Y LA SEGURIDAD EN MEXICO? BIEN, GRACIAS
Vladimir Galeana
Cuando Vicente Fox Quesada ganó la Presidencia de la República pensó que por ese simple motivo los problemas del país se resolverían. Así lo externo durante su campaña política y la gente se lo creyó, pero creo que quien más lo creyó fue él mismo. Fox se sintió la encarnación de la democracia, de la limpieza, de la “patria restaurada”. Lo peor es que llegó sin una idea de lo que significa gobernar un país tan disímbolo, contrastante, pluriétnico y pluricultural. Mucho menos entendía lo que era diseñar y estructurar un proyecto de largo plazo en el que se plasmaran los anhelos ideológicos del partido que lo llevó al poder. Quizá esa manifiesta ignorancia de la ciencia política no le permitió visualizar que estaba yendo a la guerra sin fusil, pero tampoco la dirigencia blanquiazul lo preparó para ello porque el candidato estaba muy por encima del partido. Al paso del tiempo nos hemos dado cuenta de que la desgracia acompañó al país en esos seis años, y que las cosas no pasaron a mayores debido a la fortaleza de las instituciones.
Durante esos seis años de gobierno del señor Fox, no se hizo nada en materia de seguridad nacional. Al Cisen llegó un hombre que provenía de la iniciativa privada donde hacia estudios de mercado, así que tampoco ayudó en mucho a replantear los sistemas de protección que tiene el Estado. Eduardo medina Mora nunca había incursionado en la Administración Pública Federal y por desgracia lo enviaron a un lugar clave para el cual no estaba preparado. Después pasaría a la Secretaría de Seguridad Pública, y de ahí a la Procuraduría General de la República. En seis años no se realizó ningún seguimiento de los grupos clandestinos porque Fox pensaba que al ser la encarnación viva de la democracia nadie tenía ya motivos para realizar reclamo alguno. Hace algunos días un prominente funcionario de la seguridad pública del país mencionó que el asunto del Ejército Popular Revolucionario no es más que una “vacilada”, que no representa ninguna amenaza para la seguridad del Estado.
Lo lamentable de este tipo de expresiones es que cuando la gente comience a percibir y entender la carencia de conocimientos de quienes están encargados de otorgarle seguridad a los mexicanos, el país entero se aterrorizará. El Ejército Popular Revolucionario es una amenaza real, aunque el actual titular del Cisen no lo entienda porque su antecedente inmediato era la titularidad de una empresa dedicada a las encuestas. Para muestra un botón: Tanto el Secretario de Gobernación como el propio Procurador General de la República hicieron declaraciones públicas acerca de que era imposible prevenir las incursiones de los grupos guerrilleros, lo que no es más que una muestra de la incapacidad de las áreas de inteligencia ya que durante los regímenes priístas no tan sólo se prevenían, sino se les atendía y se negociaba con ellos.
Ayer me referí a la desaparición de un miembro más del EPR, pero no es un simple integrante de alguno de sus muchos comandos, es el Jefe Militar, el que toma las decisiones para los actos armados. Constantino Alejandro Canseco Ruiz forma parte de la dirigencia histórica de los movimientos que se han dado en el país desde la década de los setenta del siglo pasado. Pasó por el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo y el Partido de los Pobres, de quienes dependía la Brigada Campesina de Ajusticiamiento.
Constantino Alejandro Canseco Ruiz se suma a Raymundo Rivera Bravo y Edmundo Reyes Amaya quienes desaparecieron desde finales de mayo sin que a la fecha se conozca su paradero. Hasta ahora las células armadas que se encuentran en distintos puntos del país no han incursionado como antaño en el secuestro de prominentes empresarios para financiar su movimiento, y esto es producto, según algunos reportes de los servicios de inteligencia del Estado, del apoyo que se les brinda a través de las células bolivarianas que a su vez lo reciben del gobierno venezolano. Lo grave de esta nueva desaparición es que puede ser el detonante de acciones radicales para presionar al Gobierno Federal y presente con vida a los tres elementos del EPR. Lo de Oaxaca en la madrugada de ayer es un aviso, y aún cuando a la hora en que escribo estas líneas los hechos no habían sido reivindicados por ninguna organización, no me queda duda alguna, es un anuncio del EPR.
Una muestra de la ligereza con que los aparatos de seguridad del Estado abordan los asuntos de su competencia se dio con el levantamiento de dos elementos de la Agencia Federal de Investigación en Quechultenango, Guerrero, por parte de una célula de narcotraficantes. Los reportes indicaban que el levantamiento ocurrió el martes pasado, pero al realizar la necropsia a los cuerpos encontrados el pasado miércoles, se determinó que su muerte había ocurrido el lunes. Por eso la referencia de que por ahora el Gobierno Federal no cuenta con elementos con experiencia en asuntos de contrainsurgencia, por lo que deberían ir pensando en aquello que aconsejan los expertos: cuando no se obtienen éxitos en las labores, es hora de ir pensando en cambiar. Al tiempo.