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lunes, 9 de abril de 2007

EL ESPURIO CON MENTIRAS PRETENDE PRIVATIZAR PEMEX

No hay razón para compartir con extranjeros el petróleo

Revista Siempre

La insuficiente reposición de las reservas de petróleo que padece México debe corregirse mediante la exploración y explotación, que es algo que no hicieron los regímenes neoliberales, desde Miguel de la Madrid hasta Vicente Fox, dice a Siempre! el Grupo Ingenieros Pemex Constitución de 1917.

En entrevista con este semanario, algunos integrantes de esta asociación de ingenieros jubilados, Francisco Garaicochea (presidente), José Felipe Ocampo Torrea, Mario Hernández Samaniego, Ricardo Prian Caletti, Mario Villalobos Luna y Ricardo Gómez Saavedra analizan el porqué esta industria está en picada e indican que no hay razón para que el país comparta con extranjeros el mejor negocio del mundo, que es el del petróleo.

También asientan que los mexicanos debemos aceptar sólo la inversión complementaria en esta rama, y no la sustantiva, evitar que Hacienda siga sangrando a Pemex y construir cuatro refinerías para lograr el repunte de la actividad petrolera.

Calderón se equivoca


—¿Qué tan grave es el anuncio de Felipe Calderón de que las reservas probadas petroleras sólo durarán nueve años?

—Aunque esa apreciación es incorrecta, el problema sí es muy grave, puesto que las inversiones actuales en exploración no permitirán incorporar nuevas reservas, al menos durante cinco años. La afirmación de Calderón es una falsa interpretación de un indicador usual en la industria petrolera, que consiste en dividir las reservas entre el ritmo de explotación. Sin embargo, de ninguna manera quiere decir que después de este lapso no habrá producción de petróleo. En el escenario extremo de no encontrar nuevas reservas, lo que sucederá es que la producción irá decreciendo.

Por otra parte, tampoco hay que minimizar el anuncio. La insuficiente reposición de reservas debe corregirse con trabajos de exploración y explotación mejorada. Es decir, México debe hacer ahora lo que no se quiso hacer durante los regímenes neoliberales, desde Miguel de la Madrid hasta Fox. Una relación reservas/producción razonable para un país que exporta petróleo, debe ser mayor de 30 años.

—Sabemos que la industria petrolera nacional presenta varios problemas que la mantienen en crisis. ¿Cuáles son los principales?

—Son múltiples y casi todos derivados de la aceptación y aplicación de los dictados de organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Securities Exchange Commision, la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, etcétera. Entre otros factores, también destacan: la alarmante reducción de las reservas probadas de petróleo y gas; la privatización de las actividades de explotación de hidrocarburos, mediante contratos de servicios múltiples para extraer gas en la Cuenca de Burgos y contratos integrados similares, también ilegales, otorgados para producir petróleo y gas en el campo Chicontepec; la carga fiscal impuesta a Pemex por Hacienda, que es la más alta del mundo; la irracional inyección de nitrógeno a Cantarell, que sólo permitirá recuperar la mitad de sus hidrocarburos; el uso del gas en la generación de electricidad; la importación de refinados y petroquímicos, y la degradación del personal técnico, que es asignado a la administración de contratos, en lugar de que supervise las operaciones y el mantenimiento.

El problema principal es que Hacienda no le autoriza a Pemex presupuestos para inversión en sus áreas sustantivas: exploración, explotación, refinación, gas y petroquímica. Los gobiernos neoliberales se han dedicado a saquear a la empresa y a abrumarla con impuestos que ninguna compañía del mundo paga. Así pues, lo que falta es voluntad política real, no retórica, para fortalecer y modernizar realmente a esa paraestatal.

Los argumentos que con más frecuencia se han utilizado para explicar esta situación desastrosa de la industria, son:

1) Que no hay recursos monetarios disponibles. Esto es ilógico, cuando Pemex aporta el 40 por ciento de los recursos fiscales de la federación.
2) Que no tenemos tecnología. Esto es una falacia, ya que hemos realizado todas las actividades sustantivas de la industria sin que la carencia de tecnología sea un impedimento. Hemos construido, por ejemplo, refinerías, plantas petroquímicas, pozos y todo tipo de instalaciones para extraer hidrocarburos en tierra y mar.

También se argumenta que la tecnología para perforación en aguas profundas no se vende y que sólo se consigue si se comparte la propiedad del petróleo. Pero esta mentira se descubre fácilmente, cuando se informa que Pemex ha perforado pozos en aguas profundas como el Naab y el Noxal, sin ceder la propiedad de los hidrocarburos y solamente pagando en efectivo por los servicios requeridos. ¡Esto es un pretexto para compartir nuestras reservas de hidrocarburos con compañías transnacionales. Es decir, privatizar! Privatizar no solamente significa vender los activos de Pemex, sino también permitir la injerencia de intereses privados en áreas reservadas por nuestra Constitución, en exclusividad para el Estado.

Estos temas y las sugerencias para obtener más recursos, algunos sin inversiones adicionales, son tratados en el libro que recientemente publicó José Felipe Ocampo Correa: Pemex. Mitos, realidades, testimonios y propuestas.

—El presidente Calderón ha reiterado que la industria petrolera no será privatizada. Algunos gobernadores, como el de Veracruz, opinan que es necesaria su apertura al capital privado.

—Por sus discursos, se infiere que para Calderón privatizar es solamente vender. Y excluye que permitir a la industria privada intervenir en áreas que nuestra Constitución define como exclusivas para el Estado, también es privatizar. Y esto es lo que se ha venido haciendo desde 1982. Es obvio que las compañías privadas transnacionales tienen como objetivo maximizar sus ganancias, sin importar el desarrollo del país. Ya vivimos esa etapa antes de la expropiación y México no se desarrolló, igual que no ha ocurrido con otras naciones productoras. Estados Unidos, campeón de la apertura, no permitió la venta de la compañía petrolera Unocal a los chinos. Pero insiste en que nosotros permitamos la injerencia extranjera. España tampoco permitió la inversión foránea en su industria eléctrica, considerada como estratégica.

Si se privatiza la industria petrolera, los impuestos que obtenga el gobierno serán necesariamente menores, ya que ninguna compañía, en ninguna parte del mundo, paga el gravamen que se le exige a Pemex. Tampoco se utilizaría a ingenieros, técnicos, materiales, equipos y servicios de ingeniería mexicanos, por lo que no habría ninguna contribución al desarrollo del país.

—¿Qué podría hacer México para enfrentar la futura escasez de petróleo? ¿La salida es la inversión en exploración?

—Sí. Y en todas las ramas sustantivas de la cadena petrolera, hasta la petroquímica. Las inversiones son altamente rentables. No hay razón para compartir con extranjeros el mejor negocio del mundo. Sólo la inversión complementaria, y no la sustitutiva, es la aceptable.

Cuatro refinerías

—¿Qué podrían ustedes recomendar como alternativas para solucionar estos problemas?

—Trabajar con más énfasis y profesionalismo en proteger los intereses nacionales, con menos ideología del neoliberalismo. Contratar servicios de firmas mexicanas de ingeniería y de construcción, así como la supervisión de personal técnico de Pemex que ha sido despedido.

La solución al mantenimiento deficiente es destinar más fondos a ese rubro. Y en lugar de la creciente dependencia de contratistas, hay que regresar el mantenimiento a ingenieros y trabajadores de Pemex.

—Si en realidad nos quedamos sin petróleo, ¿qué riesgos hay para el país?

—Es indiscutible que algún día nos quedaremos sin petróleo. Esta situación se acercará si permitimos que las transnacionales exploten nuestros hidrocarburos. Una de las principales metas de nuestra política petrolera debe ser, primero, lograr que nuestras refinerías trabajen al ciento por ciento de su capacidad y, segundo, construir, a la mayor brevedad, las cuatro refinerías que recomendamos para permitir la reducción paulatina de la exportación de crudo y sustituirla por la exportación de petrolíferos. Debe tenerse en mente que la meta se logrará hasta que se elimine por completo la exportación de crudo.