MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
¡Presidente del empleo!
* Entre la desocupación y el sector informal
* Millones han emprendido la ruta del norte
* Una calca de los gobiernos anteriores
No se sabe a cuál de sus genios de marketing se le ocurrió la frase comprometedora, pero el hecho es que el autodenominado "presidente del empleo" camina a paso de tortuga en el cumplimiento de uno de sus principales compromisos de campaña.
Siete meses después de que debió trascender de las frases publicitarias al terreno de los hechos, el balance del inquilino de Los Pinos en aquello de que "para que vivamos mejor" su administración generaría empleo formal a borbotones no es precisamente el mejor, ni de lejos el prometido.
Con esa manifiesta habilidad que han demostrado los gobiernos panistas de sumar o restar a discreción, según convenga, las fanfarrias oficiales hablan de "más de 500 mil empleos formales creados" en lo que va de la presente administración, aunque para celebrar ese acontecimiento olvidan restar las no pocas plazas perdidas en el arranque de la misma (256 mil).
Deben moderar su entusiasmo, porque las cifras oficiales más recientes, avaladas por la Secretaría (cuento chino) del Trabajo y del IMSS (las mismas que utiliza Calderón en sus discursos, pero sin restas), correspondientes al cierre del pasado mes de junio, reportan que en siete meses de "continuidad" se han registrado poco más de 298 mil empleos formales, lo que quiere decir que sólo cuatro de cada 10 mexicanos en edad y condiciones de laborar lograron colocarse en la cada vez más estrecha economía formal. Los otros seis engrosaron las filas de la informalidad, la estadística del desempleo o el censo de la comunidad mexicana en Estados Unidos.
Al desmenuzar la información referida, el panorama se nubla aún más, toda vez que 64 por ciento de esos 298 mil y pico empleos formales correspondieron a plazas eventuales y sólo 36 por ciento a permanentes, lo que ratifica la ingrata tendencia del mercado laboral mexicano, que obviamente no corresponde al alegre discurso de la "continuidad". Entonces, de cada cien que tuvieron el privilegio de colarse en esos siete meses, sólo 36 mantendrían su empleo a largo plazo, mientras 64 lo conservarían no más de tres meses.
Si el ritmo de generación de plazas en el sector formal se mantiene, en sus primeros 12 meses de estancia en Los Pinos la "continuidad" y su "presidente del empleo" habrían sumado poco más de 510 mil registros laborales nuevos en el IMSS, o lo que es lo mismo sólo el 42 por ciento de la demanda real, amén que sería un número de fuentes de trabajo 43 por ciento menor con respecto a 2006, año que tampoco fue la panacea en este sentido, aunque sí el "mejor" del "cambio".
A lo largo de lo que algunos llaman "el gobierno de Fox" se crearon, de acuerdo con cifras oficiales, poco menos de un millón 300 mil empleos formales en todo el sexenio (la gran mayoría eventuales), contra una demanda real de 7.2 millones de plazas. Si se mantiene la tendencia en la "continuidad", en el mejor de los casos se registrarían poco más de 3 millones de puestos de trabajo en el sector formal de la economía, con una demanda real igual a la del "cambio. Entonces, sólo en esas dos administraciones el déficit en este renglón se aproximaría a los 10 millones de empleos.
Si bien lo anterior no es novedad, porque mirando hacia atrás el balance es similar, sí es indicativo de cómo se ha ido deteriorando el empleo en la economía formal. Por ejemplo, en la última década se generaron 3.8 millones de empleos formales, contra una demanda real estimada en 12 millones de plazas. El aumento en el periodo fue cercano a 35 por ciento, cuando tendría que haber sido no menor a 100 por ciento.
De esas 3.8 millones de plazas, 48 por ciento correspondió a empleos permanentes y el 52 por ciento restante a eventuales. Los primeros reportaron una tasa de incremento de 18.5 por ciento en esa década; los segundos de 215 por ciento. En los siete meses de Calderón, el empleo permanente se ha incrementado 0.9 por ciento y el eventual 7.1 por ciento.
En 10 años, 12 millones de mexicanos demandaron empleo en el sector formal de la economía: sólo 3.8 millones lo lograron; alrededor de 5 millones emprendieron la ruta del norte y hoy los contabiliza el censo estadunidense o, en el peor de los casos, la estadística de indocumentados. El resto se maneja entre la informalidad y el desempleo.
Este último indicador, la desocupación abierta, avanza mucho más rápido que el discurso del "presidente del empleo", quien ahora está más preocupado por los "cuentos chinos" que por cumplir sus compromisos de campaña. Por cierto, si son "cuentos chinos", ¿por qué el inquilino de Los Pinos le dedica al tema tribuna y micrófono de Estado, y en plena gira del gerente de La Moncloa? Demasiado cuento para ser chino.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, los verdaderos cuentos chinos y la memoria de los mexicanos: "seguramente recordaremos cuando el gobierno decía (y dice): ¡No subirá el azúcar!... y tenemos que salir corriendo a comprar un costal (si encontramos), porque al día siguiente sube; ¡El peso no se devaluará, el peso sigue firme, defenderé el peso como un perro!... y el peso se devaluaba. Y esto lo declaraba del Presidente para abajo. ¡El cólera no llegará a México, el cólera no se quedará en México!... y el cólera llegaba y se volvía endémico. Y esto lo declaraba el secretario de Salud Jesús Kumate (y desde entonces tomamos agua embotellada); y recientemente leo: ¡La impunidad no se debe a una política de Estado (subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo)... y lo único que me queda claro es que la impunidad es una política de Estado... ¿Cuál cambio? Es una calca de sus antecesores"
* Entre la desocupación y el sector informal
* Millones han emprendido la ruta del norte
* Una calca de los gobiernos anteriores
No se sabe a cuál de sus genios de marketing se le ocurrió la frase comprometedora, pero el hecho es que el autodenominado "presidente del empleo" camina a paso de tortuga en el cumplimiento de uno de sus principales compromisos de campaña.
Siete meses después de que debió trascender de las frases publicitarias al terreno de los hechos, el balance del inquilino de Los Pinos en aquello de que "para que vivamos mejor" su administración generaría empleo formal a borbotones no es precisamente el mejor, ni de lejos el prometido.
Con esa manifiesta habilidad que han demostrado los gobiernos panistas de sumar o restar a discreción, según convenga, las fanfarrias oficiales hablan de "más de 500 mil empleos formales creados" en lo que va de la presente administración, aunque para celebrar ese acontecimiento olvidan restar las no pocas plazas perdidas en el arranque de la misma (256 mil).
Deben moderar su entusiasmo, porque las cifras oficiales más recientes, avaladas por la Secretaría (cuento chino) del Trabajo y del IMSS (las mismas que utiliza Calderón en sus discursos, pero sin restas), correspondientes al cierre del pasado mes de junio, reportan que en siete meses de "continuidad" se han registrado poco más de 298 mil empleos formales, lo que quiere decir que sólo cuatro de cada 10 mexicanos en edad y condiciones de laborar lograron colocarse en la cada vez más estrecha economía formal. Los otros seis engrosaron las filas de la informalidad, la estadística del desempleo o el censo de la comunidad mexicana en Estados Unidos.
Al desmenuzar la información referida, el panorama se nubla aún más, toda vez que 64 por ciento de esos 298 mil y pico empleos formales correspondieron a plazas eventuales y sólo 36 por ciento a permanentes, lo que ratifica la ingrata tendencia del mercado laboral mexicano, que obviamente no corresponde al alegre discurso de la "continuidad". Entonces, de cada cien que tuvieron el privilegio de colarse en esos siete meses, sólo 36 mantendrían su empleo a largo plazo, mientras 64 lo conservarían no más de tres meses.
Si el ritmo de generación de plazas en el sector formal se mantiene, en sus primeros 12 meses de estancia en Los Pinos la "continuidad" y su "presidente del empleo" habrían sumado poco más de 510 mil registros laborales nuevos en el IMSS, o lo que es lo mismo sólo el 42 por ciento de la demanda real, amén que sería un número de fuentes de trabajo 43 por ciento menor con respecto a 2006, año que tampoco fue la panacea en este sentido, aunque sí el "mejor" del "cambio".
A lo largo de lo que algunos llaman "el gobierno de Fox" se crearon, de acuerdo con cifras oficiales, poco menos de un millón 300 mil empleos formales en todo el sexenio (la gran mayoría eventuales), contra una demanda real de 7.2 millones de plazas. Si se mantiene la tendencia en la "continuidad", en el mejor de los casos se registrarían poco más de 3 millones de puestos de trabajo en el sector formal de la economía, con una demanda real igual a la del "cambio. Entonces, sólo en esas dos administraciones el déficit en este renglón se aproximaría a los 10 millones de empleos.
Si bien lo anterior no es novedad, porque mirando hacia atrás el balance es similar, sí es indicativo de cómo se ha ido deteriorando el empleo en la economía formal. Por ejemplo, en la última década se generaron 3.8 millones de empleos formales, contra una demanda real estimada en 12 millones de plazas. El aumento en el periodo fue cercano a 35 por ciento, cuando tendría que haber sido no menor a 100 por ciento.
De esas 3.8 millones de plazas, 48 por ciento correspondió a empleos permanentes y el 52 por ciento restante a eventuales. Los primeros reportaron una tasa de incremento de 18.5 por ciento en esa década; los segundos de 215 por ciento. En los siete meses de Calderón, el empleo permanente se ha incrementado 0.9 por ciento y el eventual 7.1 por ciento.
En 10 años, 12 millones de mexicanos demandaron empleo en el sector formal de la economía: sólo 3.8 millones lo lograron; alrededor de 5 millones emprendieron la ruta del norte y hoy los contabiliza el censo estadunidense o, en el peor de los casos, la estadística de indocumentados. El resto se maneja entre la informalidad y el desempleo.
Este último indicador, la desocupación abierta, avanza mucho más rápido que el discurso del "presidente del empleo", quien ahora está más preocupado por los "cuentos chinos" que por cumplir sus compromisos de campaña. Por cierto, si son "cuentos chinos", ¿por qué el inquilino de Los Pinos le dedica al tema tribuna y micrófono de Estado, y en plena gira del gerente de La Moncloa? Demasiado cuento para ser chino.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, los verdaderos cuentos chinos y la memoria de los mexicanos: "seguramente recordaremos cuando el gobierno decía (y dice): ¡No subirá el azúcar!... y tenemos que salir corriendo a comprar un costal (si encontramos), porque al día siguiente sube; ¡El peso no se devaluará, el peso sigue firme, defenderé el peso como un perro!... y el peso se devaluaba. Y esto lo declaraba del Presidente para abajo. ¡El cólera no llegará a México, el cólera no se quedará en México!... y el cólera llegaba y se volvía endémico. Y esto lo declaraba el secretario de Salud Jesús Kumate (y desde entonces tomamos agua embotellada); y recientemente leo: ¡La impunidad no se debe a una política de Estado (subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo)... y lo único que me queda claro es que la impunidad es una política de Estado... ¿Cuál cambio? Es una calca de sus antecesores"