“El peligro de la privatización de Pemex está en el PRI”: Bartlett
Revsita Proceso
México, D.F.(apro).- “El peligro de la privatización de Pemex está en el PRI. No nos engañemos”, afirmó el exsenador Manuel Bartlett, al término de su participación en una conferencia magistral encabezada por Francisco Rojas, exdirector de la paraestatal durante ocho años.
Los asistentes, exlegisladores y viejos cuadros dirigentes priistas, incluyendo a dos de sus expresidentes nacionales, Jorge de la Vega Domínguez y Adolfo Lugo Verduzco, festejaron con aplausos la advertencia de Bartlett, señalado como el principal opositor interno a la privatización del sector energético.
No se quedó atrás Francisco Rojas.
Durante hora y media expuso las “tres falacias” que rodean la propuesta de privatizar Pemex: la falta de recursos, la obtención de adelantos tecnológicos y el plan de la “privatización silenciosa” que comenzó desde 1997.
Rojas, actual presidente de la Fundación Colosio, también advirtió:
“Parece que el PRI tiene dueños y que están en la Cámara de Diputados y en el Senado. Nuestro programa de acción como partido prohíbe la privatización de Pemex”.
Este evento, realizado en la sede nacional del Revolucionario Institucional, ocurrió casi en paralelo a la conferencia conjunta que la dirigente nacional, Beatriz Paredes, y el coordinador de los priistas en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, realizaban al término de la plenaria de los legisladores del tricolor.
Como si de limar asperezas se tratara, Paredes y Beltrones reiteraron el compromiso que hasta ahora no había quedado claro: el PRI no respaldará la modificación del artículo 27 constitucional, pero sí acepta reformas a las leyes secundarias que involucran al sector energético.
“El grupo parlamentario del PRI no se agotará en un debate en falso sobre el tema de la privatización o no. Estamos más ciertos que nunca que Pemex no se vende y que el petróleo es patrimonio de los mexicanos y está en poder del Estado”, advirtió Beltrones, pero reconoció que en la agenda legislativa podrían discutir la “modernización” de la paraestatal.
La tlaxcalteca Paredes Rangel no fijó una posición clara sobre el tema, pero sí advirtió que los gobiernos panistas “no han destinado los recursos necesarios a pesar del excedente petrolero que hubo por el precio del petróleo en el sexenio pasado”.
Horas antes, el presidente de la Comisión de Energía en el Senado y derrotado aspirante presidencial, el también priista Francisco Labastida Ochoa, buscó defenderse de las críticas internas que ha recibido por la percepción de que él promueve la privatización de Petróleos Mexicanos:
“No estamos en favor ni de la privatización ni de modificaciones en la Constitución ni de contratos de riesgo. Queremos una modernización de la empresa, pero también un fortalecimiento de la misma. Queremos una modernización pero sin privatización”.
El caso es que el debate interno en el PRI sobre la reforma energética ya inició y el otrora partido gobernante no quiere pagar la factura electoral de una eventual privatización de Pemex, uno de los baluartes del nacionalismo revolucionario del tricolor.
Encuestas elaboradas por la empresa Mitofsky desde el 2005, revelan que más de las tres cuartas partes de los militantes y votantes del PRI se opondrían a un voto favorable a la privatización de sectores de Pemex.
“No veo a los priistas en el Senado deteniendo la privatización clandestina”, advirtió Bartlett, quien durante toda la Legislatura pasada se opuso férreamente a la autorización de los contratos de servicios múltiples y a la apertura de otros sectores como la gasolina.
A este debate se ha sumado ahora Francisco Rojas, funcionario cercano al expresidente Carlos Salinas. Ante sus correligionarios, en el edificio que albergó a la otrora clase política gobernante, sintetizó:
“Lo que está en juego es la vigencia o no del artículo 27 constitucional. Quieren hacer la privatización vía las leyes reglamentarias”.
Y lanzó un desafío: “La pregunta es si renunciamos a lo que nuestros gobiernos fueron capaces de hacer. Después de 70 años de defender Pemex no nos podemos declarar derrotados”.
México, D.F.(apro).- “El peligro de la privatización de Pemex está en el PRI. No nos engañemos”, afirmó el exsenador Manuel Bartlett, al término de su participación en una conferencia magistral encabezada por Francisco Rojas, exdirector de la paraestatal durante ocho años.
Los asistentes, exlegisladores y viejos cuadros dirigentes priistas, incluyendo a dos de sus expresidentes nacionales, Jorge de la Vega Domínguez y Adolfo Lugo Verduzco, festejaron con aplausos la advertencia de Bartlett, señalado como el principal opositor interno a la privatización del sector energético.
No se quedó atrás Francisco Rojas.
Durante hora y media expuso las “tres falacias” que rodean la propuesta de privatizar Pemex: la falta de recursos, la obtención de adelantos tecnológicos y el plan de la “privatización silenciosa” que comenzó desde 1997.
Rojas, actual presidente de la Fundación Colosio, también advirtió:
“Parece que el PRI tiene dueños y que están en la Cámara de Diputados y en el Senado. Nuestro programa de acción como partido prohíbe la privatización de Pemex”.
Este evento, realizado en la sede nacional del Revolucionario Institucional, ocurrió casi en paralelo a la conferencia conjunta que la dirigente nacional, Beatriz Paredes, y el coordinador de los priistas en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, realizaban al término de la plenaria de los legisladores del tricolor.
Como si de limar asperezas se tratara, Paredes y Beltrones reiteraron el compromiso que hasta ahora no había quedado claro: el PRI no respaldará la modificación del artículo 27 constitucional, pero sí acepta reformas a las leyes secundarias que involucran al sector energético.
“El grupo parlamentario del PRI no se agotará en un debate en falso sobre el tema de la privatización o no. Estamos más ciertos que nunca que Pemex no se vende y que el petróleo es patrimonio de los mexicanos y está en poder del Estado”, advirtió Beltrones, pero reconoció que en la agenda legislativa podrían discutir la “modernización” de la paraestatal.
La tlaxcalteca Paredes Rangel no fijó una posición clara sobre el tema, pero sí advirtió que los gobiernos panistas “no han destinado los recursos necesarios a pesar del excedente petrolero que hubo por el precio del petróleo en el sexenio pasado”.
Horas antes, el presidente de la Comisión de Energía en el Senado y derrotado aspirante presidencial, el también priista Francisco Labastida Ochoa, buscó defenderse de las críticas internas que ha recibido por la percepción de que él promueve la privatización de Petróleos Mexicanos:
“No estamos en favor ni de la privatización ni de modificaciones en la Constitución ni de contratos de riesgo. Queremos una modernización de la empresa, pero también un fortalecimiento de la misma. Queremos una modernización pero sin privatización”.
El caso es que el debate interno en el PRI sobre la reforma energética ya inició y el otrora partido gobernante no quiere pagar la factura electoral de una eventual privatización de Pemex, uno de los baluartes del nacionalismo revolucionario del tricolor.
Encuestas elaboradas por la empresa Mitofsky desde el 2005, revelan que más de las tres cuartas partes de los militantes y votantes del PRI se opondrían a un voto favorable a la privatización de sectores de Pemex.
“No veo a los priistas en el Senado deteniendo la privatización clandestina”, advirtió Bartlett, quien durante toda la Legislatura pasada se opuso férreamente a la autorización de los contratos de servicios múltiples y a la apertura de otros sectores como la gasolina.
A este debate se ha sumado ahora Francisco Rojas, funcionario cercano al expresidente Carlos Salinas. Ante sus correligionarios, en el edificio que albergó a la otrora clase política gobernante, sintetizó:
“Lo que está en juego es la vigencia o no del artículo 27 constitucional. Quieren hacer la privatización vía las leyes reglamentarias”.
Y lanzó un desafío: “La pregunta es si renunciamos a lo que nuestros gobiernos fueron capaces de hacer. Después de 70 años de defender Pemex no nos podemos declarar derrotados”.