Fox y su abismo
Fueron numerosas las voces repitiendo que Vicente Fox era un falto de oficio político, ignorante de la literatura elemental pero, había un gran pero a su favor: era honesto.
Hoy en día, las diversas encuestas publicadas, señalan que sólo el 31 por ciento de la ciudadanía lo sigue viendo como un hombre honrado, el enorme resto asegura que no lo es.
El cambio comenzó desde hace tiempo, pero quizás el ahondamiento se localice con la publicación de una larga entrevista difundida por la revista Quien, en donde un carrusel de fotos muestra el reformado rancho que Fox adquiriera hace 32 años.
Más tarde él mismo dio a conocer en Estados Unidos su libro La revolución de la esperanza, en el cual las ridiculeces y el autoelogio son la única materia del volumen.
A partir de ahí las críticas le han llovido, al punto que está por erigirse lo que bien pudiera ser el primer juicio político para un ex Presidente de la República.
A lo anterior hay que agregar los libros que sobre él recientemente se han publicado. Algunos de ellos son Fin de fiesta en Los Pinos; La batalla de Gutiérrez Vivó; El acoso foxista a la libertad de expresión, de Alejandro Toledo. Otro más es Vicente Fox, el presidente que no supo gobernar, de Alejandra Lajous, y hasta la edición que trata de ayudarle: La diferencia (¿), de Rubén Aguilar y Jorge Castañeda.
De un modo o de otro, tanto los artículos críticos como los libros y las entrevistas que Fox regala, como esa en la que dice que pone como testigos de calidad sobre su honestidad a ¡Powel y a George Bush!, resulta un escenario patético. Fox se hunde. Y lo será más si es enjuiciado.
Hoy en día, las diversas encuestas publicadas, señalan que sólo el 31 por ciento de la ciudadanía lo sigue viendo como un hombre honrado, el enorme resto asegura que no lo es.
El cambio comenzó desde hace tiempo, pero quizás el ahondamiento se localice con la publicación de una larga entrevista difundida por la revista Quien, en donde un carrusel de fotos muestra el reformado rancho que Fox adquiriera hace 32 años.
Más tarde él mismo dio a conocer en Estados Unidos su libro La revolución de la esperanza, en el cual las ridiculeces y el autoelogio son la única materia del volumen.
A partir de ahí las críticas le han llovido, al punto que está por erigirse lo que bien pudiera ser el primer juicio político para un ex Presidente de la República.
A lo anterior hay que agregar los libros que sobre él recientemente se han publicado. Algunos de ellos son Fin de fiesta en Los Pinos; La batalla de Gutiérrez Vivó; El acoso foxista a la libertad de expresión, de Alejandro Toledo. Otro más es Vicente Fox, el presidente que no supo gobernar, de Alejandra Lajous, y hasta la edición que trata de ayudarle: La diferencia (¿), de Rubén Aguilar y Jorge Castañeda.
De un modo o de otro, tanto los artículos críticos como los libros y las entrevistas que Fox regala, como esa en la que dice que pone como testigos de calidad sobre su honestidad a ¡Powel y a George Bush!, resulta un escenario patético. Fox se hunde. Y lo será más si es enjuiciado.