¿Y nuestra Constitución?...
FeCAL La Esta Enviando A La Ingada
La vocación de nosotros los trabajadores y las trabajadoras es la de la lucha. Vocación permanente, cotidiana, inacabable. No es nuevo lo que nos ocurre. Se nos arrebatan las tierras y sus frutos, se nos arrebata el trabajo y nuestros derechos, nuestras conquistas laborales, nuestras escasas prestaciones que tanto costaron a quienes nos precedieron ofrendando sangre y vidas enteras en la defensa de sus hermanos de clase.
Y ahora resulta que de un plumazo, de un simplísimo acuerdo entre partidos se borra toda esa legislación que al menos estaba asentada en la letra. Véase nomás lo que ocurre con el artículo 3º que en materia educativa está siendo violentado en la práctica. Y el 25 que habla de la rectoría del Estado en materia económica. Y el 27 que impedía la venta-entrega de la tierra. Y el 28 que consagra la propiedad estatal sobre nuestros recursos energéticos. Y el 16º que queda obsoleto por la nueva reforma penal. Y el 123 que ya no protege a nadie.
La agresión empresarial cobra vidas y haciendas, se expande con violencia, tiene todas las herramientas en sus manos para imponerse. Tiene la sartén por el mango y el mango también. Pero ni siquiera percibe que así cava su propia tumba.
Tengo un ejemplo que ahora comparto. Hurgando en la historia de nuestra patria encontré un ejemplo reciente de hace 58 años. Recuérdese que era la época del "presidente obrero" Miguel Alemán, el "progresista" según la CTM y hasta la propia izquierda mexicana. La modernización significaba -entonces como ahora- una furibunda vuelta al capitalismo prepotentemente empresarial.
Estallaron los conflictos mineros a fines de los 40s. Los empresarios habían hecho grandes negocios en la preguerra pero arguyeron que necesitaban más facilidades. Para ellos la legislación laboral y el corporativismo eran conquistas "anacrónicas" y "rojas" de la "prehistoria" cardenista...Por lo tanto eran inaceptables para sus empresas.
Que existían demasiadas "ventajas" en los contratos colectivos para los trabajadores arrancadas por presión estatal cardenista...
Que esas ventajas eran obstáculos y "candados" para la productividad, además de "violaciones" a la libertad de propiedad y de empresas...
He aquí las "ventajas":
Contratación colectiva.
Pago del domingo como día laboral.
Algunas prestaciones en materia de salud y vivienda.
En 1950, estalla el conflicto en la mina de Nueva Rosita, Coah. En la revisión del Contrato Colectivo se pedía:
1.- Más descanso.
2.- Mayor atención a enfermedades de trabajo.
3.- Incapacidades.
4.- Compensaciones para despedidos.
5.- Mejor equipo de seguridad.
6.- Becas.
7.- Mayores facilidades de vivienda y transporte.
8.- Dotación de ¡agua y baños!
9.- Aumento de entre 45 y 65%.
La huelga estalló el 13 de junio. Declarada inexistente sus líderes fueron declarados falsos y se les impusieron unos nuevos al gusto de la empresa y del gobierno.
¿Cuántos años más soportaremos? Los mineros muertos en Pasta de Conchos ganaban entre 500 y 600 pesos a la semana, no tenían equipo de seguridad, ni pensar en incapacidades o en becas ya no digamos facilidades para vivienda y transporte. ¿Cómo acabar con la voracidad empresarial que cobra vidas de los pobres? ¿Cómo acabar con la complicidad de la Iglesia que bendice a los empresarios y al Ejército represor? ¿Cómo acabar con estas instituciones que se han pervertido en tanto que han perdido los prístinos objetivos que las constituyeron?
Súmele usted las agresiones al Obispo Raúl Vera, defensor de los pobres, el ninguneo de los medios a las violentas manifestaciones del poder contra los zapatistas, los presos de Atenco, la violencia cínica del imbécil gobernador de Oaxaca y del otro sinvergüenza de Puebla, la indigna (por decir lo menos) actitud de los ministros de la Corte, el narcotráfico creciente que se enfrenta al poder cómplice de la distribución, la desaparición del campo mexicano entregado en bandeja a los gringos gracias al Tratado de libre saqueo...
Sólo falta que esta mafia que nos gobierna -que violenta la Constitución que protestó guardar- decrete el fin de su vigencia.
Informarse para transformarse reza un adagio cada vez más popular para participar, para solidarizarnos, para comprometernos.
Ora pues. Ponga sus canicas y pinte su raya...acá...de este lado...
Posdata.- Pregunto: ¿No sería bueno que les diéramos unos pinches coscorrones a las viejas cabronas Margarita Luna Ramos y Olga Sánchez Cordero?
La vocación de nosotros los trabajadores y las trabajadoras es la de la lucha. Vocación permanente, cotidiana, inacabable. No es nuevo lo que nos ocurre. Se nos arrebatan las tierras y sus frutos, se nos arrebata el trabajo y nuestros derechos, nuestras conquistas laborales, nuestras escasas prestaciones que tanto costaron a quienes nos precedieron ofrendando sangre y vidas enteras en la defensa de sus hermanos de clase.
Y ahora resulta que de un plumazo, de un simplísimo acuerdo entre partidos se borra toda esa legislación que al menos estaba asentada en la letra. Véase nomás lo que ocurre con el artículo 3º que en materia educativa está siendo violentado en la práctica. Y el 25 que habla de la rectoría del Estado en materia económica. Y el 27 que impedía la venta-entrega de la tierra. Y el 28 que consagra la propiedad estatal sobre nuestros recursos energéticos. Y el 16º que queda obsoleto por la nueva reforma penal. Y el 123 que ya no protege a nadie.
La agresión empresarial cobra vidas y haciendas, se expande con violencia, tiene todas las herramientas en sus manos para imponerse. Tiene la sartén por el mango y el mango también. Pero ni siquiera percibe que así cava su propia tumba.
Tengo un ejemplo que ahora comparto. Hurgando en la historia de nuestra patria encontré un ejemplo reciente de hace 58 años. Recuérdese que era la época del "presidente obrero" Miguel Alemán, el "progresista" según la CTM y hasta la propia izquierda mexicana. La modernización significaba -entonces como ahora- una furibunda vuelta al capitalismo prepotentemente empresarial.
Estallaron los conflictos mineros a fines de los 40s. Los empresarios habían hecho grandes negocios en la preguerra pero arguyeron que necesitaban más facilidades. Para ellos la legislación laboral y el corporativismo eran conquistas "anacrónicas" y "rojas" de la "prehistoria" cardenista...Por lo tanto eran inaceptables para sus empresas.
Que existían demasiadas "ventajas" en los contratos colectivos para los trabajadores arrancadas por presión estatal cardenista...
Que esas ventajas eran obstáculos y "candados" para la productividad, además de "violaciones" a la libertad de propiedad y de empresas...
He aquí las "ventajas":
Contratación colectiva.
Pago del domingo como día laboral.
Algunas prestaciones en materia de salud y vivienda.
En 1950, estalla el conflicto en la mina de Nueva Rosita, Coah. En la revisión del Contrato Colectivo se pedía:
1.- Más descanso.
2.- Mayor atención a enfermedades de trabajo.
3.- Incapacidades.
4.- Compensaciones para despedidos.
5.- Mejor equipo de seguridad.
6.- Becas.
7.- Mayores facilidades de vivienda y transporte.
8.- Dotación de ¡agua y baños!
9.- Aumento de entre 45 y 65%.
La huelga estalló el 13 de junio. Declarada inexistente sus líderes fueron declarados falsos y se les impusieron unos nuevos al gusto de la empresa y del gobierno.
¿Cuántos años más soportaremos? Los mineros muertos en Pasta de Conchos ganaban entre 500 y 600 pesos a la semana, no tenían equipo de seguridad, ni pensar en incapacidades o en becas ya no digamos facilidades para vivienda y transporte. ¿Cómo acabar con la voracidad empresarial que cobra vidas de los pobres? ¿Cómo acabar con la complicidad de la Iglesia que bendice a los empresarios y al Ejército represor? ¿Cómo acabar con estas instituciones que se han pervertido en tanto que han perdido los prístinos objetivos que las constituyeron?
Súmele usted las agresiones al Obispo Raúl Vera, defensor de los pobres, el ninguneo de los medios a las violentas manifestaciones del poder contra los zapatistas, los presos de Atenco, la violencia cínica del imbécil gobernador de Oaxaca y del otro sinvergüenza de Puebla, la indigna (por decir lo menos) actitud de los ministros de la Corte, el narcotráfico creciente que se enfrenta al poder cómplice de la distribución, la desaparición del campo mexicano entregado en bandeja a los gringos gracias al Tratado de libre saqueo...
Sólo falta que esta mafia que nos gobierna -que violenta la Constitución que protestó guardar- decrete el fin de su vigencia.
Informarse para transformarse reza un adagio cada vez más popular para participar, para solidarizarnos, para comprometernos.
Ora pues. Ponga sus canicas y pinte su raya...acá...de este lado...
Posdata.- Pregunto: ¿No sería bueno que les diéramos unos pinches coscorrones a las viejas cabronas Margarita Luna Ramos y Olga Sánchez Cordero?