SERPIENTES Y ESCALERAS
Después de meses de aguantar su incómodo activismo y tras varios mensajes velados y directos que fueron desoídos, en Los Pinos decidieron ponerle un alto definitivo al ex presidente Vicente Fox. La determinación del presidente Calderón (que por cierto es un presidente PELELE Y ESPURIO) comenzó a operar desde hace dos semanas y se enmarca en una estrategia de reposicionamiento de la imagen presidencial, afectada tras los aumentos de precios desatados tras la aprobación del nuevo impuesto a las gasolinas.
La primera señal de que en la casa presidencial habían decidido parar al ex presidente se dio cuando el gobierno de Calderón no hizo nada para frenar la creación de la comisión especial del Congreso que investigará el presunto enriquecimiento del ex presidente. Las resistencias mostradas en un principio en sectores del PAN cercanos al foxismo y a Manuel Espino Barrientos fueron desactivadas; la bancada panista dio su voto y su aval al grupo de legisladores que, por primera vez en la historia, investigará a un ex presidente de la República.
Fue el primer aviso y lo rubricó, aún siendo secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cazares, al hablar de la disposición del gobierno a cooperar con las investigaciones de los diputados. El mismo Germán, ya como aspirante a la dirgencia del PAN, declaró el lunes pasado que el ex presidente “tiene cuentas pendientes y debe colaborar con la comisión del Congreso que lo investigará”.
El segundo paso en la operación calderonista fue un golpe quirúrgico. Y se dirigió a desarticular al “brazo armado” del foxismo, representado por Manuel Espino. La petición de Espino para adelantar la elección de su sucesor, y su inminente declinación a reelegirse, no fueron sólo un acto de “generosidad” política.
Detrás del cambio radical en la actitud del dirigente panista hubo negociaciones en las que a Manuel Espino le mostraron varios expedientes que lo involucran en situaciones comprometedoras, que tienen muy bien documentadas en el gobierno. El mensaje fue directo y personal de los operadores calderonistas a Espino: “Te retiras y te haces a un lado o te atienes a las consecuencias”. Y mágicamente, el combativo y pendenciero líder del blanquiazul, se volvió un dócil y “generoso” político.
Desactivado el “brazo armado” del foxismo, la siguiente etapa de la operación “Paren a Fox” está en marcha. El desmentido que el lunes emitió la Presidencia a las declaraciones del ex presidente sobre la propiedad de la camioneta Hummer 2005, que él utiliza desde hace tres años y que adjudicó al Estado Mayor Presidencial, fue otro aviso. Y como no para el exhibicionismo del guanajuatense, anoche el golpe fue directo: desde Los Pinos le quitaron la posesión de la camioneta al cancelar el comodato por el que la empresa General Motors le había cedido el vehículo.
¿Hasta dónde va a llegar la operación contra el ex presidente? Depende de que él atienda los mensajes cada vez más directos. De no ser así, ya desde el gobierno deslizan la existencia de expedientes sobre los hijos de Marta Sahagún y sus negocios millonarios a lo largo del sexenio, aprovechando la red de tráfico de influencias y favoritismos en contratos de paraestatales y empresas del gobierno, tejida por su madre.
Fox sabe que su flanco más débil son sus hijos políticos y si no da señales de entender el mensaje que le están enviando desde Los Pinos, tal vez el penoso derrumbe de su estatua hueca en el malecón de Veracruz se convierta en fiel presagio de lo que le espera.
Notas indiscretas... De lo perdido lo que aparezca, debe decir Beatriz Paredes en Tlaxcala. Después de que su ex esposo, César Carvajal González, no pudo ser candidato a la presidencia municipal de Tlaxcala, a pesar del apoyo que le dio la dirigente nacional priísta, al menos logró que lo inscribieran como primer regidor en la fórmula priísta. Pero donde se impuso Beatriz fue en el caso de su medio hermano, Adolfo López, postulado como candidato a diputado por un distrito en Huamantla, y a quien Paredes le ha mandado a varios operadores de su confianza para hacerlo ganar. Total, dirá la tlaxcalteca, “todo queda en familia”… Se reponen los dados. Escalera doble.