales 400 mil vienen del campo mexicano”.
Mientras la Confederación Nacional Campesina sostiene que “la apertura comercial ahora conmociona al campo mexicano y llena de preocupación a no menos de 30 millones de mexicanos que sobreviven de las actividades agropecuarias y pesqueras en el medio rural. Las instituciones oficiales manipulan las estadísticas y los números para demostrar que el campo mexicano se ha visto beneficiado por el TLCAN y que vivirá su mejor momento con la apertura comercial total”, y ha implantado toda una campaña mediática en los medios de comunicación.
Sobre esta campaña mediática por parte del gobierno federal, Cruz López tiene su propia opinión: “¡Es impresionante todo el dinero que están destinando! Ellos piensan que con golpes mediáticos convencerán a la sociedad rural y a la sociedad mexicana de que en realidad el capítulo agropecuario del TLCAN fue muy benéfico para el campo de México. La verdad de las cosas es que de esa forma no se conseguirá nada, tienen una manera muy rara de negociar, pues ya habíamos quedado de que el próximo 6 de febrero nos sentaríamos a platicar. Incluso por ahí hay un comunicado de prensa de la Secretaría de Gobernación que así lo informó. Entonces, primero hacen toda esta campaña mediática”.
“Y no sé, creo que buscan algún posicionamiento que los favorezca sólo para que nos sentemos a la negociación y ellos prevalezcan. Esto mismo ha hecho el secretario en ocasiones anteriores. Nos sentamos con el secretario del Trabajo por instrucciones del Presidente de la República, el pasado viernes 25, y el secretario en su comparecencia en la Comisión Permanente del Congreso, antes de que llegáramos a la negociación, declaró que el gobierno no iba a ceder. De verdad que tienen una forma muy extraña de negociar. La impresión que nos da es que definitivamente el gobierno en realidad no quiere negociar con nosotros, sino solamente quiere entretener esta cuestión, a la mejor bajarle presión a esta expresión de inconformidad”.
De la protesta a la negociación
Luego de la movilización nacional que tuvo lugar el pasado día 31 para demandar: la renegociación del TLCAN agropecuario, un plan nacional contra el hambre, la creación de empleos, en defensa de los intereses que tiene que ver con la soberanía y la seguridad alimentaria del país, y la economía de más de 30 millones de campesinos que viven en el medio rural, el líder campesino señala cuál será el camino a seguir del sector rural: “En primer lugar, tenemos una propuesta que ya le entregamos al gobierno federal, quien la tiene que revisar y contraproponer; tenemos una invitación para sentarnos a negociar este 6 de febrero; pero queremos que esa negociación se dé en el marco de un gran acuerdo nacional. Porque la situación económica y social obligan a tener un gran acuerdo nacional. Tenemos que crear este consejo mexicano social y económico, donde se planteen estos grandes consensos para la definición de políticas públicas, para tomar medidas que nuevamente echen andar la economía del país y busquen la armonización social de los mexicanos. Por lo tanto, tenemos ya un planteamiento en cada uno de los casos; seguiremos en esto y tenemos ya otra fecha, el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, donde haremos una evaluación, un alto en el camino y veremos en qué medidas se están cumpliendo estas posibilidades. Ya quedamos con el propio gobierno federal, en lo general, de que tendríamos que establecer para cada uno de los compromisos fechas concretas; porque el año pasado después de la gran marcha del 31 enero se establecieron también estos compromisos y en este momento no se tiene ningún resultado. Por lo tanto, estaremos combinando los actos de apremio con el avance en las negociaciones en la mesa del diálogo y estos nuevos instrumentos que queremos que se le dé a la República y, sobre todo, a los productores que menos tienen”.
Dada la advertencia hecha por el Frente de Organizaciones Campesinas que realizara la megamarcha, en relación a que si no son atendidos los reclamos del sector rural existe el riesgo de un estallido social en el país, el dirigente de la CNC lo plantea de la siguiente manera: “Imaginemos la recesión de Estados Unidos, el propio Presidente ya aceptó que tendrá impacto. Impactará lógicamente la tasa de crecimiento del PIB. Lo iremos corrigiendo a la baja. Ya se dijo que empezará a bajar. Entonces, el millón 200 mil empleos por año que necesitamos se reducirá de manera considerable. Por lo tanto tendremos un impacto muy evidente por esta relación exagerada y perniciosa y casi total que tenemos con la economía de los norteamericanos”.
“A todo este problema —el cual francamente es consecuencia del manejo equivocado que tienen ahorita los funcionarios públicos con la sociedad rural— agréguele el incremento a la gasolina, al diesel, al combustóleo, a la energía eléctrica. Toda esta situación es verdaderamente preocupante, minimizarlo y decir que eso no tendrá ningún impacto, que no habrá ninguna inconformidad y que no existe ningún riesgo de estallido social, me parece que es una enorme irresponsabilidad. No estoy aquí de ave de mal agüero diciendo que esto se presentará en una fecha inmediata, pero lo que sí digo es que si a eso agregamos una gran insensibilidad de quienes tiene que atender al campo mexicano, lo que resultará de todo esto es un coctelito sumamente peligroso que debiera tenernos preocupados a todos”.