Un bozal a la apreciada Carmen
Perdieron los retrógrados
Guadalajara.- No, no ganaron los poderes fácticos como alguien afirmara.
Al contrario, perdieron los retrógrados, los medrosos, los enanos del tapanco, esos que intentaron ponerle un bozal a la apreciada Carmen Aristegui, y con esa pretensión a todos nosotros, los comunicadores con conciencia social y amor a la profesión.
Perdieron con toda la cara, porque, ¿qué clase de mamarracho de radiodifusora van a tener cuando inicien transmisiones?, ¿con quiénes pretendidamente suplirán a Carmen y a todos los que ya salieron de la W? ¡La tribuna está muuuy alta!
¿Acaso sueñan que la van a hacer?, ¿que lograrán los ratings que la emisora había conseguido?, ¿que tendrán los mismos patrocinios que venían teniendo? Perdónenme, pero con esta satrapía, la W ya perdió lo que se gana con años y que se pierde en un santiamén: ¡credibilidad!
¿Acaso piensan que con periodistas agachones, vendidos, genuflexos y arrastrados, que se prostituyen (aquí sí aplica la sentencia del cardenal) para dejar de lado todos los valores que debería tener un comunicador social que se respete, todo por el afán de ganarse un mendrugo de pan, piensan que lograrán volver a surgir?
Mejor que pongan programas cómicos o musicales, porque intentar noticiosos o de comentario profundo, la van a regar.
Afirma el ex senador Javier Corral Jurado que el hecho “es una verdadera censura que restringe de manera ilegítima la libertad de expresión”. Y así es, pero, ¿qué se puede pedir a quienes sólo ven por sus intereses económicos, están reñidos con la verdad y piensan que los comunicadores, periodistas o reporteros somos seres deshechables, como se ha visto?
De la noche a la mañana, un programa es cancelado y suplido por algún mercachifle.
Recuerdo el caso de Guillermo Ochoa, quien salió del Canal 2 por el asunto de la Quina y al día siguiente entró Mauricio Herrera. Pobre Mauricio, se percibía asustado, no sabía por dónde caminar y se tenía que colgar de mil muletillas para salvar el tiempo.
Definitivamente, se ve mejor en sus comedias y obras musicales, ¿pero en un noticiero…?
Con acciones como estas, no sólo se atropella al ser humano, también al público, y se le atropella como a perro en periférico a la tan traída y llevada libertad de expresión, que al parecer sólo aparece en los catálogos de los buenos deseos.
¿Democracia? ¡Bah!
Si se calla el cantor, calla la vida, dice el poeta, pero se les olvida que los cantores, al igual que los viejos juglares, migran y mañana tendrán que escuchar que Carmen —igual que otros—, encontró nuevos foros, nuevas plazas, otro auditorio y su voz seguirá entonando cantos de verdad aunque a muchos se les retuerza el hígado.
Mi simpatía a quienes han sufrido persecuciones y amenazas por decir la verdad.
Descanse en paz mi ex compañera María Victoria Llamas, otra comunicadora indómita, quien fue vencida por el cáncer.
Guadalajara.- No, no ganaron los poderes fácticos como alguien afirmara.
Al contrario, perdieron los retrógrados, los medrosos, los enanos del tapanco, esos que intentaron ponerle un bozal a la apreciada Carmen Aristegui, y con esa pretensión a todos nosotros, los comunicadores con conciencia social y amor a la profesión.
Perdieron con toda la cara, porque, ¿qué clase de mamarracho de radiodifusora van a tener cuando inicien transmisiones?, ¿con quiénes pretendidamente suplirán a Carmen y a todos los que ya salieron de la W? ¡La tribuna está muuuy alta!
¿Acaso sueñan que la van a hacer?, ¿que lograrán los ratings que la emisora había conseguido?, ¿que tendrán los mismos patrocinios que venían teniendo? Perdónenme, pero con esta satrapía, la W ya perdió lo que se gana con años y que se pierde en un santiamén: ¡credibilidad!
¿Acaso piensan que con periodistas agachones, vendidos, genuflexos y arrastrados, que se prostituyen (aquí sí aplica la sentencia del cardenal) para dejar de lado todos los valores que debería tener un comunicador social que se respete, todo por el afán de ganarse un mendrugo de pan, piensan que lograrán volver a surgir?
Mejor que pongan programas cómicos o musicales, porque intentar noticiosos o de comentario profundo, la van a regar.
Afirma el ex senador Javier Corral Jurado que el hecho “es una verdadera censura que restringe de manera ilegítima la libertad de expresión”. Y así es, pero, ¿qué se puede pedir a quienes sólo ven por sus intereses económicos, están reñidos con la verdad y piensan que los comunicadores, periodistas o reporteros somos seres deshechables, como se ha visto?
De la noche a la mañana, un programa es cancelado y suplido por algún mercachifle.
Recuerdo el caso de Guillermo Ochoa, quien salió del Canal 2 por el asunto de la Quina y al día siguiente entró Mauricio Herrera. Pobre Mauricio, se percibía asustado, no sabía por dónde caminar y se tenía que colgar de mil muletillas para salvar el tiempo.
Definitivamente, se ve mejor en sus comedias y obras musicales, ¿pero en un noticiero…?
Con acciones como estas, no sólo se atropella al ser humano, también al público, y se le atropella como a perro en periférico a la tan traída y llevada libertad de expresión, que al parecer sólo aparece en los catálogos de los buenos deseos.
¿Democracia? ¡Bah!
Si se calla el cantor, calla la vida, dice el poeta, pero se les olvida que los cantores, al igual que los viejos juglares, migran y mañana tendrán que escuchar que Carmen —igual que otros—, encontró nuevos foros, nuevas plazas, otro auditorio y su voz seguirá entonando cantos de verdad aunque a muchos se les retuerza el hígado.
Mi simpatía a quienes han sufrido persecuciones y amenazas por decir la verdad.
Descanse en paz mi ex compañera María Victoria Llamas, otra comunicadora indómita, quien fue vencida por el cáncer.