LA FOTO DE LAS ZORRAS

Compasión y odio

Félix Fuentes

Baste un examen somero de las fotografías para preguntar lo mínimo: ¿Debe continuar la educación nacional en manos de una mujer de mirada triste que contempla con evidente temor a la lideresa de los maestros, quien alardea de su arrogancia ante la integrante del gabinete presidencial?

Fue un espectáculo de compasión y odio, a la vista de niños y medios informativos. Esas escenas indican que el presidente Felipe Calderón está en una encrucijada, entre la mujer a quien confió la Secretaría de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, y la de poderío infinito, otorgado por el propio primer mandatario, Elba Esther Gordillo.

Las gráficas aparecidas en portadas de algunos matutinos y en páginas interiores provocaron una primera reacción de repulsa, y luego de náusea. Este pueblo no merece poses grotescas, groseras, precisamente al amparo de nuestra decaída educación.

Luciendo un traje sastre, como para ocultar su renovada anatomía, la dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Gordillo, se cruzó de brazos y medio volteó a ver a la apabullada Vázquez Mota, soltándole una mirada de desprecio.

Sucedió en la escuela primera República de Costa Rica, en el tradicional inicio del ciclo escolar de cada año, ante decenas de niños y niñas que atestiguaron en esa su primera clase las actitudes de las presuntas maestras.

A los periodistas que cubrieron el evento se les enteró, previamente, que llegaría Gordillo, “obedeciendo a una recomendación de Los Pinos”. O sea, se pretendió demostrar que ambas mujeres no están de pleito, pero el show demostró lo contrario.
Según Karina Avilés, del periódico La Jornada, Gordillo “llegó altanera, ataviada de prepotencia, protegida por una treintena de guaruras disfrazados de maestros y con una sonrisa que algunos calificaron de «macabra»”.

Los escoltas arribaron en dos camionetas de vidrios polarizados a elevada velocidad y frenaron de manera brusca, al estilo de los delincuentes. Es otra de las lecciones a la niñez, proporcionada por pillos del SNTE.

Ya en el presidium, Vázquez Mota y Gordillo se sentaron juntas, sin cruzar palabra. En la secuencia fotográfica, la titular de la SEP intentó ver de frente a Gordillo, pero ésta la vio de reojo o de plano la ignoró.

Por salud de la niñez que recibe los primeros conocimientos, por respeto a los jefes de familia y pueblo en general, y en bien del gobierno calderonista, cuyo prestigio no debe caer en las miasmas foxistas, es tiempo de poner orden en el sistema educativo nacional.

Es inconcebible que gran parte del presupuesto dedicado a la educación sea destinado al pago de “guaruras” y al dispendio de un sindicato que ningún respeto le merecen los menores de edad, mientras las escuelas se caen a pedazos y las que subsisten de milagro carecen de pizarrones, mesabancos y sanitarios.

México es vergüenza mundial por su bajo nivel educativo. A menudo dan a conocer la ONU, la UNESCO y otras instituciones, las cifras que aterran a causa de la ignorancia nacional. Todo por culpa de un sindicato hundido en la corrupción, ante la indiferencia oficial.