LOS GOBIERNOS PANISTAS SON MAS CORRUPTOS QUE LOS GOBIERNOS DEL PRI
Muchas son las denuncias que a lo largo de los últimos seis años se han hecho contra el gobierno panista encabezado por el Alto Vacío y aprovechado por sus amigos, algunas de ellas de gravedad extrema, como la protección de pederastas (violadores sexuales de niños), los vínculos del hermano con el narcotráfico y las rutas del tráfico hormiga de droga, las deficientes investigaciones en torno al homicidio de Pánfilo Novelo o las granadas contra el POR ESTO!.
Las recientes denuncias con relación a las millonarias contrataciones del cuñado del usurpador Fecal, para digitalizar el Registro Público, el cual hoy se encuentra hecho un verdadero desmadre, que se suman a los despojos de tierras de los campesinos mayas o a la venta ilegal de terrenos, en fin, se ha escrito y denunciado, en este mismo medio, hasta el cansancio, así como en infinidad de redes de resistencia y comunicación ciudadana, es innegable que un alto número de los votos emitidos el 20 de mayo contra el PAN, son el resultado de estas denuncias y de la toma de conciencia de una ciudadanía que, aunque lentamente, ha empezado a romper el cerco desinformativo de los medios tradicionalmente vinculados con los privilegios de un sistema corruptamente impune.
De ese voto se desprende la voluntad ciudadana de no querer seguir tolerando la mentira y la mediocridad corrupta con la que el viejo PRI y el PAN del "cambio" se han conducido.
La demanda ciudadana, para la gobernadora electa, es clara: justicia y cero impunidad, no basta con declaraciones demagógicas de llegar hasta las últimas consecuencias, sino con los hechos que lleven en verdad hasta esas consecuencias.
Los "Amigos de Patricio" y el mismo gobierno saliente le deben a Yucatán y a México una infinidad de explicaciones, pero sobretodo le deben la dignidad que durante seis años intentaron robarle al heroico pueblo yucateco.
De Ivonne Ortega, depende la credibilidad de la futura política estatal, sólo las acciones que pasen de los dichos a los hechos, fincando la presunta responsabilidad y ejerciendo la ley (se trate de quien se trate) es que se podrá transitar por el camino de la certeza democrática, si los responsables de los presuntos actos delictivos no son investigados y, en su caso, castigados, nuevamente se verá traicionada la voluntad ciudadana, poniendo en riesgo la convivencia pacífica del Estado.
El mandato popular es claro, nada de privilegios, nada de impunidad, esperemos que la joven clase política que hoy accede al poder lo entienda y no intente repetir los errores del pasado, sabiendo deslindarse a tiempo de quienes lo representan.
De lo contrario, la ciudadanía ejercitará nuevas formas de resistencia que le recuerden a la gobernadora electa y a la clase política, que no estamos dispuestos a que la impunidad se imponga cómplice de gobiernos corruptos que han olvidado el espíritu republicano. Las denuncias son públicas, las consecuencias y los hechos de todos conocidos, no hay forma de ocultar el sol con un dedo, sin salir quemado, la ciudadanía vigila como nunca antes...