El país del subempleo
Revista Proceso
Las contradicciones del gobierno federal respecto del verdadero impacto que tendrá la recesión estadunidense en la economía nacional, y consecuentemente en el mundo laboral, no sólo se anuncia como un signo ominoso, sino que pone al borde del derrumbe la autodenominación de Felipe Calderón como “presidente del empleo”, expone la edición 1631 de Proceso
Si acaso, hoy el mandatario merecería más atinadamente el mote de “presidente del subempleo”, a juzgar por la situación que prevalece en el sector.
El subempleo, que en 2007 rebasó los 3 millones de personas –con trabajos temporales, mal pagados y sin prestaciones– se convirtió en un fenómeno que va en aumento en el país, entre otras causas por la proliferación de empresas encargadas de subcontratar mano de obra barata para la planta industrial y los establecimientos comerciales.
Dichas empresas, denominadas “outsourcing de recursos humanos”, realizan contratos individuales y evitan los colectivos, violan la Ley Federal del Trabajo y “precarizan” el empleo.
Lo peor del caso, advierten especialistas consultados por Proceso, es que ese esquema de subcontratación, que el año pasado abarcó al 60% de los “nuevos empleos” registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y anunciados por el presidente Felipe Calderón en tono triunfalista, es justamente el que pretende imponerse con la reforma laboral en puerta, señala el reportaje que aparece en la edición 1631 de Proceso.
Las contradicciones del gobierno federal respecto del verdadero impacto que tendrá la recesión estadunidense en la economía nacional, y consecuentemente en el mundo laboral, no sólo se anuncia como un signo ominoso, sino que pone al borde del derrumbe la autodenominación de Felipe Calderón como “presidente del empleo”, expone la edición 1631 de Proceso
Si acaso, hoy el mandatario merecería más atinadamente el mote de “presidente del subempleo”, a juzgar por la situación que prevalece en el sector.
El subempleo, que en 2007 rebasó los 3 millones de personas –con trabajos temporales, mal pagados y sin prestaciones– se convirtió en un fenómeno que va en aumento en el país, entre otras causas por la proliferación de empresas encargadas de subcontratar mano de obra barata para la planta industrial y los establecimientos comerciales.
Dichas empresas, denominadas “outsourcing de recursos humanos”, realizan contratos individuales y evitan los colectivos, violan la Ley Federal del Trabajo y “precarizan” el empleo.
Lo peor del caso, advierten especialistas consultados por Proceso, es que ese esquema de subcontratación, que el año pasado abarcó al 60% de los “nuevos empleos” registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y anunciados por el presidente Felipe Calderón en tono triunfalista, es justamente el que pretende imponerse con la reforma laboral en puerta, señala el reportaje que aparece en la edición 1631 de Proceso.