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miércoles, 14 de noviembre de 2007

Ex Presidente mediático: Más trampas de Fox

Edgar González Ruiz

El ex mandatario lleva a cabo una intensa labor publicitaria en el extranjero con el ostensible propósito de convertirse en figura emblemática del capitalismo y de seguir lucrando con el poder que detentó en perjuicio de la sociedad mexicana

Vicente Fox está llevando a cabo una intensa labor publicitaria en el extranjero con el ostensible propósito de convertirse en figura emblemática del capitalismo y de seguir lucrando con el poder que detentó en perjuicio de la sociedad mexicana.

Con la ayuda de Rob Allyn, el asesor texano que colaboró en su tramposa campaña del año 2000, Fox elaboró el libro La revolución de la esperanza, que pretende convertir en un éxito de ventas, aprovechando los escándalos originados por el latrocinio y los abusos de poder de la ex pareja presidencial, en virtud de los cuales, más que de su propio protagonismo, el ex mandatario se sigue manteniendo como figura pública.

Cuenta además con el apoyo de sectores derechistas de Estados Unidos y de otros países, los cuales lo presentan como una especie de Gorbachov mexicano: El personaje que supuestamente introdujo la democracia en nuestro país.

Fox y Allyn se beneficiaron de las maquinaciones con que el primero de ellos llegó a la Presidencia en 2000. Ahora los dos lucran con el apoyo capitalista hacia Fox, pese al desengaño y la indignación que ha cosechado entre los mexicanos.

CARICATURA DE GORBACHOV

Ni con la ayuda de Rob Allyn, Vicente Fox fue capaz de inventar un título para su libro autobiográfico, sino que se robó el de una obra del famoso psicólogo y sociólogo alemán Erich Fromm, The Revolution of Hope, publicada en 1968 en Estados Unidos con el subtítulo Hacia una tecnología humanizada.

Dos décadas después, el historiador ruso Kiva Maidanik llamaba “la revolución de la esperanza” a la Perestroika, o “renovación” que encabezaba en ese entonces Mijail Gorbachov, y cuyo sentido procapitalista no fue percibido de momento por los intelectuales marxistas que criticaban los excesos del estalinismo.

Ante la opinión pública internacional, Fox intenta jugar el papel de renovador de las instituciones mexicanas, aprovechando prejuicios ampliamente difundidos por sectores derechistas en el extranjero, como la idea de que en México había una “dictadura” con tintes “comunistas”, que en 2000 abrió paso a la democracia.

El libro de Allyn-Fox, que consta de 400 páginas, lleva el subtítulo La vida, la fe y los sueños de un presidente mexicano, y de acuerdo con sus promocionales, el ex mandatario sería un verdadero héroe planetario.

Según esa versión, “él acabó con el régimen dictatorial unipartidista que había estrangulado a México durante más de 70 años… Vicente Fox encarna el sueño americano en su sentido más amplio, como una imagen del Mundo Nuevo, lo mismo que de la historia de México.

“Elegido como personaje ajeno a la política, con un mensaje de honestidad, cambio y esperanza, es un verdadero héroe de la democracia… En este vívido libro intercala su inspiradora historia personal con sus vigorosas ideas sobre el futuro del planeta… esboza un futuro de esperanza para las Américas…

“Para el hombre que hizo realidad la democracia en México, la Revolución de la Esperanza es una historia personal de triunfo y de visión política para el futuro”.
En realidad, en el sexenio foxista hubo, además de los escandalosos latrocinios de la pareja presidencial, una feroz represión contra los opositores políticos, además de que su papel en el conflicto postelectoral del año pasado desmintió cualquier pretensión democrática por su parte.

Sin embargo, en su estrategia publicitaria, enfocada a los adeptos del neoliberalismo, Fox viene a ser algo así como el Gorbachov mexicano, aunque en la realidad sería una caricatura del cuestionado estadista que ayudó a destruir el bloque socialista en beneficio de las potencias occidentales.

Significativamente, en febrero de 2007, al anunciar la publicación de las memorias de Fox, Clare Ferraro, directora de la editorial Viking, perteneciente al grupo Penguin, calificó al ex presidente como un “líder mundial por la democracia”, comparándolo con figuras como Lech Walesa y Mijail Gorbachov, quienes constituyen iconos de la derechización del mundo.

Vicente Fox no puede engañar al pueblo de México, sobre todo ahora que ya no dispone del poder presidencial ni puede inundar los medios de comunicación con su propaganda autoelogiosa, pero sí cuenta con el respaldo de poderosos gobiernos, de organizaciones derechistas, como la Internacional Demócrata de Centro (IDC), que lo ha nombrado su copresidente, y de algunas universidades de Estados Unidos y de otros países que se prestan a fabricar el mito del pretendido papel histórico de Fox.

En México ha predominado el rechazo hacia el ex Presidente, que se ha manifestado incluso en algunas de sus presentaciones en Estados Unidos, pero con su lógica de comerciante tramposo, Fox ha tratado de convertir esa oposición en parte de un espectáculo del cual él sería el protagonista, en beneficio de su propio bolsillo.

Así, el pasado 30 de octubre, su presentación en la Universidad de Syracuse, en Nueva York, fue interrumpida por una supuesta amenaza de bomba que obligó a desalojar un auditorio que llenó sólo en su tercera parte, con una asistencia de mil personas, quienes habían comprado un boleto para ver al mediático ex mandatario.

Con motivo de esa conferencia, desde la página web del Centro Fox (www.centrofox.org.mx) se lanzaron ataques contra un comunicador que le hizo preguntas incómodas a Fox: “Un seudoperiodísta (sic) de la revista Reporte Índigo inquirió y cuestionó a gritos a Vicente Fox, el auditorio entero lo abucheo (sic) y lo sacó”.

Obviamente, esa versión refleja la versión egocéntrica y mentirosa de Fox, al llamar “seudoperiodista” a un periodista y pretender que el mundo entero lo adora al grado de que cientos de personas (“el auditorio entero”) salen a defenderlo cuando alguien le dice algo que no le gusta.

Ante la amenaza de bomba, la policía del lugar le solicitó terminar de inmediato, y ser desalojado junto con toda la concurrencia.


HABILIDAD PARA LUCRO Y ABUSO

Incapaz de citar correctamente datos históricos o literarios, como ha evidenciado en muchas ocasiones, Vicente Fox sí tiene habilidad para el lucro y el abuso, de tal suerte que no conforme con los millonarios negocios perpetrados por la ex familia presidencial al amparo del poder, ha seguido cobrando su pensión como ex presidente, a pesar de que, cuando se le cuestiona sobre sus propiedades, alega que él y su familia tienen recursos propios.

Cobra por sus labores como conferencista, y vendió los derechos de sus memorias a la mencionada editora quien, acorde con las tendencias de esa industria, busca el éxito económico, más que la calidad de los textos.

Fox utilizó sus influencias políticas para vender su libro, denunció en Veracruz el abogado Jorge Reyes Peralta, al señalar que el edil de Boca del Río, Francisco Gutiérrez de Velasco, aprovechó recursos públicos en la compra de la derribada estatua de Fox, así como de diez mil ejemplares de la próxima edición en español de su libro, exhibiendo como prueba una carta entre Fox y Manuel Espino donde el primero le pide estar pendiente de la estatua y recordarle a Francisco que se caiga con su contribución para la edición del libro.

Manuel Espino se cuenta entre los pocos personajes de la clase política que no reniegan de su pasada amistad con Fox, a quien lo unen su distanciamiento del actual Gobierno y sus pretensiones de liderazgo internacional.

Por lo demás, Fox se ha ganado a pulso la animadversión de la sociedad mexicana, durante su gestión y actualmente, a grado tal que sus contados defensores públicos, además de Espino, han incluido a una treintena de acarreados del poblado de San Cristóbal, encabezados por su ahijada Mercedes Ángel Pacheco, la misma que en 2005 golpeó a diputados locales que protestaban contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

Luego de asistir a la misa dominical el pasado 4 de noviembre, una veintena de mujeres y niños se manifestó con pancartas en apoyo a Fox y Marta afuera del templo de la Purísima Concepción.

Empero, la jerarquía católica le ha ido retirando su apoyo al ex Presidente, al grado de que ese mismo día la publicación oficial de la Arquidiócesis de León, Gaudium, que cada semana se distribuye en los templos católicos de Guanajuato, calificó a Fox de “imprudente por su protagonismo” e “ignorante de los antecedentes históricos de los ex presidentes”, quienes al cumplir su mandato permanecen en silencio.

Difícilmente, el ex mandatario que tanto engañó al pueblo de México y abusó de él, y que además ha estado estorbando a su sucesor, va a gozar nuevamente de aceptación, pero en sus cínicos cálculos comerciales los escándalos que protagoniza se convierten en argumentos comerciales a favor de su libro.

En la creación de un pretendido best seller puede haber algo o mucho de sugestión, como ocurre con el libro de Fox, al que sus promotores presentan como un gran éxito a fin de inducir la venta del mismo, a pesar de su falta de interés y de la impopularidad de su autor en su propio país.

Con esa lógica, los escándalos podrían ocasionar su perdición, al mismo tiempo que propiciar la venta de algunos ejemplares de su libro, éxito relativo y efímero.

ROB ALLYN: MERCENARIO DE FOX

Conocido como un genio del engaño colectivo, que se ufana de poder hacer creer a alguien que su perro es un gato, o cualquier otra cosa que él quiera, el publicista texano Rob Allyn ha estado asesorando a Fox por lo menos desde 1997, y fue uno de los principales asesores de la campaña presidencial de 2000.

En 1983, Rob Allyn fundó Allyn & Company, con sede en Dallas, y que fue adquirida en 2002 por Omnicron, la mayor empresa de mercadotecnia en el mundo. En 2005, Allyn & Co. se ufanaba de contar entre sus clientes a 500 corporaciones, industrias, equipos deportivos y movimientos políticos, en Estados Unidos, México, Asia y el Caribe.

Según la empresa, había ayudado a ganar más de 300 victorias electorales, y entre los “estadistas” que requerían de sus servicios se contaban George W. Bush y Vicente Fox.

En efecto, Allyn ayudó a Bush a ganar la gubernatura de Texas en 1994, así como las dos campañas presidenciales, de 2000 y de 2004. Sin embargo, desde 1990 ha estado trabajando en el medio político, donde ha participado en más de 200 campañas para senadores, gobernadores y representantes del Partido Republicano en Estados Unidos.

En México ha asesorado, además de Fox, al Comité Ejecutivo Nacional del PAN y a gobernadores de ese partido.

En el sector privado ha tenido entre sus clientes a 7-Eleven, Banco de América y cosméticos Mary Kay.

Allyn conoció a Fox en 1997 en una reunión del entonces gobernador de Guanajuato y precandidato a la Presidencia con empresarios texanos. Allyn lo consideró como una especie de Ronald Reagan mexicano, y en el otoño de 1997 decidieron hacer precampaña durante los fines de semana que comenzaron meses después.

Tramposamente, el publicista texano ocultó su participación en apoyo a Fox. Según su propio testimonio: “Me registré en cuartos de hotel bajo tantos nombres que no podía recordar cómo pagar la cuenta; preparé debates en villas amuralladas llenas de catres para guardias con subametralladoras, tomando notitas en cuartos llenos de humo de cigarro y español rápido.

“Tuve el privilegio de intercambiar palabras con el brillante y sin igual equipo de mexicanos que llevaron la campaña de Fox: Historiadores izquierdistas, especialistas en economía, guerreros callejeros, ejecutivos corporativos preparados en Procter & Gamble y Aeroméxico”.

ESTIPENDIOS EXORBITANTES

Los estipendios que en conjunto recibieron los publicistas al servicio de Fox en la campaña de 2000 ascendieron a unos nueve millones de dólares, es decir, el 15 por ciento del costo de los anuncios en radio y televisión para la misma campaña.
Allyn ha llegado a declarar: “Si hubiera un cielo para los consultores, podría decirse que lo conocí en la campaña de Fox”.

El publicista usó el secreto con que había estado trabajando para Fox como premisa de otra estrategia que organizó para garantizar el triunfo de su cliente, y fue la de organizar encuestas de salida, fuera de las urnas, para proclamar anticipadamente la victoria del candidato derechista, el 2 de julio de 2000.

Democracy Watch, la supuesta encuestadora, se negó a informar a las autoridades mexicanas de dónde provenían los fondos para ese proyecto que pretendía suplantar al Instituto Federal Electoral (IFE) como vocero autorizado de los resultados. Desde luego, Allyn no dijo que estaba trabajando directamente con el entonces candidato Vicente Fox.

En la página web de Allyn & Co. presumen de que su fundador es capaz de “hacerte creer que tu perro es un gato”, y en ese espíritu promovió la consigna del cambio con la que Fox engañó masivamente a los electores mexicanos.

En una entrevista difundida por el periódico Reforma en octubre de 2002, Allyn, quien reconocía haber hecho entre 70 y 75 viajes a México en los últimos años, afirmaba: “Ya no hago asesoría para políticos”.

A fines de 2005, Allyn recibió un importante contrato de la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de Fox, nada menos que para hacer cabildeo a favor de un acuerdo migratorio, lo cual le ha acarreado la antipatía de sectores radicales del Partido Republicano donde tiene sus afinidades naturales, pero hay que tener en cuenta que Allyn es ante todo un mercenario.

Ahora, Rob Allyn aparece nuevamente como asesor político de Fox, e incluso como redactor de un libro que el ex presidente por sí mismo no habría podido elaborar.